RELATO 101
107 palabras
Trini Pestaña Yáñez.
Martos, (Jaen) – España.
ENVIDIA GENERACIONAL107 palabras
Trini Pestaña Yáñez.
Martos, (Jaen) – España.
Han vendido la vieja radio. La nueva es pequeñaja, plateada y apenas tiene botones. De todos recibe alabanzas: que si mira qué bonita es, que si tiene tecnología japonesa, que si su sensibilidad, que si sus prestaciones... ¡Me ponen de los nervios! La nueva se lo cree, pero alguien tendría que decirle que, en comparación con la vieja, su sonido es penoso. Tan buena era la vieja, que, a pesar de sus años, funcionaba sin interferencias: pura seda. Yo oigo con la única oreja que tengo y no digo ni mú, no sea que también me vendan al trapero. Pero, ¿qué otra cosa puede hacer un gramófono?
RELATO 102
106 palabras
Jorge Luis Lavalle Sequeiro.
Posadas, (Misiones) – Argentina.
106 palabras
Jorge Luis Lavalle Sequeiro.
Posadas, (Misiones) – Argentina.
OJOS QUE NO VEN...
Ella me dijo el otro día que lo iba a hacer... y lo hizo, escuché las noticias esta tarde en la radio, pero me parece que estaba mal contada, ella no podía estar vestida como decía la periodista, no podía. Pero la radio te engaña, es como cuando te relatan un partido y parece que se están por hacer como veinte goles, pero cuando lo pasan en la tele sabes que no pasa nada. Por eso no le creo, voy a ver cuando lo pasen por la tele y recién ahí voy a creer lo de la camisa verde, ese color le caía como la mierda.
Se encontraba en el tren escuchando la radio. Estaban contando una historia sobre una persona que viajaba en tren escuchando la radio; en su frecuencia escuchaba la historia de un hombre que viajaba en tren escuchando la radio; la historia que contaban en ese momento era la de alguien que viajaba en tren escuchando la radio. Martín se preguntó si él mismo no sería la historia de algún otro viajero.
Su verano parecía cada vez más lejano. Día a día alcanzaba la cima de la colina entre temblores y sacudidas silenciosas, y el calor que promete la segura rutina se desdibujaba a cada paso. Sabía que la jornada que le esperaba alejando a los animales extraviados del repetidor, no sería más que una ininterrumpida sucesión de minutos vacíos, a rellenar a su antojo por invenciones y ocurrencias que coparían su mundo interior de vivencias solitarias, de experiencias ininteligibles, de anhelos inexpugnables. Prefería adivinar las transmisiones a tener que acatar las escuchas, aceptar las palabras que le eran impuestas. Un día más, siguió allí sentado, solo, pensando, viviendo.
Estábamos cansados, hambrientos y sitiados por el desánimo, con la sola compañía de una Majestic de madera. La radio estaba cubierta de polvo por los constantes bombardeos y, a veces, había que darle algún que otro golpe para sintonizar la única emisora francesa que llegaba al corazón del Reich. Nuestro tío tenía un lugar reservado junto al aparato. Durante la Gran Guerra había servido en la Triple Alianza y, tras caer prisionero, aprendió un poco de francés de supervivencia, como decía él. Ese día, un día cualquiera de un exhausto 1945, recibimos por fin la noticia más esperada. Los supervivientes, juntos, escuchamos el anuncio de la libertad.
La orden era clara y concisa. Debía esperar a que, durante el discurso que sería emitido por el dial 101.5 de la radio, el presidente de la compañía pronunciase las palabras "a mi tampoco me gustan los paraguas". Tras aquello, debía actuar rápido para conseguir que todas las emisoras reprodujesen el resto de la conferencia en la que aquel alto mandatario hacía públicos sus deseos vender la empresa a una multinacional que no tardaría en despedir al grueso de sus empleados. El mensaje debía llegar a todo el mundo y la mejor forma de conseguirlo era mediante la radio. Era su única oportunidad de poder evitarlo.
Se ha jubilado. Su esposa, yéndose al trabajo, le gritó: “¡Baja la radio!”, y su hija: “¡Y la tapa del váter!”. Sintió el hielo de sus venganzas, pero siguió escuchando “My way” aunque sabía que ya no detentaba el poder. Luego, en su soledad, ebrio de alcohol, quiso romper algo, llorar a mares… Terminó vomitando. Fue entonces cuando se fue haciendo cada vez más pequeño y decidió introducirse en la taza del inodoro sellando la tapa. Esa noche madre e hija, buscándole, le oyeron silbar “My way”. Se miraron, cambiaron sibilinas sonrisas y ambas, al alimón, tiraron de la cadena. Después, conectaron la radio al máximo volumen.
Jueves. Es tarde. De hecho, el programa debería haber empezado. Dos días horribles en el trabajo. Jodida, así estoy. Hoy necesito algo para evadirme. Merece la pena seguir si puedo escuchar esa voz mágica que consigue que todo se desvanezca. Cambiar de emisora no es una opción que considere digna de plantear. Harta de los anuncios, ¡Quiero oírla! La necesito, mi musa, mi diosa. ¿Sabrá jamás que me muero por oír el sonido que sus labios emiten?
Entre tantas reflexiones oigo un claxon ensordecedor. Horas, solo dos horas más quiero para vivir. Irse no es fácil. Ilusa, eso es lo que soy. Oigo su voz y sonrío.
Atención radioyentes, los delfines y tiburones están saliendo del mar con gafas de bucear y botellas de agua; parece en son de paz porque no traen armas.
Atención, les siguen los cangrejos y ballenas, también con los mismos artilugios.
Salen todos del agua y se dirigen a las ciudades a disfrutar de la calidez de la polución de los automóviles y fábricas. ¿No tienen suficiente con la porquería que les arrojamos a su hábitat?.
Atención, un pulpo se quita la escafandra y haciendo un gran esfuerzo quiere hablar. Escuchémosle: Sólo venimos a sentir que nos espera cuando nuestros mares estén podridos como lo está ahora su entorno.
Para muchos, algo así como tocar el cielo con ambas manos. Manuel estaba solo desde el fallecimiento de Rosa, su esposa. Con la que había compartido casi sesenta años de su vida. Ya había cumplido setenta y nueve años, la mayoría de sus amistades ya habían fallecido y ahora, tan solo contaba con una amistad desde que amanecía hasta que oscurecía. Una amistad con diversas voces, con diversos puntos de vista, pero que día tras día, compartía su visión del mundo haciéndole partícipe de él. Dentro de su soledad, podía decir: “¡Qué gran invento, la radio!”
Parecía la fachada de una catedral con sus ventanitas apuntadas que dejaban pasar la voz de los altavoces. Yo recorría incansablemente su dial sintonizando las emisoras. No sabía dónde caían Frankfurt ni tampoco Beromünster, Ottringham o Athlone y aún sigo sin saberlo.
Algunos años más tarde el tío Ricardo, con el oído pegado al aparato, emboscados ambos bajo una manta, relataba a la familia reunida las revelaciones de Radio España Independiente.
Desde entonces necesito escuchar las noticias importantes metido en la cama, con el oído pegado al transistor, cobijados ambos bajo las mantas, como el tío Ricardo hacía con la Pirenaica en las tensas veladas de miedo.
Desde la primera vez que escuchó a Roberto, Anna quedó cautivada por su voz y personalidad. Cada día, de cuatro a cinco de la tarde, cuando se enfrascaba en colas interminables, prendía el radio del auto y se dejaba llevar a mundos mágicos por su locutor favorito.
Fueron miles de llamadas suplicantes, hasta que el buen locutor accedió a cenar con ella. Y ahora, por fin, mientras se tomaba un trago en la barra y lo esperaba, escuchó la seductora voz de Roberto a su espalda. Al voltear, observó a un anciano que le sonreía tiernamente desde una silla de ruedas, y le extendía la mano.
Desde las seis de la mañana que suena el despertador han pasado ya muchas horas, pero aún así sacas fuerzas de flaqueza para ducharte y calentar un consomé. Por fin te metes en la cama y pones la radio, te quitas el reloj y apagas la luz. Es tu momento: ese en el que te relajas escuchando las tertulias de tus amigos, que nunca has visto en persona pero que parece que conoces de toda la vida, que son de la familia; que te trasladan a una trinchera en Irak o al vestuario de tu equipo favorito; que te hacen ver cuando tus ojos ya están cerrados.
Yo escuchaba cada tarde la amorosa voz de Nubia Estévez en el noticiero radial para enterarme de los últimos sucesos violentos ocurridos en La Habana y llegué a enamorarme de aquella inflexión de voz tan dulce para anunciar los más tristes acontecimientos. Ayer no estaba en la emisora: fue su director quien explicó lloroso que había sido imposible convencerla de que no debía salir al mar en medio de la tormenta; empecinada, comenzó a caminar por la orilla creyendo que existían otras arenas tan limpias y otro cielo azul como los que vio desde su nacimiento.
Después de atravesar por múltiples decepciones de todo tipo, decidí emprender el camino de la soledad.
Me lleve mi radio y emprendí la travesía.
No tuve que andar demasiado cuando escuché al locutor comentar un hecho del cual era protagonista, refirió que tropezó a un individuo que parecía muerto, se acerca y lo sacude, este se incorpora abrazándolo, le dice: “creí que era invisible”.
Y pensé, solo nos apreciamos a través de otros.
¿Cuándo nos reconoceremos por lo que realmente somos?.
Di media vuelta y retorné a casa.
¿A quién quiero engañar?
Nunca podré estar sola.
Siempre hay alguien que me acompaña, depende de mí escuchar.
Todavía no se ha inventado nada que excite la imaginación -exceptuando el libro- como tu radio. Tenías razón al decir que iba a ser difícil dar con algo que te permita trabajar, hablar, educarte, divertirte, soñar, emocionarte... como tu radio. Ahora soy yo la que lo tengo todo el día en marcha. Y también le está gustando a tu biznieto, quien la oye en su habitación. A él le interesa más la música, a mí las noticias, a Jaime los programas deportivos. Son mas completos por radio y además podemos hacer otra actividad, como tu hacías.
El locutor se quedó en silencio, atónito ante lo que acababa de escuchar. Al principio pensó que era una broma, pero los detalles que proporcionaba aquella voz masculina y delirante le habían dejado sin palabras, precisamente a él, que siempre tenía una elocuente respuesta para todas las historias que se atrevían a contar sus oyentes en antena. No sabía qué hacer. Sentía terror ante aquellas confesiones y, por un momento, soportó el miedo de verse solo en la emisora a las tres de la madrugada. Su instinto periodístico le impedía deshacerse de aquel testimonio que, sin saberlo, provenía de la cabina de enfrente.
Los fascistas avanzan dejando a su paso desolación pero no perdamos la esperanza, el pueblo no se deja vencer, nuestros valientes aguantan…
Radio Pirenaica, la radio libre emitiendo. >>
Abro mis ojos de viejo; después de tantos años aún resuenan en mi cabeza como un pequeño martillo que golpea, graba los recuerdos.
Oigo cercanos los disparos frente a la casa, el llanto de mi madre. Veo la fealdad del horror. Cada noche vuelve a mí la sintonía de la Libertad hablándome de lo perdido. Ahora sobre mi piel arrugada la voz de la radio fantasma me confirma que, como entonces, yo no podré rendirme jamás.
La noche se promete larga. Asusta a veces. Ésta es una de esas. La voz que se filtra en la oscuridad también asusta. No porque sea agreste o misteriosa. La voz de las otras madrugadas traía calma y expectativa. Esta no. La voz que emite el dial transmite ausencia. No me provoca la erección de otras veces. Esta noche sólo es ruido lo que brota de las ondas, a pesar de ser una voz melosa de tinte dócil. Pero no derrite mi voluntad. Es como el estruendo del basurero quebrando el sosiego.
La voz de esta noche me distorsiona porque no es la de él.
La tristeza me embargaba, llevaba demasiado tiempo mirando al techo. Todos se movían a mi alrededor, hablaban unos con otros, a veces se dirigían a mí, después les oía decir –no se para que le hablamos, si no nos escucha, pero yo sí les escuchaba y les veía aunque no podía hablar ni moverme, por mas que lo intentara. Un día mi hijo de 16 años, me trajo una radio con cascos que me colocó en los oídos. Estaban poniendo aquella canción con la que nos enamoramos. Una lágrima recorrió mi mejilla y el chico descubrió que aunque mi cuerpo no funcionaba, mis sentidos lo hacían perfectamente.
Al poco de sonar el despertador, encendió la radio. Y escuchó: «Magnífica mañana de primavera. Hoy es un día para sentirte bien, con energía, para realizar tus sueños y objetivos. Lo que hagas será una muestra de tu buen hacer. Eres la persona indispensable para la tarea que te propongas. Quienes están cerca de ti disfrutarán a tu lado, les transmitirás fuerza sana y renovada. La gente que amas notará lo importante que eres para ella. Y, ahora, el tiempo» –dijo el locutor.
Y sin abrir todavía los ojos, pensó que, efectivamente, era una persona especial, afortunada, se sentía contenta y feliz consigo misma.
Muy temprano por la mañana, la anciana se levantaba de la cama despacio, sin prisa. Sus débiles miembros se resentían de tanto esfuerzo y temblaban bajo el peso de su cuerpecito de pájaro, como si temieran levantar el vuelo de nuevo en el día que comenzaba. Pero sus viajes eran muy cortos ya. Solo unos cuantos pasos y llegaba a su destino, y se posaba en su butaca, y encendía su radio. Música y voces entusiastas que le recordaban la vida, el sonido de la vida en contraste con el rozar de sus suelas contra el suelo. Estimulantes para su rica imaginación, y nada más.
Querida Elena Francis:
Esta es la segunda vez que recurro a su programa. Ya le conté mi caso en la anterior misiva: creo que mi marido me engaña. Todo el mundo sabe que sus sabios consejos han ayudado a miles de mujeres a sobrellevar los sinsabores de la vida. Pienso, no obstante, que en mi caso anduvo usted algo desafortunada.
Como bien sabe mi marido pronunció el nombre de otra mujer mientras cohabitábamos en el lecho marital. Usted sugirió que quizás estuviese eligiendo nombre para una futura hija. ¿Se ha vuelto usted loca, querida Francis?... Ahora que lo pienso… usted también se llama Elena… ¡Serás zorra!
— ¡Auxilio!, ¡ayúdenme!, ¡nos mata!...
Asustado, y aún medio dormido, pregunta:
— ¿Qué?..., ¿qué pasa? ¡Contésteme!, ¿dónde está?..., la oigo pero no la veo.
Afuera el temporal arrecia, la lluvia golpea fuerte sobre las tejuelas, el viento silba entre los árboles. Aturdido busca los fósforos. La oscuridad es total.
— ¡No…, por favor!, ¡mi hijita no!..., ¡piedad!
La voz es casi imperceptible. Se oyen unos jadeos, un fuerte golpe, un grito desgarrador, dos disparos, y el galopar de un caballo alejándose…
— 676 AM, radio Mechuque de Mechuque…, mañana otro escalofriante episodio de…: “El Trauco”.
Confundido mira el reloj: las 4.00 AM, debe ordeñar las vacas; héroe..., podrá ser otro día.
Cuando conocí las primeras radios era un chiquilín, fue por el año 32, era un aparato grande con lámparas en su interior, con un parlante por donde salía la voz.
Después empezaron a llegar cada vez más chicas, la primera que conocí era la spica toda forrada de cuero y con pilas.
Ya el paisano del interior la llevaba en su caballo escuchando las noticias.
Hoy en día son miniaturas las que te pones dos cables en tus orejas para poderla escuchar.
A veces me encuentro con algún amigo de mis tiempos, recordamos aquellos tiempos y nos decimos como ha cambiado los tiempos.
—Tenemos una nueva llamada. ¿Nombre? — pidió la locutora amablemente a su interlocutor, pero no hubo respuesta—. Su nombre por favor… —repitió haciendo señas al compañero que se encontraba al otro lado del cristal seleccionando las llamadas.
Un murmullo ininteligible… y después silencio.
— Conocemos tu secreto… —confesó el interlocutor con un hilo de voz, pudiéndose escuchar en todos los rincones del país mientras la locutora hacía señas para que cortaran la transmisión de inmediato.
A la salida del trabajo, cuando parecía que todo estaba olvidado y que tal vez se había tratado tan solo de una broma de mal gusto, recibió un mensaje en su móvil: “¡Asesina!”
Nos organizamos en apenas unos meses. Pusimos en marcha nuestra Radio Guernica al tiempo que reuníamos más de un centenar de prototipos que se repartieron por todos los pueblos del mundo. No diré de dónde salió la pasta, de sobra lo saben los no televidentes, pero tras pocos años y muchas instrucciones radiofónicas, todas las casas tuvieron chimenea, y todas las chimeneas tuvieron instalado su artefacto, y todos los artefactos apuntaban al cielo. En este mundo ya no habrá más ataques aéreos.
La guerra ha terminado - escupe la radio a una multitud de cadáveres
A Manuel le encantaba contar historias. Por eso se convirtió en el cuentacuentos del pueblo. Tan querido era por todos, que la radio local le ofreció un programa, “El cuentacuentos Don Lolo”, como era llamado cariñosamente por sus paisanos.
Su público era infantil y Lolo sentía que tenía centenares de nietos que lo adoraban. Pero llegó el día en que Lolo era tan mayor que notó que se apagaba. Y contó su cuento definitivo: el cuentacuentos que se tragó el micrófono para que narrase su alma. Desde entonces, en la radio guardan un minuto de silencio para escuchar las miles de historias del alma de Don Lolo.
Fue la Voz… esa voz que era el eco de la suya, en cuyo timbre sonaba la nueva, con las mismas pausas e idéntica frecuencia.
Lo había buscado durante treinta años sin poder hallarlo. Se dirigió a la Radio y solicitó hablar con el locutor. Se miraron; aunque provenían de mundos dispares se sintieron iguales. Uno lucía cabellos cortos y precoces canas; el Otro, largos rizos negros. Uno formalmente vestido y con maletín de cuero; el Otro, túnica hindú y una saca de acuarelas y pinceles. Habían compartido la intimidad de un vientre único durante nueve lunas; por primera vez respiraban el mismo aire.
RELATO 134
107 palabras
Vicente Cuesta Roncero.
Ciudad Real - España.
PRIVILEGIOS INCONSCIENTES
Aún recuerdo mi voluntariado en aquel conflictivo país africano. Había un niño que, jugando con unos cascos rotos y una piedra haciendo de micrófono, me explicó que estaba avisando por dónde venían sus enemigos y daba instrucciones a sus aliados. Por un momento pensé que tan sólo se trataba de la imaginación de un niño, pero no podía dejarle así y se me ocurrió regarle mi transistor de mano y explicarle que dicho aparato servía para aprender, estar informado, escuchar música y divertirse. En aquel instante observé que tendiendo acceso a cosas tan pequeñas como un transistor somos unos auténticos privilegiados y no somos conscientes de ello.
Las lágrimas brotan de mis ojos cuando recuerdo con añoranza mi niñez. Solía pasar horas sentado en la falda de mi abuelo, coleccionando monedas y jugando con su antigua radio. “Estas ya no se consiguen, hijo mío” me decía. Sin comprender aún la complejidad de la tecnología incorporaba la realidad con el tacto, mis pequeños dedos palpaban el objeto y sintonizaban mundos lejanos donde seres mágicos hablaban en lenguas inentendibles. Las fábulas y los viajes eran parte de la experiencia.
Cada noche que mi voz resuena en los hogares, mi mente viaja hacia tiempos de antaño y disfruta al compás de la música lo mágico de vivir.
Robaviones, robaviones… nos llamaron en medio de la Batalla y volví a recordar la historia del día que llegaron de la escuela al final de una jornada más como cualquier otra en el reino de la tierra roja y ardiente y encontraron a todos pegados al radio de tubos marca Philco revelaban que el avión HK – 101 había sido secuestrado y desviado a La Habana. Lo hicieron dos paisanos Guamaleros: Hermanos, tíos abuelos de nuestros compañeros de clases: Joaquin y Ramiro. Por eso nos llaman así donde quiera que vayamos, sobre todo una tarde de sábado de febrero en pleno carnaval de Barranquilla, McCausland y Rey Sinning.
Siempre me gustó la casa de los abuelos. Era muy grande y siempre tenía ese olor que te decía “bienvenido” cuando cruzabas la puerta.
Recuerdo el salón, en él se encontraba el sillón del abuelo y la vieja mecedora de la abuela.
Y al lado de esa mecedora, encima de la chimenea, se encontraba la radio. Esa radio antiquísima que tanto les gustaba a los abuelos. Recuerdo las tardes que pasé junto a ellos escuchando la radio, las novelas que seguía la abuela, las noticias que escuchaba con tanto interés el abuelo, y los bailes que realizábamos los tres cuando sonaba una canción que nos gustaba.
- Son las nueve, ocho en Canarias…
Sentado en un bus con auricular en la oreja, yo volvía a casa.
- El Presidente del gobierno decidió retirar nuestras tropas…
El bus ha parado y luego subió una chica. Una rubia espléndida, ¡qué formas y todo!
- ...a las cinco, el Papa se encontrará con los niños...
Cómo la movía... ¡neñita! Me levanté para hacer las presentaciones.
- El Ministro se negó a comentar su propria condena por robo y...
Y cuando ya la tocaba, casi sentía su perfume suave, ella volvió su cabeza.
- ¡Un horror! Una barbaridad tremenda!, contaron las víctimas...
Esa noche me sentía sola, no tenía sueño, entonces determiné escuchar un programa musical, “Nocturno”, que con canciones de los años sesenta, regalaba una buena selección.
Afuera en la calle se sentían los transeúntes. Ellos no vivían ese maravilloso momento como yo. El mundo exterior los atraía y a mí, Los Mustang, Luis Gardey, Julio Iglesias, Los Beatles. Música e imaginación me hacían recordar.
No supe en que instante quedé dormida placidamente. De momento sentí un rayo de luz que me despertaba. Había amanecido y entonces recordé que esa noche, al final no estuve sola, me acompañaba ese poderoso medio y amigo, que se llama Radio..
Rosita tenía dos grandes pasiones: las radionovelas y el anhelo de un novio intelectual. Algún dios celoso ansió hostilizarle; conoció a Alejandro cuando él disertaba sobre “La radionovela: opio del pueblo”.
Decidió intentarlo. Alejandro estaba casado y repleto de desventuras: desempleo, esposa moribunda… Su Musa y Mitad Perfecta debía “abandonar la antigua piel”. Ella no detectaba nada extraño en su piel, pero se abochornaba por su devoción radiofónica.
Una noche, deambulando abstraída, arribó a un infame tugurio. Allí divisó a Alejandro bailando reggaetón con una mujerona de trasero descomunal. Regresó feliz, contoneándose entre atrevidos piropos. Disfrutó de una radionovela divina, después se puso a leer a Borges.
La tuya era demasiado grande, por eso apenas la usabas; la de mi ex en cambio era mucho más pequeña, lo que propiciaba que la tuviese casi siempre entre las manos. A mí me gusta la mía, término medio del salpicadero del coche en el que paso media vida y mi más fiel compañía.
Soy insomne por vocación desde hace años, pero mi mujer cree que estoy enfermo. Yo no quería ir al especialista, pero ella me arrastró harta de despertarse con mis carcajadas, mis suspiros o mis monólogos. Ya he comenzado el tratamiento. Una pastillita con la cena y a dormir a pierna suelta. Pero sigo sin pegar ojo.
Hoy ha encontrado las pastillitas envueltas en una servilleta de papel junto a la radio portátil. He intentado explicarle lo de la noche es nuestra, hablar por hablar, se te ha hecho de noche, es la noche de césar, noche bastarda, la parroquia del monaguillo, pero me ha pedido el divorcio.
Cada día escucho esa radio que me dice de ti, me acerca un poco a tu persona, ya sé que tienes un programa y lo escucho siempre. Al oír tu voz, es como si volviera a aquella tarde del mes de abril, en el aeropuerto, con las maletas, las ilusiones, y sin que te dieras cuenta metí un trozo de mi corazón en una de ellas, en la maleta de mano, para que siempre estuvieras conmigo y yo contigo. Has conseguido aquello que tanto buscaste, todo aquello que acá parecía una ilusión, una fantasía, por fin se ha hecho realidad, ¿sabes?, me alegro por ti. Siempre tuyo.
Dejó la pelliza en la percha y se sentó junto al brasero. Su esposa bajó el volumen del aparato, casi hasta tener que pegar la oreja al altavoz para poder escuchar algo ―nunca se sabe― decía ella atemorizada mientras miraba hacia la puerta. Aquella voz venía de Moscú, de Bucarest, o del Penal de Burgos, qué importaba eso. En la noche ellos la sienten cálida, muy cercana y fuerte; se cuela entre los campanarios de cada pueblo y la censura, entre los mineros asturianos y los militares de Madrid: “Aquí, Radio España Independiente; estación pirenaica…” y el corazón ahora les galopaba en libertad.
Él le había rogado que conectara el transistor a las ocho y doce. Un mensaje de amor para subsanar su infidelidad, pensó ella. No deseaba oírlo, pero inconscientemente encendió el aparato. Faltaban dos minutos que parecieron horas. Al fin llegó el momento. Imaginaba que ahora sonaría alguna balada romántica con la que pretendería comprar en oferta su cariño. Pero no le iba a funcionar. En ese instante las ondas emitieron una voz muy familiar que le erizó el vello. Las palabras sonaban sinceras y la voz realmente arrepentida, de un hombre completamente hundido. Con lágrimas en los ojos apagó la radio. Si siguiera encendida terminaría por perdonarlo.
Siempre se sentaba en esa vieja silla de mimbre, mirando por la ventana. Sus ojos se perdían en un horizonte infinito de soledad y tristeza. Junto a él , su antigua radio destartalada.
Todos querían internarlo en un centro, decían que estaba loco. Alguna vez intentaron apagarle la radio, pero su reacción fue morderle en el brazo al imprudente que lo intentó. Un día, me acerqué a su habitación y ya no estaba. Sobre la cama había una nota.
“Ahora que la vida se me acaba iré donde mi vieja amiga y compañera quiera guiarme”
Recordar es una ardua tarea si me remonto a mis años de niñez. Pasaba los veranos con mi abuela y su particular caja de música, teníamos un maravilloso ritual. Después de la cena sacábamos una antiquísimas tumbonas al patio, nos sentábamos bajo el cielo estrellado acompañados de La Parlanchina. Conocedora de toda clase de chismorreos, canciones y aventuras. Así fui creciendo, aprendí a escuchar y a valorar el mundo que me rodeaba. Al final de un verano, mi abuela me regaló la vieja radio. Me ayudo a pasar los aburridos invierno, cada vez que llegaba a casa esperaba impaciente la nueva noticias que tenía escondida esa caja.
Pensé en cómo podía yo sanar su corazón destrozado con palabras. Desde la sombra del pasillo vi una lágrima furtiva en sus ojos con la mirada perdida. Había perdido su característa sonrisa y sus brazos descansaban inanimados a ambos lados del colchón. No había palabras que pudieran hacerle sonreír, pero aún guardaba un as en mi manga. Entré silenciosa, sintonicé el viejo radiocasette negro y la habitación se sumergió en los arcordes de los últimos éxitos del momento. Le tendí mi mano y tiré de él hasta acabar moviéndonos al ritmo de la música. Ninguno dijimos nada, simplemente me dedicó una sonrisa agradecida.
Puso la radio. Al oír de nuevo la voz, todo le pareció extraño. ¡Hacía tanto tiempo que no la ponía!
A los minutos volvió a acostumbrarse a esa voz, a ese sonido, a esa sintonía. Era como si hubiere recuperado a un amigo en el tiempo y la distancia en el lugar de su infancia, pasaportándole al país de los sueños dorados. ¡Cuánta añoranza! ¡Cuánta imaginación para suponer cómo era el físico por aquel tiempo del ídolo radiofónico que se escondía tras esa caja a la que llamaban radio! ¡Cuánta magia!
A partir de mañana pensó volverían a hacer camino juntos: él y la radio.
Estaba seguro.
La radio es hoy por hoy motivo de reunion entre los locutores y los oyentes, mientras que los locutores se manifiestan en la radio, los oyentes disfrutarn de lo que estos trasmiten, los oyentes son de todas las edades estan los niños, los adultos, se conectan a la radio a lo largo del dia en diferentes horarios de tiempo unos escuchan la radio a una hora y otros a otra, eso si se conecten a la hora que se conecten disfrutan de lo que los locutores les trasmiten, la radio es hoy por hoy un medio de difusión de noticias, musica.¡la radio es un mundo!
Me dicen que he estado cinco años así, cinco años con la única compañía de una vieja radio, pero para mí solo ha sido un ratito largo. Menos mal que en momento del naufragio escogí rescatar la caja de pilas en vez de la de botellas de whisky.
-Un grupo de hampones, asaltaron el Banco Municipal, en el hecho se registró una balacera, dejando como saldo a una persona herida. Los sujetos escaparon en una camioneta beige, chevrolet, año 1998, tomando como vía de escape la autopista Los Guayabos.
Se estima robaron la suma de 20.000.000 de dólares. En la huida, el conductor de la camioneta, chocó contra otro vehículo, desprendiéndole el parachoques delantero. Les narró para Radio Matutino Juan Perkins desde el lugar de los acontecimientos -
Los patrulleros que venían por la misma autopista de escape, al escuchar el noticiero, colocaron una alcabala móvil, atrapando luego a los sujetos, sin hechos que lamentar.
La taza de café tiembla involuntariamente entre mis manos. La radio suena como si tuviera una mordaza, afilando las palabras como la hoja de una guadaña.
Mientras las oigo, me desangro.
La policía me prohíbe acercarme a la ventana.
El suelo está lleno de cristales.
Me interrogan. Yo digo que era callado solitario y triste, como un ciprés.
Ahora dicen en las noticias, que la onda expansiva alcanzó un radio de cien metros… y yo allí a su lado, intacta.
No es justo.
“Agmed Alí Moustaffá, el guerrero del silencio, se inmoló esta madrugada “
Omití que le amaba.
A quien le importa un epitafio.
-El color es la música sin sonido –expresaba un dibujante muy convencido de su teoría.
A lo cual un locutor de radio le rebatió:
-La música es el color con sonidos, por que cualquier canición adquiere color cuando la componen y la interpretan.
Nunca había escuchado aquella emisora local, pero esa noche la sintonicé. La música inundó mi habitación y me puse a trabajar con el ordenador. Al rato, sin embargo, la sinfonía que sonaba se interrumpió y una voz femenina, dulce y atrayente, anunció la siguiente obra.
Imaginé tras esa voz una mujer única. Sentí que me había enamorado irremediablemente. Salí apresuradamente de mi casa, camino de la emisora, para conocer personalmente a la joven. Pregunté por ella, y la respuesta fue un disparo a mi corazón: el programa que emitían era una grabación, y era un homenaje a la chica fallecida en un reciente accidente de tráfico.
La señora X es un ser realmente increíble. De esas personas capaces de andar mirando al cielo cuando sus pies miran cada uno a un lado. Ésas que mantiene un aire de locura característico, como de tonto de pueblo. Lleva siempre sombrero y el pelo que asoma bajo él se enrolla al cuello a modo de bufanda.
Se dice que es sorda, rara vez alguien la escuchó.
Un día la señora X se detiene, tira suavemente de un lugar entre la bufanda de su pelo y el sombrero, saca de allí un hilo y dice en voz alta:
¡Maldita sea!¡Otra vez se quedó este trasto sin pilas!
La radio, que hacía las veces de despertador, sonó puntual. ETA, Batasuna, paro...Lo mismo de siempre, se dijo Carmen. Y ella se tenía que levantar para ir a la oficina. Con gusto se pondría con el Bodegón que tenía entre manos.
Ahora unas pinceladas de cultura. Ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Gauguin. El muy loco había dejado la Bolsa donde trabajaba para dedicarse a la pintura. No siempre la radio daba malas noticias. A veces le cambiaba a uno la vida.
Carmen se levantó y cogió los pinceles, dispuesta a consguir aquel destello de luz, que entrando por la ventana, daba de lleno en la botella.
Alicia, se llamaba. Podía oír su voz, tan dulce, angelical, a través de la ventana abierta que daba al patio. Cada día, durante la hora de comer la oía, era el momento más feliz del día. Oía como hablaba con sus hijos, con su marido (patán afortunado), con alguna amiga... la oía y, mientras lo hacía, imaginaba su cuerpo perfecto, delicado, sus ojos de un color que sólo podría describir como “dulce”, su melena azabache. Un día, por fin, me armé de valor y subí a su piso. Mis nervios excitados se desplomaron cuando me abrió una anciana en bata sosteniendo un transistor. ¡Malditas novelas radiadas!
Llevaba tanto tiempo esperando la noticia, que siendo sincero, no me cogió por sorpresa. Aún así, no pude evitar un estremecimiento, eran tantos años… toda una vida.
Ese día, cambié mi rutina. Ese día, sería el primero de tantos cambios que sabía habrían de llegar.
Pero la radio no engañaba y transmitía claramente la noticia del cierre de la empresa.
La apagué, pero al contrario de todas las mañanas, no me levanté, seguí durmiendo. Mañana, Dios o la Radio dirían.
Lo han dicho por LA RADIO. Te lo puedes creer. Que tenía problemas con la hipoteca, la había dejado el novio, embarazada: quería tirarse al río. La pillaron desnudándose en el puente...¡con el frio que hacía ! Oye, si te vas a tirar...¿porqué te quitas la ropa? ¿qué más te da? Pues...porque está en buen uso, le puede servir a alguien
¡¡ No van a ser todo penas!! Se zambulló en lo hondo. Se ahogó ante la sorpresa de aquella pareja que no supo evitarlo a tiempo. ¡ vaya susto ! Oye, coge la ropa: está nueva y es de mi talla. ¡¡ AY,SEÑOR !!
Parecía mentira, pero Paula había logrado abrirse un hueco radiofónico en las tediosas tardes de invierno toledanas con el programa “Café con dos de azúcar”, que se emitía desde Onda Barrio.
En cada sesión, dos personas enfrentadas por algún motivo acudían al estudio para, con la ayuda de la locutora, encontrar y hablar de un asunto que las uniese en lugar de separarlas. Políticos de distinto signo hablando de su equipo común de fútbol, vecinos cabreados coincidiendo en gustos culinarios… Se valoraba más lo que vinculaba que lo que alejaba a las personas. No era algo tan difícil.
Y entonces, Paula, estudiante de periodismo, despertó entre manuales.
Son las ocho, suena la radio, por fin, llevo mucho tiempo despierta, desayuno y tomo mis medicinas.
Hoy llueve, tampoco saldré. No me apaño con el paraguas y el bastón.
Mientras escucho un debate organizo el día, voy a quitar el polvo y... no se si descongelar el pollo o las albóndigas... para la noche una francesa.
Por la tarde leo, descanso de vez en cuando mirando la calle mojada.
Después de cenar, doy quince vueltas por el pasillo y de nuevo confirmo que el teléfono funciona.
Son las doce, me acuesto. Las noticias otra vez. Otro día sin hablar con nadie.mi
- Todos estábamos aterrados. La explosión había sido enorme, y un espeso humo inundaba la cueva, nuestro hogar.
Nuestros oídos pitaban, pero poco a poco pudimos escuchar los desgarradores alaridos de niños, mujeres y hombres que, tirados en el suelo como muñecos de trapo, se retorcían masticando su dolor.
Cuando recobré el sentido, abrí los ojos, pero no conseguí ver nada; estaba ciego. Con la boca llena de tierra, y haciendo un enorme esfuerzo por respirar, me incorporé palpando mi entorno, y deambulando, me topé con un objeto. Lo sostuve un instante, y emitió un sonido.
Al reconocerlo sonreí: Era una radio, estábamos salvados. La resistencia persistiría.
Han sido muchos los años, y aún no puedo explicarme nuestro reencuentro: ni aspavientos, ni reproches. En fin, ni la más leve sombra de rencor ha asomado por ese altavoz poroso y polvoriento. Tampoco a través de esos auriculares que mueren prematuramente. Y ahora que volvemos a vernos, puedo ver que no ha cambiado nada. Sigue siendo tan fiel compañera en mi soledad presente como lo fue en la pasada. Y sigue haciéndome reír, y cantar… Sigue velando mi sueño con sus voces infinitas. ¡Qué afortunado soy por tenerla a mi lado! Esta noche, como siempre, sólo hablará ella. Yo no necesito palabras. Mis oídos serán suficientes.
--Buenos tardes, Ángel, soy Carmen, ¿cómo encontré vuestro programa? Pues fue en una vieja radio te cuento cómo paso: resulta que a zula le gusta colarse en las habitaciones, un día pasó a una, vio que no estaba la radio y se puso triste, entonces mi compañera Felisa y yo la preguntemos ¿qué te pasa zula? ¡Pobrecita!, ven vámonos abajo, estarás más entretenida…… bueno, pues no vas a créetelo….
--¿Qué hizo?, cuéntame:
--De repente ella se fue corriendo de prisa hasta una habitación donde se escuchaba, casualmente, en una vieja radio, vuestro programa y ella estaba ladrando y moviendo el rabo como una loca……
«¡No aguanto más!». Los que lo acompañaban lo miraron perplejos. El hombre balbuceaba y de su boca comenzó a salir espuma. Sus movimientos se hicieron epilépticos. De los ojos brotaban capilares rojos que parecían rayos amenazantes. Su nariz aleteaba cada vez con más furia. Finalmente, los otros dos ignoraron al hombre, atacado por un trance discursivo, y el más perspicaz se limitó a decir a los radioescuchas: «Parece que mostrarle el micrófono a un dictador es como mostrarle la luna llena a un hombre lobo».
Queridos compañeros,
¡Soy yo! La pequeña e invisible ¡yo! ¿No os acordáis? Me fui un tiempo para vivir aventuras increíbles.
E viajado por todo el mundo, conocí a un montón de amigos, he visto paisajes increíbles, volé hasta llegar a las nubes y volví sólo para poder explicártelo.
Firmado;
La que todo te lo explica,
Radio
A las tres de la tarde, comenzaba la segunda sesión de discos dedicados. Para Euniciano García, que está haciendo la mili en Toledo, de quien él ya sabe; Para Pedrito Martínez, de su madre, en el día de su santo; para Anselmo Escobar, de su esposa María, implorando perdón… Por la ventana entreabierta, llegó la voz alarmada de una mujer: “¡Han descalabrado al Fortunato!” Y entonces empezó a sonar El aldeano tiró, tiró la piedra, tiró… ¿Casualidad? En absoluto. Después de lustros de observación, he podido verificar que la radio da las noticias, crudas aunque subliminalmente, nada más producirse. Luego las repite, cocinadas, en los informativos.
Me levanto por la mañana, elevo la antena y enciendo el interruptor. Recuerdo que en tiempos de hambre, lo difícil que era poder escucharla. Gracias a ella, podía saber que sucedía en mi Tierra. Es compañera de mi soledad, la que me alegra las mañanas. Escucho su voz, y siento una inmensa compañía. Sus canciones, son los recuerdos de todos estos años. Ha sido testigo de cómo crecía mi familia en la mesa cada mañana... Ahora su voz me transmite como crece el mundo que hay, fuera de estas cuatro paredes.
Son las doce, las once en Canarias.
Y en estos momentos nos encontramos volando, soñando. Solos, en una negra carretera, infinita en la noche o en una cocina débilmente iluminada, sentados en torno a una mesa con los restos de la cena. Noticiarios nos recuerdan que no somos los únicos que respiran. Debates, charlas, te incitan a pensar. Voces, ningún rostro. No ves imágenes; esboza, fantasea y si no es suficiente, improvisa. Al invadirte el sopor, cambia. En esos momentos escucharas grandes propósitos o dulces ensueños. Imagine o tal vez what a wonderful world. Bienvenido al mundo invisible.
Despierta, son las ocho, las siete en Canarias.
En radio K, 107.5 fm, hacen un concurso del mejor tweet del día, hoy perdí 140 euros: “En medio de mis tinieblas, aparece el Johnny Deep de los ochenta y el Clint Eastwood del 2020. Les tengo el título, a lo Hugo Chávez, parafraseando a Hitchcock: “La receta del diablo”. Mi vida a 140 caracteres por minuto. Toda una ciber-emo-hippie punk con barbies, hellokities. Mis sueños, mis pesadillas no pueden ser escritas por Bolaño. A lo mejor son de Bukowski. ¿La literatura se convertirá algún día en un género menor? ¿En un genero dentro de la historia universal de Twitter...?”.
Me senté de frente a las voces, supuse que me verían de cerca.
Siguieron hablando como si nada, incluso di una palmetada para atraer su atención. Pero nada.
Se oía bastante gente, unas hablaban muy rápido, otras opinaban, otras entrecortaban alguna canción mientras reían sin parar.
Sentado en la cama se escuchaba todo, no sabia yo que aquellas voces no tuvieran pelos en la lengua y derramasen vertiendo sus historias dándolas a la luz de los demás. Paso un espacio corto de tiempo y note que se fueron apagando las palabras urdidas de critica y ufanismo, me levante cerré la ventana y puse la radio.
Alba siempre tuvo un sueño.
Pero ella sola se fue restringiendo la posibilidad de llevarlo a cabo.
Un día, escuchando su programa de radio favorito escuchó una canción que decía: ‘Que la música es tu vida, tu elección para vivirla.’
En ese momento, su vida sufrió un cambio imprevisto. Decidió que era hora de quebrantar sus propias limitaciones.
Así lo hizo.
Decidió creer en su sueño y hacer que los demás pudieran disfrutar de todo lo que ella tenía para regalarles.
Pocos años después, fue ese mismo espacio radiofónico donde se escuchó por primera vez su primer single.
Y a partir de ese vinieron muchos, muchos más.
Un paisaje desolador estaba ante mí. Edificios caídos, escombros regados por el suelo. Es una sensación de encontrarse en un pueblo fantasma. No sabía a dónde ir.
Tampoco había señales de vida. Ni siquiera los pájaros volaban. ¿Qué podía hacer en medio de esa inmensa soledad?
De pronto, escucho un tenue chillido. Me acerco a los restos de una casa, retiro algunos ladrillos y encuentro un adminículo sonoro. Lo manipulo hasta dar con una frecuencia en donde daban noticias de la situación en la que me encuentro.
Me dejé llevar por las indicaciones del radio. Tiempo después, pude presumir de estar, sin dudas, vivo.
Aunque era su primer día de trabajo como locutor, si bien sospechaba una nutrida audiencia, no tenía la certeza ni se había puesto a pensar que los soldados esperaban los resultados de la guerra, los campesinos aguardaban saber donde recoger la mercadería con los burros, los náufragos necesitaban imperiosas novedades del rescate, los extraterrestres seguían grabando detrás de Júpiter, los ciegos permanecían impávidos en sus casas por su principal entretenimiento, siendo que, para todos ellos, las catorce horas, la radio y su voz sintonizaban, tal como lo hacen las células y los tejidos, la entramada red de supervivencias y significados de un organismo difícil de imaginar.
Mi abuelo, que ya ha accedido a venirse a la ciudad, casi no puede andar el pobre, duerme en la habitación de al lado. Y tiene mi portátil encendido y con el skype conectado con el de la tía Julia, que sigue viviendo en el pueblo, y a la que mis padres le pagan Internet sólo para que por las noches abra el skype, que ya costó enseñarle, llame a mi abuelo y ponga al lado del micrófono un viejo transistor azul para que él se duerma escuchando como toda su vida no se qué programa que hace no se quien del pueblo en una emisora local.
Todo comenzó cuando me amparé en la ley de retiro incentivado. Cobré todo el dinero junto. Al mes no me quedaba nada.
Primero compré un televisor, luego un microondas, una heladera y dos radios…
Con el paso del tiempo los electrodomésticos se acumulaban en mi minúsculo apartamento, unos sobre otros.
Una de las computadoras, sostenía un helecho deshidratado y el microondas era mi mesa de luz.
El día que ya no quedaba lugar por dónde caminar, me di cuenta que estaba verdaderamente enfermo.
Al tiempo vendí todo… menos la vieja radio Spika que me conecta con el mundo exterior y me muestra que sigue allí, girando.
Señor locutor puede hacerme el favor…pssps….-¡Digo hacedme justicia!-, ¡silencio en la corte, he dicho silencio y…pssps… -¡Los 40 principales…pspssss…Nuestro programa de hoy: el éxito viene cuando se ha reconocido el fracaso…pssps…Música ligada a tu recuerdooo…las últimas noticias: 5 decapitados en el norte del país, suponen vínculos con el Narcotráfico…pss…Si tú no vuelves se secarán…pss…Saludos a mi Brother que está del Otro Lado en los Yunaites…pspss…de la liga de España el Barcelona vence 3 por 1 al Real…pspss…Egipto: el pueblo clama la revolución, es el ejemplo y el inicio…
- ¡Papá, no hay nada en la radio!-
Ajeno a Tesla y a Marconi, se enamoró de ese Universo, acariciado por las ondas de su dulce entonación. Siempre esperando sus eses de las 9.00, su rotundo silencio despidiendo la jornada.
Hoy comienza cogiendo llamadas, esperando reconocer su voz al otro lado de la línea. Tiembla pidiendo permiso para ir a cabina. Dentro, una entrevista: un hombre, una octogenaria, y una joven preciosa, morena, frente al micrófono. Al fin contempla los labios de las suaves comas. La había imaginado rubia.
Se coloca los cascos. La fidelidad de la Frecuencia Modulada, no engaña. La voz tampoco es morena: tiene ya bastantes canas, y cerca de 80 años.
Levantó el puño en un arrebato de ira. Estaba harta de oírle vociferar. Y aunque aquella voz que alguna vez fue clara y melodiosa ahora era apenas un ronquido desentonado, ella lo amaba.
Se quedó mirándolo, escuchando aquellas palabras sofocadas. En ese mismo instante rememoró su vida y lo recordó siempre a su lado. Estuvo cuando el ciclón del 32, cuando avisaron sobre la muerte de Jorge, y los últimos meses de la enfermedad de su padre.
Por tantos momentos juntos ella sólo extendió los dedos hasta tocarle el enorme botón de un amarillo añejo intentando sintonizar una vez más la emisora de su novela radial preferida.
La criatura apareció a los pies de su cama. "Los fantasmas no existen", había escuchado en su programa de radio favorito, pero también explicaron cómo invocarlos. Lo hizo, y sencillamente surgió. Allí estaba. Respiraba y se movía. Miraba como pidiendo ayuda. Así que se acercó y agarró su mano. "No pueden hacerte nada porque solo existen en los cuentos". Salieron al patio y empezaron a lanzar piedras contra un charco. Una luz se encendió en la casa. Alguien abrió la ventana desde dentro y se asomó, pero allí no había nadie. Tan solo unas pisadas, y de fondo, una vieja sintonía.
Le costaba mantener la vertical. Iba todo el día pegado a su vieja radio, como Góngora a su nariz. Inclinado sobre el lado izquierdo, con la radio junto a la oreja, dejaba pasar el mundo a su alrededor. A veces se le veía reír, otras bailar y, las más de las veces, murmurar. Murmuraba palabras de su mundo radiofónico y oblicuo, palabras del color de las cerezas, con sabor a besos, a chocolate y a miel.
Dijo: Veo el alma a través de tus ojos.
Le dije: Me miras, y creo en Dios
Cuando las brumas del crepúsculo se abatieron sobre nosotros, su mirada se inundó de lágrimas.
Dijo: Debemos separarnos.
Creo que deseó besarme. Porque sus labios se despegaron y su cabeza se inclinó hacia la mía.
Pero no; no logró besarme.
Se alejó. Con el cabello sacudido por el viento. Con desgano. Con la misma lentitud como se alejan las aves que ya no desean volar.
Cuando estuvo lejos giró el rostro. Sonrió levemente. Agitó su mano en el aire. Se acomodó en la tristeza… y desapareció.
Cuando decía que el sueño de su vida era salir en la radio, no se refería a que dieran la noticia de su muerte por un atropello en las noticias de la noche. Pero el destino es así. Y algo es algo
Tengo una radio en la cabeza que me habla de cosas que ya no existen, una radionovela con propagandas de Cadum, la gesta del malevo Bairoletto con voces sobreactuadas a las 4 de la tarde.
El patio es un universo de geranios en latas oxidadas, sombras de distintos verdes, aromas de menta y harina, el agua fresca de una bomba a orillas de una acequia y el sol que parece tan verdadero.
Yo camino perdido entre los nogales y los cerezos jugando a la vida entre los colores de la tarde.
Es la foto donde me gustaría morirme pero el tiempo pasa.
El tiempo pasa, sí.
El amor es ruido. Sonidos de placer y de carne rasgada, el ruido del estómago impaciente sobre el que reposa tu cabeza, y el de las conversaciones amortiguadas en un autobús oscuro. El de la sangre amartillando tu cerebro, intentando gritar siempre y nunca con una sola palabra.
Y si el amor es ruido, lo contrario del amor debe ser silencio. Quizás por eso, desde que le había dado a Lucía aquel último beso en la frente, como a una niña que no merece entender nada, no había podido despegar de mis oídos de aquel viejo transistor. Anuncios, música, estática. Y al final, cada noche, su voz.
Le gustaba la lluvia golpeando la luna del coche. Las luces de la ciudad le hacían sentirse cosmopolita, como sólo saben sentirse los que no lo son.
No se debe conducir de noche y bajo la lluvia sin escuchar “Chelsea Hotel” de Leonard Cohen. Y allí estaba la canción, en su radio.
Ya en casa, a media luz, no tenía por supuesto televisión. Recordó a Pablo Guerrero: “feliz como cien televisores apagados”.
Y se sentó en su luminoso sofá de penumbra, mientras que de su radio salía la voz de siempre y nueva que suplía cualquier miedo inducido a la soledad.
Ah, no hay como saber oir.
El terremoto aniquiló su hogar e Isaac quedó atrapado bajo los escombros en exiguos segundos. Solo su radio quedó encendida en medio de la afónica oscuridad. ¡Ondas, penetrad todavía!
Aquella neófita emisora musical, la 10.7, acunaría su oído en la rígida espera.
Frecuencia milagrosa: única compañera melódica en contraste con aquel derrumbe pedregoso, conexión (tal cordón umbilical) hacia la vida dentro de dicho desordenado ataúd de ladrillo. Isaac se fue sintiendo un retoño de ese canal, navegando en odisea infinita por aquel número de la FM, rezando para que las pilas ni él mismo se rindiesen. Ignorando su ventura, agradeció a la radio que concibiese su presente…
No sé qué hubiera hecho si no existiera la radio. Desde que murió no la volví a apagar, es la manera que encontré para no sentirme sola en esta casa tan grande y tan vacía sin él. A veces me sorprendo hablando al aparato, el locutor del programa de las nueve de la noche tiene su mismo timbre de voz, la voz ronca de Horacio, la misma voz con la que me decía que después de veintiocho años de matrimonio, me quería como el primer día.
Habían pasado ya muchos años, pero en su mente seguían persistentes los colores alegres de las notas musicales que yendo a fondo adornaban el dulce cereza de su voz y el perfume nacarado de su risa. Él seguía ahí, aguardando en silencio otro encuentro furtivo con ella, a través la radio.
Todos los días la escuchaba. Esa voz dura, pero a la vez sensual. Se la imaginaba como una mujer fuerte, alta, rubia, pelo largo, poderosas caderas y generosos senos.
El programa de radio era sobre cine, gracias a ella, él llegó también a adorar el séptimo arte.
Ayer fue a comprar a la charcutería al lado de su casa:
-Un cuarto de jamón, por favor -escuchó
La habría reconocido en cualquier lado, era ELLA. Se giró para ver a una mujer morena, con gafas de miope, bajita y muy delgada.
Siguió escuchando la radio, decepcionado. Pero siguió adorando el cine, donde sus sueños siempre se hacían realidad.
Las voces de innúmeros periodistas se confundían formando un murmullo de tono apático y gris, radios y televisores vomitaban la noticia indigesta desde los refugios de los hombres mientras los megáfonos en las esquinas cubrían la Ciudad con el mismo discurso.
- Informamos que la controvertida “Ley de Prohibición Mundial de Medios de Comunicación”, sentenciada hace instantes por el voto de una mayoría de funcionarios -seducidos por la Injusticia-, rige desde este mismo momento. Así… me despido con quebranto, siendo éste el último mensaje de libertad de la historia del hombre.
Y se oyó el ruido del botón “Apagar”, o de un tiro.
Mi radio está estropeada; mañana compraré una nueva. Una que no recite la misma historia en todas las emisoras: «Evacúen la ciudad. Accidente nuclear en la central». Los guionistas ya no tienen imaginación.
Que cansancio… ¿Y toda esa gente corriendo fuera? Creo que iré a echarme un rato.
Recuerdo una gordita que mientras escuchaba esta canción, ponía en revolución sus pies y con un gracioso coqueteo empezaba a mover sus caderas y abriéndose paso entre la multitud, agarraba con fuerza su negrito de la salsa, su tesorito. Como por arte de magia empezaba a llamar la atención y con su negrito de parejo, se sentía la mujer más feliz. ‘’Ay ay ay con el negrito de la salsa’’, así ahora escucho esta canción que aun a mitad de la noche y sin limite de hora la radio puede poner y con un particular resultado me he puesto a bailar.
Soy muda desde hace años debido a un accidente. Fue muy traumático al principio, pero poco a poco me fui adaptando a mi nueva vida. Me ayudó muchísimo mi familia, pero sobre todo aquel programa de radio. Paso el día esperando que llegue la hora, las veintiuna horas, y allí está otra vez Alba y su programa “Tomate un sorbo de tiempo y siéntate contigo mismo”. Y después de una hora muy corta, siempre se despide dulcemente, tal como ella es con un “si somos amigos de nosotros mismos por triste que sea la vida, siempre reinará el sol en nuestro corazón”.
Ella me dijo el otro día que lo iba a hacer... y lo hizo, escuché las noticias esta tarde en la radio, pero me parece que estaba mal contada, ella no podía estar vestida como decía la periodista, no podía. Pero la radio te engaña, es como cuando te relatan un partido y parece que se están por hacer como veinte goles, pero cuando lo pasan en la tele sabes que no pasa nada. Por eso no le creo, voy a ver cuando lo pasen por la tele y recién ahí voy a creer lo de la camisa verde, ese color le caía como la mierda.
RELATO 103
70 palabras
Juan Mari Aguirreurreta Elosegui.
Pasajes, (Guipuzcoa) – España.
FRECUENCIA INFINITESIMAL70 palabras
Juan Mari Aguirreurreta Elosegui.
Pasajes, (Guipuzcoa) – España.
Se encontraba en el tren escuchando la radio. Estaban contando una historia sobre una persona que viajaba en tren escuchando la radio; en su frecuencia escuchaba la historia de un hombre que viajaba en tren escuchando la radio; la historia que contaban en ese momento era la de alguien que viajaba en tren escuchando la radio. Martín se preguntó si él mismo no sería la historia de algún otro viajero.
RELATO 104
107 palabras
Óscar Martín Gilsanz.
Móstoles, (Madrid) - España.
ANIMAL IMAGINADO107 palabras
Óscar Martín Gilsanz.
Móstoles, (Madrid) - España.
Su verano parecía cada vez más lejano. Día a día alcanzaba la cima de la colina entre temblores y sacudidas silenciosas, y el calor que promete la segura rutina se desdibujaba a cada paso. Sabía que la jornada que le esperaba alejando a los animales extraviados del repetidor, no sería más que una ininterrumpida sucesión de minutos vacíos, a rellenar a su antojo por invenciones y ocurrencias que coparían su mundo interior de vivencias solitarias, de experiencias ininteligibles, de anhelos inexpugnables. Prefería adivinar las transmisiones a tener que acatar las escuchas, aceptar las palabras que le eran impuestas. Un día más, siguió allí sentado, solo, pensando, viviendo.
RELATO 105
107 palabras
Marina Hernández García.
Ávila – España.
LA BUENA NUEVA107 palabras
Marina Hernández García.
Ávila – España.
Estábamos cansados, hambrientos y sitiados por el desánimo, con la sola compañía de una Majestic de madera. La radio estaba cubierta de polvo por los constantes bombardeos y, a veces, había que darle algún que otro golpe para sintonizar la única emisora francesa que llegaba al corazón del Reich. Nuestro tío tenía un lugar reservado junto al aparato. Durante la Gran Guerra había servido en la Triple Alianza y, tras caer prisionero, aprendió un poco de francés de supervivencia, como decía él. Ese día, un día cualquiera de un exhausto 1945, recibimos por fin la noticia más esperada. Los supervivientes, juntos, escuchamos el anuncio de la libertad.
RELATO 106
106 palabras
Pablo Camarasa Balaguer.
Xàtiva, (Valencia) – España.
EL MENSAJE106 palabras
Pablo Camarasa Balaguer.
Xàtiva, (Valencia) – España.
La orden era clara y concisa. Debía esperar a que, durante el discurso que sería emitido por el dial 101.5 de la radio, el presidente de la compañía pronunciase las palabras "a mi tampoco me gustan los paraguas". Tras aquello, debía actuar rápido para conseguir que todas las emisoras reprodujesen el resto de la conferencia en la que aquel alto mandatario hacía públicos sus deseos vender la empresa a una multinacional que no tardaría en despedir al grueso de sus empleados. El mensaje debía llegar a todo el mundo y la mejor forma de conseguirlo era mediante la radio. Era su única oportunidad de poder evitarlo.
RELATO 107
107 palabras
Juan Carlos Somoza García.
Bilbao – España.
PERDIDO EN LAS ONDAS107 palabras
Juan Carlos Somoza García.
Bilbao – España.
Se ha jubilado. Su esposa, yéndose al trabajo, le gritó: “¡Baja la radio!”, y su hija: “¡Y la tapa del váter!”. Sintió el hielo de sus venganzas, pero siguió escuchando “My way” aunque sabía que ya no detentaba el poder. Luego, en su soledad, ebrio de alcohol, quiso romper algo, llorar a mares… Terminó vomitando. Fue entonces cuando se fue haciendo cada vez más pequeño y decidió introducirse en la taza del inodoro sellando la tapa. Esa noche madre e hija, buscándole, le oyeron silbar “My way”. Se miraron, cambiaron sibilinas sonrisas y ambas, al alimón, tiraron de la cadena. Después, conectaron la radio al máximo volumen.
RELATO 108
107 palabras
Laura Homs Vilà.
Torelló, (Barcelona) - España.
ME MUERO POR OÍRLA107 palabras
Laura Homs Vilà.
Torelló, (Barcelona) - España.
Jueves. Es tarde. De hecho, el programa debería haber empezado. Dos días horribles en el trabajo. Jodida, así estoy. Hoy necesito algo para evadirme. Merece la pena seguir si puedo escuchar esa voz mágica que consigue que todo se desvanezca. Cambiar de emisora no es una opción que considere digna de plantear. Harta de los anuncios, ¡Quiero oírla! La necesito, mi musa, mi diosa. ¿Sabrá jamás que me muero por oír el sonido que sus labios emiten?
Entre tantas reflexiones oigo un claxon ensordecedor. Horas, solo dos horas más quiero para vivir. Irse no es fácil. Ilusa, eso es lo que soy. Oigo su voz y sonrío.
RELATO 109
107 palabras
Antonio Ortuño Casas.
Managua – Nicaragua.
VISITA INESPERADA107 palabras
Antonio Ortuño Casas.
Managua – Nicaragua.
Atención radioyentes, los delfines y tiburones están saliendo del mar con gafas de bucear y botellas de agua; parece en son de paz porque no traen armas.
Atención, les siguen los cangrejos y ballenas, también con los mismos artilugios.
Salen todos del agua y se dirigen a las ciudades a disfrutar de la calidez de la polución de los automóviles y fábricas. ¿No tienen suficiente con la porquería que les arrojamos a su hábitat?.
Atención, un pulpo se quita la escafandra y haciendo un gran esfuerzo quiere hablar. Escuchémosle: Sólo venimos a sentir que nos espera cuando nuestros mares estén podridos como lo está ahora su entorno.
RELATO 110
107 palabras
Sandra Palacios Antón.
Castelgalí, (Barcelona) España.
LA RADIO, EL SONIDO DE UNA VOZ AMIGA.107 palabras
Sandra Palacios Antón.
Castelgalí, (Barcelona) España.
Para muchos, algo así como tocar el cielo con ambas manos. Manuel estaba solo desde el fallecimiento de Rosa, su esposa. Con la que había compartido casi sesenta años de su vida. Ya había cumplido setenta y nueve años, la mayoría de sus amistades ya habían fallecido y ahora, tan solo contaba con una amistad desde que amanecía hasta que oscurecía. Una amistad con diversas voces, con diversos puntos de vista, pero que día tras día, compartía su visión del mundo haciéndole partícipe de él. Dentro de su soledad, podía decir: “¡Qué gran invento, la radio!”
RELATO 111
107 palabras
Ángel Fernández Domínguez.
Torrelodones, (Madrid) – España.
LAS NOTICIAS Y LAS MANTAS.107 palabras
Ángel Fernández Domínguez.
Torrelodones, (Madrid) – España.
Parecía la fachada de una catedral con sus ventanitas apuntadas que dejaban pasar la voz de los altavoces. Yo recorría incansablemente su dial sintonizando las emisoras. No sabía dónde caían Frankfurt ni tampoco Beromünster, Ottringham o Athlone y aún sigo sin saberlo.
Algunos años más tarde el tío Ricardo, con el oído pegado al aparato, emboscados ambos bajo una manta, relataba a la familia reunida las revelaciones de Radio España Independiente.
Desde entonces necesito escuchar las noticias importantes metido en la cama, con el oído pegado al transistor, cobijados ambos bajo las mantas, como el tío Ricardo hacía con la Pirenaica en las tensas veladas de miedo.
RELATO 112
106 palabras
Freddy E. de Wekker Sánchez.
San Antonio de los Altos, (Miranda) –Venezuela.
AMOR VIRTUAL106 palabras
Freddy E. de Wekker Sánchez.
San Antonio de los Altos, (Miranda) –Venezuela.
Desde la primera vez que escuchó a Roberto, Anna quedó cautivada por su voz y personalidad. Cada día, de cuatro a cinco de la tarde, cuando se enfrascaba en colas interminables, prendía el radio del auto y se dejaba llevar a mundos mágicos por su locutor favorito.
Fueron miles de llamadas suplicantes, hasta que el buen locutor accedió a cenar con ella. Y ahora, por fin, mientras se tomaba un trago en la barra y lo esperaba, escuchó la seductora voz de Roberto a su espalda. Al voltear, observó a un anciano que le sonreía tiernamente desde una silla de ruedas, y le extendía la mano.
RELATO 113
107 palabras
Alvaro Morán Castro.
Hoyo de Manzanares, (Madrid) – España.
SUSURRO NOCTURNO107 palabras
Alvaro Morán Castro.
Hoyo de Manzanares, (Madrid) – España.
Desde las seis de la mañana que suena el despertador han pasado ya muchas horas, pero aún así sacas fuerzas de flaqueza para ducharte y calentar un consomé. Por fin te metes en la cama y pones la radio, te quitas el reloj y apagas la luz. Es tu momento: ese en el que te relajas escuchando las tertulias de tus amigos, que nunca has visto en persona pero que parece que conoces de toda la vida, que son de la familia; que te trasladan a una trinchera en Irak o al vestuario de tu equipo favorito; que te hacen ver cuando tus ojos ya están cerrados.
RELATO 114
96 palabras
Andrés Vicente Casanova Guerrero.
Las Tunas – Cuba.
LA ÚLTIMA NOTICIA DE NUBIA ESTÉVEZ96 palabras
Andrés Vicente Casanova Guerrero.
Las Tunas – Cuba.
Yo escuchaba cada tarde la amorosa voz de Nubia Estévez en el noticiero radial para enterarme de los últimos sucesos violentos ocurridos en La Habana y llegué a enamorarme de aquella inflexión de voz tan dulce para anunciar los más tristes acontecimientos. Ayer no estaba en la emisora: fue su director quien explicó lloroso que había sido imposible convencerla de que no debía salir al mar en medio de la tormenta; empecinada, comenzó a caminar por la orilla creyendo que existían otras arenas tan limpias y otro cielo azul como los que vio desde su nacimiento.
RELATO 115
106 palabras
Viviana Estela Medina Perez.
- Argentina
RELATIVIDAD106 palabras
Viviana Estela Medina Perez.
- Argentina
Después de atravesar por múltiples decepciones de todo tipo, decidí emprender el camino de la soledad.
Me lleve mi radio y emprendí la travesía.
No tuve que andar demasiado cuando escuché al locutor comentar un hecho del cual era protagonista, refirió que tropezó a un individuo que parecía muerto, se acerca y lo sacude, este se incorpora abrazándolo, le dice: “creí que era invisible”.
Y pensé, solo nos apreciamos a través de otros.
¿Cuándo nos reconoceremos por lo que realmente somos?.
Di media vuelta y retorné a casa.
¿A quién quiero engañar?
Nunca podré estar sola.
Siempre hay alguien que me acompaña, depende de mí escuchar.
RELATO 116
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 117
96 palabras
Eukene Zabala Bilbao.
Pontedeume, (La Coruña) – España.
QUERIDO ABUELITO96 palabras
Eukene Zabala Bilbao.
Pontedeume, (La Coruña) – España.
Todavía no se ha inventado nada que excite la imaginación -exceptuando el libro- como tu radio. Tenías razón al decir que iba a ser difícil dar con algo que te permita trabajar, hablar, educarte, divertirte, soñar, emocionarte... como tu radio. Ahora soy yo la que lo tengo todo el día en marcha. Y también le está gustando a tu biznieto, quien la oye en su habitación. A él le interesa más la música, a mí las noticias, a Jaime los programas deportivos. Son mas completos por radio y además podemos hacer otra actividad, como tu hacías.
RELATO 118
103 palabras
María del Mar Saldaña Asensio.
Almería – España.
FRECUENCIA PSICÓTICA MODULADA103 palabras
María del Mar Saldaña Asensio.
Almería – España.
El locutor se quedó en silencio, atónito ante lo que acababa de escuchar. Al principio pensó que era una broma, pero los detalles que proporcionaba aquella voz masculina y delirante le habían dejado sin palabras, precisamente a él, que siempre tenía una elocuente respuesta para todas las historias que se atrevían a contar sus oyentes en antena. No sabía qué hacer. Sentía terror ante aquellas confesiones y, por un momento, soportó el miedo de verse solo en la emisora a las tres de la madrugada. Su instinto periodístico le impedía deshacerse de aquel testimonio que, sin saberlo, provenía de la cabina de enfrente.
RELATO 119
105 palabras
Carmen Uría Araujo.
Cerredo-Degaña, (Asturias) – España.
EL DIAL ETERNO105 palabras
Carmen Uría Araujo.
Cerredo-Degaña, (Asturias) – España.
Los fascistas avanzan dejando a su paso desolación pero no perdamos la esperanza, el pueblo no se deja vencer, nuestros valientes aguantan…
Radio Pirenaica, la radio libre emitiendo. >>
Abro mis ojos de viejo; después de tantos años aún resuenan en mi cabeza como un pequeño martillo que golpea, graba los recuerdos.
Oigo cercanos los disparos frente a la casa, el llanto de mi madre. Veo la fealdad del horror. Cada noche vuelve a mí la sintonía de la Libertad hablándome de lo perdido. Ahora sobre mi piel arrugada la voz de la radio fantasma me confirma que, como entonces, yo no podré rendirme jamás.
RELATO 120
105 palabras
Enrique Galindo Bonilla.
Cobisa, (Toledo ) – España.
LA VOZ105 palabras
Enrique Galindo Bonilla.
Cobisa, (Toledo ) – España.
La noche se promete larga. Asusta a veces. Ésta es una de esas. La voz que se filtra en la oscuridad también asusta. No porque sea agreste o misteriosa. La voz de las otras madrugadas traía calma y expectativa. Esta no. La voz que emite el dial transmite ausencia. No me provoca la erección de otras veces. Esta noche sólo es ruido lo que brota de las ondas, a pesar de ser una voz melosa de tinte dócil. Pero no derrite mi voluntad. Es como el estruendo del basurero quebrando el sosiego.
La voz de esta noche me distorsiona porque no es la de él.
RELATO 121
107 palabras
Antonia Gordillo Serrano.
Madrid – España.
LOS MILAGROS DE LA RADIO107 palabras
Antonia Gordillo Serrano.
Madrid – España.
La tristeza me embargaba, llevaba demasiado tiempo mirando al techo. Todos se movían a mi alrededor, hablaban unos con otros, a veces se dirigían a mí, después les oía decir –no se para que le hablamos, si no nos escucha, pero yo sí les escuchaba y les veía aunque no podía hablar ni moverme, por mas que lo intentara. Un día mi hijo de 16 años, me trajo una radio con cascos que me colocó en los oídos. Estaban poniendo aquella canción con la que nos enamoramos. Una lágrima recorrió mi mejilla y el chico descubrió que aunque mi cuerpo no funcionaba, mis sentidos lo hacían perfectamente.
RELATO 122
104 palabras
Óscar Bermejo Rodríguez.
El Campello, (Alicante) – España.
Y SIN ABRIR TODAVÍA LOS OJOS104 palabras
Óscar Bermejo Rodríguez.
El Campello, (Alicante) – España.
Al poco de sonar el despertador, encendió la radio. Y escuchó: «Magnífica mañana de primavera. Hoy es un día para sentirte bien, con energía, para realizar tus sueños y objetivos. Lo que hagas será una muestra de tu buen hacer. Eres la persona indispensable para la tarea que te propongas. Quienes están cerca de ti disfrutarán a tu lado, les transmitirás fuerza sana y renovada. La gente que amas notará lo importante que eres para ella. Y, ahora, el tiempo» –dijo el locutor.
Y sin abrir todavía los ojos, pensó que, efectivamente, era una persona especial, afortunada, se sentía contenta y feliz consigo misma.
RELATO 123
105 palabras
Flavia Aurelia Macías Portillo.
Toledo - España.
VUELOS TARDÍOS105 palabras
Flavia Aurelia Macías Portillo.
Toledo - España.
Muy temprano por la mañana, la anciana se levantaba de la cama despacio, sin prisa. Sus débiles miembros se resentían de tanto esfuerzo y temblaban bajo el peso de su cuerpecito de pájaro, como si temieran levantar el vuelo de nuevo en el día que comenzaba. Pero sus viajes eran muy cortos ya. Solo unos cuantos pasos y llegaba a su destino, y se posaba en su butaca, y encendía su radio. Música y voces entusiastas que le recordaban la vida, el sonido de la vida en contraste con el rozar de sus suelas contra el suelo. Estimulantes para su rica imaginación, y nada más.
RELATO 124
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 125
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 126
106 palabras
Miguel Ángel Gayo Sánchez.
Sevilla – España.
CONSULTORIO ELENA FRANCIS106 palabras
Miguel Ángel Gayo Sánchez.
Sevilla – España.
Querida Elena Francis:
Esta es la segunda vez que recurro a su programa. Ya le conté mi caso en la anterior misiva: creo que mi marido me engaña. Todo el mundo sabe que sus sabios consejos han ayudado a miles de mujeres a sobrellevar los sinsabores de la vida. Pienso, no obstante, que en mi caso anduvo usted algo desafortunada.
Como bien sabe mi marido pronunció el nombre de otra mujer mientras cohabitábamos en el lecho marital. Usted sugirió que quizás estuviese eligiendo nombre para una futura hija. ¿Se ha vuelto usted loca, querida Francis?... Ahora que lo pienso… usted también se llama Elena… ¡Serás zorra!
RELATO 127
107 palabras
Patricia Hernández Muñoz.
Santiago – Chile.
676 AM, RADIO MECHUQUE DE MECHUQUE107 palabras
Patricia Hernández Muñoz.
Santiago – Chile.
— ¡Auxilio!, ¡ayúdenme!, ¡nos mata!...
Asustado, y aún medio dormido, pregunta:
— ¿Qué?..., ¿qué pasa? ¡Contésteme!, ¿dónde está?..., la oigo pero no la veo.
Afuera el temporal arrecia, la lluvia golpea fuerte sobre las tejuelas, el viento silba entre los árboles. Aturdido busca los fósforos. La oscuridad es total.
— ¡No…, por favor!, ¡mi hijita no!..., ¡piedad!
La voz es casi imperceptible. Se oyen unos jadeos, un fuerte golpe, un grito desgarrador, dos disparos, y el galopar de un caballo alejándose…
— 676 AM, radio Mechuque de Mechuque…, mañana otro escalofriante episodio de…: “El Trauco”.
Confundido mira el reloj: las 4.00 AM, debe ordeñar las vacas; héroe..., podrá ser otro día.
RELATO 128
103 palabras
Jesús Gutiérrez Pérez.
Montevideo - Uruguay.
LAS RADIOS103 palabras
Jesús Gutiérrez Pérez.
Montevideo - Uruguay.
Cuando conocí las primeras radios era un chiquilín, fue por el año 32, era un aparato grande con lámparas en su interior, con un parlante por donde salía la voz.
Después empezaron a llegar cada vez más chicas, la primera que conocí era la spica toda forrada de cuero y con pilas.
Ya el paisano del interior la llevaba en su caballo escuchando las noticias.
Hoy en día son miniaturas las que te pones dos cables en tus orejas para poderla escuchar.
A veces me encuentro con algún amigo de mis tiempos, recordamos aquellos tiempos y nos decimos como ha cambiado los tiempos.
RELATO 129
107 palabras
Azucena Martínez Esparza.
Valencia – España.
LLAMADA ENTRANTE107 palabras
Azucena Martínez Esparza.
Valencia – España.
—Tenemos una nueva llamada. ¿Nombre? — pidió la locutora amablemente a su interlocutor, pero no hubo respuesta—. Su nombre por favor… —repitió haciendo señas al compañero que se encontraba al otro lado del cristal seleccionando las llamadas.
Un murmullo ininteligible… y después silencio.
— Conocemos tu secreto… —confesó el interlocutor con un hilo de voz, pudiéndose escuchar en todos los rincones del país mientras la locutora hacía señas para que cortaran la transmisión de inmediato.
A la salida del trabajo, cuando parecía que todo estaba olvidado y que tal vez se había tratado tan solo de una broma de mal gusto, recibió un mensaje en su móvil: “¡Asesina!”
RELATO 130
82 palabras
Pedro Campos Morales.
Málaga – España.
GUERRA III82 palabras
Pedro Campos Morales.
Málaga – España.
Nos organizamos en apenas unos meses. Pusimos en marcha nuestra Radio Guernica al tiempo que reuníamos más de un centenar de prototipos que se repartieron por todos los pueblos del mundo. No diré de dónde salió la pasta, de sobra lo saben los no televidentes, pero tras pocos años y muchas instrucciones radiofónicas, todas las casas tuvieron chimenea, y todas las chimeneas tuvieron instalado su artefacto, y todos los artefactos apuntaban al cielo. En este mundo ya no habrá más ataques aéreos.
RELATO 131
13 palabras
Raúl Garcés Redondo.
Zaragoza – España.
PARTE13 palabras
Raúl Garcés Redondo.
Zaragoza – España.
La guerra ha terminado - escupe la radio a una multitud de cadáveres
RELATO 132
107 palabras
Laura Nieves Muñoz Rubio.
Ciudad Real - España.
CUENTOS DEL SILENCIO107 palabras
Laura Nieves Muñoz Rubio.
Ciudad Real - España.
A Manuel le encantaba contar historias. Por eso se convirtió en el cuentacuentos del pueblo. Tan querido era por todos, que la radio local le ofreció un programa, “El cuentacuentos Don Lolo”, como era llamado cariñosamente por sus paisanos.
Su público era infantil y Lolo sentía que tenía centenares de nietos que lo adoraban. Pero llegó el día en que Lolo era tan mayor que notó que se apagaba. Y contó su cuento definitivo: el cuentacuentos que se tragó el micrófono para que narrase su alma. Desde entonces, en la radio guardan un minuto de silencio para escuchar las miles de historias del alma de Don Lolo.
RELATO 133
104 palabras
Mirta Raquel Zehnder Palmero.
Humboldt - Argentina.
GRACIAS A LA RADIO104 palabras
Mirta Raquel Zehnder Palmero.
Humboldt - Argentina.
Fue la Voz… esa voz que era el eco de la suya, en cuyo timbre sonaba la nueva, con las mismas pausas e idéntica frecuencia.
Lo había buscado durante treinta años sin poder hallarlo. Se dirigió a la Radio y solicitó hablar con el locutor. Se miraron; aunque provenían de mundos dispares se sintieron iguales. Uno lucía cabellos cortos y precoces canas; el Otro, largos rizos negros. Uno formalmente vestido y con maletín de cuero; el Otro, túnica hindú y una saca de acuarelas y pinceles. Habían compartido la intimidad de un vientre único durante nueve lunas; por primera vez respiraban el mismo aire.
RELATO 134
107 palabras
Vicente Cuesta Roncero.
Ciudad Real - España.
PRIVILEGIOS INCONSCIENTES
Aún recuerdo mi voluntariado en aquel conflictivo país africano. Había un niño que, jugando con unos cascos rotos y una piedra haciendo de micrófono, me explicó que estaba avisando por dónde venían sus enemigos y daba instrucciones a sus aliados. Por un momento pensé que tan sólo se trataba de la imaginación de un niño, pero no podía dejarle así y se me ocurrió regarle mi transistor de mano y explicarle que dicho aparato servía para aprender, estar informado, escuchar música y divertirse. En aquel instante observé que tendiendo acceso a cosas tan pequeñas como un transistor somos unos auténticos privilegiados y no somos conscientes de ello.
RELATO 135
107 palabras
Luciano Raúl Nahás Combina.
Córdoba -: Argentina.
RECORDANDO MI NIÑEZ107 palabras
Luciano Raúl Nahás Combina.
Córdoba -: Argentina.
Las lágrimas brotan de mis ojos cuando recuerdo con añoranza mi niñez. Solía pasar horas sentado en la falda de mi abuelo, coleccionando monedas y jugando con su antigua radio. “Estas ya no se consiguen, hijo mío” me decía. Sin comprender aún la complejidad de la tecnología incorporaba la realidad con el tacto, mis pequeños dedos palpaban el objeto y sintonizaban mundos lejanos donde seres mágicos hablaban en lenguas inentendibles. Las fábulas y los viajes eran parte de la experiencia.
Cada noche que mi voz resuena en los hogares, mi mente viaja hacia tiempos de antaño y disfruta al compás de la música lo mágico de vivir.
RELATO 136
107 palabras
Luis Carlos Ramírez Lascarro.
Cali, (Valle del Cauca) – Colombia.
LOS ROBAVIONES107 palabras
Luis Carlos Ramírez Lascarro.
Cali, (Valle del Cauca) – Colombia.
Robaviones, robaviones… nos llamaron en medio de la Batalla y volví a recordar la historia del día que llegaron de la escuela al final de una jornada más como cualquier otra en el reino de la tierra roja y ardiente y encontraron a todos pegados al radio de tubos marca Philco revelaban que el avión HK – 101 había sido secuestrado y desviado a La Habana. Lo hicieron dos paisanos Guamaleros: Hermanos, tíos abuelos de nuestros compañeros de clases: Joaquin y Ramiro. Por eso nos llaman así donde quiera que vayamos, sobre todo una tarde de sábado de febrero en pleno carnaval de Barranquilla, McCausland y Rey Sinning.
RELATO 137
106 palabras
Verónica Pérez de Torres.
Burujón (Toledo) - España.
VIEJOS RECUERDOS.106 palabras
Verónica Pérez de Torres.
Burujón (Toledo) - España.
Siempre me gustó la casa de los abuelos. Era muy grande y siempre tenía ese olor que te decía “bienvenido” cuando cruzabas la puerta.
Recuerdo el salón, en él se encontraba el sillón del abuelo y la vieja mecedora de la abuela.
Y al lado de esa mecedora, encima de la chimenea, se encontraba la radio. Esa radio antiquísima que tanto les gustaba a los abuelos. Recuerdo las tardes que pasé junto a ellos escuchando la radio, las novelas que seguía la abuela, las noticias que escuchaba con tanto interés el abuelo, y los bailes que realizábamos los tres cuando sonaba una canción que nos gustaba.
RELATO 138
102 palabras
Igor Wadowski.
Lyon – Francia.
LA RUBIA102 palabras
Igor Wadowski.
Lyon – Francia.
- Son las nueve, ocho en Canarias…
Sentado en un bus con auricular en la oreja, yo volvía a casa.
- El Presidente del gobierno decidió retirar nuestras tropas…
El bus ha parado y luego subió una chica. Una rubia espléndida, ¡qué formas y todo!
- ...a las cinco, el Papa se encontrará con los niños...
Cómo la movía... ¡neñita! Me levanté para hacer las presentaciones.
- El Ministro se negó a comentar su propria condena por robo y...
Y cuando ya la tocaba, casi sentía su perfume suave, ella volvió su cabeza.
- ¡Un horror! Una barbaridad tremenda!, contaron las víctimas...
RELATO 139
106 palabras
Estela Hernández Rodríguez.
La Habana – Cuba.
EL INCANSABLE AMIGO106 palabras
Estela Hernández Rodríguez.
La Habana – Cuba.
Esa noche me sentía sola, no tenía sueño, entonces determiné escuchar un programa musical, “Nocturno”, que con canciones de los años sesenta, regalaba una buena selección.
Afuera en la calle se sentían los transeúntes. Ellos no vivían ese maravilloso momento como yo. El mundo exterior los atraía y a mí, Los Mustang, Luis Gardey, Julio Iglesias, Los Beatles. Música e imaginación me hacían recordar.
No supe en que instante quedé dormida placidamente. De momento sentí un rayo de luz que me despertaba. Había amanecido y entonces recordé que esa noche, al final no estuve sola, me acompañaba ese poderoso medio y amigo, que se llama Radio..
RELATO 140
107 palabras
Datos en doc. adjunto
Yazmín Caram Suárez.
Quivicán, (La Habana) - Cuba.
ODISEA DE UNA MUSA107 palabras
Datos en doc. adjunto
Yazmín Caram Suárez.
Quivicán, (La Habana) - Cuba.
Rosita tenía dos grandes pasiones: las radionovelas y el anhelo de un novio intelectual. Algún dios celoso ansió hostilizarle; conoció a Alejandro cuando él disertaba sobre “La radionovela: opio del pueblo”.
Decidió intentarlo. Alejandro estaba casado y repleto de desventuras: desempleo, esposa moribunda… Su Musa y Mitad Perfecta debía “abandonar la antigua piel”. Ella no detectaba nada extraño en su piel, pero se abochornaba por su devoción radiofónica.
Una noche, deambulando abstraída, arribó a un infame tugurio. Allí divisó a Alejandro bailando reggaetón con una mujerona de trasero descomunal. Regresó feliz, contoneándose entre atrevidos piropos. Disfrutó de una radionovela divina, después se puso a leer a Borges.
RELATO 141
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 142
54 palabras
Paloma Hidalgo Diez.
Alcalá de Henares, (Madrid) – España.
TÉRMINO MEDIO54 palabras
Paloma Hidalgo Diez.
Alcalá de Henares, (Madrid) – España.
La tuya era demasiado grande, por eso apenas la usabas; la de mi ex en cambio era mucho más pequeña, lo que propiciaba que la tuviese casi siempre entre las manos. A mí me gusta la mía, término medio del salpicadero del coche en el que paso media vida y mi más fiel compañía.
RELATO 143
107 palabras
Sonia González Rúa.
Bilbao - España
INSOMNIO107 palabras
Sonia González Rúa.
Bilbao - España
Soy insomne por vocación desde hace años, pero mi mujer cree que estoy enfermo. Yo no quería ir al especialista, pero ella me arrastró harta de despertarse con mis carcajadas, mis suspiros o mis monólogos. Ya he comenzado el tratamiento. Una pastillita con la cena y a dormir a pierna suelta. Pero sigo sin pegar ojo.
Hoy ha encontrado las pastillitas envueltas en una servilleta de papel junto a la radio portátil. He intentado explicarle lo de la noche es nuestra, hablar por hablar, se te ha hecho de noche, es la noche de césar, noche bastarda, la parroquia del monaguillo, pero me ha pedido el divorcio.
RELATO 144
107 palabras
Angeles Rosique Labarta.
Barcelona – España.
AÑORANZA POR LA RADIO.107 palabras
Angeles Rosique Labarta.
Barcelona – España.
Cada día escucho esa radio que me dice de ti, me acerca un poco a tu persona, ya sé que tienes un programa y lo escucho siempre. Al oír tu voz, es como si volviera a aquella tarde del mes de abril, en el aeropuerto, con las maletas, las ilusiones, y sin que te dieras cuenta metí un trozo de mi corazón en una de ellas, en la maleta de mano, para que siempre estuvieras conmigo y yo contigo. Has conseguido aquello que tanto buscaste, todo aquello que acá parecía una ilusión, una fantasía, por fin se ha hecho realidad, ¿sabes?, me alegro por ti. Siempre tuyo.
RELATO 145
103 palabras
David Marugán Rodriguéz.
Madrid – España.
LA RADIO A OSCURAS103 palabras
David Marugán Rodriguéz.
Madrid – España.
Dejó la pelliza en la percha y se sentó junto al brasero. Su esposa bajó el volumen del aparato, casi hasta tener que pegar la oreja al altavoz para poder escuchar algo ―nunca se sabe― decía ella atemorizada mientras miraba hacia la puerta. Aquella voz venía de Moscú, de Bucarest, o del Penal de Burgos, qué importaba eso. En la noche ellos la sienten cálida, muy cercana y fuerte; se cuela entre los campanarios de cada pueblo y la censura, entre los mineros asturianos y los militares de Madrid: “Aquí, Radio España Independiente; estación pirenaica…” y el corazón ahora les galopaba en libertad.
RELATO 146
107 palabras
Federico Zapata Pérez.
Murcia - España.
INFIEL107 palabras
Federico Zapata Pérez.
Murcia - España.
Él le había rogado que conectara el transistor a las ocho y doce. Un mensaje de amor para subsanar su infidelidad, pensó ella. No deseaba oírlo, pero inconscientemente encendió el aparato. Faltaban dos minutos que parecieron horas. Al fin llegó el momento. Imaginaba que ahora sonaría alguna balada romántica con la que pretendería comprar en oferta su cariño. Pero no le iba a funcionar. En ese instante las ondas emitieron una voz muy familiar que le erizó el vello. Las palabras sonaban sinceras y la voz realmente arrepentida, de un hombre completamente hundido. Con lágrimas en los ojos apagó la radio. Si siguiera encendida terminaría por perdonarlo.
RELATO 147
96 palabras
Isabel Rodríguez Caamaño.
Santiago de Compostela - España.
ETERNA COMPAÑERA96 palabras
Isabel Rodríguez Caamaño.
Santiago de Compostela - España.
Siempre se sentaba en esa vieja silla de mimbre, mirando por la ventana. Sus ojos se perdían en un horizonte infinito de soledad y tristeza. Junto a él , su antigua radio destartalada.
Todos querían internarlo en un centro, decían que estaba loco. Alguna vez intentaron apagarle la radio, pero su reacción fue morderle en el brazo al imprudente que lo intentó. Un día, me acerqué a su habitación y ya no estaba. Sobre la cama había una nota.
“Ahora que la vida se me acaba iré donde mi vieja amiga y compañera quiera guiarme”
RELATO 148
107 palabras
María Martín Illán.
Talavera de la Reina, (Toledo) - España.
LA PARLANCHINA.107 palabras
María Martín Illán.
Talavera de la Reina, (Toledo) - España.
Recordar es una ardua tarea si me remonto a mis años de niñez. Pasaba los veranos con mi abuela y su particular caja de música, teníamos un maravilloso ritual. Después de la cena sacábamos una antiquísimas tumbonas al patio, nos sentábamos bajo el cielo estrellado acompañados de La Parlanchina. Conocedora de toda clase de chismorreos, canciones y aventuras. Así fui creciendo, aprendí a escuchar y a valorar el mundo que me rodeaba. Al final de un verano, mi abuela me regaló la vieja radio. Me ayudo a pasar los aburridos invierno, cada vez que llegaba a casa esperaba impaciente la nueva noticias que tenía escondida esa caja.
RELATO 149
103 palabras
Victoria Hita Bretones.
Almería - España.
SONRISAS TEÑIDAS DE ACORDES103 palabras
Victoria Hita Bretones.
Almería - España.
Pensé en cómo podía yo sanar su corazón destrozado con palabras. Desde la sombra del pasillo vi una lágrima furtiva en sus ojos con la mirada perdida. Había perdido su característa sonrisa y sus brazos descansaban inanimados a ambos lados del colchón. No había palabras que pudieran hacerle sonreír, pero aún guardaba un as en mi manga. Entré silenciosa, sintonicé el viejo radiocasette negro y la habitación se sumergió en los arcordes de los últimos éxitos del momento. Le tendí mi mano y tiré de él hasta acabar moviéndonos al ritmo de la música. Ninguno dijimos nada, simplemente me dedicó una sonrisa agradecida.
RELATO 150
107 palabras
Cristóbal Román Ceballos.
Alcalá Henares, (Madrid) - España
AMIGO DEL TIEMPO107 palabras
Cristóbal Román Ceballos.
Alcalá Henares, (Madrid) - España
Puso la radio. Al oír de nuevo la voz, todo le pareció extraño. ¡Hacía tanto tiempo que no la ponía!
A los minutos volvió a acostumbrarse a esa voz, a ese sonido, a esa sintonía. Era como si hubiere recuperado a un amigo en el tiempo y la distancia en el lugar de su infancia, pasaportándole al país de los sueños dorados. ¡Cuánta añoranza! ¡Cuánta imaginación para suponer cómo era el físico por aquel tiempo del ídolo radiofónico que se escondía tras esa caja a la que llamaban radio! ¡Cuánta magia!
A partir de mañana pensó volverían a hacer camino juntos: él y la radio.
Estaba seguro.
RELATO 151
105 palabras
Adelina Corredera Maés.
Villoria, (Salamanca) – España.
LA RADIO105 palabras
Adelina Corredera Maés.
Villoria, (Salamanca) – España.
La radio es hoy por hoy motivo de reunion entre los locutores y los oyentes, mientras que los locutores se manifiestan en la radio, los oyentes disfrutarn de lo que estos trasmiten, los oyentes son de todas las edades estan los niños, los adultos, se conectan a la radio a lo largo del dia en diferentes horarios de tiempo unos escuchan la radio a una hora y otros a otra, eso si se conecten a la hora que se conecten disfrutan de lo que los locutores les trasmiten, la radio es hoy por hoy un medio de difusión de noticias, musica.¡la radio es un mundo!
RELATO 152
48 palabras
Francisco Vila Guillén.
Valencia – España.
NÁUFRAGO48 palabras
Francisco Vila Guillén.
Valencia – España.
Me dicen que he estado cinco años así, cinco años con la única compañía de una vieja radio, pero para mí solo ha sido un ratito largo. Menos mal que en momento del naufragio escogí rescatar la caja de pilas en vez de la de botellas de whisky.
RELATO 153
107 palabras
Pedro Yajure Mejía.
Ciudad Ojeda - Venezuela.
NOTICIERO RADIO MATUTINO 107 palabras
Pedro Yajure Mejía.
Ciudad Ojeda - Venezuela.
-Un grupo de hampones, asaltaron el Banco Municipal, en el hecho se registró una balacera, dejando como saldo a una persona herida. Los sujetos escaparon en una camioneta beige, chevrolet, año 1998, tomando como vía de escape la autopista Los Guayabos.
Se estima robaron la suma de 20.000.000 de dólares. En la huida, el conductor de la camioneta, chocó contra otro vehículo, desprendiéndole el parachoques delantero. Les narró para Radio Matutino Juan Perkins desde el lugar de los acontecimientos -
Los patrulleros que venían por la misma autopista de escape, al escuchar el noticiero, colocaron una alcabala móvil, atrapando luego a los sujetos, sin hechos que lamentar.
RELATO 154
105 palabras
Rosa Maria Garcia Barja.
Sevilla – España.
EL GUERRERO DEL SILENCIO105 palabras
Rosa Maria Garcia Barja.
Sevilla – España.
La taza de café tiembla involuntariamente entre mis manos. La radio suena como si tuviera una mordaza, afilando las palabras como la hoja de una guadaña.
Mientras las oigo, me desangro.
La policía me prohíbe acercarme a la ventana.
El suelo está lleno de cristales.
Me interrogan. Yo digo que era callado solitario y triste, como un ciprés.
Ahora dicen en las noticias, que la onda expansiva alcanzó un radio de cien metros… y yo allí a su lado, intacta.
No es justo.
“Agmed Alí Moustaffá, el guerrero del silencio, se inmoló esta madrugada “
Omití que le amaba.
A quien le importa un epitafio.
RELATO 155
43 palabras
Jaime Meléndez Medina.
Barcelona - España.
EL COLOR DE LA MUSICA43 palabras
Jaime Meléndez Medina.
Barcelona - España.
-El color es la música sin sonido –expresaba un dibujante muy convencido de su teoría.
A lo cual un locutor de radio le rebatió:
-La música es el color con sonidos, por que cualquier canición adquiere color cuando la componen y la interpretan.
RELATO 156
106 palabras
Francisco José Segovia Ramos.
Granada – España.
LA VOZ106 palabras
Francisco José Segovia Ramos.
Granada – España.
Nunca había escuchado aquella emisora local, pero esa noche la sintonicé. La música inundó mi habitación y me puse a trabajar con el ordenador. Al rato, sin embargo, la sinfonía que sonaba se interrumpió y una voz femenina, dulce y atrayente, anunció la siguiente obra.
Imaginé tras esa voz una mujer única. Sentí que me había enamorado irremediablemente. Salí apresuradamente de mi casa, camino de la emisora, para conocer personalmente a la joven. Pregunté por ella, y la respuesta fue un disparo a mi corazón: el programa que emitían era una grabación, y era un homenaje a la chica fallecida en un reciente accidente de tráfico.
RELATO 157
107 palabras
Maria del Carmen Jiménez Herrero.
Jumilla, (Murcia) – España.
LA SEÑORA X107 palabras
Maria del Carmen Jiménez Herrero.
Jumilla, (Murcia) – España.
La señora X es un ser realmente increíble. De esas personas capaces de andar mirando al cielo cuando sus pies miran cada uno a un lado. Ésas que mantiene un aire de locura característico, como de tonto de pueblo. Lleva siempre sombrero y el pelo que asoma bajo él se enrolla al cuello a modo de bufanda.
Se dice que es sorda, rara vez alguien la escuchó.
Un día la señora X se detiene, tira suavemente de un lugar entre la bufanda de su pelo y el sombrero, saca de allí un hilo y dice en voz alta:
¡Maldita sea!¡Otra vez se quedó este trasto sin pilas!
RELATO 158
107 palabras
Francisco Macías Pérez.
Toledo - España.
EL DESPERTADOR107 palabras
Francisco Macías Pérez.
Toledo - España.
La radio, que hacía las veces de despertador, sonó puntual. ETA, Batasuna, paro...Lo mismo de siempre, se dijo Carmen. Y ella se tenía que levantar para ir a la oficina. Con gusto se pondría con el Bodegón que tenía entre manos.
Ahora unas pinceladas de cultura. Ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Gauguin. El muy loco había dejado la Bolsa donde trabajaba para dedicarse a la pintura. No siempre la radio daba malas noticias. A veces le cambiaba a uno la vida.
Carmen se levantó y cogió los pinceles, dispuesta a consguir aquel destello de luz, que entrando por la ventana, daba de lleno en la botella.
RELATO 159
106 palabras
Sergio Salgueiro Abal.
Marín, (Pontevedra) – España.
ALICIA A TRAVÉS DE LA VENTANA106 palabras
Sergio Salgueiro Abal.
Marín, (Pontevedra) – España.
Alicia, se llamaba. Podía oír su voz, tan dulce, angelical, a través de la ventana abierta que daba al patio. Cada día, durante la hora de comer la oía, era el momento más feliz del día. Oía como hablaba con sus hijos, con su marido (patán afortunado), con alguna amiga... la oía y, mientras lo hacía, imaginaba su cuerpo perfecto, delicado, sus ojos de un color que sólo podría describir como “dulce”, su melena azabache. Un día, por fin, me armé de valor y subí a su piso. Mis nervios excitados se desplomaron cuando me abrió una anciana en bata sosteniendo un transistor. ¡Malditas novelas radiadas!
RELATO 160
80 palabras
Raquel Villanueva Lorca.
Ponferrada, (León) - España.
MAÑANA80 palabras
Raquel Villanueva Lorca.
Ponferrada, (León) - España.
Llevaba tanto tiempo esperando la noticia, que siendo sincero, no me cogió por sorpresa. Aún así, no pude evitar un estremecimiento, eran tantos años… toda una vida.
Ese día, cambié mi rutina. Ese día, sería el primero de tantos cambios que sabía habrían de llegar.
Pero la radio no engañaba y transmitía claramente la noticia del cierre de la empresa.
La apagué, pero al contrario de todas las mañanas, no me levanté, seguí durmiendo. Mañana, Dios o la Radio dirían.
RELATO 161
105 palabras
Marina Riaño Gómez.
Toledo - España.
MADRE DESNUDA.105 palabras
Marina Riaño Gómez.
Toledo - España.
Lo han dicho por LA RADIO. Te lo puedes creer. Que tenía problemas con la hipoteca, la había dejado el novio, embarazada: quería tirarse al río. La pillaron desnudándose en el puente...¡con el frio que hacía ! Oye, si te vas a tirar...¿porqué te quitas la ropa? ¿qué más te da? Pues...porque está en buen uso, le puede servir a alguien
¡¡ No van a ser todo penas!! Se zambulló en lo hondo. Se ahogó ante la sorpresa de aquella pareja que no supo evitarlo a tiempo. ¡ vaya susto ! Oye, coge la ropa: está nueva y es de mi talla. ¡¡ AY,SEÑOR !!
RELATO 162
107 palabras
Rafael González Casero.
Toledo – España.
CAFÉ CON DOS DE AZÚCAR107 palabras
Rafael González Casero.
Toledo – España.
Parecía mentira, pero Paula había logrado abrirse un hueco radiofónico en las tediosas tardes de invierno toledanas con el programa “Café con dos de azúcar”, que se emitía desde Onda Barrio.
En cada sesión, dos personas enfrentadas por algún motivo acudían al estudio para, con la ayuda de la locutora, encontrar y hablar de un asunto que las uniese en lugar de separarlas. Políticos de distinto signo hablando de su equipo común de fútbol, vecinos cabreados coincidiendo en gustos culinarios… Se valoraba más lo que vinculaba que lo que alejaba a las personas. No era algo tan difícil.
Y entonces, Paula, estudiante de periodismo, despertó entre manuales.
RELATO 163
102 palabras
María José Suárez Díaz.
Gijón, (Asturias) – España.
ACOMPAÑAMIENTO102 palabras
María José Suárez Díaz.
Gijón, (Asturias) – España.
Son las ocho, suena la radio, por fin, llevo mucho tiempo despierta, desayuno y tomo mis medicinas.
Hoy llueve, tampoco saldré. No me apaño con el paraguas y el bastón.
Mientras escucho un debate organizo el día, voy a quitar el polvo y... no se si descongelar el pollo o las albóndigas... para la noche una francesa.
Por la tarde leo, descanso de vez en cuando mirando la calle mojada.
Después de cenar, doy quince vueltas por el pasillo y de nuevo confirmo que el teléfono funciona.
Son las doce, me acuesto. Las noticias otra vez. Otro día sin hablar con nadie.mi
RELATO 164
107palabras
Mario Bejarano Parrilla.
Toledo – España.
MAQUIS107palabras
Mario Bejarano Parrilla.
Toledo – España.
- Todos estábamos aterrados. La explosión había sido enorme, y un espeso humo inundaba la cueva, nuestro hogar.
Nuestros oídos pitaban, pero poco a poco pudimos escuchar los desgarradores alaridos de niños, mujeres y hombres que, tirados en el suelo como muñecos de trapo, se retorcían masticando su dolor.
Cuando recobré el sentido, abrí los ojos, pero no conseguí ver nada; estaba ciego. Con la boca llena de tierra, y haciendo un enorme esfuerzo por respirar, me incorporé palpando mi entorno, y deambulando, me topé con un objeto. Lo sostuve un instante, y emitió un sonido.
Al reconocerlo sonreí: Era una radio, estábamos salvados. La resistencia persistiría.
RELATO 165
107 palabras
Jesús Salinero Núñez.
Toledo - España.
VIEJOS AMIGOS107 palabras
Jesús Salinero Núñez.
Toledo - España.
Han sido muchos los años, y aún no puedo explicarme nuestro reencuentro: ni aspavientos, ni reproches. En fin, ni la más leve sombra de rencor ha asomado por ese altavoz poroso y polvoriento. Tampoco a través de esos auriculares que mueren prematuramente. Y ahora que volvemos a vernos, puedo ver que no ha cambiado nada. Sigue siendo tan fiel compañera en mi soledad presente como lo fue en la pasada. Y sigue haciéndome reír, y cantar… Sigue velando mi sueño con sus voces infinitas. ¡Qué afortunado soy por tenerla a mi lado! Esta noche, como siempre, sólo hablará ella. Yo no necesito palabras. Mis oídos serán suficientes.
RELATO 166
107 palabras
Eva Maria Jimenez Alcázar.
Villatobas, (Toledo) - España.
LA EMISORA DE ZULA.107 palabras
Eva Maria Jimenez Alcázar.
Villatobas, (Toledo) - España.
--Buenos tardes, Ángel, soy Carmen, ¿cómo encontré vuestro programa? Pues fue en una vieja radio te cuento cómo paso: resulta que a zula le gusta colarse en las habitaciones, un día pasó a una, vio que no estaba la radio y se puso triste, entonces mi compañera Felisa y yo la preguntemos ¿qué te pasa zula? ¡Pobrecita!, ven vámonos abajo, estarás más entretenida…… bueno, pues no vas a créetelo….
--¿Qué hizo?, cuéntame:
--De repente ella se fue corriendo de prisa hasta una habitación donde se escuchaba, casualmente, en una vieja radio, vuestro programa y ella estaba ladrando y moviendo el rabo como una loca……
RELATO 167
85 palabras
Armando Brito Figueroa.
Barquisimeto - Venezuela.
METAMORFOSIS85 palabras
Armando Brito Figueroa.
Barquisimeto - Venezuela.
«¡No aguanto más!». Los que lo acompañaban lo miraron perplejos. El hombre balbuceaba y de su boca comenzó a salir espuma. Sus movimientos se hicieron epilépticos. De los ojos brotaban capilares rojos que parecían rayos amenazantes. Su nariz aleteaba cada vez con más furia. Finalmente, los otros dos ignoraron al hombre, atacado por un trance discursivo, y el más perspicaz se limitó a decir a los radioescuchas: «Parece que mostrarle el micrófono a un dictador es como mostrarle la luna llena a un hombre lobo».
RELATO 168
56 palabras
Cristina Egea Molina.
Tarragona – España.
LA QUE TODO LO EXPLICA56 palabras
Cristina Egea Molina.
Tarragona – España.
Queridos compañeros,
¡Soy yo! La pequeña e invisible ¡yo! ¿No os acordáis? Me fui un tiempo para vivir aventuras increíbles.
E viajado por todo el mundo, conocí a un montón de amigos, he visto paisajes increíbles, volé hasta llegar a las nubes y volví sólo para poder explicártelo.
Firmado;
La que todo te lo explica,
Radio
RELATO 169
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 170
106 palabras
José María Izarra Cantero.
Burgos – España.
EL ALDEANO TIRÓ LA PIEDRA106 palabras
José María Izarra Cantero.
Burgos – España.
A las tres de la tarde, comenzaba la segunda sesión de discos dedicados. Para Euniciano García, que está haciendo la mili en Toledo, de quien él ya sabe; Para Pedrito Martínez, de su madre, en el día de su santo; para Anselmo Escobar, de su esposa María, implorando perdón… Por la ventana entreabierta, llegó la voz alarmada de una mujer: “¡Han descalabrado al Fortunato!” Y entonces empezó a sonar El aldeano tiró, tiró la piedra, tiró… ¿Casualidad? En absoluto. Después de lustros de observación, he podido verificar que la radio da las noticias, crudas aunque subliminalmente, nada más producirse. Luego las repite, cocinadas, en los informativos.
RELATO 171
91 palabras
María Del Carmen Montagut Pérez.
Huelva – España.
LA RADIO, ELLA Y YO.91 palabras
María Del Carmen Montagut Pérez.
Huelva – España.
Me levanto por la mañana, elevo la antena y enciendo el interruptor. Recuerdo que en tiempos de hambre, lo difícil que era poder escucharla. Gracias a ella, podía saber que sucedía en mi Tierra. Es compañera de mi soledad, la que me alegra las mañanas. Escucho su voz, y siento una inmensa compañía. Sus canciones, son los recuerdos de todos estos años. Ha sido testigo de cómo crecía mi familia en la mesa cada mañana... Ahora su voz me transmite como crece el mundo que hay, fuera de estas cuatro paredes.
RELATO 172
106 palabras
Isabel González Rourich.
Badajoz – España.
BIENVENIDO AL MUNDO INVISIBLE106 palabras
Isabel González Rourich.
Badajoz – España.
Son las doce, las once en Canarias.
Y en estos momentos nos encontramos volando, soñando. Solos, en una negra carretera, infinita en la noche o en una cocina débilmente iluminada, sentados en torno a una mesa con los restos de la cena. Noticiarios nos recuerdan que no somos los únicos que respiran. Debates, charlas, te incitan a pensar. Voces, ningún rostro. No ves imágenes; esboza, fantasea y si no es suficiente, improvisa. Al invadirte el sopor, cambia. En esos momentos escucharas grandes propósitos o dulces ensueños. Imagine o tal vez what a wonderful world. Bienvenido al mundo invisible.
Despierta, son las ocho, las siete en Canarias.
RELATO 173
100 palabras
Alberto Bejarano.
Montrouge –Francia.
107.5 FM100 palabras
Alberto Bejarano.
Montrouge –Francia.
En radio K, 107.5 fm, hacen un concurso del mejor tweet del día, hoy perdí 140 euros: “En medio de mis tinieblas, aparece el Johnny Deep de los ochenta y el Clint Eastwood del 2020. Les tengo el título, a lo Hugo Chávez, parafraseando a Hitchcock: “La receta del diablo”. Mi vida a 140 caracteres por minuto. Toda una ciber-emo-hippie punk con barbies, hellokities. Mis sueños, mis pesadillas no pueden ser escritas por Bolaño. A lo mejor son de Bukowski. ¿La literatura se convertirá algún día en un género menor? ¿En un genero dentro de la historia universal de Twitter...?”.
RELATO 174
105 palabras
Juan Carlos Doblado Vizcaíno.
Valverde, (Huelva) - España
VACIO DE MULTITUD105 palabras
Juan Carlos Doblado Vizcaíno.
Valverde, (Huelva) - España
Me senté de frente a las voces, supuse que me verían de cerca.
Siguieron hablando como si nada, incluso di una palmetada para atraer su atención. Pero nada.
Se oía bastante gente, unas hablaban muy rápido, otras opinaban, otras entrecortaban alguna canción mientras reían sin parar.
Sentado en la cama se escuchaba todo, no sabia yo que aquellas voces no tuvieran pelos en la lengua y derramasen vertiendo sus historias dándolas a la luz de los demás. Paso un espacio corto de tiempo y note que se fueron apagando las palabras urdidas de critica y ufanismo, me levante cerré la ventana y puse la radio.
RELATO 175
No admitido a concurso
Radio Arrebato. 107.4 f.m.
Guadalajara
RELATO 176
107 palabras
Irene Sánchez Martín.
Madrid – España.
UNA CANCIÓN LLAMADA 'GRITA'.No admitido a concurso
Radio Arrebato. 107.4 f.m.
Guadalajara
RELATO 176
107 palabras
Irene Sánchez Martín.
Madrid – España.
Alba siempre tuvo un sueño.
Pero ella sola se fue restringiendo la posibilidad de llevarlo a cabo.
Un día, escuchando su programa de radio favorito escuchó una canción que decía: ‘Que la música es tu vida, tu elección para vivirla.’
En ese momento, su vida sufrió un cambio imprevisto. Decidió que era hora de quebrantar sus propias limitaciones.
Así lo hizo.
Decidió creer en su sueño y hacer que los demás pudieran disfrutar de todo lo que ella tenía para regalarles.
Pocos años después, fue ese mismo espacio radiofónico donde se escuchó por primera vez su primer single.
Y a partir de ese vinieron muchos, muchos más.
RELATO 177
104 palabras
Luis Humberto Olvera Chong.
Ciudad de México –México.
MI HÉROE104 palabras
Luis Humberto Olvera Chong.
Ciudad de México –México.
Un paisaje desolador estaba ante mí. Edificios caídos, escombros regados por el suelo. Es una sensación de encontrarse en un pueblo fantasma. No sabía a dónde ir.
Tampoco había señales de vida. Ni siquiera los pájaros volaban. ¿Qué podía hacer en medio de esa inmensa soledad?
De pronto, escucho un tenue chillido. Me acerco a los restos de una casa, retiro algunos ladrillos y encuentro un adminículo sonoro. Lo manipulo hasta dar con una frecuencia en donde daban noticias de la situación en la que me encuentro.
Me dejé llevar por las indicaciones del radio. Tiempo después, pude presumir de estar, sin dudas, vivo.
RELATO 178
106 palabras
Marcelo Luis López.
San Salvador de Jujuy - Argentina
LOS SERES RADIOFÓNICOS106 palabras
Marcelo Luis López.
San Salvador de Jujuy - Argentina
Aunque era su primer día de trabajo como locutor, si bien sospechaba una nutrida audiencia, no tenía la certeza ni se había puesto a pensar que los soldados esperaban los resultados de la guerra, los campesinos aguardaban saber donde recoger la mercadería con los burros, los náufragos necesitaban imperiosas novedades del rescate, los extraterrestres seguían grabando detrás de Júpiter, los ciegos permanecían impávidos en sus casas por su principal entretenimiento, siendo que, para todos ellos, las catorce horas, la radio y su voz sintonizaban, tal como lo hacen las células y los tejidos, la entramada red de supervivencias y significados de un organismo difícil de imaginar.
RELATO 179
107 palabras
Maximiano Tornero López.
Sevilla - España.
MI ABUELO107 palabras
Maximiano Tornero López.
Sevilla - España.
Mi abuelo, que ya ha accedido a venirse a la ciudad, casi no puede andar el pobre, duerme en la habitación de al lado. Y tiene mi portátil encendido y con el skype conectado con el de la tía Julia, que sigue viviendo en el pueblo, y a la que mis padres le pagan Internet sólo para que por las noches abra el skype, que ya costó enseñarle, llame a mi abuelo y ponga al lado del micrófono un viejo transistor azul para que él se duerma escuchando como toda su vida no se qué programa que hace no se quien del pueblo en una emisora local.
RELATO 180
106 palabras
Anna Lazo Tessier.
Ciudad de la Costa - Uruguay.
JUNGLA DE CABLES106 palabras
Anna Lazo Tessier.
Ciudad de la Costa - Uruguay.
Todo comenzó cuando me amparé en la ley de retiro incentivado. Cobré todo el dinero junto. Al mes no me quedaba nada.
Primero compré un televisor, luego un microondas, una heladera y dos radios…
Con el paso del tiempo los electrodomésticos se acumulaban en mi minúsculo apartamento, unos sobre otros.
Una de las computadoras, sostenía un helecho deshidratado y el microondas era mi mesa de luz.
El día que ya no quedaba lugar por dónde caminar, me di cuenta que estaba verdaderamente enfermo.
Al tiempo vendí todo… menos la vieja radio Spika que me conecta con el mundo exterior y me muestra que sigue allí, girando.
RELATO 181
96 palabras
Takeshi López Ruiz.
México D.F. – México.
RADIO RECUERDO96 palabras
Takeshi López Ruiz.
México D.F. – México.
Señor locutor puede hacerme el favor…pssps….-¡Digo hacedme justicia!-, ¡silencio en la corte, he dicho silencio y…pssps… -¡Los 40 principales…pspssss…Nuestro programa de hoy: el éxito viene cuando se ha reconocido el fracaso…pssps…Música ligada a tu recuerdooo…las últimas noticias: 5 decapitados en el norte del país, suponen vínculos con el Narcotráfico…pss…Si tú no vuelves se secarán…pss…Saludos a mi Brother que está del Otro Lado en los Yunaites…pspss…de la liga de España el Barcelona vence 3 por 1 al Real…pspss…Egipto: el pueblo clama la revolución, es el ejemplo y el inicio…
- ¡Papá, no hay nada en la radio!-
RELATO 182
107 palabras
María Teresa Vales Franco.
Bargas, (Toledo) - España)
LA VOZ.107 palabras
María Teresa Vales Franco.
Bargas, (Toledo) - España)
Ajeno a Tesla y a Marconi, se enamoró de ese Universo, acariciado por las ondas de su dulce entonación. Siempre esperando sus eses de las 9.00, su rotundo silencio despidiendo la jornada.
Hoy comienza cogiendo llamadas, esperando reconocer su voz al otro lado de la línea. Tiembla pidiendo permiso para ir a cabina. Dentro, una entrevista: un hombre, una octogenaria, y una joven preciosa, morena, frente al micrófono. Al fin contempla los labios de las suaves comas. La había imaginado rubia.
Se coloca los cascos. La fidelidad de la Frecuencia Modulada, no engaña. La voz tampoco es morena: tiene ya bastantes canas, y cerca de 80 años.
RELATO 183
107 palabras
Pedro Jesús Pérez Morales.
Camaguey - Cuba.
HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE107 palabras
Pedro Jesús Pérez Morales.
Camaguey - Cuba.
Levantó el puño en un arrebato de ira. Estaba harta de oírle vociferar. Y aunque aquella voz que alguna vez fue clara y melodiosa ahora era apenas un ronquido desentonado, ella lo amaba.
Se quedó mirándolo, escuchando aquellas palabras sofocadas. En ese mismo instante rememoró su vida y lo recordó siempre a su lado. Estuvo cuando el ciclón del 32, cuando avisaron sobre la muerte de Jorge, y los últimos meses de la enfermedad de su padre.
Por tantos momentos juntos ella sólo extendió los dedos hasta tocarle el enorme botón de un amarillo añejo intentando sintonizar una vez más la emisora de su novela radial preferida.
RELATO 184
101 palabras
Francisco Javier Guerrero Cano.
Córdoba – España.
LOS FANTASMAS NO EXISTEN101 palabras
Francisco Javier Guerrero Cano.
Córdoba – España.
La criatura apareció a los pies de su cama. "Los fantasmas no existen", había escuchado en su programa de radio favorito, pero también explicaron cómo invocarlos. Lo hizo, y sencillamente surgió. Allí estaba. Respiraba y se movía. Miraba como pidiendo ayuda. Así que se acercó y agarró su mano. "No pueden hacerte nada porque solo existen en los cuentos". Salieron al patio y empezaron a lanzar piedras contra un charco. Una luz se encendió en la casa. Alguien abrió la ventana desde dentro y se asomó, pero allí no había nadie. Tan solo unas pisadas, y de fondo, una vieja sintonía.
RELATO 185
No admitido a concurso
RELATO 186
76 palabras
Yolanda Sánchez Polonio.
Toledo – España.
EL MUNDO OBLICUONo admitido a concurso
RELATO 186
76 palabras
Yolanda Sánchez Polonio.
Toledo – España.
Le costaba mantener la vertical. Iba todo el día pegado a su vieja radio, como Góngora a su nariz. Inclinado sobre el lado izquierdo, con la radio junto a la oreja, dejaba pasar el mundo a su alrededor. A veces se le veía reír, otras bailar y, las más de las veces, murmurar. Murmuraba palabras de su mundo radiofónico y oblicuo, palabras del color de las cerezas, con sabor a besos, a chocolate y a miel.
RELATO 187
103 palabras
Guillermo Perez Freixas.
Buenos Aires –Argentina.
CREER EN DIOS 103 palabras
Guillermo Perez Freixas.
Buenos Aires –Argentina.
Dijo: Veo el alma a través de tus ojos.
Le dije: Me miras, y creo en Dios
Cuando las brumas del crepúsculo se abatieron sobre nosotros, su mirada se inundó de lágrimas.
Dijo: Debemos separarnos.
Creo que deseó besarme. Porque sus labios se despegaron y su cabeza se inclinó hacia la mía.
Pero no; no logró besarme.
Se alejó. Con el cabello sacudido por el viento. Con desgano. Con la misma lentitud como se alejan las aves que ya no desean volar.
Cuando estuvo lejos giró el rostro. Sonrió levemente. Agitó su mano en el aire. Se acomodó en la tristeza… y desapareció.
RELATO 188
42 palabras
Mario Boville Álvarez.
Madrid – España.
TEN CUIDADO CON LO QUE DESEAS42 palabras
Mario Boville Álvarez.
Madrid – España.
Cuando decía que el sueño de su vida era salir en la radio, no se refería a que dieran la noticia de su muerte por un atropello en las noticias de la noche. Pero el destino es así. Y algo es algo
RELATO 189
106 palabras
Daniel Omar Martinez Seijas.
Ciudad Bahia Blanca (Buenos Aires) – Argentina.
NIÑEZ106 palabras
Daniel Omar Martinez Seijas.
Ciudad Bahia Blanca (Buenos Aires) – Argentina.
Tengo una radio en la cabeza que me habla de cosas que ya no existen, una radionovela con propagandas de Cadum, la gesta del malevo Bairoletto con voces sobreactuadas a las 4 de la tarde.
El patio es un universo de geranios en latas oxidadas, sombras de distintos verdes, aromas de menta y harina, el agua fresca de una bomba a orillas de una acequia y el sol que parece tan verdadero.
Yo camino perdido entre los nogales y los cerezos jugando a la vida entre los colores de la tarde.
Es la foto donde me gustaría morirme pero el tiempo pasa.
El tiempo pasa, sí.
RELATO 190
107 palabras
Aitor Villafranca Velasco.
Madrid – España.
RUIDO107 palabras
Aitor Villafranca Velasco.
Madrid – España.
El amor es ruido. Sonidos de placer y de carne rasgada, el ruido del estómago impaciente sobre el que reposa tu cabeza, y el de las conversaciones amortiguadas en un autobús oscuro. El de la sangre amartillando tu cerebro, intentando gritar siempre y nunca con una sola palabra.
Y si el amor es ruido, lo contrario del amor debe ser silencio. Quizás por eso, desde que le había dado a Lucía aquel último beso en la frente, como a una niña que no merece entender nada, no había podido despegar de mis oídos de aquel viejo transistor. Anuncios, música, estática. Y al final, cada noche, su voz.
RELATO 191
107 palabras
José Joaquín Sachez García.
Don Benito, (Badajoz) – España.
HUMILDAD.107 palabras
José Joaquín Sachez García.
Don Benito, (Badajoz) – España.
Le gustaba la lluvia golpeando la luna del coche. Las luces de la ciudad le hacían sentirse cosmopolita, como sólo saben sentirse los que no lo son.
No se debe conducir de noche y bajo la lluvia sin escuchar “Chelsea Hotel” de Leonard Cohen. Y allí estaba la canción, en su radio.
Ya en casa, a media luz, no tenía por supuesto televisión. Recordó a Pablo Guerrero: “feliz como cien televisores apagados”.
Y se sentó en su luminoso sofá de penumbra, mientras que de su radio salía la voz de siempre y nueva que suplía cualquier miedo inducido a la soledad.
Ah, no hay como saber oir.
RELATO 192
107 palabras
Txus Iglesias Benito.
Igualada, (Barcelona) –España.
SINTONIZANDO UNA INFINITA ESPERA107 palabras
Txus Iglesias Benito.
Igualada, (Barcelona) –España.
El terremoto aniquiló su hogar e Isaac quedó atrapado bajo los escombros en exiguos segundos. Solo su radio quedó encendida en medio de la afónica oscuridad. ¡Ondas, penetrad todavía!
Aquella neófita emisora musical, la 10.7, acunaría su oído en la rígida espera.
Frecuencia milagrosa: única compañera melódica en contraste con aquel derrumbe pedregoso, conexión (tal cordón umbilical) hacia la vida dentro de dicho desordenado ataúd de ladrillo. Isaac se fue sintiendo un retoño de ese canal, navegando en odisea infinita por aquel número de la FM, rezando para que las pilas ni él mismo se rindiesen. Ignorando su ventura, agradeció a la radio que concibiese su presente…
RELATO 193
88 palabras
Beatriz Gamble Zarracán.
Buenos Aires – Argentina.
LA VOZ DE HORACIO88 palabras
Beatriz Gamble Zarracán.
Buenos Aires – Argentina.
No sé qué hubiera hecho si no existiera la radio. Desde que murió no la volví a apagar, es la manera que encontré para no sentirme sola en esta casa tan grande y tan vacía sin él. A veces me sorprendo hablando al aparato, el locutor del programa de las nueve de la noche tiene su mismo timbre de voz, la voz ronca de Horacio, la misma voz con la que me decía que después de veintiocho años de matrimonio, me quería como el primer día.
RELATO 194
51 palabras
Norma Dinas Zapata.
Mallorca – España.
SINESTESIA51 palabras
Norma Dinas Zapata.
Mallorca – España.
Habían pasado ya muchos años, pero en su mente seguían persistentes los colores alegres de las notas musicales que yendo a fondo adornaban el dulce cereza de su voz y el perfume nacarado de su risa. Él seguía ahí, aguardando en silencio otro encuentro furtivo con ella, a través la radio.
RELATO 195
107 palabras
Ignacio Antonio Bernabeu Soler.
Mexico DF- México.
ENCUENTRO107 palabras
Ignacio Antonio Bernabeu Soler.
Mexico DF- México.
Todos los días la escuchaba. Esa voz dura, pero a la vez sensual. Se la imaginaba como una mujer fuerte, alta, rubia, pelo largo, poderosas caderas y generosos senos.
El programa de radio era sobre cine, gracias a ella, él llegó también a adorar el séptimo arte.
Ayer fue a comprar a la charcutería al lado de su casa:
-Un cuarto de jamón, por favor -escuchó
La habría reconocido en cualquier lado, era ELLA. Se giró para ver a una mujer morena, con gafas de miope, bajita y muy delgada.
Siguió escuchando la radio, decepcionado. Pero siguió adorando el cine, donde sus sueños siempre se hacían realidad.
RELATO 196
103 palabras
Andrés Bonvin Curis.
Capital Federal –Argentina.
GOLPE DE SILENCIO103 palabras
Andrés Bonvin Curis.
Capital Federal –Argentina.
Las voces de innúmeros periodistas se confundían formando un murmullo de tono apático y gris, radios y televisores vomitaban la noticia indigesta desde los refugios de los hombres mientras los megáfonos en las esquinas cubrían la Ciudad con el mismo discurso.
- Informamos que la controvertida “Ley de Prohibición Mundial de Medios de Comunicación”, sentenciada hace instantes por el voto de una mayoría de funcionarios -seducidos por la Injusticia-, rige desde este mismo momento. Así… me despido con quebranto, siendo éste el último mensaje de libertad de la historia del hombre.
Y se oyó el ruido del botón “Apagar”, o de un tiro.
RELATO 197
48 palabras
Melina Vázquez Delgado.
La Coruña – España.
SORDERA MENTAL.48 palabras
Melina Vázquez Delgado.
La Coruña – España.
Mi radio está estropeada; mañana compraré una nueva. Una que no recite la misma historia en todas las emisoras: «Evacúen la ciudad. Accidente nuclear en la central». Los guionistas ya no tienen imaginación.
Que cansancio… ¿Y toda esa gente corriendo fuera? Creo que iré a echarme un rato.
RELATO 198
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 199
101 palabras
Laura Victoria Gonzalez Betancourt.
Manizales, (Caldas) –Colombia.
EL NEGRITO DE LA SALSA101 palabras
Laura Victoria Gonzalez Betancourt.
Manizales, (Caldas) –Colombia.
Recuerdo una gordita que mientras escuchaba esta canción, ponía en revolución sus pies y con un gracioso coqueteo empezaba a mover sus caderas y abriéndose paso entre la multitud, agarraba con fuerza su negrito de la salsa, su tesorito. Como por arte de magia empezaba a llamar la atención y con su negrito de parejo, se sentía la mujer más feliz. ‘’Ay ay ay con el negrito de la salsa’’, así ahora escucho esta canción que aun a mitad de la noche y sin limite de hora la radio puede poner y con un particular resultado me he puesto a bailar.
RELATO 200
102 palabras
Mª Ángeles Castillo Serrano.
Valencia – España.
NO PUEDO EXPRESARLO PERO “ELLA” HABLA POR MÍ102 palabras
Mª Ángeles Castillo Serrano.
Valencia – España.
Soy muda desde hace años debido a un accidente. Fue muy traumático al principio, pero poco a poco me fui adaptando a mi nueva vida. Me ayudó muchísimo mi familia, pero sobre todo aquel programa de radio. Paso el día esperando que llegue la hora, las veintiuna horas, y allí está otra vez Alba y su programa “Tomate un sorbo de tiempo y siéntate contigo mismo”. Y después de una hora muy corta, siempre se despide dulcemente, tal como ella es con un “si somos amigos de nosotros mismos por triste que sea la vida, siempre reinará el sol en nuestro corazón”.
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