RELATO 301
107 palabras
Josefina Sierra Fernández.
Valencia - España.
LA SIEGA 107 palabras
Josefina Sierra Fernández.
Valencia - España.
Doña Filo se había traído el transistor, así era más divertida la clase de Gimnasia. Después de clase, volvió a casa, sus padres tardaban. Decidió ir a casa del ama de las tierras a preguntar por ellos.
Empujó la puerta, en un charco de sangre estaba la señora; al lado, su padre con la hoz en la mano. En la radio se escuchaba: “Yo no maldigo mi suerte” por Antonio Molina.
RELATO 302
107 palabras
Laura Montero Sierra.
Valencia - España.
LA CASONA DEL PUEBLO107 palabras
Laura Montero Sierra.
Valencia - España.
Marta se había quedado a dormir en casa de su abuela. La casona del pueblo tenía habitaciones que utilizaron en vida tíos y abuelos que Marta no había conocido, y que estaban siempre cerradas. Al pasar por ellas, sentía miedo.
Había salido de cena con amigos, volvió a casa a las dos de la madrugada, no encendió la luz para no despertar a su abuela. Al empujar la puerta de la habitación, oyó una voz que decía:
- Cierra la puerta, no enciendas la luz, me vas a conocer, verás algo que no olvidarás jamás…
Marta, temblando, oyó una música y escuchó:
- Estamos en Cuarto Milenio.
RELATO 303
24 palabras
Lucio Serrano Andino.
Valencia - España.
LA HORA DE LA MAGIA24 palabras
Lucio Serrano Andino.
Valencia - España.
Sé que estás ahí aunque no encuentre tu sintonía. Quiero volver a oírte, quiero volver a la magia. Quiero estar contigo, en el aire.
RELATO 304
107 palabras
Pedro A García Zanón.
San Sebastián de los Reyes, (Madrid) – España.
EL PRIMER EXTRA107 palabras
Pedro A García Zanón.
San Sebastián de los Reyes, (Madrid) – España.
Era el primer aniversario. Ella le regaló las fases de la luna y su marido una rosa con avispa. En la guantera aún tenía el lápiz de labios que compartió con su ex novio dos años antes. Giró la llave de contacto. Entonces escuchó en la radio: “compramos su oro. Venda las joyas que no necesita y sea feliz”. Giró el anillo de su marido sobre sí mismo y puso un sms a su ex novio: “vendo el anillo de mi marido. Compraré ropa interior erótica. Si te interesa hacer un extra, ven antes de que me la estrene algún ex idiota.” Luego se pintó los labios.
RELATO 305
106 palabras
María Dolores Moya Gómez.
Puente Tocinos, (Murcia) – España.
DIFERENTES PUNTOS DE VISTA.106 palabras
María Dolores Moya Gómez.
Puente Tocinos, (Murcia) – España.
Fui la encargada de una importante empresa durante trece años, esta se fue a pique. Después solo encontré un empleo como personal de limpieza. Todo se me vino abajo, hasta que se me ocurrió comprarme un pequeño MP3, con auriculares inalámbricos. Así empecé a disfrutar del placer de escuchar la radio mientras trabajaba.
De eso hace dos años y continúo realizando la misma labor. A mis amigos y familiares les resulta muy curioso que mi mente esté más despierta, que entienda de cualquier tema relacionado con nuestro mundo… Lo que no saben es que ahora dispongo de valiosos conocimientos y pensamientos que me ofrecen muchas personas.
RELATO 306
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 307
107 palabras
Caridad Guillén Moya.
Toledo – España.
VIVENCIAS 107 palabras
Caridad Guillén Moya.
Toledo – España.
Recuerdo mi infancia pareja al aparato de radio, escenas rurales vividas con el serial de turno. En las calles, con el sol primaveral o el del membrillo, las mujeres remendaban, las mozas bordaban el ajuar.
Por la abierta ventana, la radio lanzaba discos dedicados, a continuación la novela de turno.
Se detenía el hilo, el dedal temblaba, hasta que por fin: un suspiro cortaba el aire, dando rienda suelta a la contenida emoción. La aguja continuaba su camino.
Sentimientos, noticias, cuentos infantiles, camaleónica radio que ha sabido adaptarse a los tiempos, voz que suple la imagen, da vida a un contenido, autonomía que ningún otro medio trasmite.
RELATO 308
107 palabras
Manuel Pérez Recio.
Valencia - España.
LOLA107 palabras
Manuel Pérez Recio.
Valencia - España.
Medio depósito, cuatro cartuchos y una cerveza. Ningún superviviente en una semana…, salvo tú.
De repente, suena la radio. Sorprendido, ajustas el dial. Vamos, vamos…
“Buenos días, ciudadano de N.T. Para ti, Radio Esperanza, la mejor música de la historia”, anuncia una voz aterciopelada. A continuación, suena Lola, de The Kings. Sonríes, eufórico. N.T. queda a media jornada. ¡No estás solo!
Anochece... Un extraño fulgor quema el horizonte. Estás llegando a N.T., al fin. Lloras emocionado. Entonces, la música termina. Tras una breve pausa, habla el locutor: “Buenos días, ciudadano de N.T. Para ti, Radio Esperanza, la mejor música de la historia”
Suena Lola, de The Kings.
RELATO 309
105 palabras
María Teresa Echeverría Sánchez.
Madrid – España.
SORPRESA105 palabras
María Teresa Echeverría Sánchez.
Madrid – España.
Extenuada llegué a casa después de una horrible jornada de trabajo. El silencio del hogar silbó deprimente. Puse la radio y busqué una emisora con música. De repente los muebles, los cuadros, incluso el gato, cobraron vida entorno a mí. No pude resistir la tentación y me uní a ellos en una delirante danza hasta el dormitorio. Oí la voz de la locutora dedicando una canción: mi nombre se oyó a través de los bafles repartidos por la pared, rebotando el eco en cada rincón: “Felicidades Clara Freire, de parte del hombre que te adora”. Había olvidado mi cumpleaños por completo, ¿y tenía un enamorado?
RELATO 310
105 palabras
William Acosta Salinas
Maracay - Venezuela.
¿ÉTICA?105 palabras
William Acosta Salinas
Maracay - Venezuela.
-Éste curso de formación para locutores, hará énfasis en la ética, la ética inherente a un profesional radial. ¡No podemos ser parte de la diatriba política que sacude al país!..
-disculpe profesor, mientras el gobierno trata de avasallarnos con sus múltiples medios y evade los problemas principales del país… ¿no sería ponernos de espaldas a la realidad?
-ese es el dilema colegas. Hay que ser imparcial. Recuerden que el gobierno da las concesiones del espectro radioeléctrico
-entonces su ética es ¿la autocensura?
-no sea falta de respeto joven. Esa no es la discusión
-¿cuál es entonces?
-¡Así no sigo hablando!
Y se acabó el curso.
RELATO 311
101 palabras
Carlos Moro Valero.
Madrid - España.
EN EL AIRE101 palabras
Carlos Moro Valero.
Madrid - España.
Amanece en la ciudad. Surco un cielo plagado de nubarrones en busca de algún oído acogedor de la sencilla melodía que hoy me toca transportar. Nada difiere de otra jornada para una onda de la frecuencia modulada. En el horizonte contemplo las trifulcas cotidianas de las ondas políticas, intento apaciguarlas con mi sosegada melodía. Todo sigue igual. Comienza a lloviznar, las tímidas gotas enturbian la claridad de mi sonido. Me empiezo a sentir cansado. La melodía ha dejado de ser nítida. De repente, una nueva canción recorre mi incorporal existencia. Me susurra. La transporto. Creo que es el inicio de algo.
RELATO 312
107 palabras
Ana Isabel González López.
Madrid – España.
ROSAURA107 palabras
Ana Isabel González López.
Madrid – España.
Rosaura pegaba la oreja a la radio y mascullaba palabras sola. Y comenzaba a deambular por alguna sala de espera en busca de presa. Un nutricionista había hablado aquella mañana. Entonces se colocaba al lado de la escogida, la observaba con desdén y comenzaba a atacar: ¿qué comes? ¿usas sal? ¿Actimel por las mañanas? ¿Danacol por las noches? ¿Leche enriquecida? ¿Pescadito con omega 3? ..…La presa la miraba de arriba abajo, y ella de pie y de frente, le espetaba: “tienes un grave problema”, y la respuesta esperada era: “y tú estás loca”. Confirmaba así su diagnóstico. Rosaura volvía a psiquiatría a escuchar de nuevo la radio.
RELATO 313
107 palabras
Ángel Eduardo Estévez Martín.
El Sauzal, (Santa Cruz de Tenerife) – España.
EL RUIDO DE CARLA.107 palabras
Ángel Eduardo Estévez Martín.
El Sauzal, (Santa Cruz de Tenerife) – España.
Entré nerviosa en la habitación, con las manos aún sudorosas. Busqué sobre la mesa de noche donde suelo dejar el maldito transistor. Una emisora local interrumpirá la emisión nocturna del programa “El ruido de Carla” para dar la noticia.
Desde el interior, escucho las voces en el pasillo de todas estas mujeres que hacen de cualquier tragedia su principal fuente de ilusión. Entre ellas soy extraña, pero se justificarán en lo importante del acontecimiento y no tardarán en tocar a la puerta.
Empero, interrumpen la emisión ordinaria e informan ya con todo detalle. También mi nombre. Sólo miro estas manos tan pequeñas. No se atreverán a tocar.
RELATO 314
94 palabras
Manuela Rodríguez Rodríguez.
Baracaldo – Vizcaya.
LA PIRENAICA94 palabras
Manuela Rodríguez Rodríguez.
Baracaldo – Vizcaya.
...`use cada mañana y cada noche crema dental " licor del polo ",el dentífrico de acción prolongada´...¡ssuuuw!.
...`de los Brincos: "con un sorbito de champán"...´
-¡Paco, ya tienes el café!.
...`la asociación española de radio-difusión a través de su gran cadena de emisoras propias y asociadas presenta:"Matilde, Perico y Periquín",un programa colacao para´...¡ssuuuw!.
...`aquí, Radio España Independiente; estación pirenaica, la única emisora española sin censura de Franco´...
-¡Antonia, déjala ahí!.
...`nuestros enviados especiales, sobre el caso "la bomba de Palomares"...´
-¡Azúcar, Antonia!.
...`liberando contenido radioactivo. ¡piiiiiii!...la última es localizada cerca de la costa ochenta días más tarde´.
RELATO 315
106 palabras
Josefina Cortijo Cuadros.
Valencia – España.
EL SONIDO TE ACOMPAÑA106 palabras
Josefina Cortijo Cuadros.
Valencia – España.
Suena en la radio la canción de Tequila “Salta” la más idónea, para levantarme de la cama, como una autómata sigo la rutina, baño, ducha y un café bien cargadito, hora de las noticias del día, cambio el dial; ya hay bastantes nubarrones, hoy quiero música que me levante el ánimo, dejo una de Bon Jovi "Rockin' in a free Word".
Termino de maquillarme, busco la emisora en mi MP4, conecto auriculares y salgo disparada hacia el trabajo, mientras el locutor me da las buenos días, y me avisa de que esta empezado a llover.
Sonrío, sé que es una tontería, pero no me siento sola.
Radio Kolor. 106.2 f.m.Cuenca
RELATO 316
106 palabras
Melisa González Motos.
Toledo - España.
TODO LO DEMÁS NO IMPORTA106 palabras
Melisa González Motos.
Toledo - España.
Me llamo Katerina, tengo catorce años y odio mi nombre. Me parece que es de vieja. Ahora estoy tumbada en mi cama escuchando la radio con los cascos del movil mientras observo la pared de enfrente y pienso, como no, en mi amadísimo Sam, que por cierto lleva unos días rarísimo. Entonces me fijo en que han dicho mi nombre en la radio: “...llegó un correo hace unos días de un chico llamado Sam donde pedía que dijeramos que tu nombre es precioso y que quería salir contigo...” Y bla, bla, bla. Lo demás me daba igual, mi nombre seguía siendo feo ¡Sam quería salir conmigo!
RELATO 317
94 palabras
Alberto Alzate Garces.
Madrid - España.
LA FEA94 palabras
Alberto Alzate Garces.
Madrid - España.
“Mirenla ahí va… sólo el viento acaricia su cara” - dijo uno de los viejos del café Volga.
“Pobre de ella…mejor sería que no se burlaran más; nadie esta libre de tener una hija así” – dijo el Viejo de la barra.
En Semana Santa prefería escuchar las misas por radio. El cura de la Ermita, a petición de su madre; le imponía la señal de la cruz en su propia casa.
En su habitación nunca hubo espejo vienés. ni talcos de Asturias. Creyó que al manchar, su cuerpo cambiaría .Equivocada estaba. Continuó siendo fea.
RELATO 318
107 palabras
Julieta Lezana Conde.
Buenos Aires - Argentina.
Y POR UNA CANCIÓN ME ENTERO.107 palabras
Julieta Lezana Conde.
Buenos Aires - Argentina.
Alberto salía del almacén, leyendo por enésima vez la extensa lista que su esposa le había encargado. Todo estaba comprado, así que partió hacia su casa. Al llegar, dejó las bolsas en la mesa y buscó a su mujer, para poder demostrarle de una vez por todas que él no solo servía para oír las carreras hípicas por la radio. La buscó por todos lados. Se detuvo en la cocina, y lo que había comprado era innecesario, pues ya había de todo allí. Encendida la radio, se oyó una frase reveladora: "Ya fue, yo me bajo de este tren". Y notó entonces que su mujer no regresaría.
RELATO 319
106 palabras
Carlos Eldin Guevara Revelo.
La Plata - Buenos Aires.
FE106 palabras
Carlos Eldin Guevara Revelo.
La Plata - Buenos Aires.
La Radio dice que vivimos en una ciudad que cada día es menos creyente. Dice que las iglesias permanecen cerradas, que la gente yace plantada esperando las procesiones de La Semana Santa y que trabajamos aún en los días santos.
La Radio infiere que esto se debe a los estadios de fútbol que se llenan los domingos. Luego La Radio bendice la ciudad y dice que uno se acuerda de Dios solo cuando lo necesita
Esta mañana dijo La Radio que la fe mueve montañas.
Porque cuando el volcán Galeras se mueve nos tira de rodillas, nos hace llorar y nos obliga a rezar a todos.
RELATO 320
103 palabras
Diego Fco. Navajas Moreno.
Churriana, (Málaga) –España.
TU-ISMO-PARA-LELO103 palabras
Diego Fco. Navajas Moreno.
Churriana, (Málaga) –España.
Él viaja. Yo no puedo. Tengo familia numerosa, deudas numerosas -cosas del mileurismo-. Va recorriendo el mundo y contando en la radio los sitios que visita y las cosas maravillosas que encuentra. Yo voy tras él, buscando en Internet las fotos y las páginas que hablan de aquellos lugares. Es un turismo descafeinado, lo sé; pero, al menos, le va uno poniendo imágenes a su viaje ficticio, y sueña un rato -que aún es gratis-.
PD: Advertencia. El alma se te pone un poco melancólica y con sonrisa de medio lado, casi triste, casi alegre; -es el peaje que esta afición/aficción te cobra-.
RELATO 321
104 palabras
Eliecer Martin Benito Navarro.
Zaragoza – España.
ENAMORADO104 palabras
Eliecer Martin Benito Navarro.
Zaragoza – España.
Tenia los ojos cerrados, pero el sueño no le vencía, pese al cansancio físico que acumulaba, esa voz sensual penetrante no le dejaba dormir, ni el quería que le dejara.
Allí, mano a mano, peleando con el sueño, con el destino, con aquella voz, que algunas veces decía y contaba cosas interesantes, otras no tanto, pero a él le daba igual, ensimismado y concentrado en el sonido de su voz, que le llegaba a través del radio despertador, que atronaría en unas horas.., pero es que mientras tanto, se dejaba acunar por la voz que le tenía enamorado, soñando despierto algún día, hacerla suya.
RELATO 322
102 palabras
Andoni Bonilla León.
Purullena, (Granada) -España.
LA ESPERA.102 palabras
Andoni Bonilla León.
Purullena, (Granada) -España.
Adrián estaba con su oreja pegada a la radio, intentando escuchar las últimas noticias del país.
Su corazón palpitaba con cada palabra que salía de la boca del locutor aunque las fuerte interferencias no le permitía concentrarse como él hubiese querido.
Solamente notó que, a lo lejos, dejaron de escucharse esos fuertes estallidos que le ponían los pelos de punta y hacían que su alma rugiese de dolor.
Sin más, comenzó a llorar. Aquella radio le dio la mejor noticia de su vida: La guerra había finalizado. Por fin acabo la espera, como él solía decir: Esperar a vivir, esperar a morir.
RELATO 323
102 palabras
Antonio José de la Cruz González.
Córdoba – España.
LA VOZ SIEMPRE ES DIFERENTE POR LA RADIO102 palabras
Antonio José de la Cruz González.
Córdoba – España.
Dicen que la voz parece diferente por la radio. Que un buen locutor sabe enmascarar fallos de dicción para que su discurso quede diáfano. Siempre me fue bien, a pesar de mi acento andaluz. Recurría al truco de Matías Prats, cambiando “zetas” por “efes”. Escribía así mi guión para locutar. Pero una noche sentí algo raro mientras sonaban las señales horarias. En mi papel, las “zetas” que en mi voz saldrían “eses” no eran “efes”. Tras mi desastrosa actuación, salí corriendo del estudio para gritar por el centro de Madrid. Afortunadamente para mi ego, la voz siempre parece diferente por la radio.
RELATO 324
107 palabras
Juan José Oyarzún.
Santiago – Chile.
ATAJO EN EL CAMINO DEL CONOCIMIENTO.107 palabras
Juan José Oyarzún.
Santiago – Chile.
El hombre siempre intentó transmitir información. Esta historia cambió en 1898 cuando Julio Cervera, ingeniero militar español, atajó a los marines en Guamani. Su libro La defensa de Puerto Rico, denunció a los portorriqueños y produjo tal conflicto que hubo de dejar el Ejército y trabajar con Marconi, que avanzaba en la telegrafía.
Colaboró en la transmisión de la voz humana comunicando Alicante con Ibiza en 1902. Patentó sus inventos, y sus méritos son reconocidos.
Una pequeña causa que produce significativos efectos, es ignorada. Ocurrió con la radio, llave de las comunicaciones de hoy. Cervera murió en 1929, cuando era más importante un militar que un científico.
RELATO 325
104 palabras
Carlos del Saz López.
Toledo - España.
EL TRANSISTOR DE LAURA104 palabras
Carlos del Saz López.
Toledo - España.
Laura escucha el transistor todo el día. Escucha música, programas de bromas telefónicas y a veces las noticias. Cuando escucha las noticias pone siempre una cara muy seria. Lleva los cascos puestos a todas horas y se la ve tan ausente.
Laura me gusta. Una vez le dije "me gustas"; pero no me oyó porque estaba escuchando una broma telefónica muy graciosa, y los locutores reían y hacían mucho ruido.
Hoy he cogido el transistor de Laura y lo he hecho pedazos contra el suelo. Laura ha llorado y se ha enfadado mucho conmigo. Yo sólo quería que alguna vez me escuchara a mí.
RELATO 326
93 palabras
Doris Era González.
Cienfuegos - Cuba.
AMOR93 palabras
Doris Era González.
Cienfuegos - Cuba.
Desde su infancia cada amanecer despertaba saludándolo. Aprendió a amarla pues soñaba junto a ella y trazaba proyectos en su compañía. No la abandonó en la adolescencia, la juventud y adultez. La buscaba con prisa al llegar y disfrutaba la vida a su lado: reía, lloraba, se alegraba, sufría o sabía lo sucedido en cualquier parte. Era tanto su amor que con sólo escucharla construía imágenes en su mente.
Ese día no la encontró. La buscó apresurado hasta hallar su esqueleto. Descubrió un ordenador y de él brotó renacida su amiga la radio.
RELATO 327
107 palabras
Carlos Manuel Pardal González.
Toledo – España.
AHORA ES EL MOMENTO (“THE TIME IS NOW”)107 palabras
Carlos Manuel Pardal González.
Toledo – España.
Mientras suena “The time is now”, penúltima canción del programa, cada oyente vive su momento. El de DJLeo es la desolación provocada por un finiquito y un SMS: “Te dejo. Lisa.” El de Lisa es el del placer intenso del orgasmo más salvaje con Víctor. Víctor, despiadado director de la emisora, se venga de su mujer mientras piensa: “Jódete Berta”. Berta abraza a su recién nacida Yasmín que cura las cicatrices que dejaron Víctor y Ahmed. Ahmed estalla de odio en una lejana mezquita.
Yasmín se ilumina, a su tío DjLeo se le apaga la esperanza, y aún debe presentar su última canción: ColdPlay “VIVA LA VIDA”.
RELATO 328
100 palabras
Juan Francisco Pelayo Moles.
Córdoba – España.
LA NOCHE DE LOS TRANSISTORES100 palabras
Juan Francisco Pelayo Moles.
Córdoba – España.
Los periódicos matutinos amanecieron mudos. Se editaron ejemplares deshojados a la mitad, noticias en blanco.
Los telediarios arrojaban hallazgos sin fundamento: “Descubierto un nuevo ungüento contra la caída del cabello” o “Mañana seguirá saliendo el sol”, distraídas crónicas de sociedad.
Nadie hacía explicable el fenómeno, pero el día anterior no hubo rencillas políticas, ni disturbios ciudadanos, y las guerras se dieron una tregua de irrealidad. En el planeta no ocurrió nada digno de mención.
Esa noche, fue la noche de los transistores.
En efecto, en la radio programaban “El Anillo de los Nibelungos”, con sus 14 horas de audición consecutiva.
RELATO 329
105 palabras
Montse Fernández López.
Sestao, (Vizcaya) – España.
UN MUNDO EXTRAÑO105 palabras
Montse Fernández López.
Sestao, (Vizcaya) – España.
En mi octogenario aniversario escuche una extraña noticia: un longevo concurso radiofónico sobrevivía gracias a una pregunta que nadie había conseguido resolver. Cuando escuche los regalos a los que tenía derecho el ganador casi me caigo al suelo: sincronizador de cds, para escuchar dos canciones, una en cada oído, motor anfibio, para agua y aire, redescubridor de pasado, aparato al que solo tienen acceso las clases altas. Poco a poco, he ido comprendiendo que hace seis meses desperté de un coma. Lo único positivo que le encuentro a este extraño mundo es que sé la solución a este concurso, una palabra encriptado en código Morse.
Radio Fuga. 106.7 f.m.Aranjuez (Madrid)
RELATO 330
88 palabras
Venancio Ahijado Escobar.
Carpio de Tajo, (Toledo) - España.
ODA A LA RADIO88 palabras
Venancio Ahijado Escobar.
Carpio de Tajo, (Toledo) - España.
La radio es tesoro para los oyentes, el tintineo de plata de sus palabras sólidas, pero sedosas voces, es tan gran atractivo…
Como belleza de una joven de cabellos agitanados es la radio, es tu radio.
La radio fue un gran invento, hubo otros, pero ninguno le eclipsó; recibió el sol dorado de la palabra y renacer como el ave fénix una y otra vez.
Es también bandera de libertad en la palabra, frase o pensamiento bien dicho.
Todo ello en la radio, todo ello es tu radio.
RELATO 331
87 palabras
Carmen Frontera Quiroga.
Madrid – España.
RELATO DE TERROR87 palabras
Carmen Frontera Quiroga.
Madrid – España.
Al encender la radio el locutor leía aquel relato de terror: “Les llamaban la familia del alemán. La hija mayor tenía siete hijos, el octavo nació muerto, no se conocía al padre de ninguno de ellos. El hijo era callado, apocado. La madre de ambos se volvió a casar y tuvo otra hija en estas segundas nupcias. La tercera hija huyó. Dejó una carta de pánico y terror. La madre confesó no saber nada. El padre se confesó inocente de violación”. Apagué el interruptor de la radio.
RELATO 332
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 333
105 palabras
Belinda Roca Navarro.
Deltebre, (Tarragona) - España.
YO DIRÍA QUE SÍ...105 palabras
Belinda Roca Navarro.
Deltebre, (Tarragona) - España.
No le importó que su mujer se encontrase tirada en el salón vomitando los últimos resquicios de alcohol ingeridos la noche anterior. Su pragmatismo le dijo que ahora primaba su futuro y cerró la puerta para que en la cabeza de ella retumbara bien fuerte el estruendo del adiós.
Se encaminó al lugar de trabajo de su primo Eladio. Éste trabajaba en la radio local de un pueblecito de apenas dos mil habitantes. Aprovechando la solvencia de este medio, carraspeó i dijo:no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. Me llamo Jesús y tengo mis dudas de si nací en Nazaret.
RELATO 334
103 palabras
Eduardo Gregorio Zumelzu.
Junín, (Mendoza) - Argentina.
COMUNICADO DE PRENSA103 palabras
Eduardo Gregorio Zumelzu.
Junín, (Mendoza) - Argentina.
Hace unos días, una radio de nuestra ciudad emitió el siguiente anuncio:
“Cumplimos con notificar a la población que en nuestro último programa se deslizó un error involuntario que, por haberse deslizado (no sabemos hacia dónde), no ha podido ser hallado para proceder a subsanarlo.
Será fácil imaginar para nuestros estimados oyentes que ello ha generado un problema difícil de solucionar pese a nuestra disposición, por lo cual les rogamos sepan disculpar este inconveniente y, en la medida de lo posible, disimularlo haciendo de cuenta que no ha existido.”
La audiencia ha quedado maravillada ante tanta sinceridad, renovando su confianza en la emisora.
RELATO 335
105 palabras
Ariel Alberto Neuman.
Buenos Aires - Argentina.
EN VIVO105 palabras
Ariel Alberto Neuman.
Buenos Aires - Argentina.
Apenas entró en el pueblo, las miradas de ancianos y enfermos recayeron sobre su delgadez.
Caminó cansinamente por la calle principal, arrancando comentarios e insultos.
La radio alertó por su presencia.
Las puertas comenzaron a trancarse.
A través de las persianas podía escuchar por FM el relato de su recorrido. “Dobló en la Calle del Ángel”. “Avanza hacia el hospital”. “¡Atención! ¡Atención! Se detuvo frente al almacén”.
Al otro lado del mostrador, el pánico de Paco se mezcló con el escalofrío de los radioescuchas.
A uno y a otros, la carcajada les atravesó el corazón.
Nunca era bienvenida la muerte en aquel rincón del mundo.
RELATO 336
37 palabras
Leonardo Ortiz Franco.
Neiva - Colombia.
VOZ DE ENSUEÑO37 palabras
Leonardo Ortiz Franco.
Neiva - Colombia.
Cuando tuve mi primer radio, me enamoré de una dulce niña con voz de ensueño y matices gráciles en sus risotadas. No me importó saber después, que una anciana taciturna con dientes tintados de nicotina la interpretaba.
RELATO 337
94 palabras
Saray Oropesa Ramos.
Calafell, (Tarragona) – España.
RADIO-GRAFÍA.94 palabras
Saray Oropesa Ramos.
Calafell, (Tarragona) – España.
Deprisa. Debes mirar al cielo y contemplarla. Escucha el sonido que tanto conoces, disfrútalo. Ella vuela con todo su esplendor visualizando al mundo en toda su gloria. Tan especial y tan efímera. Trae en su vuelo buenas nuevas o fatídicas a quien ansía noticias. Doble antítesis para este arte. Locutores, títeres de las palabras, padres. Mil cadenas y yo elijo la tuya, por bondad o interés. Sintoniza... Te nombro reina, el ojo del huracán informativo. Cázala, no tiene igual. La hija prodiga de Guillermo Marconi. A todas horas, siempre conmigo dispuesta a hacerme compañía.
RELATO 338
107 palabras
Cristina Arenas Toca.
Santander – España.
DÍA DE BAUTIZO107 palabras
Cristina Arenas Toca.
Santander – España.
Le temblaban las piernas y notaba la boca reseca. El pánico le atenazaba la garganta mientras miraba fijamente el piloto rojo. Esperaba como el condenado que aguarda al verdugo. “No puedo hacerlo ”, comprendió. “No puedo ". La luz inundó el pequeño cubículo de súbito, carmesí, desafiante. Abrió la boca y volvió a cerrarla. Notaba la camisa húmeda. Un velo de irrealidad lo cubría todo y él se esforzaba en desentrañar el significado de los garabatos que le llenaban los folios. Primer día en las ondas. Un codazo le sacó de su estupor. Miró a su compañera; al volver la vista las letras formaron palabras. Tomó aire.
RELATO 339
100 palabras
María del Pilar Redondo López.
Córdoba – España.
LA RADIO100 palabras
María del Pilar Redondo López.
Córdoba – España.
Cada noche me entrego a él sin reparo, prohibiciones ni tabú. Él me transporta al mundo de la fantasía donde todo es posible, me aísla y libera del presente. Entre sus brazos estoy a salvo de todo, cierro los ojos y me abandono a su magia. Entro en un estado de coma y muero. Desde la sed del agua hasta los límites del alma, en tus ojos quisiera morir cada noche arañando el olvido. Y resucitar cada mañana latiendo contigo, déjame que siga soñando otra y mil veces más, con el sufrimiento prohibido y la puñalada de amor sin veneno...
RELATO 340
103 palabras
Miguel Ibáñez de la Cuesta.
Santander – España.
EDGAR HOOVER SE CONFIESA103 palabras
Miguel Ibáñez de la Cuesta.
Santander – España.
Ahora que voy a morir puedo contarlo todo. Fue un trabajo pesado recoger cadáveres de marcianos, quemarlos, esconder sus naves en un lugar secreto, reconstruir los edificios destruidos, acabar con toda huella de la invasión. No fue fácil hacerlo, con los medios que teníamos, allá en 1938. Pero lo hicimos en un tiempo récord, sí, señor.
Y aún recuerdo la cara de susto de aquel tipo cuando dos de mis hombres le metieron en un coche para llevarlo a la radio.
-Haga lo que quiera –le dije-, pero tiene que convencer a todo el mundo de que ha sido una broma, señor Welles.
RELATO 341
103 palabras
Ángel Carlos Pérez Ejea.
Zaragoza – España.
YO OS UNO103 palabras
Ángel Carlos Pérez Ejea.
Zaragoza – España.
"¿Cómo que no? Óigame, no puedo vivir sin ella, ella no puede vivir sin mi, vivimos juntos desde hace años, es mi inseparable compañera de viajes, compartimos alegrías, tristezas, salud y enfermedad...¿Por qué me mira así? Sepa que hasta nos levantamos a la vez, la escucho, la llamo a veces, cuando no estoy con ella la echo en falta un montón...¿Y aún así me dice que no puedo casarme con mi radio? ¡Usted no tiene corazón!"
El cura siguió mirándome fijamente, y empezó a retroceder hacia la puerta de su despacho, andando hacia atrás y sin quitarme el ojo. Vaya un tío raro.
RELATO 342
50 palabras
Samuel de Jesús Laparra Méndez.
Tuxtla Gutiérrez, (Chiapas) - México.
ASESINATO50 palabras
Samuel de Jesús Laparra Méndez.
Tuxtla Gutiérrez, (Chiapas) - México.
Cuando el asesino encendió la radio, lo primero que escuchó fue la noticia de su muerte.
“¡Eso no puede ser!”, exclamó al coger su abrigo.
“Así fue”, le susurró la víctima, mientras cerraba el féretro.
Al llegar a la emisora, preguntó por el locutor X.
“Murió esta mañana”, le contestaron.
RELATO 343
100 palabras
María Isabel Galván Rocha.
México D.F. – México.
ONDAS HERTZIANAS100 palabras
María Isabel Galván Rocha.
México D.F. – México.
Con ligero movimiento prendemos la radio, somos humanos en escucha del oleaje de un inmenso mar de ondas hertzianas. Las que devuelven la cálida voz y la música en tiempos divergentes. Una y otra llegan a la memoria. Una es la dulce sensación de compañía a la que nos ceñimos. Otra es la placida sinergia del entramado de acordes. Una y otra vuelan a nuestro oído en la abrasadora y álgida sensación de que escuchamos atentamente u oímos sin tener en cuenta. Así, se mueve nuestra idea de que es, la radio, lo asequible que no tiene tiempo ni edad.
RELATO 344
101 palabras
Ana María Galván Rocha
México D.F. – México.
CLIC101 palabras
Ana María Galván Rocha
México D.F. – México.
Clic, enciendo la radio, un murmullo ruidoso se escucha, decenas de estaciones componen su cuadrante, desde música ranchera hasta la clásica, pasando por noticieros y uno que otro programa de salud, de corte político, hasta radionovelas, entonces tomo el control, yo decido, la sintonizo en excelsa música que se propaga llegando a mi oído las más exquisitas vibraciones rasgadas en un sinfín de notas de instrumentos musicales todas armoniosamente hiladas, es la Novena Sinfonía de Beethoven. Con la radio a mi lado, he escuchado con el corazón y la mente abierta; sintiendo, visualizando e imaginando, la música de todos los tiempos.
Radio Klara. 104.4 f.m.Valencia
RELATO 345
102 palabras
Sara Barragán del Rey.
Madrid - España.
ESCUCHARME, ENCONTRARME102 palabras
Sara Barragán del Rey.
Madrid - España.
Hubo un día en que mi alma dejó de ser mía y fue aurora boreal. Un día en que mi cuerpo trascendió la materia, mi espíritu recuperó su instinto y mi voz alcanzó los límites del infinito espacio sonoro. Y descubrí en toda su esencia la generosidad del ser humano, la capacidad de viajar de cuerpo a cuerpo, la magia de saberme conectada. Hubo un día en que bailé en soledad pero pude regocijarme de compartir mis anhelos con una multitud. Ahora soy intangible y reflecto las luces de la razón. Viajo desde tu oído a mi pulsión: escuchar, escucharte, escucharme, encontrarme.
RELATO 346
102 palabras
Joaquín González Málaga.
Coria del Río, (Sevilla) – España.
TERAPIA DE RADIO102 palabras
Joaquín González Málaga.
Coria del Río, (Sevilla) – España.
Tras el profundo sopor derivado de la anestesia -ya en franca retirada-, lo primero que recuerdo del regreso a la cuarta planta es una voz que sale de la radio de mi mujer, con quien comparto habitación desde el accidente, y que nos dice casi en un susurro: -En tres meses os habréis recuperado-
Mientras tanto, estupefactos, ambos nos ofrecemos una caricia de champions, con la certeza interior de que juntos formamos un equipo invencible, aun en el caso de que lo acaecido no sea más que el fruto de un mal sueño y la radio esté sin pilas desde el lunes.
El calor de aquella mañana me consumía el aliento. Mi torso abatido sobre la cama luchaba por unas horas más de sueño. Llevaba unos días más cansado de lo normal, días en los que simplemente me dedicaba a intentar arreglar la vieja radio del abuelo. Aquel dichoso aparato consiguió captar mi total atención.
Una vez posados los pies en el cálido suelo de mi habitación, me dirigí al trastero. En un intento de realizar magia con los dedos, pulsé el botón de encendido del sintonizador.
Y entonces, sucedió. Como por arte de magia, desde la radio resonó una conocida canción.
Sonreí. Esa mañana preferí salir a pasear.
Queen estaba atado a una silla clavada al suelo. Era una de muchas. Ciento siete sillas para ciento siete rehenes. Los secuestradores habían decidido hacerlo a lo grande. Cada rehén llevaba un folio pegado al pecho con un grupo de música de los ochenta escrito en él, mientras una radio emitía una cuña publicitaria sobre la mortalidad del tabaquismo. Al terminar ésta, comenzó a sonar Personal Jesus. Queen suspiró al escuchar un disparo a su lado Depeche Mode, que estaba junto a él, había muerto. Los secuestradores necesitaban demostrar a la policía que iban en serio y tenían una forma muy particular de elegir a quién sacrificar.
El programa favorito de mi padre era el concurso de conocimientos que transmitían los sábados por la XKY. Muchas veces le animé a participar, pero invariablemente respondía que necesitaba prepararse un poco más. Recuerdo su desolación cuando la emisora cerró sus transmisiones, sin embargo, nunca dejó de sentarse en su sillón, sin que pareciera importarle escuchar solamente estática. Mi padre murió un sábado y esa noche, al regresar del hospital, no pude evitar encender su radio. Reconocí la música y pensé que debía ser una repetición de aquel viejo programa. Estuve a punto de desmayarme, cuando al anunciar al próximo participante, dieron el nombre de mi padre.
Cuando regresé de la escuela sólo pensaba en él. Llegué, lo apreté con fuerza, era la hora. Nunca nadie imaginó lo que pasaría. Mi madre comenzó a llorar desconsolada. Sería el final.
¨La niña no quiso que la acompañaran al hospital. Comenzó a soñar. Vio una luz muy blanca que se liaba a recuerdos y quiso explicarle a todos los que la velaban que no sintió dolor; pero era en vano¨. Pobre mamá, cada vez lloraba más al escucharlo. ¡Que tristeza!
Ha pasado el tiempo y él sigue allí, esperando ser encendido una vez más por la amante fiel de la radio novela.
Silencio angustiante por causa de mi radio que se ha roto, volvio la soledad.
El primer bostezo de la mañana es un chute de endorfinas que te engancha al día de una forma brutal. Mantengo la boca abierta y enchufo mis cascos a la radio. Todo lo que tengo que hacer desde ahora hasta la hora de dormir es captar cada palabra, cada momento, cada pensamiento como si fuese el último. El locutor metido en la pecera siempre bosteza con las noticias tristes. El bostezo eterno de esta mañana me llevo a escuchar la radio a pesar de saber que ya no estarías aquí. No voy a dejar de hacerlo. Aunque te eche de menos.
En plena posguerra, con el aliento agotado de subsistir, Ángela por primera vez en muchos años era feliz. Observó el aparato de radio, aún se sorprendía que de aquella caja de madera descolorida, lograran surgir voces, recordó como le costó acostumbrarse a ella, y en poco tiempo, lo difícil que era vivir sin su compañía. Encendió la radio, el programa comenzaba, se llevó la mano al pecho para paliar los vertiginosos latidos de su frágil corazón. El locutor presentó a los concursantes, la música dio comienzo, ella esperaba impaciente. Cerró los ojos, y a través de las ondas, la dulce voz de su nieta la emocionó…
Cómo está el mundo, otra pobre mujer muerta. Ella ya no podrá decidir fumar o no en bares, qué hartura de ley antitabaco. ¡Hala! Vuelven a bajar las pensiones, a este paso me quedo en el hospital de por vida, pues no podré costearme el pan de cada día. Claro que con la gente que hay en las listas de espera seguro que me echan de aquí rápido…¡pues con el temporal que se avecina no pienso salir a la calle! Aunque estaría bien ver el partido del sábado en el campo, pero estas piernas mías no están para muchos trotes.
Ahí llega el doctor… Apagaré la radio.
El locutor anunció que en la ruta 6, camino al parque industrial, se había producido la noche anterior un accidente automovilístico resultante del cual perdió la vida Sebastiano Cajal, distinguido ingeniero y vecino de la ciudad.
Sin inmutarse, Sebastiano Cajal apagó la radio, dejó la taza de café a medio beber sobre la mesa y, aflojándose la corbata, dijo:
―Al fin tengo un buen pretexto para faltar al trabajo.
(a la memoria de Joe Strummer, 1952-2002).
Londres llama, a través de la ondas. Y yo, sentado, ante la vieja radio de la casa espero, buscando en el dial, respuestas a mis preguntas. Londres llama, y yo busco, en el dial, mi ración de rock and roll diaria, esa que me hace sentir vivo. Tiempos aciagos corren, tiempos duros. Londres llama a través de las ondas, pero el dial no lo encuentra.
Londres llama, pero nadie lo escucha.
Londres llama, pero yo, no lo escucho.
Solo interferencias.
Pero el pequeño dios asiente el fuego prometeico, agobia a las bacantes de la memoria, fuma humos Hipnóticos en los elíseos.
Cela la Venus de Milo con la de Willendorf; Abstrae la cronología de Hefestos; Metamorfoséa el camaleónico Perseo.
Incrédulo es árbol en donde descansa tu cuerpo
(Cambio de dial)
…la propuesta de su 'Misi', acertó con 'Gaitán, el hombre a quien amé' "
a semana en el Compañía Grandes Musicale…
(Cambio de dial)
¿No hay preocupación porque en el medio campo los volantes no recuperan sino que…
(Cambio de dial)
¿Is There Anyboody Out There?
¿Is There Anyboody Out There?
(Apaga el radio)
Llevaba viuda un año y le seguía añorando. No me acostumbraba al espacio vacío de la cama, a no sentir su olor, ni sus caricias, ni su voz.
Cierto día tuve un sueño en el que me pedía que escuchara, el día de nuestro aniversario, un programa de radio que solíamos disfrutar juntos.
Aunque no creo en premoniciones ni asuntos paranormales, su obsesivo recuerdo me empujó a hacerlo.
No daba crédito a lo que oía, mi corazón se disparó, galopaba desenfrenado: alguien me había dedicado una grabación que me trajo la caricia de su voz, y con ella sus cariñosas palabras: "VIVE AMOR, NUESTRO TIEMPO YA PASÓ".
Radio Guiniguada. 105.9 f.m.Las Palmas de Gran Canaria
Dice el abuelo que va a permutar nuestra vieja radio a válvula por una más moderna con receptor transistorizado…Asegura que esta es una tecnología de vanguardia ya que entre otros beneficios no recalienta… Y que además debemos estar en “sintonía” con los nuevos tiempos que corren… Yo le exprese mi preocupación al no poder comprender como iba a hacer esa gente del radioteatro para trasladarse de aparato… Entonces el abu acaricio mi inocencia y me explico dulcemente que lo único que iba a cambiar era el lugar de donde salían las voces… Que los actores continuarían trasmitiendo desde la misma banda de siempre… Pero igual no entendí...
Un locutor interrumpe mi radionovela para anunciar algo sobre el fin del mundo. Si es una treta para ganar audiencia, juro que apagaré la radio.
Había ocurrido en el mundo entero, y con una normalidad pavorosa.
Sin embargo, yo seguía en mi alejada y solitaria cabaña. Hervía la pavita al fuego; la llevé luego conmigo, hacia el umbral de la puerta. La noche estrellada regía sobre mí, y yo seguía tomando mate. Prendí la anticuada radio, erguida sobre una pequeña mesita.
“ Fsss… hace 125 días que solo hay noche… fsss… ¿ Que ocurre? ¿Donde ha ido a parar el sol?.... “
Cerré los ojos, y cebé el mate. La yerba estaba espectacular, y mientras la oscuridad se cernía por siempre en el cielo, yo la seguía degustando con gran placer.
La primera vez que la escuché pensé que sólo un contorsionista chino sería capaz de acomodarse en su interior, pero lo creí posible. Cuando oí una voz femenina dando la réplica al chino, pensé en un par de enanos y cuando oí a una orquesta sinfónica fue cuando me hice creyente.
Antes, había dado unas cuantas vueltas a su alrededor e incluso hurgué con cierto temor en su interior. ¡No puede ser! ¡No hay nadie dentro! ¡Es cosa de brujas!
En el transcurso de mí vida tuve que admitir que las brujas se habían convertido en ondas hertzianas y entonces dejé de ser creyente.
La siguiente emisora al azar será la respuesta, me dije, ella decidirá entre la vida y la muerte, dependiendo de su canción, yo no soy quien para tomar una decisión así. A pesar de todo el daño que me hizo no me dejé llevar por la ira, busqué en mi interior algo de luz entre tanta oscuridad y le perdoné. Pero tras deslizar mi dedo sobre la ruedecilla de la radio, lo solté y la emisora sonó, desafortunadamente aquella canción no era precisamente una de mis favoritas, ojala no hubiese sido así.
Ayer fue mi cumpleaños. Vinieron mis hijos. También mis nietos. Una excepción, pero dadas las circunstancias, seguro que los obligaron. Ellos creen que los necesito, pero no es así. En cuanto se fueron, lo recogí todo y me fui a mi sillón y puse la radio. Justo a tiempo de escuchar tu dedicatoria, Manuel. Y nuestra canción tirando del hilo de los recuerdos. Aquel verano bañándonos en la laguna, la ropa mojada, nuestras risas, el primer beso. No sé cuántos años habrás dejado dispuesto tu regalo, seguro que tantos como me queden de vida. Tú siempre cuidaste los detalles.
Sumergido en la espesura del bosque, en una noche helada y sin la luna como aliada, el joven Boster buscaba la reliquia perdida. Con ayuda de su localizador llego a una gruta llena de luz. Se adentro en ella admirando su hermosura y la luz emitida por sus piedras, las cuales emitían tal luz que se hacia el día en el interior de la tierra. Apago su linterna y prosiguió su búsqueda. Después de sortear varias advertencias grabadas en ese vello mineral de luz, llego a una sala de plata en la cual en el centro se hallaba lo que tanto buscaba, la radio de Guglielmo Marconi.
Querida Graciela Nocturna. Todas las noches escucho tu programa con admiración. Tus consejos devuelven la esperanza a mucha gente y hora soy yo quien los necesita.
El otro día me fui a trabajar y a cuatro manzanas de mi casa se me paró el coche. Volví para pedir ayuda a mi marido y lo encontré con la vecina en nuestro dormitorio, completamente desnudos. Estoy desolada, ¿qué puedo hacer? Espero tu consejo. Atentamente, Flor Marchita.
Estimada Flor Marchita, sin duda, lo que tienes que hacer es mandar revisar la bomba de la gasolina. No es normal que el coche se haya parado habiendo recorrido tan poca distancia.
La radio es un reflejo de la vida. El lazo afectivo que nos une a las voces que por años nos acompañan en diferentes programas, sean noticiosos, musicales, radioteatros, deportivos o cómicos, estos lazos van construyendo una identificación permanente.
La radio, como la vida misma tiene alegrías y tristezas.
Luz y oscuridad.
Que nos hace soñar con canciones, lugares y personajes entrañables y de pronto las noticias nos traen voces extrañas, solemnes que anuncian guerras, golpes de estado y muertes.
La radio como espejo de vida.
En ese afán de transmitir la realidad del porqué la radio va más allá que la televisión, el locutor del pueblo visitaba diversas escuelas para educar y concienciar sobre la historia de tal medio de comunicación: “Estudiantes, la verdad es que la alta definición está con nosotros desde mucho antes de lo que ha estado con su televisor”. A lo que uno de ellos le preguntó: “¿Eso es cierto? ¿Por qué yo no lo he visto?”. La respuesta fue: “Mira, este es nuestro afiche de promoción. Léelo.”. El estudiante así lo hizo: “la emisora del pueblo: raHDio en alta definición”.
Los micrófonos en su sitio. Mi silla: libre, esperándome. Había estado el día anterior, pero aquello era diferente. Nadie me había avisado de la sensación de poder y a la vez enanismo que iba a recorrerme. Pensándolo mejor, nadie podría habérmelo descrito. Un escalofrío. Por fin había conseguido mi propósito, por fin iba a dar mi pequeño pero primer gran paso. Avancé hacia delante, me coloqué los cascos y di señal para accionar el micro. “Buenos días”- dije. La posibilidad de cambiar el mundo acudió a mí con una claridad absoluta. Y entonces yo supe que la radio iba a ser mi compañera.
Esa mañana me levanté como siempre, a las 6.45 y un poco antes de las 7.30 salía de casa camino al trabajo. Al arrancar el coche, la radio se puso en marcha, enseguida le di a la búsqueda automática del aparato. Sentía la necesidad de escuchar una emisora que tuviera diversidad de programas y que fuera amena, divertida y locuaz. De repente el buscador se detuvo y entonces escuché la voz más dulce que se puede oír. Creo que reduje la velocidad para escucharla mejor, no era cuestión de subir el volumen, si no de sentir lo que aquella dulce voz transmitía. Quedé maravillado con esa voz.
Pasaron menos de quince días para que la periodista radiofónica volviera al sitio del cual no debió ser despedida.
Todo empezó con una manta y una pregunta, para algunos insólita en un país tercermundista, dirigida a una autoridad como el propio primer ministro.
Claro, a su restitución, ayudo la presión de personas de la sociedad civil, quienes lograron lo que hasta hace unos años todavía era impensable, devolver su puesto a una paria laboral maldecida por una rabieta gubernamental.
Este es un día de celebración y yo vuelvo a escuchar la radio.
A Rosario, pegada a la radio como el hombre a la nariz del soneto de Quevedo
De repente la vida del ermitaño se sumió en un absoluto silencio. Entonces bajó rápidamente a la ciudad a comprar pilas porque el silencio de la naturaleza era inhumano, distante e insoportable sin la radio.
Yo tenía treinta años y ella acababa de cumplir los noventa. Antes que yo, otras le habían hecho compañía. Mi voz incasable llenaba completamente sus días. Sus ojos cansados apenas veían, pero sus dedos artríticos acertaban siempre con mi ruedita. Todo terminó para ambas cuando a ella se le agotaron las pilas.
Desde los tiempo más remotos, los seres humanos hemos experimentado la necesidad indispensable de comunicarnos. En todas sus formas, por todos los medios, siempre han existido evidencias de que es innato y fundamental sentirnos, según la necesidad, en emisores por unos momentos y en receptores por otros.
Quién me iba a decir que sobre el siglo XIX, se empezó a engendrar a mi inestimable amiga “La Radio”. Compañera diaria que me mantiene informado todos los días, infatigable en reproducir noticias, relatos, citas deportivas y demás información, que me hace sentir, vibrar, amar y esperanzarme, que el día de mañana será aún mejor.
Siempre tuyo, tu receptor preferido.
Radio Jabato.Coslada (Madrid)
Escuchar cada mañana esa dulce voz; que me transporta años atrás, a un mundo de alegrías, de vivencias, de recuerdos. Nada importa ya, sólo el cálido sonido de sus palabras me hace conservar las ganas de vivir, me aporta el calor que me falta. Hace tiempo que no puedo oír su voz directamente, ella me abandonó, aunque sigue aquí, a mi lado… ni siquiera me mira. Pero yo si puedo mirarla. Y escucharla. Sus relatos nunca morirán, tampoco en mí, que cada mañana toco un pequeño botón y enciendo el pasado, el pasado junto a ella, sus recuerdos en mis oídos. Su historia, nuestra historia.
Hoy no he dormido porque tenia que trabajar, la verdad es que por la mañana me siento enfadada con el mundo, cansada y deseosa de subirme al coche para poder escuchar algo de música de la radio mientras voy a mi casa, esa musica que me conecte y haga disipar este desazón que llevo. Ya en el coche enciendo el motor y automaticamente suena una canción, entonces mi anima se relaja y empiezo a esbozar una leve sonrisa. ¡ Como llueve ¡, apenas me preocupa mientras empiezo a tararear. Estoy deseosa de llegar a casa y quedarme dormida con la radio puesta oyendo de fondo todas las melodias maravillosas
La mañana suscita el halito de una voz muda.
El lento caminar de tus pasos convergen con cada pablara, y la voz que se transmite desde una distancia remota aúlla en sigilo: “No le temo al olvido, temo no ser recordado”.
La voz desaparece una vez mas mientras que tu caminar se dirige al sur y se pierde en la mundana multitud.
Cuando tus pasos ya no estén y el mundo haya desprestigiado el escuchar, la radio habrá muerto y nadie será el culpable.
Giré la rueda, y una leve interferencia, banda sonora de las voces que hablaban en la lejanía, me conectó al mundo con crueldad. Aquel era mi vínculo, día tras día, con una sociedad que no me quería, que me ataba a una silla sin futuro, sin elección, sin ser elegido, mientras allí sentado escuchaba cien historias de soledad como la mía. Aquel aparato obsoleto era lo único que me mantenía unido a un mundo surrealista donde los vivos lloraban desesperados, y los muertos sonreían contentos por su final. Aquellas voces sin rostro eran la compañía -y a veces, mi vida-, en aquellos oscuros, tristes y solitarios días.
Nací hace más de cien años y cambié el mundo profundamente. Tuve muchos padres y cuando crecí, la humanidad creció conmigo; las palabras llegaron a más oídos y la música a más corazones. El acto de hablar conoció su máxima expresión y los relatos, las noticias y las ideologías fluyeron como un caudal desbocado.
Actualmente ya no gozo de tanto protagonismo pero sigo vigente. Cada día, los sonidos del hombre resuenan por todas partes a través de mí. Sigo combatiendo la ignorancia, mitigando la soledad y no he cesado ni por un momento de servir a mi propósito original que es y siempre será, llegar hasta ti.
Mi padre afirmaba que hay objetos que son útiles siempre, aun cuando han perdido su utilidad original. Él recordaba que cuando lo sepultó el Gran Ruido, como se acostumbró a llamarlo años después, su vieja radio lo salvó. Ese aparato, que lo había informado, formado, intrigado y entretenido, ya no funcionaba. El Gran Ruido se había encargado de ello. Sin embargo, cuando los ladridos se acercaron, mi padre golpeó el objeto contra las tuberías. Con todas sus fuerzas. Cada golpe corcovó la carcasa de la vieja radio, produciendo un estruendo metálico que alertó a los perros e indujo el rescate.
El despertador…
Un nuevo día, pienso mientras estiro todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo.
Me levanto, voy al baño y me miro en el espejo. Aún no me reconozco.
Necesito una taza de café. Me da ánimos todas las mañanas para afrontar la nueva jornada. ¿Qué me deparará hoy?
Me falta algo. La sala está demasiado vacía. Enciendo la radio y comienzo a escuchar ese programa de las ocho. Desayuno escuchando a esos misteriosos invitados, que aunque no logro ponerlos cara se han convertido ya en parte de mi rutina diaria, como si desayunara junto a ellos todas las mañanas.
Esbozo una sonrisa.
El crepúsculo está ensangrentado de cristales de fuego y las llamas devoran ya los pinares negruzcos. Un hedor pestilente de materia carbonizada se cuela por entre los postigos echados, mientras el fiero crepitar restalla en la madera herida. Aproximo el oído al transistor, cuyas interferencias semejan el borbollar del aceite hirviendo, con la esperanza quizá vana de que el tiempo nos otorgue una nueva prórroga, que llenaremos de palabras escritas en el aire, a media voz, musitadas, silenciosas, con ese sigilo de las caricias furtivas de la adolescencia, antes de que nuestros cuerpos sean pavesas, cenizas, polvo enamorado (1).
(1) Francisco de Quevedo.
"¿Qué tenía esa canción?, pensabas sonriendo cuando aparecía en el dial.
Nació de un tal Paco, que se dormía cada noche encima de los folios, testigos éstos, del fugaz momento de inspiración.
Escribía al compás de una cerveza, y de los sueños que siempre le llevaban a tus brazos, lo que nunca te decía con palabras.
Azares del destino, su letra, que era la tuya, encontró la música por el camino, y la radio en el coche te la regalaba desde entonces.
Un semáforo, un instante y reconociste la declaración anónima.
Sus últimos acordes te hicieron cambiar el rumbo que llevabas, para ir directamente hacia su casa."
-Entonces, ¿usted sintonizó la emisora entorno a la una de la tarde?
-Sí, se escuchaba una canción, empezaron a oírse unos ruidos raros, no les di importancia hasta que comenzaron a susurrarse cosas un poco verdes. Por lo que deduje, hacía calor y habían tirado algún micrófono al alborotarse sobre la mesa, cuando ella jadeaba apenas se podía escuchar la canción. Además era curioso, parecía que iban al mismo ritmo. En cuanto apareció mi hijo apagué la radio inmediatamente. La verdad es que yo me estaba divirtiendo.
-Bien señora, muchas gracias.
-¡Oiga! ¿Cómo no se dieron cuenta de que estaban haciéndolo en directo? ¡¿En el aire?!...
Todavía se desconocen las causas reales del trágico suceso pero la policía desmarcándose perfectamente logra anotar el primero de los cuatro días de lluvias intensas y nevadas en cotas superiores a los dos mil metros asumiendo la culpa que el Ejecutivo español tiene en este aumento progresivo del desempleo en el último año hasta ahora el disco más vendido en la historia de pop inglés y sólo tú puedes luchar por salir adelante para rehacer tu vida contando siempre con el apoyo de la mayor calidad al mejor precio en todos nuestros establecimientos sin olvidar que puedes llamarnos durante las próximas dos horas para dejarnos tu opinión.
La moto se empotró contra el guardarrail mientras el piloto salía disparado por el manillar. En apenas una voltereta, casco, matorral, cuero y barro formaron un revoltillo que se detuvo a escasos metros del arcén.
El motorista apareció y, tras el absurdo impulso de contarse los dedos, enfiló hacia la máquina y la desconectó. “Horquilla doblada, madrugada del martes en comarcal, pero de una pieza; y solo, más solo que la una …” Con un repentino gesto, el accidentado se soltó la mochila y extrajo una radio.
Desde donde el oyente esperaba sentado ayuda, se abarcaba la curva en su amplitud. “¡Bueno! No tan solo”.
Radio Iris 7. 100.0 f.m.Aranda de Duero (Burgos)
Recuerdo la imagen de mi abuela, era una mujer entrañable, aunque mis recuerdos sean leves, el amor que dio a todas las personas que la conocieron la hizo ser una mujer admirada y querida por el pueblo.
Dedicó su vida a trabajar en las fincas de los vecinos a cambio de un pequeño jornal y cuidaba de sus padres y sus hijos sola.
Cuando ya era muy mayor, se sentaba en su mecedora al calor de la cocina de hierro y contaba esas historias que me fascinaban.
Al llegar la noche encendía su trasmisor de radio y escuchaba aquellas novelas con las que se tanto se emocionaba.
Con unas copas encima, ambos se encontraban algo desestabilizados por el efecto del alcohol y lo avanzado de la noche. Una vez que llegaron a casa y se hubieron desvestido con más o menos dificultad, se enfundaron sus trajes de cama y se tumbaron quedando con la mirada fija en el techo.
Transcurridos unos minutos, ya somnoliento él, se giró hacia la mesita y con un movimiento certero y habitual encendió la pequeña radio, que esperaba, con aparente impaciencia, el momento en que le tocaba participar en el ritual:
- Pero si te estás durmiendo ...
- Es que si no la pongo...
- Pues ponla flojita...
En el instante de subir la escalera, sintió el pulso acelerado, saludó a compañeros en la emisora, mostró poca atención en las miradas lastimeras, se recreó poco en las animosas palabras, buscó la imagen del micrófono, se apresuró a pedirle comprensión. Ya sentado con los cascos, rememoró sin nostalgia, intentó un resumen sin éxito, se fijó en los técnicos y buscó las últimas señales, escuchó los últimos anuncios, ¿acaso volvería a algún insulso, postrero homenaje? Se centró en sí mismo, alejó al incomprensible vacío que esperaba paciente tras la puerta, saludó a contertulios y audiencia, dirigió el programa sin más. No supo decir adiós a su aventura.
Lo tenía todo preparado: de punta en blanco, el revólver y la nota para Marta. ¿Por qué abrí la ventana del patio? No sé, quizá solo quería notar en la cara el fresco de la mañana. Oí a rachas la radio del vecino: explosiones... trenes de cercanías... Atocha... número indeterminado de muertos... ¿Qué había pasado? Conecté mi radio: confusión, miedo, negrura en pleno día. Aun sin datos concretos, la certeza del espanto me atravesó el cerebro y me encogió el estómago. La conciencia repentina de que el sufrimiento ajeno era real y el mío una chiquillada me impidió suicidarme. Siete años después no he cambiado de opinión.
Infalible, cada mañana a las once en punto, mi hermano Bayron escuchaba los clasificados de Radio Matovelle, a la espera de una oportunidad de trabajo, se había presentado a más de cuarenta llamados. Su aspecto burdo, su mirada desafiante lo habían hecho merecedor de tan solo la esperanza que queda con la frase “nosotros lo llamaremos”. Decidí acompañarlo ante el comunicado “impaciente, necesita joven paciente para trabajo duro”, llegamos al lugar donde se colocaban fundas de arroz en cajas. – Bienes por el trabajo- le dijo - vaya, después de tanto buscar, la radio me trajo a la persona correcta, colócate el uniforme y ponte a trabajar-
Entre dos mesas de noche y una cama, una cálida voz irrumpe y llama:
–¿Qué haces ahí parado?, le pregunta, ¿es que no has oído mi reclamo?
–Ya voy querida, ahora me levanto, contestaba.
–¿Insiste en ignorarme, caballero?, no desisto, ya es el alba.
–Unos minutos, le rogaba.
–Es hora del encuentro...¡corre!, dame un golpecito
–¿Qué quieres?, continuaba.
–Eso, una caricia, rápido y me quito.
–Un sueño, eso eres, nada más...
–Aqui llega mi respuesta: “son las nueve en punto, como cada día tu radio te acompaña un día más...”
–Ya estoy listo, podemos empezar.
Cuando nací, era un ser tan preciadísimo que vivía gran parte del tiempo enfundada en cretona plisada. A la hora de la novela me desnudaban para oír Ama Rosa. En este momento, estaba rodeada de mujeres cosiendo en silencio. Era la hora de ellas.
Después de la novela, los discos dedicados cantaban canciones como: ¡qué bonita está mi niña y tiene tanto salero que le dan agua bendita los angelitos del cielo! Ellas seguían cosiendo.
Terminada la novela y los discos, me volvían a vestir con la cretona como a una señora, hasta la noche en que me desnudaban para el parte. Era la hora de ellos.
Vale, vamos a hacerlo bien:
Nunca he dejado de escucharte sin comprender claramente si existías, o si la ilusión era solo ese estandarte que enunciabas con tu voz.
Dejo que el sonido crezca solo para volverte a escuchar, aunque esta vez estoy más cerca, y poco a poco concurro con tu susurro al locutar…
Pero vamos a hacerlo bien, quiero dar el paso a mis ojos de poner imagen al sonido, y yo, así, tan atrevido, me lanzo, descubro la verdad:
Tan solo una grabación de estudio, no hay imagen real.
Me marcho, vacío, sé que me falta algo… entonces enciendo la radio para volverme a enamorar…
107. Ese es el tiempo estimado. A la entrada del túnel un rádar toma un tiempo. A la salida otro rádar toma el parcial. Según la velocidad máxima permitida el tiempo debe ser 107 segundos. Eso dura el silencio. Ese es el tiempo que quedo huérfano de mundo. Cuando entro y la voz de mi locutora se pierde en el vientre de la montaña. Esa voz es la que guía realmente el coche, lo mantiene en el asfalto. Este trayecto intersticial entre mi vida en el infierno y mi trabajo en el infierno. Salvo estos 107 segundos de intervalo de interferencias. Ya está. Por fin, su voz.
La radio y los faros se encienden sin su consentimiento, irrumpiendo en la noche. Unas canciones atrás, el clímax de la melodía acompaña al vehículo recolocando ramas, sacando las abolladuras de la carrocería y elevándose en el aire hasta la angosta carretera. Con la mirada nerviosa observa las luces de la costa duplicándose en el mar. En la intersección comienza la música. Reconoce la voz de la dedicatoria y, en ella, la promesa que le perseguirá toda la vida. Las ondas la han encontrado. La radio se apaga.
…continuamos emitiendo; ahora con el tema “Gimme Hope Jo’anna”, de Eddy Grant…
Desde lo alto de la colina Ramón, empezó a gritar a los de abajo, sin dejar de mover la manivela de la dinamo. Cuando alzaron sus cabezas, calló y subió el volumen del receptor. Un ritmo de ská bajaba por la ladera. La reacción fue instantánea, con luz de curiosidad en sus rostros, corrieron hacia arriba, donde Ramón les esperaba bailando.
Hacía mucho tiempo que no escuchaban música, que no bailaban, que no sentían ilusión. En aquellas ondas electromagnéticas encontraron la vida y una esperanza para continuar.
…superviviente, escuchas Radio Apocalipsis, que te acompaña en…
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