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Relato 901 a 1000


Relato 901
. 126 palabras
JOSÉ LUIS CÁRDENAS RUIZ.
TOLEDO- ESPAÑA.

NO SÉ. ¿QUÉ SOY?
Ahora sé lo que estar solo, me he quedado sin pareja, sin poder tener la ocasión de tener descendencia (correctamente, claro), sin hogar, sin un techo donde cubrirme y donde comer, sin familia alguna, sin amigos, es dura la vida y la culpa ha sido mía y solo mía, mi mal carácter, solitario, con mucho genio, desobediente, orgulloso e inaguantable.
Lo peor es que yo no sé vivir así “solo” porque los del sexo fuerte (o sea, los machos) hay que reconocerlo, no sabemos vivir solos, somos un desastre. Busco pareja o una familia que me de otra oportunidad. Pero no te extrañes porque sepa leer, escribir, hablar, comprender, interpretar, alguna que otra vez suelo escuchar.
Por cierto, no te lo he dicho, soy un perro.



Relato 902 . 196 palabras
FAUSTINO LARA IBÁÑEZ
TOLEDO – ESPAÑA

OVNI
La otra noche, mientras perfilaba las líneas de una nueva creación sobre la amplia mesa de mi estudio, se coló con naturalidad por la ventana. Al principio, no lo di mayor importancia. Creía que se trataba de una mosca. Sin embargo, cuando se posó sobre el flexo, tuve claro que era un objeto volador no identificado.
‒Antes de iniciar una nueva misión, queremos que se nos retribuya por nuestros últimos trabajos –me dijo un marciano a quien tuve que ver ayudándome de una lupa. Vestía con elegancia un exótico uniforme plagado de insignias. Su voz grave, sonora, despertaba una gran confianza en sí mismo.
Al fin, después de sobreponerme a aquella visita inesperada, logré responderle intentando ser lo más amable y diplomático posible:
‒No sé de qué me habla. Debe de existir alguna confusión.
‒Venimos de La Tierra. Allí ya hemos creado un gran desconcierto tal y como usted nos ordenó.
Alarmado por una eventual pérdida de memoria debida a mi avanzada edad, me levanté de la silla y, para hallar una respuesta lógica, busqué algún dato esclarecedor entre los múltiples proyectos archivados en las estanterías desde que milenios atrás elaboré los primeros bocetos del universo.



Relato 903 . 87 palabras
ARIEL ALBERTO DÍAZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA

EL SUEÑO DEL NIÑO
El dragón, echando fuego por las enormes fosas nasales, despertó de su letargo de siglos entre las tinieblas que permanentemente lo rodeaban y se trasladó, pletórico de vida, al lado de la cama del niño que lo estaba soñando. Emocionado, contempló el gesto de terror que desfiguraba el rostro del pequeño y sintió el impulso de agradecer con un beso en la frente la gracia de su resurrección.
El grito del chiquillo despertó a la madre, que nunca pudo comprender porqué el niño tenía chamuscado el pelo.



Relato 904 . 199 palabras
ARIEL ALBERTO DÍAZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA

ENTRE DOS AMORES
Cuando volvió esa noche noté un brillo nuevo en sus ojos. Ese fue el primer indicio. Mis presunciones se fueron confirmando en cada retorno al hogar —ya de madrugada— en esos pelos oscuros en su solapa, ese perfume desconocido...
Me miro al espejo: agito los cabellos rubios, contemplo mis ojos claros. Soy joven, bonita, tal como él me soñó. No entiendo cómo lo estoy perdiendo. Cada noche revivíamos un amor profundo y apasionado. No puedo imaginar un futuro sin él.
Hoy regresó con la mujer morena. Cierro los ojos, me tapo los oídos y grito, grito para acallar sus jadeos obscenos, sus gemidos impúdicos. Cuando el silencio cubre con un manto de piedad mi desesperación, me atrevo a abrir los ojos y los veo dormidos, abrazados. El ultraje al que él me está sometiendo me ciega y creo entender lo que debo hacer.
Giro su cuerpo lentamente, expongo su pecho varonil y bajo el cuchillo una y otra vez. Mientras contemplo cómo brota la sangre, noto con horror que mi cuerpo se va diluyendo y, antes de caer en el olvido final, alcanzo a comprender que sólo fui el amor que él soñó durante esos años de abrumadora soledad.



Relato 905 . 183 palabras
ARIEL ALBERTO DÍAZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA

LUCHA ENCARNIZADA
Mira a su derecha: nadie lo observa. A su izquierda: tampoco. Receloso, trata de hundir el aguzado rejo en ese cuerpo nervudo, escurridizo. Revuelve con rabia, estocada tras estocada, con temor a que lo descubran. Esconde la afilada punta y vuelve a espiar a sus costados.
Una mujer le ha clavado los ojos. Se sonroja y aprieta en su derecha el agudo estilete. Baja las manos, lamentando su intento frustrado. La contempla fijamente, ella aparta la mirada.
¿Podrá intentarlo de nuevo? Mira otra vez; a su izquierda; a la derecha. ¡Bien! Lanza en ristre, dirige la punta al centro de sus labios entreabiertos, buscando destrozar al intruso irritante.
Con la mano libre tapa su boca, como queriendo anular cualquier protesta, ocultar cualquier movimiento inoportuno, la acción censurable.
Hace palanca, escarba con saña de verdugo y triunfa.
Todos los reunidos lo miran. ¡Justo ahora! Baja las manos combatientes. Alzan sus copas. ¡Feliz cumpleaños, Pepe!
¡Gracias! ¡Muchas gracias! Aplausos cordiales. Levanta su copa.
Con disimulo y fastidio escupe al enemigo, esa fibra de carne que, desde el primer bocado, se había arraigado entre sus dientes.



EL GUETO
El niño no sabe lo que implica la palabra gueto; pero al contemplar con sus expresivos y oscuros ojos las casas derruidas de su barrio, cree comprender dicho significado. Antes aquel lugar era hermoso. Los chiquillos jugaban en las calles, sus risas se oían hasta el atardecer y sus madres compartían sus sueños y sus alegrías… Hoy nadie ríe. En los rostros de adultos y de pequeños se refleja la desesperanza, el miedo, el dolor, la muerte…
Algunas viviendas tienen símbolos en sus ruinosos muros, los escombros se amontonan por los alrededores, un olor nauseabundo les acompaña constantemente, las velas iluminan los salones de sus hogares… Las bombas han dejado de matar; sin embargo, la desolación permanece intacta en las miradas de todos los que hacen cola para recibir alimentos.
-Esto es un maldito gueto… -afirma el patriarca de la familia con la rabia contenida.
Rashad le mira y le pregunta inocentemente:
-¿Por qué, abuelo?
Ibrahim baja la cabeza porque no sabe qué decir a su nieto. El triángulo perverso que mantienen Israel, Hamás y la Autoridad Palestina les tiene acorralado. Los pobres son siempre los que sufren las consecuencias de las guerras y de la sinrazón.



Relato 907 . 177 palabras
MARÍA PÍA POVEDA.
BUENOS AIRES -ARGENTINA.

TRABAJO VOLUNTARIO.
Estaba sentada esperándolo.
Yo me había apuntado para ayudarlo y él me había aceptado. Ese simple hecho parecía otorgarle sentido a mi existencia.
Todo me resultaba tan absurdo que empecé a recordar cómo había llegado hasta ahí.
Traje a mi memoria que estuve un tiempo sin verlo y ese tiempo viví tranquila. Sin embargo, siempre algo me faltaba. Si él no estaba, los días eran opacos.
En ese estado -que no podría definir si era melancolía o depresión-, me enteré que él estaba organizando un festival de teatro independiente y pedía colaboración a los amigos para hacer distintas tareas.
Y ahí estaba yo, en la boletería vendiendo las entradas.
Hice mi trabajo voluntario y entré a la sala. Entré para encontrarlo para encontrarnos. Lo miré. No me saludó. Estaba bostezando. Él me vio y fingió no verme. Bostezó con una fuerza obscena, y en su boca pude percibir su egoísmo.
Quise irme. Me fui. Fue un segundo en que pude ver todo lo que pasó entre nosotros. Vacío. Oscuridad. Soledad.
Olvidé rendirle cuentas de las entradas vendidas.



Relato 908 . 196 palabras
MARIAN PATILLA RACELIS
MADRID - ESPAÑA.

AUTOS, COMPASIÓN
La noche nunca se apaga en la ciudad. Alguna que otra estrella se esfuerza en resaltar y ser visible a través de todas esas luces artificiales. Los coches cortan el aire helado de la madrugada. Ligeramente embriagada observas las luces que pasan tan rápido como las balas. Y de pronto recuerdas cómo una de esas balas se hundió en tu pecho… Te trasladas sin decir nada. Revives aquel momento y el aire se hace escaso. Aquella bala te dio de lleno. Estás herida, y el dolor que te invade es casi tangible.
En tu mente el asfalto se refleja en el cielo. Ya no hay luz, ni sonidos externos. Caminas por la acera sin vacilar; sin prestar atención a los fantasmas que te vienen a visitar. Su voz, sincera y sin titubeos, resuena en tu memoria y te destroza.
Intentas escapar, pero no puedes huir de algo que llevas dentro. Entonces, te giras y me miras. La expresión de tu rostro es verdaderamente triste… Me da la impresión de que vas a echarte a llorar. Pero sonríes. Y me dices que tus lágrimas son de ácido… Y yo, que tengo lágrimas de bezoya, lloro por ti.



Relato 909 . 109 palabras
MANUEL SABINO LAZO CORTÉS
LA HABANA - CUBA

JOSÉ MANUEL HURTADO REINOSA
Con frío o tormenta, sano o enfermo, durante más de sesenta años ha acudido a la cita, primero con su padre y desde ya mucho, con su recuerdo. El faro es su vida; sabe que de él depende además la vida de muchos. Su nombre quién lo conoce, es apenas El Farero, pero su luz la conocen muchos marineros y la aprecian más, capitanes y timoneles. Cada noche ve pasar unos pocos barcos que le recompensan con una señal.
Hoy es Luna nueva y en las ennegrecidas proximidades del cayo hay cuatro barcos surtos. Nadie les ha dicho, pero cada capitán ha ordenado colocar las banderas a media asta.



Relato 910 . 101 palabras
MANUEL SABINO LAZO CORTÉS
LA HABANA – CUBA

MUSAS
Se autodefinía como un escritor por oficio y estaba satisfecho con su obra. Cada día, rutinariamente, realizaba su labor. Por superstición, no se atrevía a cambiar nada: siempre la misma habitación, a la misma hora, en la misma butaca, incluso las mismas desgastadas pantuflas. Pensaba que si alteraba cualquier detalle no acudirían las musas.
Escribía y en los descansos contemplaba la floresta a través del cristal de la ventana y veía cómo los gorriones retozaban en el alféizar.
Las grúas comenzaron a invadir el paisaje, el gris a sustituir el verde.
Un día no vinieron más los gorriones, tampoco las musas.



Relato 911 . 101 palabras
MANUEL SABINO LAZO CORTÉS
LA HABANA – CUBA

VIVIR
Había vivido entre creencias y supersticiones. Parir un viernes trece en año bisiesto era demasiada coincidencia, y en la primera oportunidad que tuvo fue a consultar a una médium, quien de sólo sentir la presencia de la madre y el recién nacido, sentenció:
¾No vivirá mucho.
Aquel veredicto fue como un mandato. Desde entonces se dedicó a colmar de cuidados a aquel niño predestinado.
¡Que no corra!, ¡que no se caiga!, ¡que no coma esto!, ¡que no haga aquello!, ¡que no!
Y así creció lleno de restricciones y prohibiciones, hasta que murió a los ochenta años, sin haber vivido mucho.



Relato 912 . 193 palabras
PABLO MILLARES MARTÍN
LEEDS - GRAN BRETAÑA

CAMINANDO A CASA
Caminando a casa me pregunto viendo la caras largas de la gente, los comercios en saldos o cerrando sus puertas por ultima vez, viendo los anuncios de que se precisa tomar acción ante el cambio climático, si es este el fin de la humanidad, si realmente nos hemos excedido hasta el punto de que no existe futuro, si nuestra avaricia, nuestro deseo de tener siempre más está siendo ahora pagada con el prospecto del armagedón, y el planeta, que no necesita ser salvado sino de nosotros, como un perro que quiere eliminar las pulgas que le molestan, ha conseguido finalmente la solución ideal. Tal vez lo merecemos, y si es así estoy dispuesto a recibir mi castigo, por ser parte de esta plaga
Pero llego a casa y me veo a mi hijo, a mis nietos, y solamente quiero tener tiempo para compartir con ellos, solamente quiero que tengan un porvenir, que puedan disfrutar como yo lo hice de correr por el campo persiguiendo mariposas, de bañarse en el agua cristalina de la playa intentando el imposible de atrapar un pez. No quiero pensar que el bienestar que les creé sea su epitafio.



Relato 913 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.



Relato 914 . 62 palabras
MARTA JULIA RAVIZZI
TURDERA ( BUENOS AIRES) - ARGENTINA

ESTACIONES
Entre la primavera y invierno late toda una vida. Allí, en ese espacio , nace el bebé regordete, camina adolescente díscolo, trabaja el adulto empeñoso, recuerda el mayor pensativo, espera el anciano desmemoriado.
Entre la primavera y el invierno transcurre toda una vida llena de risas y lágrimas, como cuentas de un mismo rosario.
La Cruz se encuentra, casi siempre, en el final.



Relato 915 . 197 palabras
LARA INFANTE FERNÁNDEZ
BADAJOZ - ESPAÑA.

SIETE MINUTOS EN WONDERLAND
Expulsada de tu maravilloso país, Alicia…
Tornó los ojos, evocando de nuevo la escena.
Un piano. Marfil y rosas…
… como en el Paraíso. Pero aquello no era tal. Se podía palpar el ambiente enfermo, la atmósfera cargada de humo envenenado y de mentiras.
Sus dedos rozaron ligeramente la suave superficie.
El frío la descubrió con los párpados cerrados y húmedos, ávidos de fantasía. Sus manos eran rápidas, expertas en recorrer todos los huecos más ocultos en cuestión de segundos
Apenas sus sentidos cobraron vida, su mente comenzó a vagar por un mundo etéreo y placentero. Iba encontrando olores y cadencias de una exquisitez suprema. Suspiró. El vaho empañó la cristalera que la separaba del resto del mundo. Miles de haces de luz iluminaban la estancia.
Alicia, gritó una voz. ¿Era producto de su imaginación?
Abrió los ojos. Sus verdes pupilas se toparon de repente con su propia imagen, dibujada en el espejo.
Era realmente bella. Siempre lo había sido.
Miró a su alrededor.
Expulsada de tu maravilloso mundo, Alicia...
Aquella voz taladraba sus tímpanos imberbes.
- ¿Anna? - exclamó tenuemente. Una lágrima se perdió entre las sábanas ocres.
Volvió a mirarse en el espejo
Lástima de tanta belleza desperdiciada…



Relato 916 . 148 palabras
LUIS ADALBERTO CANJURA CALDERÓN
VANCOUVER - CANADÁ.

¡Y SE HIZO LA LUZ…!
El cielo encapotado. La fría llovizna salpicando mi rostro con finas agujetas que el viento me lanzaba, terminada la brega camino de mi estancia rumiaba yo mi enfado y la amargura de haber quedado solo. La casa lóbrega y el ambiente gris presagiaban una monótona tarde, como tantas, a la espera de hundirme en mis sábanas frías y en otra solitaria noche. ¡Pero llegaste tú buscando guarecerte, iluminando el umbral con tu presencia! Como por encanto la estancia cobró vida… ¡y se hizo la luz! Escanciamos el néctar de los dioses al calor del crepitante hogar y pude admirar tu marmórea desnudez, sorber el perfume de tu cuerpo y embriagarme con su savia, recorrer el infinito en un brioso y alado corcel y deleitarme con el canto divino de tus quejas. Di gracias a Dios por el vino y por la lluvia y viento invernal que te trajeron.



Relato 917 . 122 palabras
LUIS ADALBERTO CANJURA CALDERÓN
VANCOUVER - CANADÁ.

VENENO
¡Era tanto el veneno que vertían sus palabras! Fueron varias las doncellas convertidas en teas, acusadas de brujería. Muchos los hombres que repudiaron sus mujeres por rumores de infidelidad y muchos los jóvenes deshonrados por chismes de sodomía. Era tanto el veneno que guardaba en su interior, que una serpiente cascabel murió al haberlo mordido. Un día se mordió la lengua sin querer y tragó su propia ponzoña. Enfermó gravemente, agonizó, pero al final, en vez de morir, quedó inmunizado. Recomenzaron sus habladurías y la lista de sus víctimas siguió creciendo. Pero no hay mal que dure cien años…su día se llegó. Curanderos fueron llamados, quienes hicieron con su lengua un antídoto milagroso, y desde entonces toda la comarca vive feliz.



Relato 918 . 156 palabras
LUIS ADALBERTO CANJURA CALDERÓN
VANCOUVER - CANADÁ

DILEMA
El crimen, atroz. La ley de la tribu, inexorable. ¡Que el desierto cobre su agravio y sea su tumba, sentenciaron los ancianos! Abandonado en el centro del inconmensurable yermo, sin bestia, sin agua y sin vestimenta adecuada, la condena se cumplió. El arenisco viento laceraba su piel. El calcinante sol y el calor extenuante le exprimían hasta la última gota los líquidos vitales de su cuerpo. Los buitres comenzaban sus círculos de muerte. ¡Unas palmas, sombra para guarecerse y un hilo de agua corriendo hacia él! ¡Milagro, gimió! Y se abalanzó sobre el riachuelo, pero su boca y su garganta se quemaron con la ardiente arena. ¡Maldito espejismo! El final era inminente a casi dos días sin beber, así que tenía que decidir: una horrible muerte por deshidratación o morir soñando que vivía mientras dormía y se desangraba. Así que cortó sus venas, bebió su sangre hasta donde pudo y se acomodó para dormir… y soñar.



Relato 919 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.



Relato 920 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.



Relato 921 . 121 palabras
ISMAEL RUESCAS TOMÁS
VALENCIA – ESPAÑA

FRENTE A LA CAMARA. (Versión reducida)
Inmóvil. Mirando fijamente el objetivo. La cámara con el detalle de ese sujeto tan alejado. Nunca aparece quieto completamente como estatua. Se detiene el mecanismo. No sabe a qué abertura mirar. No ve nada sino la mañana que termina. Sus ojos abiertos sin ningún movimiento. El tiempo detenido también. Inerte. En ángulo derecho se mide la exposición de luz. Hacia el centro de interés. Se dispara el flash. El sujeto se agita lentamente. Sin contraste. Después queda más parado.
Surge un reflejo interno dentro de la imagen. De forma imprevista. El sujeto no hace gestos. Es susceptible. Se precisa determinar mucho mejor la exposición. Con un acto subjetivo. Las células fotosensibles. El poder seductor de la imagen. Convertida. En imagen positiva.



Relato 922 . 196 palabras
ISMAEL RUESCAS TOMÁS
VALENCIA – ESPAÑA

LOS CUADROS
El cuadro que colgaba en la pared no se movía nunca de ella. A su lado, separado discretamente, apenas muy pocos centímetros, otro cuadro colgaba también de una manera parecida y a igual altura sobre la pared blanca.
Una gran confusión se extendía por cada una de las superficies pintadas de ambos cuadros, llegaba a traspasar el muro posterior, para luego desembocar en otra cámara y caer de bruces al suelo. Era realmente cómico.
El ojo del buen observador que se entretuviera -un tiempo- fijando su mirada curiosa podía entender, al principio, la disposición de los dos cuadros. Por contra, a poco rato, el sentido común le avisaría dándole cuenta del error.
Entre tanto, considerando que alguna de esas pinturas, la situada a la derecha según el ángulo del mirón o la que quedaba a la izquierda, por similar punto de visión, se hubiera movido imperceptiblemente hacia uno de los bordes de la pared apreciándose con luz directa la textura de la superficie y eliminara sombras, destacaría su colorido en el entorno. Cabe añadir, que en determinados días, la diferencia objetiva notable entre los dos marcos rectangulares (de color dorado) era indiferente.
Finalmente, eso era todo.



Relato 923 . 199 palabras
JOSÉ L. BAÑOS VEGAS
SALAMANCA – ESPAÑA

EL OKUPA
Al fin, después de mucho pensarlo, me decidí a eliminar de una vez por todas al tipo que, todas las mañanas, me hacía burla desde el coqueto espejo del cuarto de aseo. No me hubiese importado que dicho tipejo se burlara de mí desde cualquier espejo público, pero precisamente en mi propia casa...
Unos amigos cristaleros me aconsejaron deshacerme del burlador de una forma rápida y sencilla: rompiendo el espejo. Aunque les agradecí la sugerencia, no me pareció una buena idea destrozar un espejo en tan buen estado.
Mi abogado quiso denunciar a la empresa fabricante del espejo y, como razonamiento jurídico, esgrimiría la argucia de que su cliente (o sea, yo) pretendía comprar, en el momento de la adquisición, sólo un espejo para ver su imagen reflejada, y no un bien mueble con huésped incorporado. Pero mi letrado desistió de cualquier acción legal al enterarse de que la fábrica en cuestión se encontraba ubicada, como tantas otras, en la República Popular China.
Lo he pensado mejor y creo que, de momento, voy a dejar las cosas tal como están, ya que el sonriente okupa que vive dentro del espejo está aprendiendo a dar unos gratificantes masajes after-shave.



Relato 924 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 3a). los relatos se presentarán por correo electrónico como documento adjunto . Envía relato en el cuerpo del correo



Relato 925 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 3a). los relatos se presentarán por correo electrónico como documento adjunto . Envía relato en el cuerpo del correo


Relato 926 . 115 palabras
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 3a). los relatos se presentarán por correo electrónico como documento adjunto . Envía relato en el cuerpo del correo


Relato 927 . 198 palabras
JOSÉ L. BAÑOS VEGAS
SALAMANCA – ESPAÑA

INVISIBILIDAD
Creo que comencé a ser invisible el mismo día en que Mariano, mi marido, entró en una tienda de los chinos y adquirió, por cuatro perras, una de esas pequeñas máquinas quita-pelos. Me extrañaba que él, a quien nunca le importó ser más peludo que un oso, se afeitase con cierta frecuencia aquellos fuertes y negros pelos que, a modo de tallos, le brotaban del interior de las orejas y fosas nasales. Incluso Mariano, unicejo por parte de padre y madre, abandonó voluntariamente esta condición cuando la citada maquinita, que producía un lene sonido parecido al que hacen con sus alas los molestos cínifes, segó los abundantes pelos de su entrecejo.
Mi invisibilidad se acentuó cuando mi marido cambió la fresca colonia de toda la vida por uno de esos caros e intensos perfumes que iba dejando su inconfundible rastro por donde quiera que pasase.
Al fin me hice totalmente invisible la tarde en que pillé a Mariano desnudo, toqueteando y dando besos a su propia imagen reflejada en el espejo de nuestra habitación conyugal.
Menos mal que he podido vender a los americanos la receta de mi invisibilidad. Quizá la apliquen a sus barcos y aviones...



Relato 928 . 60 palabras
MONICA GARRIDO FLORES
TOLEDO - ESPAÑA

LA VERDAD
Quiero gritarlo y no puedo, hay algo que me paraliza. Míralos, sentados frente a mí sin saber que pensar.
La habitación se me hace cada vez más pequeña y me falta el aire, sólo oigo el acelerado latido de mi corazón… de repente… me oigo decir una palabra, y después otra… (ya no hay vuelta atrás… ) , papá, mamá… ¡Soy gay!



Relato 929 . 52 palabras
GRACIELA GIANETTI BAGNASCO
PARANÁ (ENTRE RÍOS) – ARGENTINA

LOS PÁJAROS
Cuando le dije a mi mamá que del balcón de la casa de enfrente por la nochecita salían volando pájaros de ámbar, ella no me creyó. Pero la vieran ahora, conversando en rueda en la puerta con todos los vecinos, esperando que se eleven los pájaros a las siete de la tarde.



Relato 930 . 144 palabras
EDUARDO ASTERIO SORRIBES ANDRES
ZARAGOZA - ESPAÑA

ESPERA VEGETAL
Es noche y llueve a toda luz de un fuego que a golpe de ramas y arboleda ilumina mi rostro y el rastro hacia el río. Los cuchicheos amuertizan el silencio, hora va, hora viene, hasta que el sueño apaga la sombras y desmenuza el hambre de la noche. Las copas de los setos montan la guardia y así se desnuda el verde del bosque, generoso, como los senos de una madre. Los pájaros se embalsaman y cruje la espera del mismo Padrenuestro. Se acerca el vacío apresando al estomago de soledad y hastío y sigues tenaz como la paciencia de la piedra, de impasible mueca, en la noche anodina. Dos esferas lunares siempre en fuga mueven mi imaginación acaso hacia lo alto o al abismo
y es entonces, cuando el miedo, comienza a devorarme como a esa hierba que crece en mi cabeza.



Relato 931 . 60 palabras
EDUARDO ASTERIO SORRIBES ANDRES
ZARAGOZA – ESPAÑA

ORGÁMICO SENTIDO
Siento la locura penetrar por el orificio que deja el ojo cuando se estresa y hace puenting con el iris. Entonces, una satisfacción, un gozo, un orgásmico sentido se apodera de mí, me arrastra y me lleva al cenit con su hipnosis. Joder, que desilusión cuando termino de leer y la locura se ha escapado entre las hojas del libro.



Relato 932 . 100 palabras
EDUARDO ASTERIO SORRIBES ANDRES
ZARAGOZA – ESPAÑA

SED DE JUSTICIA
Comienza a mezclarse la claridad del día con el azul meloso del mar que practica ejercicios caligráficos en la arena, los anfibios asienten ornando la alúmina del oleaje
que en la espuma desamparada llevan a cabo. Todo parece dispuesto para algún extraño
rito, del edén al infierno, donde el agua deberá oficiar el abandono marital -un verdugo, un buen verdugo nunca se equivoca de victima, debe ser exigente- y borrar las huellas tras de sí, recordando que no hay crimen perfecto, para volver a intentarlo: una y otra vez y otra y otra vez. Ruido, ruido azul, agua, impar, muerte.



Relato 933 . 70 palabras
JULIA BOIRA ESTEBAN
TORREDEMBARRA (TARRAGONA) – ESPAÑA

CERASTA
Río pardo, ningún puente. Atravesable estaca a estaca. Un bache cardíaco: poco más. Ya no nace sino veneno de aquello que, sin creer en ello, defiendo ante el escepticismo de mi nariz. Cuán versemblantes resultan ahora lejanos cuentos donde la honradez del príncipe menor de tres hermanos rescataba a la princesa de las fauces de quienquiera fuese el archimalvado. Una cerasta invadiendo mi garganta; me cuesta más y más respirarte.



Relato 934 . 134 palabras
ENZO DAVID PEREZ
MENDOZA - ARGENTINA

ESOS
Todo este tiempo conviviendo con ellos me ha parecido una eternidad
Se que uno sabia adonde se metía cuando por eso de la vocación decidió emprender esto, pero cada segundo que paso aquí dentro siento que se me va un año de mi vida, toda esa locura suprimida por drogas, a las que llaman eufemísticamente medicamentos, me torturan mi sana existencia.
Sana es un decir, estoy empezando a creer que es contagioso, de solo ver esos guardapolvos blancos invadir mi mundo me provoca un horrible éxtasis. Pero tengo la solución, me transformare en uno de ellos, seguiré cada uno de sus pasos hasta ser capaz de pensar como ellos, de vivir sus miedos, sus miserias, sus delitos, y de este modo descubrir que la locura es la única manera de vivir la vida sanamente.



Relato 935 . 192 palabras
RAFAEL MERINO SÁNCHEZ
SAN CRISTÓBAL DE SEGOVIA (SEGOVIA) - ESPAÑA.

MATEMÁTICAS A LA HORA DE LA RATA
La luz de la potentísima lámpara de escritorio se proyecta violentamente sobre los folios esparcidos. Y toma impulso en éstos para salir volando de nuevo y atravesar como una lanza de fuego la quietud de la oscuridad, abrasando a su paso las minúsculas motas de polvo en suspensión. Quemándolas hasta su mismísima sombra. A continuación, el agresivo y carismático haz realiza una última acrobacia escalando (a una velocidad vertiginosa) la pared que conduce al techo de la habitación, estallando finalmente en millones de diamantes cristalinos que desaparecen en mi pupila con la sacudida de un relámpago.
Estoy sentado –por apodarlo de alguna manera- en la incómoda silla de mi cuarto, debatiéndome entre el amor y la muerte, tal vez esperando que ella llame (no sé si masturbarme); y el tiempo pasando hace mella sin prisa pero sin pausa en mi resolución de hacer los deberes: gota de agua que oxida el hierro. ¿Por qué demonios tengo que hacerlos si es obvio que nada cambiará? ¿Qué clase de fuerza de las tinieblas se supone debe doblegar la invencible voluntad de no hacer nada? Y son para mañana. Menudo despropósito. Es inútil seguir escribiendo.



Relato 936 . 195 palabras
ESTELA HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ
LA HABANA – CUBA

FALTA UNA FLOR EN MI JARDÍN
A veces la vida nos da la oportunidad de compartir con alguien, un ser muy querido, de tenerlo, acariciarlo y sobre todo cuidarlo. Ese alguien que aunque vino de casualidad a nosotros pensamos que por ello, nos pertenece, porque lleva nuestra sangre y es un pedazo nuestro. No importa que existan situaciones en la que tengamos que esforzarnos para darle a esa persona sino todo, lo esencial que ésta necesita y sobre todo su buena educación.
Y de esta forma crece, aprende a querer, a respetar, y hasta entender de lo importante que es la familia.
Pero como cosas de la vida, un buen día aquel regalo a quien le brindé todo el cariño de una madre, quiso el destino que volara todavía niño, al encuentro de la suya verdadera, ese es el pago que da la emigración.
Aquella nave donde partió iba triste, llegó triste y no ha vuelto.Pienso que algún día vendrá como lo hacen todos los que salen de su tierra. Que también recordará aquellos tiempos en que con cariño apagué sus tristezas de niño, entregándole la alegría que necesitaba, de igual forma del agua que precisa una flor en su jardín.



Relato 937 . 200 palabras
FLAVIA MOREYRA
CÒRDOBA - ARGENTINA

FATALIDAD
Después de visitar a su amiga vidente Gastón cree que su pequeño mundo se desmoronará. Ella ha visualizado la muerte de su familia. Desde entonces tiene sueños recurrentes: experiencias fatales que lo dejan completamente solo.
Siente por su padre compasión y poco respeto. Su madre lo agobia cuidándolo como si aun fuera niño. Su hermano mayor todo lo ha conseguido y por ello ambiciona ser como él. Su hermana padece un matrimonio sin amor y la carga (insoportable para Gastón) de tres pequeños niños.
Poco a poco ocurrieron las visualizadas muertes: su padre se suicidó; su madre se ahogó; a su hermano le dispararon y su hermana con los niños fallecieron en un accidente automovilístico.
Más allá del dolor que estas muertes le provocaron, el muchacho tuvo una sensación de bienestar; ya no tendría lástima de su padre, ni soportaría a su madre, no envidiaría a su hermano y no vería sufrir más a su hermana o tolerar a sus sobrinos.
Es verdad que suena muy cruel esta reflexión, pero después de tanto tiempo Gastón pudo tener sueños tranquilos y vivencias placenteras. Luego vendrían otras preocupaciones, por ahora se siente pleno y feliz; eso si: con un poquito de culpabilidad.



Relato 938 . 189 palabras
ELENA ORTIZ MUÑIZ
GUANAJUATO - MÉXICO

EL PESCADOR
Cuando llegó a mar abierto se tiró de espaldas para ver el cielo azul y jugar a encontrarle forma a las nubes viajeras. Pero la preocupación lo dominaba. Era parte de una familia de pescadores y por lo tanto, pescaba. Amaba el mar, sí, pero para captarlo en toda su belleza, con todos sus matices, con sus amaneceres, la puesta en pleno, los atardeceres plagados de gaviotas, el negro de sus anocheceres...Eso sí que sería vivir. Dedicarse a pintar. ¡Qué sueño tan hermoso
Entonces vio algo en el agua del mar que brillaba con el rayo del sol, metió la mano y sacó una botellita. Retiró el corcho y desplegó el pedazo de papel que venía dentro. Apareció un mensaje, breve, pero contundente: "S.O.S. AYÚDATE A VIVIR".
Al llegar a casa, se apresuró a sacar aquella caja guardada en el fondo del armario. Acarició sus pinceles, tendría que comprar más pinturas y lienzos nuevos. Salió llevando consigo los materiales mientras su mujer, extrañada lo miraba sin decir nada.
- Desde hoy, comienzo a vivir -se dijo.
Y sin decir más, se alejó dejando sus huellas marcadas en la arena.



Relato 939 . 65 palabras
LISANDRO ROMERO GONZALEZ
ROSARIO - ARGENTINA

UN HOMBRE SOÑÓ
Tendido en la sombra del árbol de los sueños, creaba paisajes inconmensurables para soportas la soledad, pintaba con sus dedos la figuras de la tierra, dormía en su delirio febril que le hacia imaginar la belleza en la nada, montañas, ríos y valles de nada, llanuras profundas y abundantes hechas sobre la inmaterialidad del vacío absoluto.
Solo cuando despertó se dio cuenta que era dios.



Relato 940 . 105 palabras
CARMEN MARIA CASTRO ORTEGA
ALMERÍA - ESPAÑA

LA JAULA
Ya llega el alba, ya llega. Como cada día espero su llegada. La luz lo inunda todo a mí alrededor, deslumbra mi mirada. Intento abarcarla con mis brazos, no lo logro. Junto mis manos para atraparla. Por un resquicio entre mis dedos quiero observarla, ¡no está!, siempre se escapa. Me rodea juguetona, allá donde miro se burla en mi cara.
Desolado, como cada día infructuoso en mi caza, el crepúsculo me anuncia su partida. Se va por el horizonte, irremediablemente se marcha.
Ya llega el alba, ya llega. Hoy tengo ganada la batalla. He conseguido cogerla, por fin. Ayer mi madre me regaló una jaula.



Relato 941 . 176 palabras
FRANCISCO TABOADA BALADO
LIÉRGANES (CANTABRIA) - ESPAÑA

LA HUELLA
Fuimos a ver el campo reglamentario y las porterías nos parecieron enormes. La cuota de inscripción del campeonato era demasiado alta para jugar limpio, de modo que hablamos con Santiago, el portero de nuestros hermanos mayores, que no tenía barba ni cara de estar perdiendo el tiempo con las chicas, y logramos colarlo en la categoría infantil.
El mejor disfraz de Santiago era su actitud de payaso. Dejaba sola la portería, se escondía detrás de los postes, se tumbaba en el suelo cuando avanzaba hacia él un delantero en solitario... y luego lo paraba casi todo, y celebraba cada lucimiento con poses fotográficas, autoabrazos y autochoques de mano. Los árbitros le llamaban la atención por ser tan crío.
En un partido de las semifinales, los miserables del otro equipo obligaron a tirar un penalti a un chaval que jugaba bien pero tenía poca fuerza. Por algún motivo querían humillarlo. Santiago se dejó meter gol, ni se movió. Entonces el árbitro se acercó a él, le miró fijamente a los ojos y nos echaron de la competición.



Relato 942 . 89 palabras
GLORIA PRÁDANOS DÍAZ
RODALQUILAR-NIJAR(ALMERÍA) – ESPAÑA

UN MINUTO
“Quiero ser aunque sólo sea por un minuto, el amor que perdiste. Para que en ese minuto puedas encontrarme prometo no moverme, me quedaré así, muy quieta delante de ti para que me veas. Y una vez en ese minuto, me encuentres… cuidaré que tras ese minuto ya no me pierdas.”
Eso me dijo aquel día. Desde entonces no necesita quedarse quieta, no es necesario que yo la vea. Y va y viene sin miedo porque ahí está… se metió tan dentro de mí… que ya es imposible perderla.



Relato 943 . 116 palabras
ELENA GARCÍA LAFUENTE
CASTRO URDIALES (SANTANDER) – ESPAÑA

CONTRACORRIENTE
- El pequeño pez nadaba feliz dejándose llevar por la corriente cuando vio un precioso objeto metálico que despedía reflejos dorados. Quiso atraparlo y acabó convertido en un filete rebozado que un horrible monstruo humano se comió sin compasión...
- ¡Ya basta! No hace falta que me cuentes más historias para no dormir. Tampoco necesitas repetir la película de que eres una especie de vegetariano que come de todo menos cosas con escamas. No te comas el pescado y punto. ¡Me tienes harta!
Y Alberto, que llevaba años luchando contra la obligación de nutrirse a base de productos del mar, se metió el trozo de merluza en la boca, lo saboreó y decidió que no estaba tan malo.



Relato 944 . 148 palabras
FRANCISCO TABOADA BALADO
LIÉRGANES (CANTABRIA) - ESPAÑA

DETRÁS DE LOS SEMÁFOROS
Llegué a la cita con media hora de antelación para que se enfriara el motor del coche. Después lo empujé unos metros, aparqué y limpié los bajos. A medio cigarrillo apareció el comprador, venía con un amigo de uñas sucias que antes de nada abrió el capó y me pidió que lo pusiera en marcha.
Al comprador le hablé del coche como si fuera un colega entrañable que nunca te deja tirado. Al mecánico le dije que no entendía de mecánica porque jamás había tenido una avería. Por prudencia, los había citado en una zona de gestorías, y en una de ellas, a su elección, cerramos el trato. Luego se ofrecieron a llevarme pero inventé una disculpa, y cobré el talón en la central del banco, dos calles más abajo. Pedí billetes pequeños, usados y no consecutivos. La cajera se extrañó y le dije que era una broma.



Relato 945 . 79 palabras
AMADEO ISANTA VALLMITJANA
TERRASSA (Barcelona) - ESPAÑA
ALIVIO
Mileurista, si, como muchos; contento, también, como pocos. Como pocos, porque a pesar de todo creía haber encontrado algo estable en el infierno laboral. Lo de mileurista lo podía pasar por alto, o más bien debía. En los tiempos que corren no se puede ir de refinado y además tenía esa visión cotidiana y frontal de las piernas de su compañera. Esa ubicación, con campo visual despejado en la oficina, le hacia reventar de alegría al despuntar el día.



Relato 946 . 185 palabras
RAIMUNDO VIEJO VIÑAS
BARCELONA – ESPAÑA

LA MEMORIA ES UNA VIEJA DAMA
La memoria es una vieja dama, creativa y despistada. Pasa sus días muy ocupada de aquí para allá, impidiendo que nuestros recuerdos caigan en el olvido. Hace mucho se enamoró secretamente de un joven caótico e impetuoso, de nombre Tiempo, que no tardó en darse cuenta de cuánto agradaba a la señora de los recuerdos. La vanidad de Tiempo encajaba bien con la pasión de Doña Memoria, por lo que pronto hicieron buenas migas. Desde entonces, no hay día que Tiempo no pase de visita por casa de su enamorada. Sabe que siempre es bien recibido y a nadie gusta más que a él sentirse objeto de afectos clandestinos. Pero a veces, la provecta lentitud de su amiga le impacienta; así que Tiempo se aprovecha de los años para jugarle al despiste con los recuerdos, cambiándolos de sitio o de apariencia. Venerable y tozuda, inteligente y laboriosa, Doña Memoria hace que no se entera y sigue esforzándose para que no se le escape nada, aunque siempre cometa errores. Y de esta manera se pasan los días y las cosas en la casa de los recuerdos.



Relato 947 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.



Relato 948 . 188 palabras
ARANZAZU POLO MARGARETO
VALLADOLID, ESPAÑA

SEÑAL DE BUENA SUERTE
Suenan cinco campanadas en el reloj de pared y los invitados se sientan junto a la mesa. Se abre la puerta y, aspiro el aroma inconfundible del té chino combinado con flores de jazmín. Siento un escalofrío de placer, cuando la tetera se ladea y fluye una cascada verde. Unas gotitas de leche dibujan figuras caprichosas, al mezclarse con la infusión, movidas por una cucharilla de plata. Siento un empujón y caigo al suelo. Sobre charquitos de té flotan mis pedazos. Espero que alguien pueda recomponerme. Soy una taza de porcelana de casi 200 años!.
Unas graciosas manos blancas me arrancaron de mi tierra natal, Ceilán. Fui embarcada en un gran buque mercante, después de un agotador proceso de marchitado, enrollado, cribado, fermentado y desecado. Tras meses de viaje, llegué a una bulliciosa ciudad donde fui vendida por unas monedas. Días más tarde, me arrojaron a una tetera de agua hirviendo. Supe que mi final había llegado y derramé mil lágrimas verdes. Mi cuerpo sin jugo, se posó sobre el fondo de una pequeña taza de porcelana, plegándose como una hoja. Alguien dijo: ¡es señal de buena suerte!




Relato 949 . 119 palabras
MARIA PEÑA GALLARDO
LA LAGUNA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) – ESPAÑA

EL FINAL DEL CAMINO
Recorrerás los pasos que dejaste atrás por última vez. Te maravillarás con el esplendor de tu juventud y el rostro amable de ese hombre que pudo ser y no fue. Reirás y llorarás a un tiempo con tu hijo entre los brazos y recordarás con pesar que rápido se hizo mayor y partió para renacer en otra vida lejos de ti. Pensarás en los años perdidos intentando comprender a tu soledad hasta que te acostumbraste a su presencia y la convertiste en confidente de tus sinsabores. Mirarás tu envejecido rostro en el espejo, las arrugadas manos y sabrás que el final está cerca. Hasta aquí ha caminado, mujer. Hasta aquí has dejado tu huella. Ahora, duerme, duerme en paz.



Relato 950 . 74 palabras
MARIA PEÑA GALLARDO
LA LAGUNA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA

SUSPIRO QUE SE LLEVA EL VIENTO
Alguien me olvidó sin haberme recordado primero. Dejó de quererme sin pedirme antes permiso. Calentó su cuerpo en otra cama sin pensar que yo lo adivinaría y sufriría una angustia constante por ello. No, ese alguien no me perteneció nunca aunque yo así lo quise creer. Me contagié de eso que llaman locura de amor y loca me volví por alguien para quien no fui más que el suspiro que se lleva el viento.



Relato 951 . 82 palabras
OSCAR MARINO ZAMBRANO SÁNCHEZ
SANTIAGO DE CALI (VALLE DEL CAUCA) – COLOMBIA

UN TORERO BEODO
Los toros entraron en tropel por el callejero de la Fontanilla, había palmas, paja y caña brava. Algunas bestias desquiciadas la emprendieron contra la bandera nacional inyectando pavor en transeúntes de la tarde que paseaban por las calles de Utrera. Un beodo tempranero, metido en la crisis, se la jugó al toreo, y con toro bravo y trapo rojo terciado al hombro, realizó faena. Por los aires saltando, prometió no volver a beber sentado y mucho menos a lidiar toros tan bravos.



Relato 952 . 75 palabras
OSCAR MARINO ZAMBRANO SÁNCHEZ
SANTIAGO DE CALI (VALLE DEL CAUCA) – COLOMBIA

BEBO UNA CERVEZA FRÍA
Atrincherado en cómoda mesa, frente a Molinos bebo una cerveza… calmando en solitario una crisis. Angelical figura transita por el pasillo y pienso “un corazón palpita, y es por ti, mujer bonita; no sabes de mí, oculto detrás de esta botella fría”. Ocultándote por redondeadas columnas, pasas y siento la sangre por mis venas correr. Un respiro, un parpadeo; miro y ya no estás. El plateado ascensor, sus puertas cierra, partiendo en dos un corazón.



Relato 953 . 194 palabras
OSCAR MARINO ZAMBRANO SÁNCHEZ
SANTIAGO DE CALI (VALLE DEL CAUCA) – COLOMBIA

PERSPECTIVA
Un cazador se despertó de madrugada. Escuchó el canto del gallo en el corral. Dio unas cuantas vueltas en la cama y, finalmente, se sentó en el borde del colchón. Buscó las botas en la obscuridad. Se agachó para amarrarse los cordones. Escuchó al perro que lo sintió de pie. Se acercó a la puerta, la abrió y se dirigió por el corredor a la cocina. Prendió el fogón. Cuando hirvió el agua, coló el café. Se complació bebiendo en una taza grande el café caliente. Cuando terminó, se aseguró de apagar las brasas. Fue al rincón donde tenía la escopeta; la descolgó, introdujo dos cartuchos y salió con su perro blanco, sendero abajo.
El cazador llegó a una explanada. Más allá, bajo la niebla, estaba un lago poblado de patos silvestres. El perro ladró. Los patos, asustados, levantaron vuelo y el cazador disparó. Uno de ellos se vino abajo. El perro, salivando, se abalanzó a la presa. Cerca de allí, perdido en el monte, había un grillo.
Alguien se preguntó:
__ ¿Qué significó la explosión para cada uno de los personajes del cuadro ?__
Y se respondió:
__ ¡Quizá para el grillo no existió ninguna explosión!__



Relato 954 . 153 palabras
JUAN ORDOÑANA GUILLAMON
MURCIA – ESPAÑA

COMO DESTRUIR TU VIDA EN DIEZ MINUTOS
Iba paseando una pareja por la ciudad cuando de repente se encontraron en un tiroteo con tal mala suerte que una bala del ladrón alcanzó a su mujer este montó en una tremenda cólera y decidió perseguir al ladrón sin ya importarle ni siquiera su vida el ladrón amedrentado por inesperado perseguidor empezó a huir pero el perseguidor fue mas rápido y le alcanzó de un golpe le quitó la pistola y le apuntó en la cabeza, le vació un cargador en la cabeza, segundos después la policía llegó y le detuvieron.
Le llevaron arrestado a la comisaría donde le tomaron declaración. Días después se celebró el juicio donde le condenaron por asesinato en primer grado con agravante por ensañamiento fue condenado a veintisiete años de cárcel, y allí en la cárcel comprendió que no se había calmado su dolor matándolo y además había visto que había destruido su vida en diez minutos.



Relato 955 . 196 palabras
SUSANA BEATRIZ MOYANO BULACIO
CÓRDOBA – ARGENTINA

BRASAS QUEDAN
Nancy nunca pensó que las caricias de aquel hombre serían catalizador de violentas reacciones. Lo conoció al ritmo de la cumbia y creyó que era uno más, después llegó el llamado telefónico y, el domingo, la cita en el parque Sarmiento, junto al estanque de los cisnes. Al principio sintió desconfianza pero él la circundó con aroma a maderas y su cuerpo fue una tea. Se permitió arder, sin resistencia.
Ignacio advirtió, desde que vio a la menuda mujer pelirroja en el baile, que el encuentro sería explosivo. Eran complementarios, se encenderían apenas las pieles entraran en contacto, originarían una perfecta combustión. Por eso no se asombró cuando en el primer abrazo, la sangre que lo irrigaba comenzó a hervir, recordó el milagro de la zarza, las novas que periódicamente inflamaban remotas coordenadas del universo y se gratificó por esa energía exaltada que lo liberaba de mezquinos límites.
El viejo Juan acostumbraba pasear su perro por el parque Sarmiento a la mañana muy temprano. Aquel lunes encontró, a la orilla de la laguna de los cisnes, vestigios de una fogata. Mientras sofocaba las últimas brasas tenaces rezongó entre dientes contra la imprudencia que amenazaba el ambiente.



Relato 956 . 97 palabras
SUSANA BEATRIZ MOYANO BULACIO
CÓRDOBA -ARGENTINA

OLVIDO
Había tomado el nombre del personaje de la guía de teléfonos sin suponer que el dueño del apelativo vendría a reclamar. Eusebio Díaz, así se llamaba, parecía especialmente molesto por la falta de lógica del relato –No está fundamentado por qué mi tocayo –le dijo –borra los recuerdos, podría hacerle una sugerencia, soy especialista en plantas tropicales, algunas producen amnesia, apenas unas gotas de su esencia en una infusión y el efecto es inmediato.
El confundido escritor miró la taza de té que tenía entre las manos y trató de recordar qué hacía conversando con ese hombre.


Relato 957 . 142 palabras
SUSANA BEATRIZ MOYANO BULACIO
CÓRDOBA -ARGENTINA

VISIBLE
Beatriz Ávila era casi invisible. Aunque definitiva, no se trataba de una condición congénita sino de una habilidad desarrollada con esfuerzo. Durante la niñez había advertido que resultaba la mejor estrategia para que las maestras no le preguntaran la lección o su madre no la sobrecargara de abrigo y comida. Después, en la juventud, resultó un buen método para el problema del cabello rebelde que se rizaba con la humedad. Pero ahora estaba enamorada y descubría los inconvenientes de su estado: Federico pasaba a través de ella o seducía a otras sin advertir su presencia. Debía terminar con su incorporeidad.
Los barrenderos nunca pudieron explicar de dónde provenía la estatua fluorescente que apareció el sábado a la mañana en la esquina del Paseo de los Amantes: una mujer de resina que tenía una mano extendida y la otra colocada sobre su corazón.



Relato 958 . 198 palabras
IGNACIO FERNÁNDEZ LASHERAS
ZARAGOZA - ESPAÑA

EL DESPERTAR DEL LEVIATÁN
Cavaron hondo. Profundo. Hasta taladrar la gruesa y primigenia carne de la tierra. Los cables de cobre que sujetaban la perforadora restallaron y latiguearon en la oscuridad de la caverna. El vacío se llenó de piedras, agua y gritos, y una horrible visión se erguía en el vacío. Miraba el mundo con ojos crueles, apagados, como los de una fiera tiempo encerrada que rodea a sus captores.
Las colosales palmas de sus manos chapoteaban brutalmente contra el barro que se había amontonado en las paredes. Su cuerpo se convulsionaba una y otra vez, tratando de animar lo que durante siniestros eones había permanecido dormido. De las profundidades tras él se deslizaban, gimoteaban, lloraban y gritaban miles de serpeantes, escurridizas y lastimosas criaturas innombrables. Vibraban, se escupían entre ellas y se retorcían por llegar a la luz.
Los mineros cayeron uno tras otro. Algunos se derrumbaron expuestos a la locura, el resto se perdieron entre corredores y galerías. Permanecieron a oscuras durante semanas, tanteando paredes frías, hambre, desesperación y la piel pegajosa de bestias ciclópeas. Durmieron y no despertaron.
El leviatán caviló. Rasgó la seguridad del mundo con su ensordecedor grito y caminó con pesadez entre bosques y años.



Relato 959 . 174 palabras
CLAUDIA AQUINO CARABALLO
TREINTA Y TRES - URUGUAY

UN PAR DE ZAPATOS
Decidida a caminar crucé una esquina. Mis ojos se fijaron en una mujer que era llevada por un par de tacones altos. Sus brazos quietos. Su cuerpo inerte. Sólo sus piernas parecían movidas –en jocoso compás- por el par de zapatos. Me reí… En la otra cuadra una anciana era sostenida por un adulto. No sé cuántos minutos le llevó cruzar. Era como si sus zapatos la retuvieran… Me figuré una cámara lenta. Estiraba una pierna para adelantar y parecía que el tiempo la estuviera empujando hacia atrás… Seguí caminando. Ya de regreso introduje la llave en la puerta y le di un giro. Una sensación de curiosidad se me depositó en la cabeza. Volteé y le vi la espalda a un niño. ¡Hola!, le grité. Se dio vuelta el niño, miró mis zapatos y se le escapó una risita. Después depositó una sonrisa en mis ojos. Se fue corriendo y volví a verle la espalda. Por último bajé la vista y aquellos pies descalzos hicieron que mi corazón se remontara como una cometa.



Relato 960 . 195 palabras
MIGUEL ANGEL PADIAL CAMPÓN
GRANADA - ESPAÑA

EL GRAN SALTO
Por fin. Era la última asignatura que me quedaba para acabar la carrera. Ya era ingeniero. Decidí llamar a mi madre.
-¡Mamá!, ¡he aprobado! ¡Siiii!, ¡por fín!. De acuerdo, luego nos vemos.
Habían sido cinco años muy duros, la gente suele tardar más. Ahora buscaría un trabajo y me dedicaría a vivir tranquilo. Sin exámenes ni noches sin dormir. Era la hora del gran salto. Mientras tanto, me tomaría una cerveza en una terraza de bar y a disfrutar de la liberación. Me senté en el primer sitio que encontré.
-Una cerveza y un periódico por favor.
Estaba desconectado del mundo. Me había propuesto acabar ya la carrera. Quizás en el periódico encontrara alguna oferta de empleo interesante.
-Su cerveza y su periódico. Está la cosa muy mal, yo no se como acabará esto. -dijo el camarero colocando el vaso en la mesa.
Y se fue. ¿A que se refería?. Decidí olvidarlo y bebí. Como se aprecian las cosas más insignificantes cuando estás lleno de ilusiones. Y decidí leer el periódico.
-Confirmada la crisis mundial. Se pierden millones de empleos.
¿Qué es esto de la crisis?, estoy perdido. No será para tanto. Y seguí bebiendo.



Relato 961 . 196 palabras
MIGUEL ANGEL PADIAL CAMPÓN
GRANADA - ESPAÑA

LA REUNIÓN
A veces, cuando ya no puedo más, simplemente vuelo. Cierro los ojos y vuelo. Aterrizo en esa playa perfecta que todos imaginamos y me tumbo boca arriba.
Dejo que el agua roce mis pies. Intento sentir el calor del sol en mi piel y acaricio la arena con las manos. Y entonces me descubro a mi mismo sonriendo. Me descubro a mi mismo siendo feliz en una playa desierta. Solo hay arena, sol, agua y alguna vegetación.
Me levanto, me acerco al agua y me meto lentamente. El agua no está fría. Es agradable y transparente. Vuelvo a salir y siento el placer de secarme bajo el sol. Y cierro los ojos de nuevo.
De pronto escucho una voz. Abro los ojos y sigo sentado en la sala de reuniones.
-¿te pasa algo Javier?- me pregunta ese nuevo empleado cuyo nombre no recuerdo.
-No, sólo estaba pensando.
-¿Entonces que hacemos con ellos?- me pregunta otro compañero.
Los recorro a todos mirándolos a los ojos. Somos la junta directiva de una multinacional. Finalmente les respondo.
-Creo que no debemos despedirlos, pongámonos en su lugar. Hay que darles una oportunidad.
Y vuelvo a descubrirme a mi mismo sonriendo.



Relato 962 . 198 palabras
MIGUEL ANGEL PADIAL CAMPÓN
GRANADA - ESPAÑA

EMPEZAR
Y allí estaba yo. Sentado en un banco en el parque. No sabía que hacer. Mi novia me había dejado. Había intentado recuperarla pero me había dejado por otro. Había pasado unos meses muy tristes, pero ahora me estaba recuperando. Ya apenas la echaba de menos.
Me habían despedido del trabajo. No entiendo para que estudié una carrera. Cobro lo mismo que cualquier otro trabajador sin estudios y además no me pagan las horas extras. Por lo visto la crisis estaba afectando a la empresa.
Ya apenas me quedaban amigos. Se van casando. Se van marchando a otras ciudades. O simplemente dejas de verlos. Cada vez mi círculo de amistades era más pequeño.
Mis hermanos estaban haciendo sus vidas propias. Ya no era como antes. Ahora cada uno tenía su pareja y apenas paraban por casa. Se hacía muy extraño pertenecer a una familia numerosa y ver la casa casi vacía.
De pronto me fijé en la chica del banco de enfrente. Me estaba mirando y me sonrió. Que guapa era. Se acercó y me saludó. De pronto pasé a ser del ser más desdichado al más afortunado del mundo. Creo que es hora de empezar de nuevo.


Relato 963 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 3a). los relatos se presentarán por correo electrónico como documento adjunto . Envía relato en el cuerpo del correo



Relato 964 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 3a). los relatos se presentarán por correo electrónico como documento adjunto . Envía relato en el cuerpo del correo



Relato 965 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 3a). los relatos se presentarán por correo electrónico como documento adjunto . Envía relato en el cuerpo del correo



Relato 966 . 90 palabras
EDUARDO ERNESTO ALBORNOS MARTÍNEZ.
SAN JUAN - ARGENTINA

CUANDO EL OTRO DUERME
“(…) Breve sueño, una corta alucinación.” Jorge Luis Borges
Te recuestas en mi regazo y comienzo a colar lentamente mis dedos por tus cabellos; tus párpados se quieren cerrar, pero se abren bruscos; entonces debo masajearte el cuero cabelludo en círculos, hasta que tus párpados caigan sin más resistencias en el sueño, ese sueño que la Gorgona no tendría que haber confiado a Perseo, porque él, confundiendo sus dedos lentamente por los cabellos de ella, descubrió un cuello lechoso y refinado, así como el que ahora peinando tus cabellos, voy descubriendo.



Relato 967 . 195 palabras
EDUARDO ERNESTO ALBORNOS MARTÍNEZ.
SAN JUAN - ARGENTINA

ALTER EGO
No me miren así, no soy yo. Él es el que toma la OLIVETTI y escribe; a mí simplemente me utiliza.
Es compulsivo en sus apariciones, interrumpe mis estudios, o cualquier cosa que esté haciendo y, a veces me tiene frente a un papel con lápiz en mano, hasta desvelarme. Cuenta historias que rara vez me sucedieron; no sé, fantasea mucho para mi gusto. Los domingos (en especial) no lo soporto cuando, de repente, al término del almorzar, comienza con sus malditas insinuaciones, sus deseos de autodestrucción; entonces ruego la presencia del lunes. Eso sí, no quiero mentir, reconozco que a veces lo tiento con alguna que otra botella de vino, o quizás con algún divagar por Santiago del Estero o Avenida Córdoba, una vez pasada la medianoche; así lo veo aparecer con sus historias, como siempre. Y es que hay algo horriblemente delicioso en la energía que me arrastra hasta un papel. Me irrumpe una revelación: el comienzo o el final de una historia. Una oscuridad me tortura, pero otros mundos pueden ser posibles…
Al otro día, leo con sorpresa y algo de vergüenza, lo que (firmado con un YO) fui capaz de escribir.



Relato 968 . 195 palabras
LAURA MARTÍN MARTÍN
VALENCIA - ESPAÑA

ESTO NO TRATA SOBRE MI
Esto no trata sobre mí, ni sobre nadie que conozco. Ni tan siquiera trata sobre ti, que ahora lees pensando, que quizás te sientas identificado.
Tienes la valía de quien lee sin conocer y apunta una etiqueta en su baúl de sentimientos. Lees apresuradamente buscando algo que te haga despertar. Muy bien, probaremos pues: Fue aquel día, no otro cualquiera. Podría haber sido martes o jueves, pero eso daba igual. Sentiste con o sin sentido cómo cada vez que piensas algo apresuradamente, alguien o algo que se adelanta a tus acontecimientos. Vives a contratiempo. Y yo contrarresto las agujas de tu reloj.
Ahora tienes la certeza de que no te has equivocado. Puede que seas tú a quien me refiero en el tiempo. Un tictac que es más parecido al silencio de lo que el silencio se ha convertido para los dos. Porque es un error muy común sentirse empático con lo que te rodea. Y si, puede que leas esto y te sientas emocionado pero ahora te has dado cuenta. Porque esto no trata sobre mí, ni sobre nadie que conozco. Ni tan siquiera sobre ti, que has leído esto y te crees identificado.



Relato 969 . 200 palabras
LAURA MARTÍN MARTÍN
VALENCIA - ESPAÑA

NUNCA CREÍSTE QUE PASARÍA
A veces sentiste esa curiosidad por aquellos que sin querer te concedían una palabra bonita, un gesto dulce. Antes, te comprometías a un juego sarcástico de halagos y sonrisas donde te regalan los oídos a la mínima ocasión. Te acomodaste a ello. A un falso sentimiento, un cúmulo de circunstancias en las que sentiste con comodidad que algo llegaría sólo, se sentiría y después todo comenzaría a encajar. Pero no lo hizo.
Fue entonces cuando decidiste ser cauta y prudente. Sin herir ni ser herida. Viajas y recorres. Y te aferras con fuerza a la sensación constate de un cambio de sitio.
Tú hogar nunca fue de nadie, ni tan siquiera de ti misma. Achacaste tu inseguridad a un juicio innato de quien recibe algo sin merecerlo. No encontrabas, pero tan siquiera buscabas. Entre un queremos que nos encuentren, creíste esconderte por momentos. Pero algo activó tu mente, cambió tu parecer. Te transformó en lo más cercano al ser sincera de lo que nunca antes habías estado. Y cerraste los ojos. Respiraste con fuerza. Echaste de menos y confiaste en que poder es querer.
Cambió todo, cambiaste tú. Y cuando menos lo esperabas, llegó lo que llamaste tu primer amor.



Relato 970 . 196 palabras
LAURA MARTÍN MARTÍN
VALENCIA - ESPAÑA

LO LLAMABAN DEJAVÚ
La moqueta no alcanzaba a cubrir aquellos viejos peldaños. Ya corroída por el tiempo, quién sabe si algún día se cubrió con la espesa capa.
Al bajar las escaleras, cada palmo que descendía se paraba un segundo en el tiempo y casi podía captar el viejo aroma de la madera carcomida por los años.
Al detenerme a contemplarlo, me pareció sentir como si aquella vieja escalera se recompusiera. Mis sueños discurren en un terrible movimiento retardado. Puedo verme allí paraba a mitad de camino, puedo sentir cómo la moqueta sucia y corroída se recompone. Muy lejos de todo aquello.
Y allí, fija y asida con fuerza al reposabrazos, me encontré frente a frente con esa mirada negra de 7 años. Nada vacilante. Pero con la inocencia del que mira algo sin saber qué es. Y sin saber porqué lo supe. Desde el preciso instante en que eche a volar mi mente atrás, mil giros de locura en torno al tiempo. Y ahí estaba yo, al pie de la escalera, mirando con la inocencia propia de los 7 años, a una desconocida. Una desconocida para si misma, y para el tiempo que pasan en estos 11años atrás.



Relato 971 . 179 palabras
JAVIER GARCÍA CALATAYUD
MADRID – ESPAÑA

DESPEDIDA
Ayer murió Benito Huertas, consumido por la enfermedad y postrado en su cama, con la única presencia de un criado cerca de él.
Yo no tardaré mucho en seguir sus pasos. Y ello por culpa de una bala traidora alojada en mi cabeza desde la Guerra. Sin embargo, el día en que esto ocurra ya carece de importancia para mí, porque dentro de unas horas cumpliré el único anhelo que me sostiene en este mundo: en el funeral de Benito Huertas, cuando la lápida selle la fosa con su cuerpo, podré, al fin, escupir sobre su tumba. Y lo haré arrojando el mismo veneno que sus vejaciones clavaron en mí durante años y que he conservado celosamente para este instante, a pesar de que abrasaba mis entrañas.
También hubiera deseado hacer lo mismo sobre su cara, hundida en el lecho de muerte, para que mi febril rencor corroyera su carne. Pero el miserable, en su agonía, debió sospechar alguna cruel venganza y ordenó no abrir la puerta de la casa a nadie, ni siquiera a mí, a su madre.



Relato 972 . 199 palabras
SERGIO GUARDO MEDINA
TUCUMÁN - ARGENTINA

JUICIO FINAL
Ingresó a la sala escuchando inmediatamente el ruido que más parecía un interminable eco producido por las sillas al ser acomodadas por sus ocupantes y viendo a todas esas personas tratando de encontrar una posición digna de mantenerse inalterable durante largo tiempo, clara señal de que finalmente todo comenzaría.
Cosa difícil esto de juzgar en un solo día a todos aquellos efímeros individuos que alguna vez transitaron la faz de la Tierra. Pero por suerte el séptimo día se había retirado a sus aposentos a planificar este momento, aunque desde ese día una pregunta lo atormenta: Culpables o Inocentes... ¿de qué?
Era algo que ahora debía improvisar.
Con sus dedos asiendo el barroco respaldo de su trono recorrió con su mirada cada uno de aquellos temerosos ojos. Y encerrados en ellos vio el tiempo y envidió (lo temporal y lo sensible)
Se sentó y permaneció callado, lo cual fue interpretado por algunos como otro acto de crueldad.
Se inclinó hacia delante y trató de comenzar a hablar, mas no supo qué decir. Frunció el ceño como no entendiendo, o entendiendo demasiado.
Envidia, temor, inseguridad. Demasiado humano para su gusto. Convivir toda una eternidad con sus criaturas tiene su precio...



Relato 973 . 142 palabras
BELÉN SEVILLA GARCÍA
MÁLAGA -ESPAÑA

ERRAR ES HUMANO
Ha salido en la prensa esta mañana. No lo puedo creer. Llamaré a Manuel, mi consejero, amigo y responsable de comunicación.
-Todo esto ha sido un grave malentendido-.
-Sí, por supuesto Rafael, un hombre como usted verse inmiscuido en tal escándalo. No se preocupe, lo arreglaremos con una intervención pública-. Y así lo hicieron.
-Señores, en calidad de alcalde de este honorísimo municipio debo decir que es cierto que me quitaron cuatro puntos del carné por conducir ebrio. Pero sólo tomamos dos botellas de vino entre cuatro y un whisky. Lo de aparecer en la lista de impagados ha sido por un despiste de mi asesor, que no recordó pagar la multa tras la desestimación de mi recurso. Desde luego, esto no hubiera pasado si tuviera coche oficial-.
Las palabras del alcalde se conservan en el archivo de una televisión local andaluza.



Relato 974 . 199 palabras
BELÉN SEVILLA GARCÍA
MÁLAGA -ESPAÑA

EL SECUESTRO
Se despertó sobresaltado. No recordaba lo soñado, pero probablemente fue una pesadilla. Cuando logró habituarse a la oscuridad del pequeño cuarto supo que no estaba en su cama. Tampoco era su casa.
Se levantó despacio, procurando no hacer ningún ruido, conteniendo la respiración. No reconocía aquel lugar. Instintivamente pegó la oreja a la pared y escuchó la voz de dos desconocidos. Estaban hablando de dinero. Inmediatamente lo comprendió. Lo habían secuestrado.
Examinó la habitación. Parecía un dormitorio normal: paredes blancas, foto de recien casados, otra de un bebé y una ventana con cortinas azules. Estaba, por lo menos, en un sexto piso. Sería una locura saltar. Podía pasar a una ventana próxima. Pero no tenía la certeza de que fuera de otra vivienda y su edad no le confería la agilidad necesaria. Descartó la idea.
Se encontraba aún planeando la forma de salir, cuando se abrió la puerta. Un hombre joven y de mediana estatura entró a la habitación. Cogió uno de los portaretratos a modo de arma y se refugió en un rincón. El extraño lo miró con tristeza -Tranquilo, papá. Soy tu hijo Carlos, no me recuerdas porque tienes alzheimer. Baja eso y ven. Vamos a desayunar-.



Relato 975 . 160 palabras
LOLA SANABRIA GARCÍA.
MADRID- ESPAÑA

LA CITA
Dejo mis mensajes en un banco del Retiro, frente al embarcadero. En la fila diez, butaca ocho, sala cinco, del Kinépolis. Entre las tetas de Maribel, que hace negocio en el Paseo del pintor Rosales. En el espejo del probador de caballeros de “El Corte Inglés”. En el ancla del Lago de la Casa de Campo. Debajo de las gradas del Palacio de los Deportes. Entre los dedos de las estatuas.
El sábado, me siento en las escaleras, de espaldas al Palacio de Cristal, y espero. A veces no viene nadie, pero casi siempre rondan tres o cuatro que miran el reloj. Los observo, les pongo nota, y después me desentiendo de ellos. Me levanto y paseo por los senderos hasta que me canso y vuelvo a casa, con mi gato, que siempre maúlla de contento al oír la llave en la cerradura. Y mientras le doy de comer le digo que esa tarde él tampoco acudió a la cita.



Relato 976 . 189 palabras
LOLA SANABRIA GARCÍA.
MADRID- ESPAÑA

GULA
Yo tuve una vez el secretario ideal. Al atardecer, le abría la jaula y él correteaba un rato por la mesa, se atusaba los bigotes, se acercaba a los folios, los separaba con las patas, cogía uno y lo engullía. Mientras digería las uves, las bes, los acentos, los puntos y las comas, yo repasaba lo escrito en el ordenador y coincidía con él en que no era una buena página. Terminé mi primera novela, la presenté a un concurso y gané un premio. Todo iba bien, era perfecto; tenía un corrector en casa por un poco de comida y agua. Pero se volvió glotón y comenzó a comer sin medida. De diez páginas, salvaba una. Y aumentó la proporción hasta dejarme sin nada. “Todo lo que escribo es malo”, concluí y caí en una depresión. Dejé de escribir y olvidé encerrarlo en su jaula. Correteó por toda la casa y se subió a las estanterías. Comenzó con “El Quijote” y siguió con “Pedro Páramo”, “El guardián entre el centeno”, “Opiniones de un payaso”... Todos se los comió. Lo encontré boca arriba con las patas tiesas, muerto por indigestión.



Relato 977 . 122 palabras
GUSTAVO EDUARDO GREEN SINIGAGLIA
SAN ANTONIO DE ARECO – ARGENTINA

COMPLEJIDAD DE LA ESCALERA
Cayó la larga escalera y quedó desparramada en el piso, desarmada, con sus escalones mezclados.
El hombre, con paciencia, intentó recomponerla.
Del primer armado concluyó que había cometido algún error al comprobar que cuando subía en realidad bajaba.
Trató nuevamente y probó el ascenso.
Empezó fluidamente hasta que en un peldaño se detuvo, y allí estuvo largo rato, inmovilizado, sin poder seguir ascendiendo.
Armó y desarmó, reiteradas veces, pero nunca pudo encontrar el ensamble original.
En un nuevo ascenso descubrió que en algunos escalones debía subir dado vuelta (pisando con los talones).
Confundido y exhausto llegó a la cima.
Viendo la escalera desde arriba, el hombre tomó conciencia de que había ascendido por milagro. Entonces supo que nunca podría volver a bajar.



Relato 978 . 138 palabras
GUSTAVO EDUARDO GREEN SINIGAGLIA
SAN ANTONIO DE ARECO – ARGENTINA

IRREVOCABLES CARACTERÍSTICAS DE UNA CATEDRAL
El hombre construyó una catedral con sus propias manos. Con esfuerzo casi sobrehumano.
Desde aquella promesa de adolescencia dedicó cada minuto de su vida a la construcción del templo.
Ya anciano concluyó su ciclópea obra y convocó a los monjes para su evaluación.
Los religiosos escudriñaron, minuciosamente, la colosal edificación.
Ante la mirada satisfecha del anciano los monjes le comunicaron que había equivocado el camino, que considerando la base estructural, las medidas de la bóveda principal y el alto de la nave central, aquella construcción no encuadraba en las clásicas características de una catedral.
En realidad tú has construido un mausoleo -concluyeron con autoridad.
Los monjes partieron desilusionados.
El anciano cerró por dentro las colosales puertas de madera maciza, se dirigió al altar -no consagrado-, se recostó mirando a la bóveda, plena de luz, y se dejó morir.



Relato 979 . 85 palabras
GUSTAVO EDUARDO GREEN SINIGAGLIA
SAN ANTONIO DE ARECO - ARGENTINA

EL CAMINO DE LA FE
Por fin, arrastrando sus pies cuarteados, llegó a destino. A lo lejos, al fondo del sendero, se divisaba el templo.
En su largo peregrinar había superado ofensas, tentaciones y todo tipo de obstáculos.
A metros de cumplir con su promesa, una bella paloma blanca se posó en su hombro como augurio celestial.
Nunca más encontró el rumbo, el pico punzante se ensañó con sus ojos, una y otra vez, con fiereza diabólica, despiadadamente, escarbando con rabia, desgarrando en lonjas, chorreando de sangre sus pies sangrantes.



Relato 980 . 134 palabras
JOSE LUIS AGUDO ARTIGAS
ZARAGOZA - ESPAÑA

SIN ALMA
Creían que estaba muerta, y de alguna manera así era. Su rostro nunca albergó expresión alguna, las emociones resbalaron en su existencia como una gota de aceite sobre un cristal. Ni una lágrima empañó sus ojos, ni una mueca logró nunca perturbar la serenidad de su rígido rostro.
Nadie hablaba con ella, vivía en la soledad del que no siente, sufre, anhela, desea... Hablan voces anónimas de un pasado.
Porque el amor le fue hostil, sintió el fuego de la pasión como jamás otro ser pudo imaginar, quedo cegada y enmudecida por quien no la supo merecer.
Murió su amor no correspondido como el día al atardecer, la noche se cernió sobre su alma, sometiéndola a la fría intemperie de la decepción, la soledad dio paso a la nostalgia y esta se tornó abismo.



Relato 981 . 200 palabras
ALBERTO DÍAZ ARAYA.
ANTOFAGASTA - CHILE.

LLUVIA
“Las lágrimas son la sangre del alma.”
San Agustín
Las agujas penetraron en su cuerpo y la carne no opuso mayor resistencia. Solo un quejido evidenció la vida que se escapaba en trozos, sin control alguno.
Las paredes, otrora de un verde esmeralda, se resquebrajaban con la humedad. La luz penetraba tímidamente ante el lecho, que dominaba el espacio invitándole a no abstraerse del dolor, a entender que la ausencia comenzaba lentamente a establecerse en aquel lugar.
Las gotas marcaban el ritmo de la espera, repicando en el cristal de un pequeño tragaluz. El cielo comenzaba a despedirse, la vida se alejaba, el silencio comenzaba a dominar la habitación y los recuerdos comenzaban a ordenarse, en un sentido de recuento.
Le vio, jovial y ajeno a todo dolor. Paseando por los valles. Empapado por la lluvia. Era curioso recordar aquello en aquel instante y el cielo lo admitió regalándole sus Lágrimas con el fervor que aquella imagen merecía.
La lluvia conservó su ritmo, el dolor y la pérdida crecieron a la par. El entendimiento los alcanzó con una sonrisa de dulce despedida, una complicidad húmeda y rítmica, una invitación a confundirse con el cielo, era el adiós, era el silencio...



Relato 982 . 200 palabras
MARCOS DIOS ALMEIDA
VILABOA (PONTEVEDRA) - ESPAÑA

Y LA LUNA PICÓ
Una onda radioeléctrica envió al transistor de Xenxo aquella noticia tan impactante como inverosímil:
-¡El astronauta estadounidense ya está bajando por la escalerilla del Apolo XI! Creo que ahora mismo, justo antes de que toque la ansiada superficie lunar, el piloto va a decirnos algo...
Xenxo se acarició la barbilla con el aparato pegado al oído, su fiel can sentado a su vera y una pequeña cascada cayendo sobre las piedras del río.
El capitán de la misión pronunció una breve pero sentenciosa frase que al gallego le sonó a chino.
-Señoras y señores Armstrong acaba de decir algo así como que "este es un pequeño paso para un hombre pero un gran salto para la Humanidad”. ¡Dios bendiga a la prometedora industria aerospacial! ¡Ya estamos en la luna paisanos! ¿Y mañana, qué será? Quizá visitemos Marte, y confraternicemos así con nuestros verdes vecinitos.
Xenxiño sintió como el sedal se tensaba ligeramente. Una hermosa trucha había mordido el anzuelo. Finalmente caviló que más vale pez en la cesta que historias del espacio en las que uno no sabe si picar, y que más les valiera a los humanos hacer amigos en la Tierra y no en el ignoto espacio sideral.



Relato 983 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.



Relato 984 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.



Relato 985 . 107 palabras
MANUEL POZO GÓMEZ
MADRID - ESPAÑA

PAÑALES
¡Deja que te cambie el pañal! Así, muévete un poquito. ¿Ves? ¿A qué ahora te sientes mucho mejor? Pues verás cuando te de la cremita… Me gusta cuando estás tan contenta, con esa sonrisa que también me alegra a mí. Es por el sol. Cuando fuera hace un día muy bueno los rayos de luz te iluminan y en la cara se te dibuja esa sonrisa tan bonita, tan tuya.
¡Nos tenemos que conformar con tan poca cosa…! Es una pena que no puedas hablar, mamá, de lo contrario estoy segura de que dirías muchas veces lo mismo que yo estoy pensando: “¡Este geriátrico es una mierda”.



Relato 986 . 75 palabras
MANUEL POZO GÓMEZ
MADRID - ESPAÑA

UNA TAZA DE TÉ
¿Recuerdas?... A ella le gustaba tomar el té reclinada hacia atrás, los rayos de sol lamiendo su piel, su mirada perdida, una mano deslizándose dulcemente por la lisura de su vientre desde sus pezones bravíos hasta la entrepierna, la otra acariciando la taza de té, ardiente, como su cuerpo, semidesnudo, muchas veces cubierto únicamente de luz.
Así le gustaba tomar el té, sorbos lascivos, sorbos de lujuria.
Nunca supo que fui yo quien la mató.



Relato 987 . 93 palabras
MANUEL POZO GÓMEZ
MADRID - ESPAÑA

LA CRISIS DE ANSELMO ROCAMORA
Crisis del petróleo… crisis de precios… Todo el día hablando de crisis y yo sigo sin notar nada –masculló Anselmo Rocamora quitándose de la oreja los auriculares del transistor que llevaba siempre encima.
Se levantó, enrolló el colchón de gomaespuma, lo ató con una cuerda y lo colocó con cuidado en la caja de cartón que hacía las veces de armario. Después hizo un montón con los cartones que le servían para taparse, los apiló junto al colchón y se dirigió al pueblo alejándose poco a poco del puente en el que vivía.



Relato 988 . 169 palabras
HECTOR BUCOSSI RAFAELLI
MAR DEL PLATA – ARGENTINA

EL VIAJE INCREIBLE
Presta mucha atención: ¡comenzó tu actuación! Yo te prometí una aventura fantástica. Mágica. Prometí llevarte y que seas protagonista en las páginas de un libro. Te adelanté que no era un juego de palabras. Que no era imaginación. Te hablé de un viaje real, concreto, con punto de partida aquí y en el momento. Más aun, te prometí que al regresar exhibiría como prueba del viaje tus ropas desconocidas, un reloj distinto en la muñeca y monedas extrañas en tus bolsillos. No preguntaste cómo lo haría. Aceptaste tácitamente mi invitación al continuar con la lectura. Y ahora, en el umbral de la aventura que vivirás plenamente te revelo que un día como hoy yo, también protagonista de esta novela, armado con una navaja, penetré por tu puerta mal cerrada, mientras sostenías una hoja de papel como la que ahora te entretiene. Piensas que es una simple lectura sin sospechar que comenzó tu actuación. Porque hoy tú serás mi muerto. Acaso ¿no escuchas un ruido muy leve detrás de ti?



Relato 989 . 191 palabras
JUAN MIGUEL IDIAZABAL
MAR DEL PLATA - ARGENTINA

FUMADO
Desde los 16 años hasta sus 25, Álvaro había fumado un promedio de dos atados de 20 por día, lo que significa que en 10 años había fumado alrededor de 73000 cigarrillos. A pesar de rendirle culto a la muerte está le jugó una mala jugada cuando una noche de trabajo un cigarrillo de metro noventa tocó a su puerta. Pensó que estaba alucinando pero cuando el pitillo le hablo no lo podía creer.
-En representación del Sindicato de Cigarrillos debo informarte que según la Ley 50.364 que dice que aquel que en menos de 15 años se fumara a más de 50000 compañeros será considerado un cigarricida y debe ser ejecutado, o mejor dicho me lo tengo que fumar en represalia por crímenes de lesa humanidad. Como vos ya te fumaste a más de 73000 compañeros vengo a cumplir con mi misión, flaquito.-
Antes de que Franco pudiera reaccionar, el cigarrillo-muerte lo enrolló, lo agarró por los pies y lo fumó lentamente.
El diario publicó al tiempo que Álvaro seguía desaparecido y que sólo se encontró un montón de cenizas junto a un par de zapatillas en su departamento.



Relato 990 . 199 palabras
JUAN MIGUEL IDIAZABAL
MAR DEL PLATA - ARGENTINA

FALUCHO
Falucho es mi gato. Es el donjuán del edificio. Mis vecinas siempre se quejan de que les coge a sus gatas. El problema no es ese, sino la forma en que lo hace. Falucho en otra vida fue hedonista porque tiene unos gustos de extraños a la hora del sexo.
Cuando Falucho sale al balcón buscando una compañera de noche maúlla una sola vez, en menos de 20 segundos todos los balcones del edificio se llenan de gatas listas para la fiesta. Elige a una guiñándole su ojo bueno. Ahí empieza lo extraño. Salta hasta el balcón deseado, no pregunten como siempre llega. En el momento en que llega al balcón deseado, las gatas rechazadas arrancan a cantar, mientras la escogida comienza un bizarro baile del caño. Al terminar éste, Falucho la mira con su ojo bueno y cabecea para que se la chupe. Después se la culea. Finalizando el raro ritual a los gritos extasiado. Cuando ya termino con la muy puta, vuelve al departamento.
No sé si esto es verdad pero que todas mis vecinas lo repiten diariamente, eso sí es verdad. No sé si Falucho es un cat symbol pero sí lo es, es un grande.



Relato 991 . 72 palabras
JOSUÉ SANTIAGO DE LA CRUZ
PHILADELPHIA - ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

LEVIATÁN
El padre Jacinto le dijo al hermano Emanuel:
— Mañana te toca ser Judas. Tenemos que dar a otros la oportunidad de subir al Gólgota.
— Pero padrecito…
— ¡No hablemos más del asunto!
Pasado el Vía Crucis, cuando el sacerdote se aprestaba a cerrar las puertas del templo, porque el sacristán no aparecía por ninguna parte, sintió que se elevaba hasta las vigas. Sacudió el cuerpo, como un pez, y se mordió la lengua.



Relato 992 . 122 palabras
JOSUÉ SANTIAGO DE LA CRUZ
PHILADELPHIA - ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

NATIVIDAD
Cuando en el segundo viaje Cristóbal Colón llegó a La Española (en el primero hizo levantar allí una colonia a la que llamó La Navidad, porque fue durante esa fecha sacra que encalló en sus aguas la Santa María), encontró muerte y desolación. La capilla, el campanario, la torre de observación: todo había sido reducido a escombros. Las osamentas de los colonos desparramadas por la playa y algunos huesos pelados rutilaban al sol contra la herrumbre de las viejas armaduras. Sólo se movía, al compás de la marea, el cuerpo de un joven aborigen tumbado boca arriba en la orilla con una cruz rota atravesándole el pecho, mientras el zumbido de las moscas y los zancudos se hacía cada vez más enconado.



Relato 993 . 99 palabras
JOSUÉ SANTIAGO DE LA CRUZ
PHILADELPHIA - ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

SIMPLICIO
Todo le causaba gracia: la gallina picoteando el maíz, el gato cazando al ratón, la gota de agua en el grifo.
Ni el hambre le borraba la sonrisa de los labios.
No aprendió las letras, tampoco las matemáticas. Confundía los colores. Pero a todo le inventaba una canción.
Si le gritaban:
— ¡Quítate de ahí, muchacho, no seas tan majadero!
Casi al unísono entonaba una melodía alusiva.
En el velatorio del padre tuvo un acceso de risa que le duró una semana y cuando la madre lo abandonó empezó a reír de tal manera que daba pena verlo tan contento.



Relato 994 . 95 palabras
ALICIA B. VITTORIO DE OILLARTAGUERRE
ITUZAINGO ( BUENOS AIRES) - ARGENTINA

HORIZONTES
Voy rumbo a un horizonte. No sé donde estaré mañana.
Mi fantasía me lleva por caminos diminutos que se ensanchan como mi corazón al correr de las horas.
Tuve sueños que quisiera se hagan realidad.
Vi muchos horizontes durante toda mi vida. Uno sobre el mar con sirenas rodeando a Neptuno. Otro, en un amanecer que embelleció las flores del campo.
Este no es igual. Es una luz que me llama en la oscuridad. A veces parece inalcanzable. Su fuerza me atrae y no me deja descansar.
Mis pies, tienen alas de esperanza, pero duelen.



Relato 995 . 199 palabras
CARLOS ENRIQUE RODRIGO LÓPEZ
TOLEDO - ESPAÑA

AL FIN Y AL CABO
… Bernard Fokke llevaba sentado en la cofa del palo mayor de “el buque volador” una eternidad. Y aunque esto del tiempo era, es, y será siempre (o nunca según se mire) relativo, según teorizaba, desde no mucho, otro judío lejos del mar de Las Hébridas que ahora singlaba, ciertamente la situación empezaba a resultarle insoportable.
En esto, el destino y el mar, que ahogan pero no aprietan, acercaron unos cantos hacia sus oídos. “Las pesadas de las sirenas otra vez -farfulló-, estas desahogadas se creen que nací ayer”. Pero a medida que era más nítido el sonido, percibió que estaba ante un velero cochambroso, cuyo sonriente capitán le espetó:
l ¿Hacia Ítaca?
l Todo a babor.-replicó-.
l Si llega usted antes diga a Penélope que la quiero y que me espere.
Y es desde entonces que Fokke, algo misógino, romántico incurable, poco dado a finales crepusculares, y defensor de que un segundo no dura siempre un segundo, se toma las cosas con filosofía, y sentado en la cofa situada en el cuello del palo mayor de su barco, fuma en una vieja pipa de madera de boj un tabaco indefendible que extrañamente nunca se consume, mientras espera tiempos y espacios mejores…



Relato 996 . 119 palabras
JULIO AWAD YÉPEZ
QUITO-ECUADOR

LA DESPEDIDA DEFINITIVA
Destino o casualidad. Después de una eternidad, pude verla de nuevo: sus cabellos pintaban de blanco la cúspide de su cabeza, sus ojos sin brillo rodeados de grietas antiguas, parecía estar sentada mientras la espalda se humillaba hacia la gravidez de la tierra que la reclamaba con ansias.
–¡Cásate conmigo!
–Ya somos viejos –me respondió.
–Nadie es tan viejo como para negar su propia felicidad.
Sentí cómo su mano amarilla y huesuda se posaba vaporosamente en mi casi tan amarillo y huesudo rostro mientras me sonreía con ternura:
–Nadie es tan feliz como para negar su propia muerte.
Tras esas palabras de despedida definitiva, mi amante de juventud cerró los ojos y se acomodó otra vez en el ataúd.



Relato 997 . 194 palabras
JULIO AWAD YÉPEZ
QUITO-ECUADOR

TRAS HABER MUERTO
En ese espacio indefinido y vaporoso en el que aparecí de repente, tuve medio de haberme perdido; una vastedad infinita se extendía ante mí sin horizonte y mis gritos no encontraban eco. Entre mi desesperación, recordé el automóvil que me había envestido con fuerza y volví a sentir la negrura del neumático aprisionando mi cabeza como una mandíbula enorme. Entendí que estaba muerto.
No lloré. Tampoco me sorprendió ver cómo el vapor que me rodeaba se condensaba en siluetas casi sólidas: Encontré a Poe con un cuervo posado sobre su hombro repitiendo eternamente “Nunca más”, y vi a Borges recostado con los ojos clavados en el Aleph, y miré a Monterroso montando un dinosaurio, y hallé a García Márquez reinando en Macondo junto a la Mamá Grande. Cuando pasé junto a una pareja que se besaba apasionadamente mientras un perrito los contemplaba con la lengua afuera, el hombre tomó una pausa; Chekhov me estiró un pedazo de papel y un lápiz y me hizo un guiño sonriente.
Entonces lo comprendí. En ese lugar todos estábamos para cumplir nuestros sueños. Me puse a escribir con avidez sabiendo que al fin encontraría lectores para mi trabajo.



Relato 998 . 124 palabras
ANTONIO GUERRERO RUIZ
EL EJIDO (ALMERÍA) – ESPAÑA

DULCE SARAH
¿Por qué te fuiste de la cama aquella noche en la que narraba el reguero de historias sobre mi vida – por si debo decirlo todo ( desde que volví del Amazonas) con un miembro menos en mi cuerpo-?
Tal vez porque intuí que me estabas mintiendo. Nunca fuiste a Sudamérica. En su lugar tuviste un tropezón con Sarah. Eso no me lo dijiste. Por mor de esa circunstancia tuve que investigar, en la mas absoluta mezquindad, tus ropas. Allí encontré manchas de sangre. Aquello me condujo a su collar, también manchado. Los cabellos lanuginosos, que estaban enredados en ese objeto que normalmente rodeaban su cuello, me dieron la virtud clásica del conocimiento. Entonces, humillada, guardé silencio. Al poco llevé a Sarah, tu perra, al matadero.



Relato 999 . 199 palabras
GEMMA, Mª ORTIZ LÓPEZ
GIJÓN- ESPAÑA

EN EL ANDÉN
-Su billete- me dijo el revisor mientras me tendía el manoseado papel. En ese momento salí de mi ensimismamiento. Por fin volvía a casa. Pronto sentiría de nuevo el murmullo cantarín del agua de la fuente y el sonido de mis zapatos al correr por los adoquines me recordaría que sigo viva y aun tengo un hogar. Espero ansiosa el momento de ir a la iglesia a poner una velita mientras me embriaga el olor a incienso y a humedad. Por mi cabeza pasan imágenes de mi niñez, retazos de colores en los que veo a mi abuela en la plaza del pueblo haciendo bolillos entre el olor del azahar. Lágrimas acuden a mi rostro al recordar lo lejos que quedan aquellos días y lo difícil que es recuperar la inocencia de antaño. Las yermas tierras de mi infancia me están esperando y siento que el miedo atenaza mis sentidos. Aparto de mi mente esos aciagos pensamientos para preguntar a mi vecina de asiento por el tiempo que queda de viaje, y ella, sonriendo, dice;
Aquella es tu estación.-
Al mirar veo la triste y enjuta figura de mi madre esperándome en el andén. Por fin estoy en casa.



Relato 1000 . 195 palabras
NEREA CRESPO ARNEDO
PUERTO DE POLLENSA (MALLORCA) – ESPAÑA

DE MANJAR A VENENO
Ferrerito era un bombón con muchos aires de grandeza. Se sabia especial porque solo había uno como el en su preciosa caja. Tenia su huequito especial en el centro de la bandeja desde donde podía controlar a todos los demás bombones. El maestro que lo había creado con mimo bañándolo en sedoso chocolate blanco le contó como sin duda un día se desharía suavemente en la boca de alguna princesa. Ferrerito se imaginaba la escena: velas, música, champán y una noche de pasión con su aroma a trufa llenando toda la estancia…
Un joven entro a la pastelería el día de San Valentín y escogió su preciosa caja dorada para agasajar a su amada. A ella le encanto el regalo pero por lo visto también le gusto bastante el otro paquetito que contenía un anillo con un solo diamante. Se encendieron las velas, empezó a sonar la música… y mientras esperaba encima del sofá que su princesa particular lo deshiciese a besos cuando se cansase de admirar su anillo sintió una lengua aspera y gigante envolverle en una nube de babas. Después, solo oscuridad.
El chocolate ni siquiera era bueno para los perros, según decían…



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola: quiero felicitar a Eduardo Asterio Sorribes Andrés por haber publicado el poemario de su esposa Lidia EL TIEMPO ALZADO en Torremozas. ME llegan tanto y tan profundamente muchos de esos poemas que he tenido la necesidad de decírselo. Yo publiqué, dedicado a mi marido, también en Torremozas "Amor y ausencia en la silueta del tiempo". Espero que le llegue este mensaje; no he encontrado en internet su e-mail. Un feliz verano. Cordialmente. Mª Jesús Ortiz López

Anónimo dijo...

Hola: quiero felicitar a Eduardo Asterio Sorribes Andrés por haber publicado el poemario de su esposa Lidia EL TIEMPO ALZADO en Torremozas. ME llegan tanto y tan profundamente muchos de esos poemas que he tenido la necesidad de decírselo. Yo publiqué, dedicado a mi marido, también en Torremozas "Amor y ausencia en la silueta del tiempo". Espero que le llegue este mensaje; no he encontrado en internet su e-mail. Un feliz verano. Cordialmente. Mª Jesús Ortiz López