Relato 401 . 42 palabras
NICOLAS LÓPEZ DALLARA
SEGOVIA - ESPAÑA
DESCUBRIMIENTO
Un cientifico extranjero escrutó el cielo nocturno. Apuntó las cordenadas de su hallazgo sobre una cuartilla barata. El benévolo dictador aún no había tomado la posesión del trono.
-Es curiosó. Hoy me he setido observado -le dijo el pricipito a la rosa.
Un cientifico extranjero escrutó el cielo nocturno. Apuntó las cordenadas de su hallazgo sobre una cuartilla barata. El benévolo dictador aún no había tomado la posesión del trono.
-Es curiosó. Hoy me he setido observado -le dijo el pricipito a la rosa.
Relato 402 . 195 palabras
NICOLAS LÓPEZ DALLARA
SEGOVIA - ESPAÑA
NICOLAS LÓPEZ DALLARA
SEGOVIA - ESPAÑA
EL TESORO Y EL REY
Dentro de la cueva vive una alimaña que cuida de los visitante un cofre cerrado. Ese tesoro no se llena de joyas o de monedas de plata. Pero de todas maneras, el rey Reso entró a la caverna para sacar el tesoro de allí. Lo sostuvo entre los brazos pero se le escurrió como si estuviera ungido por un aceite infalible. El cofre no cae al piso, sino a un vacío sorpresa, insospechado, que no estaba allí cuando el monarca entró a la ergástula. Para rescatarlo del pozo construye un lazo invisible. Pero a la segunda o tercer jalada, el cofre repite su caída. Y se queda desanimado. ¿Dónde quedará esta vez mi tesoro?, piensa. Y lo castiga la culpa por haberlo dejado ir. El agujero empieza a llenarse con secas hojas viejas y escombros y estalactitas. También libros que nadie leyó, salvo el hombre que busca su propio tesoro, y que hablan de un amor inconcluso. Pero el cofre ya no está al alcance de su lazo ni de su vista. Cuenta la leyenda que en la última caída, las maderas del cofre se rompieron y todo su contenido llenó de golpe el agujero.
Dentro de la cueva vive una alimaña que cuida de los visitante un cofre cerrado. Ese tesoro no se llena de joyas o de monedas de plata. Pero de todas maneras, el rey Reso entró a la caverna para sacar el tesoro de allí. Lo sostuvo entre los brazos pero se le escurrió como si estuviera ungido por un aceite infalible. El cofre no cae al piso, sino a un vacío sorpresa, insospechado, que no estaba allí cuando el monarca entró a la ergástula. Para rescatarlo del pozo construye un lazo invisible. Pero a la segunda o tercer jalada, el cofre repite su caída. Y se queda desanimado. ¿Dónde quedará esta vez mi tesoro?, piensa. Y lo castiga la culpa por haberlo dejado ir. El agujero empieza a llenarse con secas hojas viejas y escombros y estalactitas. También libros que nadie leyó, salvo el hombre que busca su propio tesoro, y que hablan de un amor inconcluso. Pero el cofre ya no está al alcance de su lazo ni de su vista. Cuenta la leyenda que en la última caída, las maderas del cofre se rompieron y todo su contenido llenó de golpe el agujero.
Relato 403 . 103 palabras
NICOLAS LÓPEZ DALLARA
SEGOVIA - ESPAÑA
NICOLAS LÓPEZ DALLARA
SEGOVIA - ESPAÑA
BIOGRAFÍA DE UN IDA Y VUELTA
Cuando Miriam nació iba a cumplir los treinta y un años. Se lamentó por no haber ido nunca a un crepúsculo. Vivió dos años en una villa que parecía no avanzar en el tiempo. Una noche sirvió una copa con su vino preferido, prendió una vela y brindó con la soledad. Luego dijo adiós a la casa y se marchó sin terminar la bebida.
Tras recorrer medio mundo regresó a su hogar pasada la medianoche. Sobre la misma mesa quedaba un poco de cera rodeada por un impetuoso polvo. La sangre de la copa se había secado completamente. Habían pasado doscientos cincuenta años.
Cuando Miriam nació iba a cumplir los treinta y un años. Se lamentó por no haber ido nunca a un crepúsculo. Vivió dos años en una villa que parecía no avanzar en el tiempo. Una noche sirvió una copa con su vino preferido, prendió una vela y brindó con la soledad. Luego dijo adiós a la casa y se marchó sin terminar la bebida.
Tras recorrer medio mundo regresó a su hogar pasada la medianoche. Sobre la misma mesa quedaba un poco de cera rodeada por un impetuoso polvo. La sangre de la copa se había secado completamente. Habían pasado doscientos cincuenta años.
Relato 404 . 155 palabras
MARIO PÉREZ ESTRUCH
TAVERNES DE LA VALLDIGNA, (VALENCIA) - ESPAÑA
MARIO PÉREZ ESTRUCH
TAVERNES DE LA VALLDIGNA, (VALENCIA) - ESPAÑA
HIPÓFISIS
Alberto había recibido una llamada de su médico citándole en la consulta a la mañana siguiente. Tenía que comentarle los resultados de su último análisis.
Durante la visita, el médico únicamente le dijo a su paciente que debía cambiar de medicación, pues su hipófisis estaba trabajando anormalmente.
De camino a casa, Alberto sólo pensaba en qué sería aquello de la hipófisis y por qué a él no le funcionaba bien. Ya en su salón, abrió la gran enciclopedia que le había regalado su ex mujer y buscó la enigmática palabra: hipófisis.
Según aquel pesado diccionario, la hipófisis era un órgano de secreción interna, situado en la excavación de la base del cráneo llamada silla turca. Compuesto de dos lóbulos, uno anterior, glandular, y otro posterior, nervioso.
Estaba claro. Su ex mujer, antes de abandonarle, y en un último acto de desdén, había mezclado unas definiciones con otras para hacer de aquel libro algo totalmente incomprensible.
Alberto había recibido una llamada de su médico citándole en la consulta a la mañana siguiente. Tenía que comentarle los resultados de su último análisis.
Durante la visita, el médico únicamente le dijo a su paciente que debía cambiar de medicación, pues su hipófisis estaba trabajando anormalmente.
De camino a casa, Alberto sólo pensaba en qué sería aquello de la hipófisis y por qué a él no le funcionaba bien. Ya en su salón, abrió la gran enciclopedia que le había regalado su ex mujer y buscó la enigmática palabra: hipófisis.
Según aquel pesado diccionario, la hipófisis era un órgano de secreción interna, situado en la excavación de la base del cráneo llamada silla turca. Compuesto de dos lóbulos, uno anterior, glandular, y otro posterior, nervioso.
Estaba claro. Su ex mujer, antes de abandonarle, y en un último acto de desdén, había mezclado unas definiciones con otras para hacer de aquel libro algo totalmente incomprensible.
Relato 405 . 198 palabras
MARÍA CARBAJALES MORENO
BARCELONA - ESPAÑA
MARÍA CARBAJALES MORENO
BARCELONA - ESPAÑA
TRÍO
Tras treinta años de matrimonio se convirtieron en un trío. Creían que tras la independencia de los hijos, pasarían el resto de la vida ellos dos solos, juntos. ¿Cómo les ha podido ocurrir a ellos?
Ese tercero que entró en su casa una mañana al volver del médico se quedó allí, creciendo, esperando. No lo llamaron, ni siquiera lo imaginaron y ahora ocupa sus mentes por completo, sienten su peso en el pecho, les susurra pesadillas y los sigue más persistente que sus sombras ya que no le asusta la lluvia ni la oscuridad.
Él ha decidido disimular, piensa que tal vez no sea real, nada más que un sueño largo y cruel. Ella ha decidido creer, creer en la materialización del valle de lágrimas, en los designios inescrutables del Señor y en la muerte. Él vive en el mundo de la ignorancia y la negación, ella en el de la angustia y el dolor.
Ninguno conoce la lucha ni la esperanza. Pero ellas, llegarán. Lo harán también sin avisar, sin que las esperen y cuando lo hagan, volverán a ser una pareja. Él y ella juntos, con una enfermedad, con un cáncer, con una operación, con esperanzas.
Tras treinta años de matrimonio se convirtieron en un trío. Creían que tras la independencia de los hijos, pasarían el resto de la vida ellos dos solos, juntos. ¿Cómo les ha podido ocurrir a ellos?
Ese tercero que entró en su casa una mañana al volver del médico se quedó allí, creciendo, esperando. No lo llamaron, ni siquiera lo imaginaron y ahora ocupa sus mentes por completo, sienten su peso en el pecho, les susurra pesadillas y los sigue más persistente que sus sombras ya que no le asusta la lluvia ni la oscuridad.
Él ha decidido disimular, piensa que tal vez no sea real, nada más que un sueño largo y cruel. Ella ha decidido creer, creer en la materialización del valle de lágrimas, en los designios inescrutables del Señor y en la muerte. Él vive en el mundo de la ignorancia y la negación, ella en el de la angustia y el dolor.
Ninguno conoce la lucha ni la esperanza. Pero ellas, llegarán. Lo harán también sin avisar, sin que las esperen y cuando lo hagan, volverán a ser una pareja. Él y ella juntos, con una enfermedad, con un cáncer, con una operación, con esperanzas.
Relato 406 . 76 palabras
JESÚS OSUNA BLANCO
FUENLABRADA (MADRID) - ESPAÑA
JESÚS OSUNA BLANCO
FUENLABRADA (MADRID) - ESPAÑA
EL HOMBRE Y EL REFRANERO
Fue un hombre que disfrutó llevando la contraria al refranero. Se empeñaba en escoger ciento volando, llenaba el saco con avaricia sin romperlo, y siempre encontraba la aguja en el pajar. Era afortunado tanto en el juego como en amores; si madrugaba, amanecía más temprano, y ni qué decir tiene que, del dicho al hecho, con él no había ningún trecho. Murió orgulloso, presumiendo de haber vencido al refranero. Fue genio y figura hasta la sepultura.
Fue un hombre que disfrutó llevando la contraria al refranero. Se empeñaba en escoger ciento volando, llenaba el saco con avaricia sin romperlo, y siempre encontraba la aguja en el pajar. Era afortunado tanto en el juego como en amores; si madrugaba, amanecía más temprano, y ni qué decir tiene que, del dicho al hecho, con él no había ningún trecho. Murió orgulloso, presumiendo de haber vencido al refranero. Fue genio y figura hasta la sepultura.
Relato 407 . 108 palabras
BENEDICTO TORRES CABALLER
VALENCIA - ESPAÑA
BENEDICTO TORRES CABALLER
VALENCIA - ESPAÑA
VÍVERES
En la puerta había una gorra negra.
(Ronda, 9:00)
«¡Por fin! Vaya mierda de seña que se le ocurrió al "Pupas". ¡Qué asco de gorra! "No te preocupes, no se la llevarán", me dijeron; ahora lo entiendo, es del "Asturiano" que tiene caspa y liendres.
»¡Nunca debí desertar! ¡Maldita sea! Si no me matan unos lo harán los otros».
(Benaoján, 15:00)
-¡Arre, mula!
«Un carro de boñigas para esconder las granadas. ¡Maldito asturiano! Ésta y me piro a Francia.
»¡Dios! ¡Tricornios! Antes de que me torturen canto todo, hasta el "Cara al sol" en alemán».
-¡Alto!... ¿Adónde va y qué lleva?
-¡Sooo...! Mierda para el campo señor guardia.
En la puerta había una gorra negra.
(Ronda, 9:00)
«¡Por fin! Vaya mierda de seña que se le ocurrió al "Pupas". ¡Qué asco de gorra! "No te preocupes, no se la llevarán", me dijeron; ahora lo entiendo, es del "Asturiano" que tiene caspa y liendres.
»¡Nunca debí desertar! ¡Maldita sea! Si no me matan unos lo harán los otros».
(Benaoján, 15:00)
-¡Arre, mula!
«Un carro de boñigas para esconder las granadas. ¡Maldito asturiano! Ésta y me piro a Francia.
»¡Dios! ¡Tricornios! Antes de que me torturen canto todo, hasta el "Cara al sol" en alemán».
-¡Alto!... ¿Adónde va y qué lleva?
-¡Sooo...! Mierda para el campo señor guardia.
Relato 408 . 150 palabras
BENEDICTO TORRES CABALLER
VALENCIA - ESPAÑA
BENEDICTO TORRES CABALLER
VALENCIA - ESPAÑA
DURO INVIERNO
Debí de quedarme traspuesto. Será la fiebre, o este cuchitril insano, o el cercano final. He tenido un sueño raro, casi real. Me encontraba ante un amasijo de hierros, cemento y tubos retorcidos formando una gigantesca pared de indefinida longitud. En lo alto, personas introducían sus manos ensangrentadas en las oquedades de las ratas, querían cazarlas. Miles de cucarachas devoraban desperdicios. Los pavimentos, rotos, contenían negros charcos putrefactos. Lo irreal fue oír un ruiseñor en un frondoso árbol que sobresalía entre las ruinas. Me ha despertado el ruido ensordecedor de infinidad de aviones. Mi familia estará cazando. ¡Malditas cucarachas! Estoy quedándome calvo; cada día me salen más manchas; me arden manos y cara; tengo sed, pero si bebo vomitaré lava. Descienden helicópteros. Veo un despliegue de militares con trajes antirradiación; no les servirá de mucho. Oigo como sopla el viento. Ha llegado el invierno. El instrumento repartido indica radioactividad letal.
Debí de quedarme traspuesto. Será la fiebre, o este cuchitril insano, o el cercano final. He tenido un sueño raro, casi real. Me encontraba ante un amasijo de hierros, cemento y tubos retorcidos formando una gigantesca pared de indefinida longitud. En lo alto, personas introducían sus manos ensangrentadas en las oquedades de las ratas, querían cazarlas. Miles de cucarachas devoraban desperdicios. Los pavimentos, rotos, contenían negros charcos putrefactos. Lo irreal fue oír un ruiseñor en un frondoso árbol que sobresalía entre las ruinas. Me ha despertado el ruido ensordecedor de infinidad de aviones. Mi familia estará cazando. ¡Malditas cucarachas! Estoy quedándome calvo; cada día me salen más manchas; me arden manos y cara; tengo sed, pero si bebo vomitaré lava. Descienden helicópteros. Veo un despliegue de militares con trajes antirradiación; no les servirá de mucho. Oigo como sopla el viento. Ha llegado el invierno. El instrumento repartido indica radioactividad letal.
Relato 409 . 107 palabras
BENEDICTO TORRES CABALLER
VALENCIA - ESPAÑA
BENEDICTO TORRES CABALLER
VALENCIA - ESPAÑA
PUNTOS DE VISTA
-¿Quién es? -preguntó el vejete.
-Un filósofo apenado que observa fijamente las llamas de la chimenea recordando la fogosidad del amor juvenil, cambiando acompasadamente, de una mano a otra, unas viejas monedas como si de un péndulo se tratase, simulando el tiempo que le corroe su tiempo. Dicen que fue un gran poeta, bohemio y mujeriego, que no supo apreciar la juventud y cuando deseó amar fue demasiado tarde porque ya era viejo -contestó alguien en silla de ruedas.
-Amor mío, dile a ese chismoso que fui poeta, sí, pero lo pasé maravillosamente y si cambio las monedas de mano es para enfriarlas, pues queman -dijo mirándola.
-¿Quién es? -preguntó el vejete.
-Un filósofo apenado que observa fijamente las llamas de la chimenea recordando la fogosidad del amor juvenil, cambiando acompasadamente, de una mano a otra, unas viejas monedas como si de un péndulo se tratase, simulando el tiempo que le corroe su tiempo. Dicen que fue un gran poeta, bohemio y mujeriego, que no supo apreciar la juventud y cuando deseó amar fue demasiado tarde porque ya era viejo -contestó alguien en silla de ruedas.
-Amor mío, dile a ese chismoso que fui poeta, sí, pero lo pasé maravillosamente y si cambio las monedas de mano es para enfriarlas, pues queman -dijo mirándola.
Relato 410 . 37 palabras
MANUEL JESÚS OSUNA BLANCO
FUENLABRADA (MADRID) - ESPAÑA
MANUEL JESÚS OSUNA BLANCO
FUENLABRADA (MADRID) - ESPAÑA
INOCENTE
Desesperado por verse tras las rejas, gritó a su compañero de celda:
-¡Yo no debería estar aquí encerrado! ¡Soy inocente!
-Ya -respondió el otro mono, bostezando y rascándose la coronilla-. Eso dicen todos en este zoo.
Desesperado por verse tras las rejas, gritó a su compañero de celda:
-¡Yo no debería estar aquí encerrado! ¡Soy inocente!
-Ya -respondió el otro mono, bostezando y rascándose la coronilla-. Eso dicen todos en este zoo.
Relato 411 . 166 palabras
MANUEL JESÚS OSUNA BLANCO
FUENLABRADA (MADRID) - ESPAÑA
MANUEL JESÚS OSUNA BLANCO
FUENLABRADA (MADRID) - ESPAÑA
MUJER FATAL
Aquella mañana, Amparo bajó al mercado con aires de mujer fatal. Las enormes gafas de sol, que antes servían para ocultar sus moratones, ahora le otorgaban una apariencia perversa y seductora. Caminaba subida en unos imposibles tacones, descubriendo que no eran incompatibles con arrastrar con elegancia el carrito de la compra. La transformada mujer no se detuvo en ningún puesto. Se limitó a desfilar ante los comerciantes del barrio, sensual, felina, consciente de que los murmullos que provocaba a su paso ya no eran de compasión, sino de milagrosa admiración. El ceñido vestido, por supuesto de color negro, como mandan los cánones de una auténtica femme fatal, reflejaba también el luto, aunque nadie en aquel instante pudiera saberlo. A su paso por la carnicería, el dependiente le ofreció género fresco. Amparo, exhibiendo una enigmática sonrisa y desprendiendo el humo del cigarrillo, declinó la oferta. Ya tenía fiambre: el del cerdo al que llegó su San Martín y que transportaba troceado en el carrito de la compra.
Aquella mañana, Amparo bajó al mercado con aires de mujer fatal. Las enormes gafas de sol, que antes servían para ocultar sus moratones, ahora le otorgaban una apariencia perversa y seductora. Caminaba subida en unos imposibles tacones, descubriendo que no eran incompatibles con arrastrar con elegancia el carrito de la compra. La transformada mujer no se detuvo en ningún puesto. Se limitó a desfilar ante los comerciantes del barrio, sensual, felina, consciente de que los murmullos que provocaba a su paso ya no eran de compasión, sino de milagrosa admiración. El ceñido vestido, por supuesto de color negro, como mandan los cánones de una auténtica femme fatal, reflejaba también el luto, aunque nadie en aquel instante pudiera saberlo. A su paso por la carnicería, el dependiente le ofreció género fresco. Amparo, exhibiendo una enigmática sonrisa y desprendiendo el humo del cigarrillo, declinó la oferta. Ya tenía fiambre: el del cerdo al que llegó su San Martín y que transportaba troceado en el carrito de la compra.
Relato 412 . 200 palabras
RAQUEL ORTEGA SÁNCHEZ
GUADALAJARA - ESPAÑA
RAQUEL ORTEGA SÁNCHEZ
GUADALAJARA - ESPAÑA
PAPEL DE SEDA AZUL
Siete años llevo aquí, viendo las mismas caras día tras día, pero lo peor no es lo que veo desde que me levanto hasta que me acuesto, lo peor es esa visión que me acompaña durante los minutos anteriores al sueño. Por la mañana me levanto con resaca, es la resaca de la conciencia.
Mis recuerdos de niño se han reducido a muy poco, como el momento de arrugar el papel de seda azul que usaba en clase de manuales y metérmelo en los oídos. Todo empezaba con un portazo, entonces yo iba recortando el papel que guardaba debajo de la cama, esperaba hasta el último momento, hasta que no podía más, entonces desconectaba. Los gritos sucedían a los golpes, después lloros y más gritos, yo me sumergía en mi mundo de seda azul. Así pasaron los años, entre gritos y lloros hasta el día en que mi madre se marchó harta de tanto llorar.
Los psicólogos exprimen al máximo esos años, yo solo recuerdo el papel de seda azul. No quiero vivir. Pero debo sufrir por el daño que he hecho. Ese es mi consuelo, mi sufrimiento.
Tengo treinta años, hace siete maté a mi mujer, y la quería.
Siete años llevo aquí, viendo las mismas caras día tras día, pero lo peor no es lo que veo desde que me levanto hasta que me acuesto, lo peor es esa visión que me acompaña durante los minutos anteriores al sueño. Por la mañana me levanto con resaca, es la resaca de la conciencia.
Mis recuerdos de niño se han reducido a muy poco, como el momento de arrugar el papel de seda azul que usaba en clase de manuales y metérmelo en los oídos. Todo empezaba con un portazo, entonces yo iba recortando el papel que guardaba debajo de la cama, esperaba hasta el último momento, hasta que no podía más, entonces desconectaba. Los gritos sucedían a los golpes, después lloros y más gritos, yo me sumergía en mi mundo de seda azul. Así pasaron los años, entre gritos y lloros hasta el día en que mi madre se marchó harta de tanto llorar.
Los psicólogos exprimen al máximo esos años, yo solo recuerdo el papel de seda azul. No quiero vivir. Pero debo sufrir por el daño que he hecho. Ese es mi consuelo, mi sufrimiento.
Tengo treinta años, hace siete maté a mi mujer, y la quería.
Relato 413 . 192 palabras
TERESA MARTÍN GÓMEZ
TOLEDO - ESPAÑA
TERESA MARTÍN GÓMEZ
TOLEDO - ESPAÑA
RECUERDOS DE UNA GUERRA
Llegaste como si nada, con un susurro que no pude comprender y entonces, sin explicación alguna, te volviste a ir. Fue la primera de muchas ocasiones.
A veces te escondías entre las esquinas de la escuela. Tú evitabas que el rugido y la furia de los morteros me asustasen. Improvisabas muecas y guiños incluso detrás de la maestra, que también fingía que no ocurría nada. Me hacías reír mucho, las carcajadas despistaban a mis compañeros, sin embargo, la profesora no se enfadaba, bastante tenía con impartir clase mientras el fuego y el humo resbalaban por las paredes del cielo.
Me gustaría abrazarte en agradecimiento por salvarme tantas veces y lograr que no me alcanzara la metralla, ¡estuvo tan cerca!
Quiero que vuelvas y te quedes, dormirme sobre tus piernas y que me cuentes historias de nuevo. Papá dice que no puedes, llora mientras me explica que estas muerta.
Todos lloran aquí madre, yo también lloro mucho y te llamo entre sollozos las noches que no apareces. Luego me calmo y pienso en tus brazos que siempre me han protegido. En que quizás mañana regreses y pueda (por fin) olvidarme de esta guerra.
Llegaste como si nada, con un susurro que no pude comprender y entonces, sin explicación alguna, te volviste a ir. Fue la primera de muchas ocasiones.
A veces te escondías entre las esquinas de la escuela. Tú evitabas que el rugido y la furia de los morteros me asustasen. Improvisabas muecas y guiños incluso detrás de la maestra, que también fingía que no ocurría nada. Me hacías reír mucho, las carcajadas despistaban a mis compañeros, sin embargo, la profesora no se enfadaba, bastante tenía con impartir clase mientras el fuego y el humo resbalaban por las paredes del cielo.
Me gustaría abrazarte en agradecimiento por salvarme tantas veces y lograr que no me alcanzara la metralla, ¡estuvo tan cerca!
Quiero que vuelvas y te quedes, dormirme sobre tus piernas y que me cuentes historias de nuevo. Papá dice que no puedes, llora mientras me explica que estas muerta.
Todos lloran aquí madre, yo también lloro mucho y te llamo entre sollozos las noches que no apareces. Luego me calmo y pienso en tus brazos que siempre me han protegido. En que quizás mañana regreses y pueda (por fin) olvidarme de esta guerra.
Relato 414 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 415 . 113 palabras
Mª DEL CARMEN MAGÁN MAGANTO
TOLEDO - ESPAÑA
Mª DEL CARMEN MAGÁN MAGANTO
TOLEDO - ESPAÑA
PENSAMIENTOS DE UN PADRE:
En un sillón sentado mirando a su hijo de 5 años dibujar:
"¡Pero qué buen chico tengo! Será un gran hombre, estudiará una carrera. Quizás derecho o ¿cuál es esa carrera que está ahora muy de moda? Sí, tele-algo. Tele? ¡telecomunicaciones! ¡Son el futuro! Es tan atento? nada que ver conmigo, ¡tan listo! La profesora siempre anda felicitándonos por su buen comportamiento. Llegará lejos? No como su padre, todo el día de rodillas en el taller, lleno de grasa? Él no, él preparará unas oposiciones, vivirá bien. ¡Sí hijo mío, vas a ser un gran hombre!"
- ¡Papá, papá! Mira, te he hecho un dibujo -un coche- ¡De mayor quiero ser como tú!
En un sillón sentado mirando a su hijo de 5 años dibujar:
"¡Pero qué buen chico tengo! Será un gran hombre, estudiará una carrera. Quizás derecho o ¿cuál es esa carrera que está ahora muy de moda? Sí, tele-algo. Tele? ¡telecomunicaciones! ¡Son el futuro! Es tan atento? nada que ver conmigo, ¡tan listo! La profesora siempre anda felicitándonos por su buen comportamiento. Llegará lejos? No como su padre, todo el día de rodillas en el taller, lleno de grasa? Él no, él preparará unas oposiciones, vivirá bien. ¡Sí hijo mío, vas a ser un gran hombre!"
- ¡Papá, papá! Mira, te he hecho un dibujo -un coche- ¡De mayor quiero ser como tú!
Relato 416 . 199 palabras
JOSÉ LUIS NAJENSON TOPOLEVSKY
JERUSALÉN - ISRAEL
JOSÉ LUIS NAJENSON TOPOLEVSKY
JERUSALÉN - ISRAEL
ESCALA
El Rabino del Buen Nombre* poseía extraños dones, entre ellos el de acortar camino por "atajos" místicos, sobre todo los viernes. Uno de éstos, el Rabí y sus alumnos salieron de su aldea en un viejo carretón con un solo caballo, rumbo a la lejana Cracovia. El Baal Shem les dijo que debían llegar lo antes posible, porque sus plegarias, en esa ciudad, salvarían al ghetto de un pogrom. "Pero, Maestro", repuso uno de los discípulos,"Cracovia está lejos y hoy es viernes?". "Precisamente", respondió el Rabino, porque hoy es viernes, en este día se acrecienta la piedad del Eterno. Y, a un ademán suyo, los jóvenes se quedaron dormidos, para despertar frente a las murallas de Cracovia antes del crepúsculo. Asombrados, ellos le preguntaron: "¿Cómo es posible? El les contestó: "El tiempo es la sombra de Dios sobre el universo; imaginad que, por un momento, la Luz espiritual del sábado la opaca. "Pero, Maestro, replicó el más sagaz de sus discípulos, tú nos enseñaste que ninguna luz es comparable a la de Jerusalén en Shabat. "Justamente", respondió el rabino, ¿dónde crees que hicimos escala para la oración vespertina?.
* Baal Shem Tov, fundador del jasidismo en el siglo XVIII
El Rabino del Buen Nombre* poseía extraños dones, entre ellos el de acortar camino por "atajos" místicos, sobre todo los viernes. Uno de éstos, el Rabí y sus alumnos salieron de su aldea en un viejo carretón con un solo caballo, rumbo a la lejana Cracovia. El Baal Shem les dijo que debían llegar lo antes posible, porque sus plegarias, en esa ciudad, salvarían al ghetto de un pogrom. "Pero, Maestro", repuso uno de los discípulos,"Cracovia está lejos y hoy es viernes?". "Precisamente", respondió el Rabino, porque hoy es viernes, en este día se acrecienta la piedad del Eterno. Y, a un ademán suyo, los jóvenes se quedaron dormidos, para despertar frente a las murallas de Cracovia antes del crepúsculo. Asombrados, ellos le preguntaron: "¿Cómo es posible? El les contestó: "El tiempo es la sombra de Dios sobre el universo; imaginad que, por un momento, la Luz espiritual del sábado la opaca. "Pero, Maestro, replicó el más sagaz de sus discípulos, tú nos enseñaste que ninguna luz es comparable a la de Jerusalén en Shabat. "Justamente", respondió el rabino, ¿dónde crees que hicimos escala para la oración vespertina?.
* Baal Shem Tov, fundador del jasidismo en el siglo XVIII
Relato 417 . 163 palabras
JOSÉ LUIS NAJENSON TOPOLEVSKY
JERUSALÉN - ISRAEL
JOSÉ LUIS NAJENSON TOPOLEVSKY
JERUSALÉN - ISRAEL
EL POETA RUSO
Todos los viernes a media tarde, en el último ómnibus que me traía de vuelta al barrio de Talpiot, en Jerusalén, veía yo al poeta ruso. Parecía un mendigo, desastrado y solitario, pero de él irradiaba como un aura que jamás había visto en otras personas. La primera vez que logré sentarme a su lado me contó sólo que era un poeta ruso, emigrado hacía algunos años, y que vivía de la caridad pública. Quise darle dinero pero no lo aceptó. "De otro poeta no puedo aceptar dádivas", me dijo cortante y no insistí más. La segunda y última vez le pregunté a boca de jarro: "¿Cómo supiste que yo también era poeta?" "No puedo responder a eso, por órdenes del Gran Poeta de Arriba", y se bajó una parada antes de LA tiempo para no volver nunca. Entonces me di cuenta de que era un Lamedvavnik *, uno de los 36 justos por los que se sostiene el mundo, según la Cábala.
Todos los viernes a media tarde, en el último ómnibus que me traía de vuelta al barrio de Talpiot, en Jerusalén, veía yo al poeta ruso. Parecía un mendigo, desastrado y solitario, pero de él irradiaba como un aura que jamás había visto en otras personas. La primera vez que logré sentarme a su lado me contó sólo que era un poeta ruso, emigrado hacía algunos años, y que vivía de la caridad pública. Quise darle dinero pero no lo aceptó. "De otro poeta no puedo aceptar dádivas", me dijo cortante y no insistí más. La segunda y última vez le pregunté a boca de jarro: "¿Cómo supiste que yo también era poeta?" "No puedo responder a eso, por órdenes del Gran Poeta de Arriba", y se bajó una parada antes de LA tiempo para no volver nunca. Entonces me di cuenta de que era un Lamedvavnik *, uno de los 36 justos por los que se sostiene el mundo, según la Cábala.
Relato 418 . 197 palabras
JESÚS RUBIO RAMOS.
MELILLA - ESPAÑA
JESÚS RUBIO RAMOS.
MELILLA - ESPAÑA
LA DUDA
Sí, pero no. Andrés se despertó sobresaltado en la madrugada; sí quería ir pero no sabía si sería correspondido. Se levantó inquieto, nervioso, inseguro, muy temprano, de mardugada, a la hora en que el helor se acentúa con la amanecida del día y nuestra respiración se condensa con un vaho espeso al conctacto con el aire fresco de la mañana.
La cita a las 18.00 h. en el café París de la Plaza Mayor. El momento se acercaba inexorable; como el reo que marcha al patíbulo a la hora señalada.
Carolina, veinte minutos antes, se encontraba sentada en la cafetería repasando la historia de sus desencuentros: "No, no; pero sí, sí, ahora estoy segura; no quería venir, pero no me arrepiento".
La noche se cerró tras las cristaleras del café que daban a la Plaza, el reloj del ayuntamiento marcó con un sonido seco las 19.00 h.. Andrés no fue.
Una niebla intensa envolvió la ciudad y las gentes, entumecidas por el frío, agarradas a sus abrigos, envueltas en bufandas, corrían al hogar. Carolina se marchó.
A la manañan siguiente el sol resplandecía, y, se encontraron, como de costumbre, en la biblioteca. Se miraron... Sí, pero sí.
Sí, pero no. Andrés se despertó sobresaltado en la madrugada; sí quería ir pero no sabía si sería correspondido. Se levantó inquieto, nervioso, inseguro, muy temprano, de mardugada, a la hora en que el helor se acentúa con la amanecida del día y nuestra respiración se condensa con un vaho espeso al conctacto con el aire fresco de la mañana.
La cita a las 18.00 h. en el café París de la Plaza Mayor. El momento se acercaba inexorable; como el reo que marcha al patíbulo a la hora señalada.
Carolina, veinte minutos antes, se encontraba sentada en la cafetería repasando la historia de sus desencuentros: "No, no; pero sí, sí, ahora estoy segura; no quería venir, pero no me arrepiento".
La noche se cerró tras las cristaleras del café que daban a la Plaza, el reloj del ayuntamiento marcó con un sonido seco las 19.00 h.. Andrés no fue.
Una niebla intensa envolvió la ciudad y las gentes, entumecidas por el frío, agarradas a sus abrigos, envueltas en bufandas, corrían al hogar. Carolina se marchó.
A la manañan siguiente el sol resplandecía, y, se encontraron, como de costumbre, en la biblioteca. Se miraron... Sí, pero sí.
Relato 419 . 185 palabras
IGNACIO BUSTAMANTE BENGOECHEA
MADRID - ESPAÑA
LA EMPERATRIZIGNACIO BUSTAMANTE BENGOECHEA
MADRID - ESPAÑA
Hay un retrato en su habitación, negro el marco que lo rodea, blancas las velas que lo iluminan. Una mujer derrama lágrimas negras en él, con el cabello recogido y la cabeza ladeada. Sus labios entreabiertos no reciben más beso que sus propias lágrimas, y su vestido escotado realza sus pechos, en los que descansa la cruz roja de su colgante. Mas no todo es gris, pues ella es la dueña del destino de muchos, la reina de reinos, la Emperatriz. Y aún en su retrato, en un reflejo lejano de su alma, puede verse su majestad y su poder, su belleza y su dignidad.
Su fino atuendo de seda blanca da fe de la prosperidad de sus reinos, de todos sus dominios. Su corona plateada reluce a la luz de las velas, y parece traspasar tinta y lienzo con su brillo. A veces me pregunto por qué parece tan triste, tan desolada y tan frágil. Y a veces me mira, y su mirada me da la respuesta. Pues la soledad de la cima la consume, e intento consolarla.
Y, a veces, consigo que sonría.
Su fino atuendo de seda blanca da fe de la prosperidad de sus reinos, de todos sus dominios. Su corona plateada reluce a la luz de las velas, y parece traspasar tinta y lienzo con su brillo. A veces me pregunto por qué parece tan triste, tan desolada y tan frágil. Y a veces me mira, y su mirada me da la respuesta. Pues la soledad de la cima la consume, e intento consolarla.
Y, a veces, consigo que sonría.
Relato 420 . 177 palabras
IGNACIO BUSTAMANTE BENGOECHEA
MADRID - ESPAÑA
IGNACIO BUSTAMANTE BENGOECHEA
MADRID - ESPAÑA
EL MAGO.
La luz de la luna no consigue penetrar las grises nubes del cielo, y me encuentro caminando por un bosque oscuro, lúgubre. Pero después de un momento me detengo, pues una voz hiende el aire y llega a mis oídos un canto débil y lejano. Sigo el sonido y me lleva a la orilla de un pequeño lago. Y la veo.
Una figura traslúcida, etérea, permanece en pie en el agua. Su largo cabello brilla reflejando una luz inexistente, coronado por una cinta de flores. Sus manos recogen la luz de la luna, que se desliza entre sus dedos y cae al agua, mientras sus labios se mueven entonando la canción más triste que se haya oído. La pena me inunda y me veo consumido por la oscuridad, y en el momento final ella me mira a los ojos y me dice las últimas palabras que oigo en vida:
- Todo está perdido.
Lo último que ven mis ojos es el volteo de su largo vestido al darme la espalda y alejarse, mientras la noche me lleva.
La luz de la luna no consigue penetrar las grises nubes del cielo, y me encuentro caminando por un bosque oscuro, lúgubre. Pero después de un momento me detengo, pues una voz hiende el aire y llega a mis oídos un canto débil y lejano. Sigo el sonido y me lleva a la orilla de un pequeño lago. Y la veo.
Una figura traslúcida, etérea, permanece en pie en el agua. Su largo cabello brilla reflejando una luz inexistente, coronado por una cinta de flores. Sus manos recogen la luz de la luna, que se desliza entre sus dedos y cae al agua, mientras sus labios se mueven entonando la canción más triste que se haya oído. La pena me inunda y me veo consumido por la oscuridad, y en el momento final ella me mira a los ojos y me dice las últimas palabras que oigo en vida:
- Todo está perdido.
Lo último que ven mis ojos es el volteo de su largo vestido al darme la espalda y alejarse, mientras la noche me lleva.
Relato 421 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 422 . 162 palabras
JOSE LUIS GARCIA NOVA
VALDEPEÑAS (CIUDAD REAL) - ESPAñA
JOSE LUIS GARCIA NOVA
VALDEPEÑAS (CIUDAD REAL) - ESPAñA
LA C.C.V.
Quiero dar un comunicado como portavoz y representante del C.C.V (Comité Caramelos Verdes). Somos muchos los caramelos verdes que estamos sufriendo racismo. Al estar cotidianamente en un envoltorio igual al de caramelos de naranja, limón, fresa? los humanos nos cogen, y la gran mayoría nos rechaza porque desagrada nuestro sabor. Como nuestro precio es mínimo les da igual arrojarnos sin pudor. La Cruz Verde de caramelos recoge a diario del suelo miles de nuestros compañeros de raza, embadurnados en barro, suciedad y porquería. Queremos respeto, que se nos distinga del resto y nos dirijan a nuestros consumidores más fieles. Proponemos diferentes matices en nuestro sabor a las grandes empresas comercializadoras. Nuestra vida es muy larga y no pretendemos estar envueltos mucho tiempo llegando a adquirir depresión y aislamiento. Nuestra intención es que nos produzcan acorde a la demanda que hay, ser ingeridos pronto y formar parte de un organismo?
Silencio por favor, viene un humano?está mirando, parece que va a coger alguno
Quiero dar un comunicado como portavoz y representante del C.C.V (Comité Caramelos Verdes). Somos muchos los caramelos verdes que estamos sufriendo racismo. Al estar cotidianamente en un envoltorio igual al de caramelos de naranja, limón, fresa? los humanos nos cogen, y la gran mayoría nos rechaza porque desagrada nuestro sabor. Como nuestro precio es mínimo les da igual arrojarnos sin pudor. La Cruz Verde de caramelos recoge a diario del suelo miles de nuestros compañeros de raza, embadurnados en barro, suciedad y porquería. Queremos respeto, que se nos distinga del resto y nos dirijan a nuestros consumidores más fieles. Proponemos diferentes matices en nuestro sabor a las grandes empresas comercializadoras. Nuestra vida es muy larga y no pretendemos estar envueltos mucho tiempo llegando a adquirir depresión y aislamiento. Nuestra intención es que nos produzcan acorde a la demanda que hay, ser ingeridos pronto y formar parte de un organismo?
Silencio por favor, viene un humano?está mirando, parece que va a coger alguno
Relato 423 . 155 palabras
CHELO LÓPEZ GONZÁLEZ
BARCELONA - ESPAÑA
CHELO LÓPEZ GONZÁLEZ
BARCELONA - ESPAÑA
REFLEJOS
No recuerdo el día exacto en que aquel desconocido apareció, ni cuándo y sin previo aviso de nadie, pasó a convertirse en el sustituto del que conocía hasta entonces.
Reconozco que no tuvimos un buen comienzo, pues, de la noche a la mañana, me lo encontré frente a frente: nos miramos fijamente a los ojos, sin saludarnos y sin esbozar ni tan siquiera una sonrisa de cortesía.
Tampoco puedo precisar, el tiempo que continuamos ignorándonos de esta manera; sí recuerdo que un día le sonreí tímidamente y él, con la misma timidez, me devolvió la sonrisa; -no parecía tan mal tipo-
Poco a poco nos fuimos acostumbrando el uno al otro, y a aceptar nuestra mutua presencia; hasta el punto en que casi llegué a olvidar a su predecesor.
Ahora nos llevamos tan bien que, incluso, estoy pensando en regalarle un espejo mucho más grande: así cuando nos miremos cara a cara, podamos escudriñarnos mejor.
No recuerdo el día exacto en que aquel desconocido apareció, ni cuándo y sin previo aviso de nadie, pasó a convertirse en el sustituto del que conocía hasta entonces.
Reconozco que no tuvimos un buen comienzo, pues, de la noche a la mañana, me lo encontré frente a frente: nos miramos fijamente a los ojos, sin saludarnos y sin esbozar ni tan siquiera una sonrisa de cortesía.
Tampoco puedo precisar, el tiempo que continuamos ignorándonos de esta manera; sí recuerdo que un día le sonreí tímidamente y él, con la misma timidez, me devolvió la sonrisa; -no parecía tan mal tipo-
Poco a poco nos fuimos acostumbrando el uno al otro, y a aceptar nuestra mutua presencia; hasta el punto en que casi llegué a olvidar a su predecesor.
Ahora nos llevamos tan bien que, incluso, estoy pensando en regalarle un espejo mucho más grande: así cuando nos miremos cara a cara, podamos escudriñarnos mejor.
Relato 424 . 103 palabras
CHELO LÓPEZ GONZÁLEZ
BARCELONA - ESPAÑA
CHELO LÓPEZ GONZÁLEZ
BARCELONA - ESPAÑA
KAZÁN
Siempre es lo mismo: por obra y gracia de su canguelo insuperable y, agazapado bajo mi asiento de la sala de espera, se convierte en un guarro de padre y señor mío que se pedorrea sin miramiento alguno.
Y es entonces, cuando todos los presentes nos miran con reserva; bueno a mí, porque a él no se le ve por ningún lado, sólo se le oye.
Y es entonces, cuando una vez más, me toca pasar la mayor de las vergüenzas posibles.
Total, para luego entrar a la revisión en plan tío chulo y, derritiéndose ante cualquier mimo que le prodigue la veterinaria.
Siempre es lo mismo: por obra y gracia de su canguelo insuperable y, agazapado bajo mi asiento de la sala de espera, se convierte en un guarro de padre y señor mío que se pedorrea sin miramiento alguno.
Y es entonces, cuando todos los presentes nos miran con reserva; bueno a mí, porque a él no se le ve por ningún lado, sólo se le oye.
Y es entonces, cuando una vez más, me toca pasar la mayor de las vergüenzas posibles.
Total, para luego entrar a la revisión en plan tío chulo y, derritiéndose ante cualquier mimo que le prodigue la veterinaria.
Relato 425 . 197 palabras
CHELO LÓPEZ GONZÁLEZ
BARCELONA - ESPAÑA
CHELO LÓPEZ GONZÁLEZ
BARCELONA - ESPAÑA
EL VUELO DE LA COTORRA
Oigan, tal como se lo cuento: su vida siempre fue una auténtica mierda; una de esas vidas que no merecen la pena ser vividas. Durante mucho tiempo le ayudó a tirar adelante, la esperanza de que lo bueno estaba por venir.
Pasaron los años y lo bueno no terminaba de llegar, al contrario: las cosas fueron cada vez más terribles e insoportables. Por la experiencia acumulada supo, que ya no había lugar para la esperanza; convirtiéndose entonces, en una mujer de tristeza infinita que ya no se conformaba con la estafa de su vida.
Desde su terraza de un quinto piso contemplaba a diario, abajo en el paseo, el trasiego de palomas y cotorras, éstas últimas más listas que el hambre, conseguían arrebatarles cualquier cosa que fuera comestible a las primeras. ¡Qué felices parecían!
Le atraían estas aves: primero, por su plumaje verde -color de la esperanza-; luego, porque desde niña siempre la apodaron cotorrita, por lo parlanchina que era.
¿Qué por qué sé tanto sobre ella?: Pues?un momento? ¿han visto el cacho de magdalena que se le acaba de caer a ese niño?... esperen, que ahí vienen las ceporras de las palomas? ahora vuelvo y continúo?
Oigan, tal como se lo cuento: su vida siempre fue una auténtica mierda; una de esas vidas que no merecen la pena ser vividas. Durante mucho tiempo le ayudó a tirar adelante, la esperanza de que lo bueno estaba por venir.
Pasaron los años y lo bueno no terminaba de llegar, al contrario: las cosas fueron cada vez más terribles e insoportables. Por la experiencia acumulada supo, que ya no había lugar para la esperanza; convirtiéndose entonces, en una mujer de tristeza infinita que ya no se conformaba con la estafa de su vida.
Desde su terraza de un quinto piso contemplaba a diario, abajo en el paseo, el trasiego de palomas y cotorras, éstas últimas más listas que el hambre, conseguían arrebatarles cualquier cosa que fuera comestible a las primeras. ¡Qué felices parecían!
Le atraían estas aves: primero, por su plumaje verde -color de la esperanza-; luego, porque desde niña siempre la apodaron cotorrita, por lo parlanchina que era.
¿Qué por qué sé tanto sobre ella?: Pues?un momento? ¿han visto el cacho de magdalena que se le acaba de caer a ese niño?... esperen, que ahí vienen las ceporras de las palomas? ahora vuelvo y continúo?
Relato 426 . 197 palabras
ÁNGEL SILVELO GABRIEL.
MADRID - ESPAÑA
ÁNGEL SILVELO GABRIEL.
MADRID - ESPAÑA
TENGO UN CAPRICHO
Hoy hace un año que te perdí, y todavía no comprendo por qué no estás a mi lado. Necesito ayuda antes de que mi corazón haga crash. Me acerco al dormitorio de los niños. Los miro y pienso en ti, en las facciones de tu cara, en el tacto de tus manos, en el sonido de tus palabras. ¿Verdad que todo es mentira? ¿Que luego estarás aquí, esperándome?
Llego al despacho. Estoy sólo. Soy protagonista de mi soledad accidental. Lucho contra ella. La intento vencer como lo hago siempre, recordándote. Hoy esa estrategia no me sirve de nada. Mi crisis existencial me arrastra hasta el más oscuro de los abismos. Aún tengo un capricho. Quiero ver tu sonrisa, y así vencer al olvido de mis recuerdos, al desaliento de mi memoria. Engañarles con una realidad ficticia. Como la que representan los actores en el teatro. Pero tan real como la que ellos me transmiten. Necesito unos aliados para construirla. Pienso en los niños. En su sonrisa. Les compraré una sorpresa. Nada más verme, revolotearán a mi lado. Entre alegres y sonoras carcajadas. Ellos no lo saben, pero a cambio, me estarán regalando lo que yo más deseo.
Hoy hace un año que te perdí, y todavía no comprendo por qué no estás a mi lado. Necesito ayuda antes de que mi corazón haga crash. Me acerco al dormitorio de los niños. Los miro y pienso en ti, en las facciones de tu cara, en el tacto de tus manos, en el sonido de tus palabras. ¿Verdad que todo es mentira? ¿Que luego estarás aquí, esperándome?
Llego al despacho. Estoy sólo. Soy protagonista de mi soledad accidental. Lucho contra ella. La intento vencer como lo hago siempre, recordándote. Hoy esa estrategia no me sirve de nada. Mi crisis existencial me arrastra hasta el más oscuro de los abismos. Aún tengo un capricho. Quiero ver tu sonrisa, y así vencer al olvido de mis recuerdos, al desaliento de mi memoria. Engañarles con una realidad ficticia. Como la que representan los actores en el teatro. Pero tan real como la que ellos me transmiten. Necesito unos aliados para construirla. Pienso en los niños. En su sonrisa. Les compraré una sorpresa. Nada más verme, revolotearán a mi lado. Entre alegres y sonoras carcajadas. Ellos no lo saben, pero a cambio, me estarán regalando lo que yo más deseo.
Relato 427 . 198 palabras
ÁNGEL SILVELO GABRIEL.
MADRID - ESPAÑA
ÁNGEL SILVELO GABRIEL.
MADRID - ESPAÑA
LA SENTENCIA
Tengo la sentencia del Magistrado en mi mano. No la leo. Sé que me va a condenar. ¿Por qué todos creen que estoy loco? Nadie me entiende después de mi gran descubrimiento. Ahora sólo deseo contemplar como cae la nieve a través del gran ventanal del estudio. Un muro tan fino como la tela del lienzo que me persigue. Si sigo adelante es por ella. Nadie lo comprende, pero esa imagen me acecha y yo no logro esquivarla. Mi abogado tampoco cree en mí. Antes de irse me tiró a la cara un ejemplar de la Constitución. Me rogó que la leyera. Que buscase en ella algún alegato que defendiera mi postura. Él no lo entiende. Yo no necesito leer ningún papel impreso. Prefiero perderlo todo y ser víctima de mi locura. Yo sólo quiero estar a su lado. Vencer la distancia que nos separa. Poseer aquello que me hace feliz. No me importa su apariencia. Su presencia en dos dimensiones. Para mí es mucho más real que las personas que me rodean. Me tiene hipnotizado. Pero a mí no me importa. Porque yo sólo quiero disfrutar de su sonrisa y perderme en la oscuridad de su mirada.
Tengo la sentencia del Magistrado en mi mano. No la leo. Sé que me va a condenar. ¿Por qué todos creen que estoy loco? Nadie me entiende después de mi gran descubrimiento. Ahora sólo deseo contemplar como cae la nieve a través del gran ventanal del estudio. Un muro tan fino como la tela del lienzo que me persigue. Si sigo adelante es por ella. Nadie lo comprende, pero esa imagen me acecha y yo no logro esquivarla. Mi abogado tampoco cree en mí. Antes de irse me tiró a la cara un ejemplar de la Constitución. Me rogó que la leyera. Que buscase en ella algún alegato que defendiera mi postura. Él no lo entiende. Yo no necesito leer ningún papel impreso. Prefiero perderlo todo y ser víctima de mi locura. Yo sólo quiero estar a su lado. Vencer la distancia que nos separa. Poseer aquello que me hace feliz. No me importa su apariencia. Su presencia en dos dimensiones. Para mí es mucho más real que las personas que me rodean. Me tiene hipnotizado. Pero a mí no me importa. Porque yo sólo quiero disfrutar de su sonrisa y perderme en la oscuridad de su mirada.
Relato 428 197 palabras
ÁNGEL SILVELO GABRIEL.
MADRID - ESPAÑA
ÁNGEL SILVELO GABRIEL.
MADRID - ESPAÑA
ANTES DE CONOCERTE
Antes de conocerte, mi babel se componía de grandes dosis de voluntad y desesperanza. A la primera, la vencía minuto a minuto, diciéndole que cada esfuerzo tenía un sentido en sí mismo. A la segunda, sin embargo, no me atrevía a enfrentarme mientras estaba despierto. Esperaba a que llegara la noche. Antes de acostarme hacía un pacto con mi subconsciente para tenderle una trampa. Pero apareciste tú. Con tu sonrisa. Con tus vestidos en tono pastel. Esos que tanto me gustan. Y todo cambió de repente. Mi desazón se convirtió en mi dicha. Mis prisas en tu búsqueda. Mis manos en tus manos. Tu mirada en mi mirada. Caí dentro de ti. En el más deseado de los paraísos. En la mayor de las dichas posibles. Y me olvidé de todo. De mi triste existencia. De mis pastillas para dormir. De mi cansina voluntad?
Después de conocerte, mi babel se compone de grandes dosis de ilusión y esperanza. A la primera, la reclamo a través de tu mirada. Recordando el día que me regalaste una sonrisa. A la segunda, sólo necesito cerrar los ojos y pensar en ti. El mejor de los antídotos posibles para mi desesperanza.
Antes de conocerte, mi babel se componía de grandes dosis de voluntad y desesperanza. A la primera, la vencía minuto a minuto, diciéndole que cada esfuerzo tenía un sentido en sí mismo. A la segunda, sin embargo, no me atrevía a enfrentarme mientras estaba despierto. Esperaba a que llegara la noche. Antes de acostarme hacía un pacto con mi subconsciente para tenderle una trampa. Pero apareciste tú. Con tu sonrisa. Con tus vestidos en tono pastel. Esos que tanto me gustan. Y todo cambió de repente. Mi desazón se convirtió en mi dicha. Mis prisas en tu búsqueda. Mis manos en tus manos. Tu mirada en mi mirada. Caí dentro de ti. En el más deseado de los paraísos. En la mayor de las dichas posibles. Y me olvidé de todo. De mi triste existencia. De mis pastillas para dormir. De mi cansina voluntad?
Después de conocerte, mi babel se compone de grandes dosis de ilusión y esperanza. A la primera, la reclamo a través de tu mirada. Recordando el día que me regalaste una sonrisa. A la segunda, sólo necesito cerrar los ojos y pensar en ti. El mejor de los antídotos posibles para mi desesperanza.
Relato 429 . 21 palabras
PATRICIO CARLOS INGRATTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA
PATRICIO CARLOS INGRATTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA
CONFESIÓN
Mirá que no soy bueno -le dijo, justo antes de besarla.
Ella nunca se imaginaría cuanta verdad había en esas palabras.
Mirá que no soy bueno -le dijo, justo antes de besarla.
Ella nunca se imaginaría cuanta verdad había en esas palabras.
Relato 430 . 25 palabras
PATRICIO CARLOS INGRATTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA
PATRICIO CARLOS INGRATTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA
DESEO
¡QUIERO SER EL HOMBRE MÁS FUERTE DEL MUNDO! -le dijo a la botella, justo antes del último trago.
Al amanecer todos los hombres habían muerto.
¡QUIERO SER EL HOMBRE MÁS FUERTE DEL MUNDO! -le dijo a la botella, justo antes del último trago.
Al amanecer todos los hombres habían muerto.
Relato 431 . 21 palabras
PATRICIO CARLOS INGRATTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA
PATRICIO CARLOS INGRATTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA
MINUTOS
Viajó durante meses hasta
encontrar el último refugio
de la humanidad. Pero se
quedó sólo unos minutos:
Estaba plagado de enemigos.
Viajó durante meses hasta
encontrar el último refugio
de la humanidad. Pero se
quedó sólo unos minutos:
Estaba plagado de enemigos.
Relato 432 . 191 palabras
MÍRIAM PÉREZ DELGADO
BADIA DEL VALLÉS (BARCELONA) - ESPAÑA
MÍRIAM PÉREZ DELGADO
BADIA DEL VALLÉS (BARCELONA) - ESPAÑA
CLAROSCURO
Un destello de luz inunda su vista, intenta seguir hablando con normalidad pero su cuerpo ya no le pertenece. Cae al suelo con los ojos en blanco, su familia asustada acude a socorrerla. Lo que no saben es que Irene ya no está allí.
-Ahora me perteneces, yo hablaré por ti, me moveré por ti, pensaré por ti?viviré en tu lugar. Me quedaré con tu pasado, presente y futuro. Con tus recuerdos, objetivos y sueños.Con tus más preciados momentos, vividos y por vivir. Me quedaré con tus dieciséis años, con tu familia y amigos.
Me quedo con tu vida?
31/03/2009
-Querido diario,
En este momento de mi vida no se bien quien soy. Me miro al espejo y por momentos no me reconozco, pero eso solo me pasa en ocasiones. Ya me han advertido de esto, de que estos episódios se llaman brotes, que ironía, yo creí que brotar significaba vida. Ahora lo único que me queda es esperar a que ella venga y me robe mis momentos. A pesar de todo, me comentan que con una medicación adecuada podré llevar una vida relativamente normal.
Me llamo Irene y tengo esquizofrenia.
Un destello de luz inunda su vista, intenta seguir hablando con normalidad pero su cuerpo ya no le pertenece. Cae al suelo con los ojos en blanco, su familia asustada acude a socorrerla. Lo que no saben es que Irene ya no está allí.
-Ahora me perteneces, yo hablaré por ti, me moveré por ti, pensaré por ti?viviré en tu lugar. Me quedaré con tu pasado, presente y futuro. Con tus recuerdos, objetivos y sueños.Con tus más preciados momentos, vividos y por vivir. Me quedaré con tus dieciséis años, con tu familia y amigos.
Me quedo con tu vida?
31/03/2009
-Querido diario,
En este momento de mi vida no se bien quien soy. Me miro al espejo y por momentos no me reconozco, pero eso solo me pasa en ocasiones. Ya me han advertido de esto, de que estos episódios se llaman brotes, que ironía, yo creí que brotar significaba vida. Ahora lo único que me queda es esperar a que ella venga y me robe mis momentos. A pesar de todo, me comentan que con una medicación adecuada podré llevar una vida relativamente normal.
Me llamo Irene y tengo esquizofrenia.
Relato 433 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 434 . 199 palabras
BERNARDO BALLESTEROS SANCHEZ
CIUDAD REAL - ESPAÑA
BERNARDO BALLESTEROS SANCHEZ
CIUDAD REAL - ESPAÑA
EL BUFON DE LA CARA TRISTE
Me llamaban el bufón de la cara triste, mi sueño era convertirme en bufón del rey, pero siempre estaba triste, tan triste que me olvidé de lo que era sonreír, olvidé mis sueños, el hambre, palabras como alegría, amigos. Mi corazón se endureció y mi alma se marchitó. Incluso olvide la tristeza que me invadía. Y caí en un pozo oscuro y húmedo acompañado de mi soledad.
Un día, apareció una mano.
Olvidé caminar pues había pasado mucho tiempo y llegaron más manos.
Me levanté.
Olvidé la luz, mis ojos eran cegados y una sucesión de nubes llegaron y taparon el sol.
Olvidé lo que era la vida y miles de plantas me mostraron las flores más bonitas.
Empecé a llorar pues olvidé también hablar y escuché la palabra amigo.
Y pregunte.- ¿que es amigo?
-Amigos son los que estamos para tenderte la mano si has caído, los que abren tus ojos, los que te muestran la vida, el amor, las flores, los que te hacen llorar de alegría y no de tristeza, los que hablan contigo para que no te sientas solo y escuchan para cuando quieras hablar.
Amigo es vida y es lo que te brindamos ahora.
Me llamaban el bufón de la cara triste, mi sueño era convertirme en bufón del rey, pero siempre estaba triste, tan triste que me olvidé de lo que era sonreír, olvidé mis sueños, el hambre, palabras como alegría, amigos. Mi corazón se endureció y mi alma se marchitó. Incluso olvide la tristeza que me invadía. Y caí en un pozo oscuro y húmedo acompañado de mi soledad.
Un día, apareció una mano.
Olvidé caminar pues había pasado mucho tiempo y llegaron más manos.
Me levanté.
Olvidé la luz, mis ojos eran cegados y una sucesión de nubes llegaron y taparon el sol.
Olvidé lo que era la vida y miles de plantas me mostraron las flores más bonitas.
Empecé a llorar pues olvidé también hablar y escuché la palabra amigo.
Y pregunte.- ¿que es amigo?
-Amigos son los que estamos para tenderte la mano si has caído, los que abren tus ojos, los que te muestran la vida, el amor, las flores, los que te hacen llorar de alegría y no de tristeza, los que hablan contigo para que no te sientas solo y escuchan para cuando quieras hablar.
Amigo es vida y es lo que te brindamos ahora.
Relato 435 . 199 palabras
CELIA PIFARRÉ RIBÓ
AITONA (LLEIDA) - ESPAÑA
CELIA PIFARRÉ RIBÓ
AITONA (LLEIDA) - ESPAÑA
SUEÑOS DE PÁJARO
Siempre he soñado con ser un pájaro. Abrir mis alas y volar persiguiendo a la primavera, huyendo del frío invierno que ahoga los alegres cantos de los pajarillos, viajando con mi bandada buscando el calor de los rayos del Sol que reviven cientos de campos, haciendo renacer un sinfín de frutos y flores. Recorrería prados con mis alas extendidas, observando con placer la belleza de la Naturaleza, y refrescaría mi pico en fuentes de agua fresca, degustando el sabor de libertad que contienen sus transparentes gotas. Comería frutos caídos de los árboles, que cansados de sostener tanto peso, los regalan a todo paladar que quiera saborear su dulzor. Quizás encontraría una compañera de viaje, y junto a ella, fabricaría un pequeño nido para cobijarnos de la noche y de las bromistas tormentas que acompañan a la primavera. Pero todo sueño se desvanece al despertar, y mirando a mi alrededor me doy cuenta que nunca se hará realidad. En vez de pájaro sigo siendo un ave encerrada en su jaula, cual bufón obligado a satisfacer los caprichos de su amo, y cuyo canto hace tiempo que se apagó al no sentir en sus plumas el calor de la anhelada primavera.
Siempre he soñado con ser un pájaro. Abrir mis alas y volar persiguiendo a la primavera, huyendo del frío invierno que ahoga los alegres cantos de los pajarillos, viajando con mi bandada buscando el calor de los rayos del Sol que reviven cientos de campos, haciendo renacer un sinfín de frutos y flores. Recorrería prados con mis alas extendidas, observando con placer la belleza de la Naturaleza, y refrescaría mi pico en fuentes de agua fresca, degustando el sabor de libertad que contienen sus transparentes gotas. Comería frutos caídos de los árboles, que cansados de sostener tanto peso, los regalan a todo paladar que quiera saborear su dulzor. Quizás encontraría una compañera de viaje, y junto a ella, fabricaría un pequeño nido para cobijarnos de la noche y de las bromistas tormentas que acompañan a la primavera. Pero todo sueño se desvanece al despertar, y mirando a mi alrededor me doy cuenta que nunca se hará realidad. En vez de pájaro sigo siendo un ave encerrada en su jaula, cual bufón obligado a satisfacer los caprichos de su amo, y cuyo canto hace tiempo que se apagó al no sentir en sus plumas el calor de la anhelada primavera.
Relato 436 . 195 palabras
MARIA ISABEL GUERRERO SÁNCHEZ
BARCELONA - ESPAÑA
MARIA ISABEL GUERRERO SÁNCHEZ
BARCELONA - ESPAÑA
DESPERTAR DE LA ESPERANZA
Cuentan que una vez existió Esperanza, era tremendamente feliz, cada vez que despertaba, salía un amanecer increíble. Sólo tenía ojos para lo bueno, y lo negativo lo dejaba fuera de su alcance. También cuentan que una vez y solamente una vez fue infeliz. No sentía toda la felicidad necesaria para vivir y su corazón estaba triste. Toda su penuria llegó por culpa del ansia de la mucha estabilidad económica. No lo lograba comprender, ya que en su mundo sólo existían la palabras solidaridad y amor. Lo material era importante, pero menos. En cierto momento tuvo la necesidad de estar acompañada de los suyos, eran momentos delicados y bonitos de compartir, pero no estuvieron allí por la inconsciencia de un ser que no tenía control de su pobre personalidad. El egoísmo estaba presente en el ambiente. En cada momento que pasaba sola se acordaba de una vieja amiga a la que no pudo ayudar por llegar tarde y precisamente por eso, por ser egoísta. Creía que se tenían que hacer las cosas en el momento, porque luego podría ser tarde. Logró que todo se hiciera realidad. ¿ Por qué no despertar todos los días como Esperanza?.
Cuentan que una vez existió Esperanza, era tremendamente feliz, cada vez que despertaba, salía un amanecer increíble. Sólo tenía ojos para lo bueno, y lo negativo lo dejaba fuera de su alcance. También cuentan que una vez y solamente una vez fue infeliz. No sentía toda la felicidad necesaria para vivir y su corazón estaba triste. Toda su penuria llegó por culpa del ansia de la mucha estabilidad económica. No lo lograba comprender, ya que en su mundo sólo existían la palabras solidaridad y amor. Lo material era importante, pero menos. En cierto momento tuvo la necesidad de estar acompañada de los suyos, eran momentos delicados y bonitos de compartir, pero no estuvieron allí por la inconsciencia de un ser que no tenía control de su pobre personalidad. El egoísmo estaba presente en el ambiente. En cada momento que pasaba sola se acordaba de una vieja amiga a la que no pudo ayudar por llegar tarde y precisamente por eso, por ser egoísta. Creía que se tenían que hacer las cosas en el momento, porque luego podría ser tarde. Logró que todo se hiciera realidad. ¿ Por qué no despertar todos los días como Esperanza?.
Relato 437 . 160 palabras
JUAN CARLOS PEREZ LOPEZ
BORMUJOS (SEVILLA) - ESPAÑA
JUAN CARLOS PEREZ LOPEZ
BORMUJOS (SEVILLA) - ESPAÑA
GARFIO
Está seguro, muy seguro, pero se mueve nervioso. Manolo se reconoce cansado. Numerosas disputas con Maria en los últimos días no son plato de buen gusto; acabó por atragantarse. Hace la maleta con celeridad; en su interior sólo lo preciso. Va a marcharse. Entra en el baño y guarda sus enseres en su bolsa de aseo. Entonces lo ve. Lo coge, casi con mimo. Se sienta con él, al borde de la cama. Lo tiene en su mano. Le regala tiempo al pensamiento. Mira su cepillo de dientes. Lo baila entre sus dedos. Al fin, se tumba sobre el colchón, dando su cara al techo. Queda ajusticiado por el garfio de interrogación: ¿Cómo era posible tanta disputa en la pareja, y los dos cepillos dentales compartiendo el mismo vaso durante tantos enfados, sus cerdas acariciándose? Respira intensamente. Cierra sus ojos. Cavila. Cae el cepillo, dibujando en el aire un momento eterno. Levanta su boca un suspiro. No sabe qué hacer.
Está seguro, muy seguro, pero se mueve nervioso. Manolo se reconoce cansado. Numerosas disputas con Maria en los últimos días no son plato de buen gusto; acabó por atragantarse. Hace la maleta con celeridad; en su interior sólo lo preciso. Va a marcharse. Entra en el baño y guarda sus enseres en su bolsa de aseo. Entonces lo ve. Lo coge, casi con mimo. Se sienta con él, al borde de la cama. Lo tiene en su mano. Le regala tiempo al pensamiento. Mira su cepillo de dientes. Lo baila entre sus dedos. Al fin, se tumba sobre el colchón, dando su cara al techo. Queda ajusticiado por el garfio de interrogación: ¿Cómo era posible tanta disputa en la pareja, y los dos cepillos dentales compartiendo el mismo vaso durante tantos enfados, sus cerdas acariciándose? Respira intensamente. Cierra sus ojos. Cavila. Cae el cepillo, dibujando en el aire un momento eterno. Levanta su boca un suspiro. No sabe qué hacer.
Relato 438 . 199 palabras
JUAN CARLOS PEREZ LOPEZ
BORMUJOS (SEVILLA) - ESPAÑA
JUAN CARLOS PEREZ LOPEZ
BORMUJOS (SEVILLA) - ESPAÑA
BANDERITA
Aquel día de particular acudimos a la escuela con ropa de domingo. Nosotros estábamos emocionados; el pueblo, engalanado. Formamos en el patio del colegio; niños a un lado, niñas a otro. La comitiva, que desfila hacia la entrada del pueblo, la preside el director del colegio, custodiado por los maestros y maestras. Hace frío, tanto que molesta a nuestras piernas desnudas; pantalón corto, apretado para nuestras piernas enflaquecidas. Nos situamos junto al borde de la carretera. Ya están allí los ancianos y ancianas del asilo, con sus ropas menos raídas. La Guardia Civil pone orden a nuestro alboroto. Nos dan una banderita de España. Nos ordenan que la agitemos cuando nos lo señale el sargento Ibáñez. Hace un frío que raspa nuestras orejas; a mi me parece que se ha sentado sobre la punta de mi nariz. ¡Ahora! Banderitas cortando el aire, gritos de júbilo, ¡vivas! Y más ¡vivas! La comitiva pasa como un rayo, no se detiene. En el telediario de las tres dan la noticia: Franco está pescando salmón en Asturias. Entonces? ¿De quién era el guante blanco que asomaba por la ventanilla de aquel coche negro y que se dirigía hacia Cazorla para cazar ciervos cebados?
Aquel día de particular acudimos a la escuela con ropa de domingo. Nosotros estábamos emocionados; el pueblo, engalanado. Formamos en el patio del colegio; niños a un lado, niñas a otro. La comitiva, que desfila hacia la entrada del pueblo, la preside el director del colegio, custodiado por los maestros y maestras. Hace frío, tanto que molesta a nuestras piernas desnudas; pantalón corto, apretado para nuestras piernas enflaquecidas. Nos situamos junto al borde de la carretera. Ya están allí los ancianos y ancianas del asilo, con sus ropas menos raídas. La Guardia Civil pone orden a nuestro alboroto. Nos dan una banderita de España. Nos ordenan que la agitemos cuando nos lo señale el sargento Ibáñez. Hace un frío que raspa nuestras orejas; a mi me parece que se ha sentado sobre la punta de mi nariz. ¡Ahora! Banderitas cortando el aire, gritos de júbilo, ¡vivas! Y más ¡vivas! La comitiva pasa como un rayo, no se detiene. En el telediario de las tres dan la noticia: Franco está pescando salmón en Asturias. Entonces? ¿De quién era el guante blanco que asomaba por la ventanilla de aquel coche negro y que se dirigía hacia Cazorla para cazar ciervos cebados?
Relato 439 . 197 palabras
JUAN CARLOS PEREZ LOPEZ
BORMUJOS (SEVILLA) - ESPAÑA
JUAN CARLOS PEREZ LOPEZ
BORMUJOS (SEVILLA) - ESPAÑA
ORTIGAS DE AMOR
Te miras en el azogue del baño, el cristal empañado. Apenas sí te reconoces. Lloras. No sabes cómo has llegado a esa situación. Recuerdas el tiempo en que sus manos dibujaban caricias sobre tu piel. Hoy observas la brusquedad de tu maquillaje, calumniando tu rostro, como arañazos de dolor para disimular lo incalificable. Sorbes tus mocos, escupes tu tristeza. Te sientas al borde de la cama, aún desbaratada. La contemplas con estupor, las sabanas descompuestas, como tus sentimientos. No quieres creer lo que te acaba de suceder, tu amor reducido al silencio bajo la apisonadora de la hostilidad machista. Nunca hubieras imaginado que tu cuerpo fuese tomado al asalto, con violencia y despreció, por aquel que conquistó las emociones saltarinas de tu estómago, ahora reconvertidas en ortigas de amor. Lloras. Enclaustras en tus manos tu cabeza, bombardeada por tus pensamientos desbocados y furiosos. Sollozas, no quieres dejar de hacerlo. Pero lo tienes claro: te marcharás sin mirar atrás, sin maleta alguna. Allí dejarás todo tu amor, reposado sobre los objetos que fueron testigos de vuestra historia. Tus pasos marcarán futuro. Ya pisas con firmeza, sin saberlo aun, el camino que te ha de conducir hacia la esperanza.
Te miras en el azogue del baño, el cristal empañado. Apenas sí te reconoces. Lloras. No sabes cómo has llegado a esa situación. Recuerdas el tiempo en que sus manos dibujaban caricias sobre tu piel. Hoy observas la brusquedad de tu maquillaje, calumniando tu rostro, como arañazos de dolor para disimular lo incalificable. Sorbes tus mocos, escupes tu tristeza. Te sientas al borde de la cama, aún desbaratada. La contemplas con estupor, las sabanas descompuestas, como tus sentimientos. No quieres creer lo que te acaba de suceder, tu amor reducido al silencio bajo la apisonadora de la hostilidad machista. Nunca hubieras imaginado que tu cuerpo fuese tomado al asalto, con violencia y despreció, por aquel que conquistó las emociones saltarinas de tu estómago, ahora reconvertidas en ortigas de amor. Lloras. Enclaustras en tus manos tu cabeza, bombardeada por tus pensamientos desbocados y furiosos. Sollozas, no quieres dejar de hacerlo. Pero lo tienes claro: te marcharás sin mirar atrás, sin maleta alguna. Allí dejarás todo tu amor, reposado sobre los objetos que fueron testigos de vuestra historia. Tus pasos marcarán futuro. Ya pisas con firmeza, sin saberlo aun, el camino que te ha de conducir hacia la esperanza.
Relato 440 . 164 palabras
JORGE SAIZ MINGO
BURGOS - ESPAÑA
JORGE SAIZ MINGO
BURGOS - ESPAÑA
MANUMISIÓN
Aquella mañana el estruendo de las máquinas enmudeció, ni una palabra en el sótano, solo un silencio confuso encastrado en la sevicia típica de cada amanecer. Le extrañó que no le hubieran despertado con el himno nacional como de costumbre. Abrió los párpados por inercia y se palpó el rostro diezmado por las tinieblas. Pasaron varias horas sin órdenes. Algo pasaba detrás de aquel techo salpicado de herrumbre. Oteó el horizonte por los barrotes trenzados que le comunicaban con la penumbra de la calle y vislumbró un mar de piernas desnudas. Entonces percibió una comezón voraz en el intestino, como si el hambre picara con su oficio de dinamitera. Aún le quedaba la esperanza de que surgiera un corrusco de pan engañado con aguachirle, pero la turba congregada en la plaza quebraba el aire con su rugido. Llovía sin apuro y de las nubes se desprendían octavillas columpiadas como plumas de cisne. Era el fin de su esclavitud y se puso a llorar aniñado.
Aquella mañana el estruendo de las máquinas enmudeció, ni una palabra en el sótano, solo un silencio confuso encastrado en la sevicia típica de cada amanecer. Le extrañó que no le hubieran despertado con el himno nacional como de costumbre. Abrió los párpados por inercia y se palpó el rostro diezmado por las tinieblas. Pasaron varias horas sin órdenes. Algo pasaba detrás de aquel techo salpicado de herrumbre. Oteó el horizonte por los barrotes trenzados que le comunicaban con la penumbra de la calle y vislumbró un mar de piernas desnudas. Entonces percibió una comezón voraz en el intestino, como si el hambre picara con su oficio de dinamitera. Aún le quedaba la esperanza de que surgiera un corrusco de pan engañado con aguachirle, pero la turba congregada en la plaza quebraba el aire con su rugido. Llovía sin apuro y de las nubes se desprendían octavillas columpiadas como plumas de cisne. Era el fin de su esclavitud y se puso a llorar aniñado.
Relato 441 . 162 palabras
JORGE SAIZ MINGO
BURGOS - ESPAÑA
JORGE SAIZ MINGO
BURGOS - ESPAÑA
LA MOSCARDA
Cuando nació junto a millones de hermanas su madre le advirtió acerca del mundo y le instruyó en las leyes de la supremacía. Podría domeñar a las demás, construir un ejército alado con el que deslumbrar a los dioses de la carroña, hacerse invencible. Estuvo un tiempo en la escuela más famosa del matadero, pero luego, al regresar al hogar materno, comprendió que no era oro todo lo que relucía. Se le fueron desinflando las agallas cuando presenció la agonía de su progenitora bajo el efecto de un aerosol asesino. Jamás olvidaría su espasmo, su delirio, su ronroneo cada vez más débil hasta que una escoba de pelos gigantes la arrastró hasta una alcantarilla. Al quedarse huérfana buscó la compañía de otros insectos más avejentados creyendo que podría sustituir las enseñanzas por los sentimientos, pero fue en vano, porque debía afrontar el revoloteo a solas, zumbar sin angarillas, cabalgar sobre las corrientes terrales con la elegancia de una mosca de ocho milímetros.
Cuando nació junto a millones de hermanas su madre le advirtió acerca del mundo y le instruyó en las leyes de la supremacía. Podría domeñar a las demás, construir un ejército alado con el que deslumbrar a los dioses de la carroña, hacerse invencible. Estuvo un tiempo en la escuela más famosa del matadero, pero luego, al regresar al hogar materno, comprendió que no era oro todo lo que relucía. Se le fueron desinflando las agallas cuando presenció la agonía de su progenitora bajo el efecto de un aerosol asesino. Jamás olvidaría su espasmo, su delirio, su ronroneo cada vez más débil hasta que una escoba de pelos gigantes la arrastró hasta una alcantarilla. Al quedarse huérfana buscó la compañía de otros insectos más avejentados creyendo que podría sustituir las enseñanzas por los sentimientos, pero fue en vano, porque debía afrontar el revoloteo a solas, zumbar sin angarillas, cabalgar sobre las corrientes terrales con la elegancia de una mosca de ocho milímetros.
Relato 442 . 195 palabras
JORGE SAIZ MINGO
BURGOS - ESPAÑA
JORGE SAIZ MINGO
BURGOS - ESPAÑA
ALBA
Cuando intuía ingenuo que el alba era la primigenia luz del día que surgía antes de salir el sol tendría unos diez años. Ahora, con dieciocho, he asumido que también porta ese nombre la parte final de la labor de un centinela nocturno, es decir, el cuarto que va de cinco a ocho de la mañana. No tengo derecho a quejarme porque esta y la prima, de las ocho a las once de la noche, son las mejores. Luego en el desayuno los colegas se hartarán de contarnos bobadas que juran haber presenciado durante su recorrido, pero ya conocemos de sobra los ensueños que brotan de las esquinas cuando los demás duermen, y por eso nadie se asombrará. De todos modos es maravilloso ver amanecer aunque estés dentro de un lugar sandio y lúgubre como este donde se acuartela un ejército inútil e ignorante. A las siete y media iré al dormitorio del cabo primero, me cuadraré y cuando verifique que está ciertamente levantado, regresaré a buscar al corneta para que suspire con la diana. Detesto ese sonido porque aunque señala el fin de mi vela asimismo supone una puñalada rastrera en mi oído civilizado.
Cuando intuía ingenuo que el alba era la primigenia luz del día que surgía antes de salir el sol tendría unos diez años. Ahora, con dieciocho, he asumido que también porta ese nombre la parte final de la labor de un centinela nocturno, es decir, el cuarto que va de cinco a ocho de la mañana. No tengo derecho a quejarme porque esta y la prima, de las ocho a las once de la noche, son las mejores. Luego en el desayuno los colegas se hartarán de contarnos bobadas que juran haber presenciado durante su recorrido, pero ya conocemos de sobra los ensueños que brotan de las esquinas cuando los demás duermen, y por eso nadie se asombrará. De todos modos es maravilloso ver amanecer aunque estés dentro de un lugar sandio y lúgubre como este donde se acuartela un ejército inútil e ignorante. A las siete y media iré al dormitorio del cabo primero, me cuadraré y cuando verifique que está ciertamente levantado, regresaré a buscar al corneta para que suspire con la diana. Detesto ese sonido porque aunque señala el fin de mi vela asimismo supone una puñalada rastrera en mi oído civilizado.
Relato 443 . 199 palabras
SILVIA OCHOA AYENSA
SORIA - ESPAÑA
SILVIA OCHOA AYENSA
SORIA - ESPAÑA
AUTISMO
La mecedora de cáñamo de la habitación rosada se mecía lentamente gracias a los movimientos desalineados de Elena mientras que su muñeca de trapo parecía cobrar vida sobre sus enclenques brazos. Ese era su día a día. No musitaba ninguna palabra por sus labios agrietados y su mirada se perdía en mundanos universos. Por las noches cuando la luna se reflejaba sobre la ventana aullaba cual lobo. Nadie entendía la actitud desencantada de la joven y muchos crearon leyendas en torno a esa delicada flor. Malas habladurías. Habladurías de incultura. En el colegio tan solo un niño se acercaba a ella y ese niño era Juan ambos compartían cierto dolor; el joven había perdido a sus padres en un accidente de tráfico y desde entonces se acunó al silencio mas sepulcral a imagen y semejanza que Elena. Solo con ella se comunicaba aunque no obtuviera respuesta: el la cogía de la mano, la miraba a los ojos y cuando la joven conseguía sonreír Juan la besaba en las mejillas. Se querían, se amaban en silencio y nadie parecía darse cuenta. En cierto modo eran libres. Una mañana de agosto ambos se replegaron al amor y meses después nació Sofía.
La mecedora de cáñamo de la habitación rosada se mecía lentamente gracias a los movimientos desalineados de Elena mientras que su muñeca de trapo parecía cobrar vida sobre sus enclenques brazos. Ese era su día a día. No musitaba ninguna palabra por sus labios agrietados y su mirada se perdía en mundanos universos. Por las noches cuando la luna se reflejaba sobre la ventana aullaba cual lobo. Nadie entendía la actitud desencantada de la joven y muchos crearon leyendas en torno a esa delicada flor. Malas habladurías. Habladurías de incultura. En el colegio tan solo un niño se acercaba a ella y ese niño era Juan ambos compartían cierto dolor; el joven había perdido a sus padres en un accidente de tráfico y desde entonces se acunó al silencio mas sepulcral a imagen y semejanza que Elena. Solo con ella se comunicaba aunque no obtuviera respuesta: el la cogía de la mano, la miraba a los ojos y cuando la joven conseguía sonreír Juan la besaba en las mejillas. Se querían, se amaban en silencio y nadie parecía darse cuenta. En cierto modo eran libres. Una mañana de agosto ambos se replegaron al amor y meses después nació Sofía.
Relato 444 . 173 palabras
ANGELES RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
GARLITOS (BADAJOZ) - ESPAÑA
ANGELES RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
GARLITOS (BADAJOZ) - ESPAÑA
MUJER
Es difícil conseguir ver una mujer bajo una barba incipiente y una voz varonil, provista de una falda y un bolso en el hombro. Lo aguantas, como soportas cada hormona que tomas con ilusión, viendo como poco a poco va cambiando tu cuerpo. Te torturas en cada sesión de láser para hacer desaparecer el vello, notas como tu voz se aflauta, tus pechos van creciendo, adornas tu pelo con mil enganches, vas buscando en el espejo a esa mujer que siempre has imaginado. Es mi vida, es mi cuerpo, quién me ame a de ser por mi misma. Hoy he tomado una decisión. Me da igual lo que diga mi carnet de identidad. ¿Soy menos mujer por no tener vagina? No se es mujer por tener pechos, no se es mujer por la ropa que lleves, ser mujer no es una cuestión de genitalidad. Ser mujer se lleva en el alma, para ser mujer hay que tener conciencia de serlo, estar orgullosa de serlo.
Me llamo Silvia García de Palma y soy MUJER.
Es difícil conseguir ver una mujer bajo una barba incipiente y una voz varonil, provista de una falda y un bolso en el hombro. Lo aguantas, como soportas cada hormona que tomas con ilusión, viendo como poco a poco va cambiando tu cuerpo. Te torturas en cada sesión de láser para hacer desaparecer el vello, notas como tu voz se aflauta, tus pechos van creciendo, adornas tu pelo con mil enganches, vas buscando en el espejo a esa mujer que siempre has imaginado. Es mi vida, es mi cuerpo, quién me ame a de ser por mi misma. Hoy he tomado una decisión. Me da igual lo que diga mi carnet de identidad. ¿Soy menos mujer por no tener vagina? No se es mujer por tener pechos, no se es mujer por la ropa que lleves, ser mujer no es una cuestión de genitalidad. Ser mujer se lleva en el alma, para ser mujer hay que tener conciencia de serlo, estar orgullosa de serlo.
Me llamo Silvia García de Palma y soy MUJER.
Relato 445 . 198 palabras
ANGELES RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
GARLITOS (BADAJOZ) - ESPAÑA
ANGELES RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
GARLITOS (BADAJOZ) - ESPAÑA
NOTICIAS DE LA MAÑANA
Me dieron una ropa mínima, me pintaron una grotesca máscara. ¿No ves que no quiero que me toques? Este no es mi sitio. Mi cuerpo es mío. ¿Por qué se enfada? No quiero ir con vosotros al cuarto. Está bien, os daré mis razones. ¿A qué viene esa bofetada? No chilléis, así no podéis escucharme. ¿Por qué me insultáis? ¿Qué tengo que aprender? ¿Por qué me rompes la ropa? ¿Por qué me bajas las bragas? No quiero. Aunque me llenes de puñetazos y me golpees. ¿Qué os debo yo? ¿Qué deuda tengo? No voy a pensar, no voy a sentir. Olvido. Oscuridad.
Otra vez ruidos. Son golpes. Vuelven. ¿Por qué tienen que volver? Me haré la dormida. Esta vez no me resistiré. Solo es mi cuerpo, aunque me maten el alma. Pensaré solo en mi casa. Gritos. Se acercan a la puerta. Le dan una patada. Me encojo. Me olvido del dolor. Siento una mano en mi pelo. Es una caricia. Es suave. Me han puesto una manta. Estoy llorando.
NOTICIAS DE LA MAÑANA
"Desarticulada esta madrugada una red que se dedicaba a traer mujeres de otros países, que después de secuestradas, las obligaba a ejercer la prostitución..."
Me dieron una ropa mínima, me pintaron una grotesca máscara. ¿No ves que no quiero que me toques? Este no es mi sitio. Mi cuerpo es mío. ¿Por qué se enfada? No quiero ir con vosotros al cuarto. Está bien, os daré mis razones. ¿A qué viene esa bofetada? No chilléis, así no podéis escucharme. ¿Por qué me insultáis? ¿Qué tengo que aprender? ¿Por qué me rompes la ropa? ¿Por qué me bajas las bragas? No quiero. Aunque me llenes de puñetazos y me golpees. ¿Qué os debo yo? ¿Qué deuda tengo? No voy a pensar, no voy a sentir. Olvido. Oscuridad.
Otra vez ruidos. Son golpes. Vuelven. ¿Por qué tienen que volver? Me haré la dormida. Esta vez no me resistiré. Solo es mi cuerpo, aunque me maten el alma. Pensaré solo en mi casa. Gritos. Se acercan a la puerta. Le dan una patada. Me encojo. Me olvido del dolor. Siento una mano en mi pelo. Es una caricia. Es suave. Me han puesto una manta. Estoy llorando.
NOTICIAS DE LA MAÑANA
"Desarticulada esta madrugada una red que se dedicaba a traer mujeres de otros países, que después de secuestradas, las obligaba a ejercer la prostitución..."
Relato 446 . 63 palabras
LUCIA PRADILLOS LUQUE
MADRID - ESPAÑA
LUCIA PRADILLOS LUQUE
MADRID - ESPAÑA
HUECO
Voy a escribir en el Tiempo frases amargas, fugaces. No es fácil: la tinta languidece y en vez de palabras de advertencia en un suceso, he allí un hueco. ¿Para qué tanto esfuerzo si el resultado es solo un maldito hueco? Querría haber puesto: la libertad se llevará al dolor, sin dolor habrá descanso pero ahora prefiero mil veces una vida sin descanso.
Voy a escribir en el Tiempo frases amargas, fugaces. No es fácil: la tinta languidece y en vez de palabras de advertencia en un suceso, he allí un hueco. ¿Para qué tanto esfuerzo si el resultado es solo un maldito hueco? Querría haber puesto: la libertad se llevará al dolor, sin dolor habrá descanso pero ahora prefiero mil veces una vida sin descanso.
Relato 447 . 107 palabras
CARLOS MENDOZA BONINO
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA - ESPAÑA
CARLOS MENDOZA BONINO
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA - ESPAÑA
OCTAVIO
Llaman a la puerta, que acuda de urgencia. No tiene que pagar el taxi a la otra punta, por el camino esa mujer no termina nunca de llorar, él la consuela, piensa en Octavio y lo pasado juntos, la noticia le pilla tan de repente. Entran al hospital, es en la sexta planta, sube sin tiempo de esperar ascensores y llega sin resuello al cuarto del enfermo. En la cama junto a la ventana agoniza un anciano, la otra está vacía. "Se lo llevaron, llego tarde", piensa. Aparece la mujer, llega asfixiada, "¡Octavio!", grita transida de angustia, y se abalanza sin tiempo sobre la cama del viejo.
Llaman a la puerta, que acuda de urgencia. No tiene que pagar el taxi a la otra punta, por el camino esa mujer no termina nunca de llorar, él la consuela, piensa en Octavio y lo pasado juntos, la noticia le pilla tan de repente. Entran al hospital, es en la sexta planta, sube sin tiempo de esperar ascensores y llega sin resuello al cuarto del enfermo. En la cama junto a la ventana agoniza un anciano, la otra está vacía. "Se lo llevaron, llego tarde", piensa. Aparece la mujer, llega asfixiada, "¡Octavio!", grita transida de angustia, y se abalanza sin tiempo sobre la cama del viejo.
Relato 448 . 200 palabras
EVA CASTRO OUTEIRIÑO
A CORUÑA - ESPAÑA
EVA CASTRO OUTEIRIÑO
A CORUÑA - ESPAÑA
PÁNICO AL CAMBIO
Luciano era un hombre anodino, ni guapo ni feo, ni alto ni bajo, ni listo ni tonto. Se dedicaba a la construcción, su oficio desde los diecisiete años. No se le conocían amigos, ni enemigo alguno. Estaba casado con Clara, una mujer sencilla y risueña que se dedicaba a la costura, al contrario que su marido tenía amistades en el barrio y siempre se la veía feliz.
Una noche no llegó a casa del trabajo. Clara, alarmada, le buscó hasta encontrarle sentado en un banco. Apretaba el puño sin decir palabra. Nada dijo cuando entraron en casa y se derrumbó en el sofá. Transcurrió una hora hasta que empezó a hablar, a la vez que abría el puño y mostraba un papel arrugado:
- Nos tocó la lotería. Nunca juego, compro un mísero boleto y nos tocan mil millones de euros? ¿y ahora?, tendríamos que cambiar de casa, debería dejar el trabajo, ¿y luego a qué me dedico?, sólo sé hacer eso, no tengo amigos, no me gusta viajar?
Clara escuchó en silencio, se levantó lentamente, tomó el boleto de sus manos y rompiéndolo en minúsculos trocitos sonrió y dijo:
- Tienes razón. Nadie lo entendería, pero vivimos mejor así.
Luciano era un hombre anodino, ni guapo ni feo, ni alto ni bajo, ni listo ni tonto. Se dedicaba a la construcción, su oficio desde los diecisiete años. No se le conocían amigos, ni enemigo alguno. Estaba casado con Clara, una mujer sencilla y risueña que se dedicaba a la costura, al contrario que su marido tenía amistades en el barrio y siempre se la veía feliz.
Una noche no llegó a casa del trabajo. Clara, alarmada, le buscó hasta encontrarle sentado en un banco. Apretaba el puño sin decir palabra. Nada dijo cuando entraron en casa y se derrumbó en el sofá. Transcurrió una hora hasta que empezó a hablar, a la vez que abría el puño y mostraba un papel arrugado:
- Nos tocó la lotería. Nunca juego, compro un mísero boleto y nos tocan mil millones de euros? ¿y ahora?, tendríamos que cambiar de casa, debería dejar el trabajo, ¿y luego a qué me dedico?, sólo sé hacer eso, no tengo amigos, no me gusta viajar?
Clara escuchó en silencio, se levantó lentamente, tomó el boleto de sus manos y rompiéndolo en minúsculos trocitos sonrió y dijo:
- Tienes razón. Nadie lo entendería, pero vivimos mejor así.
Relato 449 . 142 palabras
CARLOS MENDOZA BONINO
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA - ESPAÑA
CARLOS MENDOZA BONINO
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA - ESPAÑA
EL PÁJARO
Ya estaba hecho. Miraba a los ojos del pájaro, fijos ahora, el vacío de las pupilas replegándose cada vez más sobre sí mismo hasta aparecer apenas como un punto seco al fondo de las cuencas. De pronto casi le parecía sentir, más que estar viendo, cómo el hueco en los ojos del animal se dilataba todavía después de muerto, volvía a contraerse con la cadencia alucinada del azogue bajo el peso inerte de los párpados para abrirse de nuevo sin transición aparente. Se sentía incómodo, apartó la vista y apretó los dientes. Entonces supo que no había matado nada aquella tarde, y en realidad ninguna otra de todas las tardes hasta aquel instante. Esa certeza lo angustió un segundo. El dorso de sus manos cuajado de vetas azules. "Un pájaro muerto", se dijo, y volvió al vaso de whisky sobre el tapete.
Ya estaba hecho. Miraba a los ojos del pájaro, fijos ahora, el vacío de las pupilas replegándose cada vez más sobre sí mismo hasta aparecer apenas como un punto seco al fondo de las cuencas. De pronto casi le parecía sentir, más que estar viendo, cómo el hueco en los ojos del animal se dilataba todavía después de muerto, volvía a contraerse con la cadencia alucinada del azogue bajo el peso inerte de los párpados para abrirse de nuevo sin transición aparente. Se sentía incómodo, apartó la vista y apretó los dientes. Entonces supo que no había matado nada aquella tarde, y en realidad ninguna otra de todas las tardes hasta aquel instante. Esa certeza lo angustió un segundo. El dorso de sus manos cuajado de vetas azules. "Un pájaro muerto", se dijo, y volvió al vaso de whisky sobre el tapete.
Relato 450 . 96 palabras
ROSA MARIA GARCIA BARJA
SEVILLA - ESPAÑA
ROSA MARIA GARCIA BARJA
SEVILLA - ESPAÑA
BABEL
Cuando llega la noche, se divide la casa en dos campos de batalla.
Muchos días de tregua, de negociaciones, de pactos?.
El matrimonio se había convertido ladrillo a ladrillo en una torre de babel.
La televisión es la frontera divisoria de dos silencios.
De madrugada, la programación patética de una sesión porno.
Del otro lado, la ajada juventud se duele. No puede ni quiere competir.
Habrá una solución para apagar tanto desprecio?.-pensaba-
(Mientras él se come la pantalla, ella vierte un vaso de agua dentro del televisor caldeado)
-La explosión terminó con dos muertos de desamor-
Cuando llega la noche, se divide la casa en dos campos de batalla.
Muchos días de tregua, de negociaciones, de pactos?.
El matrimonio se había convertido ladrillo a ladrillo en una torre de babel.
La televisión es la frontera divisoria de dos silencios.
De madrugada, la programación patética de una sesión porno.
Del otro lado, la ajada juventud se duele. No puede ni quiere competir.
Habrá una solución para apagar tanto desprecio?.-pensaba-
(Mientras él se come la pantalla, ella vierte un vaso de agua dentro del televisor caldeado)
-La explosión terminó con dos muertos de desamor-
Relato 451 . 198 palabras
ROSA MARIA GARCIA BARJA
SEVILLA - ESPAÑA
ROSA MARIA GARCIA BARJA
SEVILLA - ESPAÑA
AMORES DOMÉSTICOS
Llamarle amor me parece exagerado, pero sería injusto si te digo que me es indiferente.
Al fin y al cabo nadie ha compartido mis horas, mis quejas o mis silencios con más neutralidad que ella.
Nadie tan cercano a mi mano ha sabido permanecer firme a pesar de los cambios de mi piel, a veces tirana y fría, a veces mendigando calor.
Mañanas extrañas hasta conocernos, hasta entregarnos sin horarios, hasta sentirnos dueñas en territorios olvidados.
Incluso cuando me sentí repudiada por el espejo, la tuve.
Hoy, mientras hacía los trámites por teléfono con el ayuntamiento y acordaba la hora y el lugar de recogida, cuando ya creí que sería fácil sustituirla, sin el menor asomo de dolor, la empezamos a echar de menos mis rincones y yo, creando un nudo de arraigo exageradamente prieto.
Le da igual si la dejo marchar desnuda o envuelta con lazos de colores, que por otra parte, siendo una idea descabellada, es lo que me apetecería hacer?
Definitivamente no se que aconsejará el protocolo para estos casos. No, no se que ponerme que haga juego con mis ojeras.
Estoy oscuramente guapa.
No quiero desentonar para asistir al entierro de?
Mi vieja fregona.
Llamarle amor me parece exagerado, pero sería injusto si te digo que me es indiferente.
Al fin y al cabo nadie ha compartido mis horas, mis quejas o mis silencios con más neutralidad que ella.
Nadie tan cercano a mi mano ha sabido permanecer firme a pesar de los cambios de mi piel, a veces tirana y fría, a veces mendigando calor.
Mañanas extrañas hasta conocernos, hasta entregarnos sin horarios, hasta sentirnos dueñas en territorios olvidados.
Incluso cuando me sentí repudiada por el espejo, la tuve.
Hoy, mientras hacía los trámites por teléfono con el ayuntamiento y acordaba la hora y el lugar de recogida, cuando ya creí que sería fácil sustituirla, sin el menor asomo de dolor, la empezamos a echar de menos mis rincones y yo, creando un nudo de arraigo exageradamente prieto.
Le da igual si la dejo marchar desnuda o envuelta con lazos de colores, que por otra parte, siendo una idea descabellada, es lo que me apetecería hacer?
Definitivamente no se que aconsejará el protocolo para estos casos. No, no se que ponerme que haga juego con mis ojeras.
Estoy oscuramente guapa.
No quiero desentonar para asistir al entierro de?
Mi vieja fregona.
Relato 452 . 174 palabras
FACUNDO MARTÍN DESIMONE PAVESI
BUENOS AIRES - ARGENTINA
FACUNDO MARTÍN DESIMONE PAVESI
BUENOS AIRES - ARGENTINA
LA FUNCIÓN DE LAS ESPALDAS
Muchos nos hemos preguntado, a través de la historia, y la mesopotamia, por la función de la espaldad en el ser humano. Creo haberla encontrado.
La función de la espalda es la de camuflar, disfrazar. Su significado (de raíces ellánicas) es "mostrar lo que no es".
¿Cuántas veces, por la calle, creemos reconocer a algún conocido (de espaldas), y cuando se da vuelta, es otra persona?
¿Cuántas veces pensamos que una persona tendrá tal o cual aspecto, y esta se da vuelta, y no es como la habíamos presupuesto por los datos que nos brindaba "su espalda"?
Así es; la función de la espalda también es la de "protectora de identidades".
Además sirve para darnos tiempo a reaccionar de la manera más adecuada entre toda la gama de posibilidades en el momento a reaccionar, utilizando ese tiempo que nos brinda para concentrarnos, sincronizando cuerpo y mente para el ataque. Y al darnos vuelta, ¡TRRRRAAAAA-CK!, sacacorchazos en el corazón.
(En algunos países también se la usa como sistema de medida; una espalda, dos espaldas, media?)
Muchos nos hemos preguntado, a través de la historia, y la mesopotamia, por la función de la espaldad en el ser humano. Creo haberla encontrado.
La función de la espalda es la de camuflar, disfrazar. Su significado (de raíces ellánicas) es "mostrar lo que no es".
¿Cuántas veces, por la calle, creemos reconocer a algún conocido (de espaldas), y cuando se da vuelta, es otra persona?
¿Cuántas veces pensamos que una persona tendrá tal o cual aspecto, y esta se da vuelta, y no es como la habíamos presupuesto por los datos que nos brindaba "su espalda"?
Así es; la función de la espalda también es la de "protectora de identidades".
Además sirve para darnos tiempo a reaccionar de la manera más adecuada entre toda la gama de posibilidades en el momento a reaccionar, utilizando ese tiempo que nos brinda para concentrarnos, sincronizando cuerpo y mente para el ataque. Y al darnos vuelta, ¡TRRRRAAAAA-CK!, sacacorchazos en el corazón.
(En algunos países también se la usa como sistema de medida; una espalda, dos espaldas, media?)
Relato 453 . 147 palabras
FACUNDO MARTÍN DESIMONE PAVESI
BUENOS AIRES - ARGENTINA
FACUNDO MARTÍN DESIMONE PAVESI
BUENOS AIRES - ARGENTINA
RECUERDOS DE MABEL
Encantaba al amarillo de las veredas su caminar liviano de franela
Y aquella solemnidad de ideas, gestos y miradas
Que se sucedían unas a otras?
Su seguridad de marfil, arrastrando manzanas de campo a sus espaldas.
Siempre fue una mujer con decisiones doradas; cuando ella ponía el pie, nadie se atrevía a levantar la mano.
La última vez que la ví, fresca como las uvas recién separadas de la vid por dedos de gasa, sus proyectos y deseos llenaban ya suficientes canastas de mimbre como para cambiar el mundo. Tan solo 21 años contaba su cuerpo. Pero su alma debió haber crecido bastante más por su cuenta, en esos tiempos, haciendo caso omiso de su cuerpo, en el cual habitaban 13 novelas de amor, 4 historias de mar, 3 poemarios completos, y algún que otro ensayo sobre quien sabe qué.
Sus sonrisas están grabadas en mi sangre.
Encantaba al amarillo de las veredas su caminar liviano de franela
Y aquella solemnidad de ideas, gestos y miradas
Que se sucedían unas a otras?
Su seguridad de marfil, arrastrando manzanas de campo a sus espaldas.
Siempre fue una mujer con decisiones doradas; cuando ella ponía el pie, nadie se atrevía a levantar la mano.
La última vez que la ví, fresca como las uvas recién separadas de la vid por dedos de gasa, sus proyectos y deseos llenaban ya suficientes canastas de mimbre como para cambiar el mundo. Tan solo 21 años contaba su cuerpo. Pero su alma debió haber crecido bastante más por su cuenta, en esos tiempos, haciendo caso omiso de su cuerpo, en el cual habitaban 13 novelas de amor, 4 historias de mar, 3 poemarios completos, y algún que otro ensayo sobre quien sabe qué.
Sus sonrisas están grabadas en mi sangre.
Relato 454 . 117 palabras
FACUNDO MARTÍN DESIMONE PAVESI
BUENOS AIRES - ARGENTINA
FACUNDO MARTÍN DESIMONE PAVESI
BUENOS AIRES - ARGENTINA
DEL LIMÓN QUE CAE A TIERRA
Esto, realmente, parece una despedida, mi belleza de fuego lunar. Que horrible; ¡Como se llana el corazón de dolor cuando lo obligan a uno a olvidarse de alguien que quiere!
Ya no me escondo. Tan solo me voy con la cabeza marchita entre las ramas, te susurro un dulce "adiós" en tus oídos de nube crepuscular, y cargo la chispa de mi última mirada, contemplando entero el conjunto de tu ser, con mis mejores deseos, para que un día, quizás, puedan ayudarte a encontrar la paz, la dicha, y una cajita roja atiborrada de sonrisas.
Con la reverencia más humilde y cortes, te saludo, mi princesa.
Tal vez el destino quiera, que algún día volvamos a vernos.
Esto, realmente, parece una despedida, mi belleza de fuego lunar. Que horrible; ¡Como se llana el corazón de dolor cuando lo obligan a uno a olvidarse de alguien que quiere!
Ya no me escondo. Tan solo me voy con la cabeza marchita entre las ramas, te susurro un dulce "adiós" en tus oídos de nube crepuscular, y cargo la chispa de mi última mirada, contemplando entero el conjunto de tu ser, con mis mejores deseos, para que un día, quizás, puedan ayudarte a encontrar la paz, la dicha, y una cajita roja atiborrada de sonrisas.
Con la reverencia más humilde y cortes, te saludo, mi princesa.
Tal vez el destino quiera, que algún día volvamos a vernos.
Relato 455 . 199 palabras
JUANA CIUDAD PIZARRO
SALAMANCA - ESPAÑA
JUANA CIUDAD PIZARRO
SALAMANCA - ESPAÑA
ZOOMORFISMO
Soy zoólogo, aunque no sé si es por eso por lo que suelo ver en las personas rasgos de algún animal. Cuento entre mis conocidos con un conejo, asomando dos dientes en su hociquillo temblón; con una gallina, que subraya sus frases con rápidos movimientos de cabeza; y con una gata, a la que he elegido como amante porque me gustan sus posturas inverosímiles, su silencioso caminar, su independencia y cómo me espera sin impacientarse, disimulando incluso, aparentando que también es feliz sin mí.
Esto puede parecer divertido. Sí, a mí siempre me divirtió buscar similitudes entre las personas y los animales, que las hay, desde luego, pero todo cambió cuando llegó a la oficina Olivio, la hiena. Me hace la vida imposible. Me vigila desde cualquier esquina y su risa burlona llena de malos instintos me persigue allá donde voy.
Sí, también tiene los cuartos traseros caídos y la piel opaca y manchada, entre pía y pecosa. Pero es su sonrisa sarcástica lo que hace aflorar en mí los peores instintos. Cuando me sonríe, me rasco la melena, afilo mis garras, lanzo un leve rugido girando la cabeza y me falta poco para lanzarme sobre él y devorarle.
Soy zoólogo, aunque no sé si es por eso por lo que suelo ver en las personas rasgos de algún animal. Cuento entre mis conocidos con un conejo, asomando dos dientes en su hociquillo temblón; con una gallina, que subraya sus frases con rápidos movimientos de cabeza; y con una gata, a la que he elegido como amante porque me gustan sus posturas inverosímiles, su silencioso caminar, su independencia y cómo me espera sin impacientarse, disimulando incluso, aparentando que también es feliz sin mí.
Esto puede parecer divertido. Sí, a mí siempre me divirtió buscar similitudes entre las personas y los animales, que las hay, desde luego, pero todo cambió cuando llegó a la oficina Olivio, la hiena. Me hace la vida imposible. Me vigila desde cualquier esquina y su risa burlona llena de malos instintos me persigue allá donde voy.
Sí, también tiene los cuartos traseros caídos y la piel opaca y manchada, entre pía y pecosa. Pero es su sonrisa sarcástica lo que hace aflorar en mí los peores instintos. Cuando me sonríe, me rasco la melena, afilo mis garras, lanzo un leve rugido girando la cabeza y me falta poco para lanzarme sobre él y devorarle.
Relato 456 . 163 palabras
MARIAN ZAITEGI DE MIGUEL
BILBAO - ESPAÑA
MARIAN ZAITEGI DE MIGUEL
BILBAO - ESPAÑA
LA RECOMENDACIÓN
Aquellas botas altas que daban paso a unos muslos bien torneados coronados por una minifalda de raso negro, cruzaron por delante de la barra y descansaron al fondo sobre un alto taburete. Poco a poco Carmen se quitó el chaquetón y se dejó observar sintiendo cierta sensación de poder en su interior.
La imagen de ese cuerpo de mujer quedó grabada en la retina de todos los jefes y jefecillos de la zona que a esa hora tomaban el primer café de la mañana. Las bobaliconas sonrisas dejaban al descubierto el deseo de aquellos pequeños reyezuelos.
Una hora después Carmen, licenciada en derecho, master en relaciones internacionales, con dominio de francés e inglés sale entusiasmada de una de las oficinas que rodean la plaza. Por fin después de muchos meses pateándose la ciudad y presentando curriculums había encontrado un trabajo, y todo gracias al cursillo de cinco horas "técnicas para encontrar trabajo rapidamente" que un amigo experto en relaciones laborales le había recomendado.
Aquellas botas altas que daban paso a unos muslos bien torneados coronados por una minifalda de raso negro, cruzaron por delante de la barra y descansaron al fondo sobre un alto taburete. Poco a poco Carmen se quitó el chaquetón y se dejó observar sintiendo cierta sensación de poder en su interior.
La imagen de ese cuerpo de mujer quedó grabada en la retina de todos los jefes y jefecillos de la zona que a esa hora tomaban el primer café de la mañana. Las bobaliconas sonrisas dejaban al descubierto el deseo de aquellos pequeños reyezuelos.
Una hora después Carmen, licenciada en derecho, master en relaciones internacionales, con dominio de francés e inglés sale entusiasmada de una de las oficinas que rodean la plaza. Por fin después de muchos meses pateándose la ciudad y presentando curriculums había encontrado un trabajo, y todo gracias al cursillo de cinco horas "técnicas para encontrar trabajo rapidamente" que un amigo experto en relaciones laborales le había recomendado.
Relato 457 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 458 . 195 palabras
LUISA FERNANDA RODRÍGUEZ LARA.
CIUDAD REAL - ESPAÑA
LUISA FERNANDA RODRÍGUEZ LARA.
CIUDAD REAL - ESPAÑA
POLÍGONO HEXAGONAL.
Manzanares sedentario ha cogido posiciones en una silla, asiento réplica de los otros muchos. No olvidó ponerse su camisa rayada a cuadros. Aquí está, rostro tostado: las tostadas mañaneras las dejó sobre la mesa por pura pereza. El estómago y sus borborigmos le delatan. Cansado frente a mí. Con su mano curtida se acaricia-frota la rodilla derecha.
Manuel medita a su izquierda, ojos encontrados en un capricho del destino. El verde lo viste, borda el silencio, casi desaparece?
Martín lee el "Marca", deportivas blancas a sus pies como musulmanes ante el "mihrab". No ha ganado la última quiniela, apenas nos ve. No truena, no traga. Atrofia total.
Mercedes susurra algo a su acompañante, Gregorio, ¿esposo y amado fiel? Sostiene la jamba de la puerta con su enjuta permanente. Entrará después.
María oye el "nolencio" de la música que para ella no tiene precio. Aislada: de azul turquesa y bambú.
Menda, inquieta, ¿qué es quietud? También espero mientras reposo a la sombra para llegar a la luz. ¡Ojalá salga del seno de su consulta el extirpador que no me asusta y me nombre primero! Cercenada la lengua, no oigo, ni veo, no huelo ni siquiera parpadeo.
Manzanares sedentario ha cogido posiciones en una silla, asiento réplica de los otros muchos. No olvidó ponerse su camisa rayada a cuadros. Aquí está, rostro tostado: las tostadas mañaneras las dejó sobre la mesa por pura pereza. El estómago y sus borborigmos le delatan. Cansado frente a mí. Con su mano curtida se acaricia-frota la rodilla derecha.
Manuel medita a su izquierda, ojos encontrados en un capricho del destino. El verde lo viste, borda el silencio, casi desaparece?
Martín lee el "Marca", deportivas blancas a sus pies como musulmanes ante el "mihrab". No ha ganado la última quiniela, apenas nos ve. No truena, no traga. Atrofia total.
Mercedes susurra algo a su acompañante, Gregorio, ¿esposo y amado fiel? Sostiene la jamba de la puerta con su enjuta permanente. Entrará después.
María oye el "nolencio" de la música que para ella no tiene precio. Aislada: de azul turquesa y bambú.
Menda, inquieta, ¿qué es quietud? También espero mientras reposo a la sombra para llegar a la luz. ¡Ojalá salga del seno de su consulta el extirpador que no me asusta y me nombre primero! Cercenada la lengua, no oigo, ni veo, no huelo ni siquiera parpadeo.
Relato 459 . 197 palabras
LUISA FERNANDA RODRÍGUEZ LARA.
CIUDAD REAL - ESPAÑA
LUISA FERNANDA RODRÍGUEZ LARA.
CIUDAD REAL - ESPAÑA
PARADOJAS COJAS.
Hoy he madrugado por casualidad aunque no por eso ha amanecido un día prematuro.
Me he vestido a ritmo de vaivén de vals vienés, con la lentitud apagada de una morosidad apremiante, aunque persisto en cueros. Pese a todo sigo con las prisas y sé que ya no llego.
Me casé con un mirlo blanco. Ahora me doy cuenta de que no es una especie en extinción. Que digan lo que quieran, yo me quedo con mi pájaro en mano, lo de arriesgar y ganar se lo dejo al prójimo.
Pasé al baño con un retortijón de jorobas, no debo ser bicho malo aunque de algo muera, pero tampoco hay mal que cien años dure. Desayuno con? salicilato de bismuto, ¡qué remedio y que susto! Cuento con que no hay mal que cien años dure. Yo no los aguantaría. Me moriría, y cantando, como que nací chicharra, no obstante la gente desvía.
Me miré al espejo. Se rompió. ¡Debo tener un alma negra!
Me apellido Pérez, pero no soy hijo de la "Pereza".
¡Zapatero a tus zapatos! No obstante es de sabios rectificar.
Y como cae más rápido un charlatán que un cojo, callo, aunque no otorgo.
Hoy he madrugado por casualidad aunque no por eso ha amanecido un día prematuro.
Me he vestido a ritmo de vaivén de vals vienés, con la lentitud apagada de una morosidad apremiante, aunque persisto en cueros. Pese a todo sigo con las prisas y sé que ya no llego.
Me casé con un mirlo blanco. Ahora me doy cuenta de que no es una especie en extinción. Que digan lo que quieran, yo me quedo con mi pájaro en mano, lo de arriesgar y ganar se lo dejo al prójimo.
Pasé al baño con un retortijón de jorobas, no debo ser bicho malo aunque de algo muera, pero tampoco hay mal que cien años dure. Desayuno con? salicilato de bismuto, ¡qué remedio y que susto! Cuento con que no hay mal que cien años dure. Yo no los aguantaría. Me moriría, y cantando, como que nací chicharra, no obstante la gente desvía.
Me miré al espejo. Se rompió. ¡Debo tener un alma negra!
Me apellido Pérez, pero no soy hijo de la "Pereza".
¡Zapatero a tus zapatos! No obstante es de sabios rectificar.
Y como cae más rápido un charlatán que un cojo, callo, aunque no otorgo.
Relato 460 . 134 palabras
MARÍA MOSQUERA LEAL
BARCELONA - ESPAÑA
MARÍA MOSQUERA LEAL
BARCELONA - ESPAÑA
ENREDANDO EL TIEMPO
Ella quería agarrar el tiempo con las manos e intentar alargarlo estirándolo. Ella quería agarrar el tiempo para coger bien fuerte el principio de su vida, luego el final y mezclar momentos y sensaciones. Así evitaría sufrir, o enamorarse de la persona equivocada o no haber cometido locuras. Ella quería saber cómo se hacía para no envejecer, para andar por la vida siendo siempre joven, pero conseguir ser sabia como cuando eres vieja en algunos momentos. Ella quería conocer los secretos de la vida con 12 años y tener espíritu adolescente en los últimos momentos.
Y de tanto pensar, no consiguió nada.
Ni al principio, ni al final.
Ni de niña ni de vieja.
Ni antes ni después.
Y de tanto pensar, consiguió todo lo contrario. La vida se le escapó de las manos.
Ella quería agarrar el tiempo con las manos e intentar alargarlo estirándolo. Ella quería agarrar el tiempo para coger bien fuerte el principio de su vida, luego el final y mezclar momentos y sensaciones. Así evitaría sufrir, o enamorarse de la persona equivocada o no haber cometido locuras. Ella quería saber cómo se hacía para no envejecer, para andar por la vida siendo siempre joven, pero conseguir ser sabia como cuando eres vieja en algunos momentos. Ella quería conocer los secretos de la vida con 12 años y tener espíritu adolescente en los últimos momentos.
Y de tanto pensar, no consiguió nada.
Ni al principio, ni al final.
Ni de niña ni de vieja.
Ni antes ni después.
Y de tanto pensar, consiguió todo lo contrario. La vida se le escapó de las manos.
Relato 461 . 29 palabras
GUILLERMO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
MADRIDEJOS (TOLEDO) - ESPAÑA
GUILLERMO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
MADRIDEJOS (TOLEDO) - ESPAÑA
GENOCIDIO
Adán, tras despertar de aquel sueño inquietante, vio un hueso curvo y afilado a su lado, y presa del terror a lo desconocido lo machacó violentamente contra la piedra.
Adán, tras despertar de aquel sueño inquietante, vio un hueso curvo y afilado a su lado, y presa del terror a lo desconocido lo machacó violentamente contra la piedra.
Relato 462 . 200 palabras
ANGELES JANEIRO ALZUETA
LUGO DE LLANERA (ASTURIAS) - ESPAÑA
ANGELES JANEIRO ALZUETA
LUGO DE LLANERA (ASTURIAS) - ESPAÑA
EL REGALO
Norman vino a buscarme una noche a pesar de que hacía meses que habíamos roto.
Bajo su brazo traía un paquete para mí que casi tuvo que rogarme que aceptara. Me pareció tan patética su forma de suplicar que lo acepté a pesar de no estar segura de estar haciendo lo correcto, pero la curiosidad pudo más que la razón y consentí quedármelo. No podría explicar la expresión de su cara cuando al fin lo tomé entre mis manos.
Me sorprendí al desenvolverlo y ver que se trataba de un libro, Norman nunca leía y sabia que yo tampoco le dedicaba mucho tiempo.
Se titulaba "el espejo" y en cuanto lo cogí enseguida vi mi cara reflejada en sus tapas plateadas, como si yo fuera la protagonista indiscutible de su historia.
Lo abrí y comencé a leerlo. Las horas pasaron rápidamente.
Sin pretenderlo quedé atrapada entre sus páginas y como en un sueño perfecto el argumento me absorbió hasta que sin saber como empecé formar parte del papel escrito.
Desde su interior podía ver a Norman abrazándome y riendo al verme presa en la cárcel que me había regalado.
La trampa funcionó.
Mi voluntad quedó al otro lado del espejo.
Norman vino a buscarme una noche a pesar de que hacía meses que habíamos roto.
Bajo su brazo traía un paquete para mí que casi tuvo que rogarme que aceptara. Me pareció tan patética su forma de suplicar que lo acepté a pesar de no estar segura de estar haciendo lo correcto, pero la curiosidad pudo más que la razón y consentí quedármelo. No podría explicar la expresión de su cara cuando al fin lo tomé entre mis manos.
Me sorprendí al desenvolverlo y ver que se trataba de un libro, Norman nunca leía y sabia que yo tampoco le dedicaba mucho tiempo.
Se titulaba "el espejo" y en cuanto lo cogí enseguida vi mi cara reflejada en sus tapas plateadas, como si yo fuera la protagonista indiscutible de su historia.
Lo abrí y comencé a leerlo. Las horas pasaron rápidamente.
Sin pretenderlo quedé atrapada entre sus páginas y como en un sueño perfecto el argumento me absorbió hasta que sin saber como empecé formar parte del papel escrito.
Desde su interior podía ver a Norman abrazándome y riendo al verme presa en la cárcel que me había regalado.
La trampa funcionó.
Mi voluntad quedó al otro lado del espejo.
Relato 463 . 197 palabras
CARMEN VALLADOLID BENÍTEZ
SEVILLA - ESPAÑA
CARMEN VALLADOLID BENÍTEZ
SEVILLA - ESPAÑA
MULTITUD DE REINOS
Soy la hormiga Serafina y siempre voy en bicicleta. Lo que más me gusta del mundo es pasear sin hacer nada, pero nací hormiga y no tengo vacaciones.
Me apunté a una lista de bichos que quieren ser otras cosas. Un médico muy famoso te transforma en lo que quieras. He pensado en qué quiero convertirme. Es difícil dejar de ser para ser otra cosa. Yo no conozco cómo es la vida del pobre gusano. Sólo sé que se arrastra y debe dolerle la barriga.
Serafina? - me digo - ¿lo has pensado bien?
Mi amigo el saltamontes antes era cucaracha. Se cansó de pisotones. Ahora disfruta dando saltos.
La vida es sorprendente.
Hoy recibí una carta donde dice que el Doctor se cansó de operaciones, se aplicó a sí mismo el tratamiento y quiso ser una serpiente. Lo vieron salir de la máquina, lustroso y optimista. Con su cabeza empinada todos entendieron: "Hasta pronto"
Su secretaria llora sin consuelo. Rompió la máquina al salir y era la siguiente. Se había enamorado de una lagartija. Quería unirse a su especie.
Soy la hormiga Serafina y siempre iré en bicicleta. Pero nunca seré la misma que antes de este episodio.
Soy la hormiga Serafina y siempre voy en bicicleta. Lo que más me gusta del mundo es pasear sin hacer nada, pero nací hormiga y no tengo vacaciones.
Me apunté a una lista de bichos que quieren ser otras cosas. Un médico muy famoso te transforma en lo que quieras. He pensado en qué quiero convertirme. Es difícil dejar de ser para ser otra cosa. Yo no conozco cómo es la vida del pobre gusano. Sólo sé que se arrastra y debe dolerle la barriga.
Serafina? - me digo - ¿lo has pensado bien?
Mi amigo el saltamontes antes era cucaracha. Se cansó de pisotones. Ahora disfruta dando saltos.
La vida es sorprendente.
Hoy recibí una carta donde dice que el Doctor se cansó de operaciones, se aplicó a sí mismo el tratamiento y quiso ser una serpiente. Lo vieron salir de la máquina, lustroso y optimista. Con su cabeza empinada todos entendieron: "Hasta pronto"
Su secretaria llora sin consuelo. Rompió la máquina al salir y era la siguiente. Se había enamorado de una lagartija. Quería unirse a su especie.
Soy la hormiga Serafina y siempre iré en bicicleta. Pero nunca seré la misma que antes de este episodio.
Relato 464 . 120 palabras
RAIMUNDO NENEN VILLARROEL
OLMUÉ, CHILE.
RAIMUNDO NENEN VILLARROEL
OLMUÉ, CHILE.
BOA
Dijo que su hermana es geóloga e investiga la selva, luego tomó un sorbo de ron. Prosiguió: la acompañan otros trabajadores. Nunca dijo para qué hacían las investigaciones ni exactamente de que trataban. Pero dijo que un trabajador desapareció.
Y vimos una boa en un árbol. Vimos su panza sospechosa, los indios la abrieron: y ahí estaba el casco y los zapatos y su cuerpo, una baba informe. Nos sorprendimos. ¡Qué increíble! ¿Cómo se mete un viejo entero en la panza? Otro que encontró una boa partida en dos, que explotó por zarparse un cocodrilo.
Es que se dilata, dijo otra risueña. Dilata sus labios, dijo otra maliciosa. Se dilata? un sorbo de ron. Se dilata como una madre, concluyó.
Dijo que su hermana es geóloga e investiga la selva, luego tomó un sorbo de ron. Prosiguió: la acompañan otros trabajadores. Nunca dijo para qué hacían las investigaciones ni exactamente de que trataban. Pero dijo que un trabajador desapareció.
Y vimos una boa en un árbol. Vimos su panza sospechosa, los indios la abrieron: y ahí estaba el casco y los zapatos y su cuerpo, una baba informe. Nos sorprendimos. ¡Qué increíble! ¿Cómo se mete un viejo entero en la panza? Otro que encontró una boa partida en dos, que explotó por zarparse un cocodrilo.
Es que se dilata, dijo otra risueña. Dilata sus labios, dijo otra maliciosa. Se dilata? un sorbo de ron. Se dilata como una madre, concluyó.
Relato 465 . 15 palabras
RAIMUNDO NENEN VILLARROEL
OLMUÉ, CHILE.
RAIMUNDO NENEN VILLARROEL
OLMUÉ, CHILE.
LA CAPERUCITA Y EL LOBO.
Y se la comió. Y fueron intensamente felices por toda la profundidad de ese instante.
Y se la comió. Y fueron intensamente felices por toda la profundidad de ese instante.
Relato 466 . 127 Palabras
RAIMUNDO NENEN VILLARROEL
OLMUÉ, CHILE.
RAIMUNDO NENEN VILLARROEL
OLMUÉ, CHILE.
UNA BRUJA Y DOS ESCOBAS
Estuvimos toda la tarde quemando yerba y coqueteando. Jugando como niños que aún no aprenden el temor a Dios, siquiera al Padre. Como hermanos que se aman y no sienten vergüenza de su locura y su tontera. Foolness. Caos informe.
Cayó la noche y seguimos fumando y riendo y quisimos acostarnos, pero no teníamos sueño. "Yo al medio", dijo voluptuosa y cruel como sus carcajadas. Yo le acariciaba la vulva por entre las nalgas y ella se mojaba y serpenteaba. Ella le tomó la mano y él tomo su impulso afirmándose de sus pies.
Pero aunque teníamos al diablo agarrado de la cola, se nos escapó. Y Dios Padre llegó con el amanecer para alumbrar el silencio y un cenicero robado de Casa & Ideas rebalsado de cucarachas.
Estuvimos toda la tarde quemando yerba y coqueteando. Jugando como niños que aún no aprenden el temor a Dios, siquiera al Padre. Como hermanos que se aman y no sienten vergüenza de su locura y su tontera. Foolness. Caos informe.
Cayó la noche y seguimos fumando y riendo y quisimos acostarnos, pero no teníamos sueño. "Yo al medio", dijo voluptuosa y cruel como sus carcajadas. Yo le acariciaba la vulva por entre las nalgas y ella se mojaba y serpenteaba. Ella le tomó la mano y él tomo su impulso afirmándose de sus pies.
Pero aunque teníamos al diablo agarrado de la cola, se nos escapó. Y Dios Padre llegó con el amanecer para alumbrar el silencio y un cenicero robado de Casa & Ideas rebalsado de cucarachas.
Relato 467 . 183 Palabras
JESÚS JIMÉNEZ REINALDO
RIVAS VACIAMADRID (MADRID) - ESPAÑA
JESÚS JIMÉNEZ REINALDO
RIVAS VACIAMADRID (MADRID) - ESPAÑA
26 DE ABRIL DE 1937
Le obsesionaba el caballo nuevo. Lo había comprado en la feria de ganado; nada más verlo se había dicho que aquel animal estaba hecho para él, para acompañarle el resto de su vida. Y aunque había pagado un precio abusivo, no se había sentido capaz de renunciar por unas monedas, como si sus existencias estuviesen ligadas por un pincel finísimo que los manejaba a los dos.
Suavemente, su mujer le riñó. Era un caballo hermoso y esperaba que fuera lo suficientemente fuerte. Pero no alcanzaba a comprender el porqué de la vela de su marido, las noches que se pasaba en blanco en el establo, observando al cuadrúpedo bajo la lámpara. Se acostaba sola, sintiendo fría la cama, notando de vez en cuando ligerísimos grises en la noche.
En blanco y negro. Tardó en ser consciente de que el estruendo no pertenecía a sus sueños.
La cabeza del caballo y la de su marido habían sido dibujadas por la explosión. Sus ojos fueron el fuego que vio Picasso para dar expresión a los muertos, para denunciar el horror de aquel amanecer en Guernica.
Le obsesionaba el caballo nuevo. Lo había comprado en la feria de ganado; nada más verlo se había dicho que aquel animal estaba hecho para él, para acompañarle el resto de su vida. Y aunque había pagado un precio abusivo, no se había sentido capaz de renunciar por unas monedas, como si sus existencias estuviesen ligadas por un pincel finísimo que los manejaba a los dos.
Suavemente, su mujer le riñó. Era un caballo hermoso y esperaba que fuera lo suficientemente fuerte. Pero no alcanzaba a comprender el porqué de la vela de su marido, las noches que se pasaba en blanco en el establo, observando al cuadrúpedo bajo la lámpara. Se acostaba sola, sintiendo fría la cama, notando de vez en cuando ligerísimos grises en la noche.
En blanco y negro. Tardó en ser consciente de que el estruendo no pertenecía a sus sueños.
La cabeza del caballo y la de su marido habían sido dibujadas por la explosión. Sus ojos fueron el fuego que vio Picasso para dar expresión a los muertos, para denunciar el horror de aquel amanecer en Guernica.
Relato 468 . 199 Palabras
SILVIA OCHOA AYENSA
SORIA - ESPAÑA
SILVIA OCHOA AYENSA
SORIA - ESPAÑA
NISIO
Nisio pernoctaba todas las noches en los nichos vacios del cementerio de un pueblo riojano. La luna era la única que en ocasiones acompañaba las noches de aquel hombre. No le importaba para nada descansar junto a los cuerpos pútridos; él era parte de aquella sociedad silenciosa que se aislaba del mundo con el fin de descansar. No aguantaba los desaires de los vivos. Su locura se debía a las habladurías y a las sentencias del pueblo y eso que ¡no era una autoridad! Por el día hacia de enterrador para los vecinos y en fiestas se dedicaba a hacer prácticamente de juglar burlesco; pues se vestía con el toro de fuego y corría por las callejuelas con el fin de divertir a niños y mayores y en otras ocasiones lanzaba cohetes al mundano cielo azul. Una mañana de primavera Laura se llevó un buen susto cuando fue a visitar a su difunto marido al cementerio, pues escuchó los sonidos provenientes de unos quejidos que se anunciaban en el interior del nicho; su incultura le hizo creer que se trataba de su marido que la acusaba de haberse dado a la buena vida con otro hombre. Se volvió loca.
Nisio pernoctaba todas las noches en los nichos vacios del cementerio de un pueblo riojano. La luna era la única que en ocasiones acompañaba las noches de aquel hombre. No le importaba para nada descansar junto a los cuerpos pútridos; él era parte de aquella sociedad silenciosa que se aislaba del mundo con el fin de descansar. No aguantaba los desaires de los vivos. Su locura se debía a las habladurías y a las sentencias del pueblo y eso que ¡no era una autoridad! Por el día hacia de enterrador para los vecinos y en fiestas se dedicaba a hacer prácticamente de juglar burlesco; pues se vestía con el toro de fuego y corría por las callejuelas con el fin de divertir a niños y mayores y en otras ocasiones lanzaba cohetes al mundano cielo azul. Una mañana de primavera Laura se llevó un buen susto cuando fue a visitar a su difunto marido al cementerio, pues escuchó los sonidos provenientes de unos quejidos que se anunciaban en el interior del nicho; su incultura le hizo creer que se trataba de su marido que la acusaba de haberse dado a la buena vida con otro hombre. Se volvió loca.
Relato 469 . 199 Palabras
SILVIA OCHOA AYENSA
SORIA - ESPAÑA
SILVIA OCHOA AYENSA
SORIA - ESPAÑA
PARANOIA
Laura preparó su mente y su delicado cuerpo antes de lanzarse a las vías del tren de cercanías; el cielo lloraba lágrimas saladas a causa del desconsuelo que le producía dicha joven y los transeúntes ni siquiera se fijaban en ella aunque respiraran la misma incertidumbre. De pronto el teléfono Sony Ericsson K610i de Laura sonó con fuerza; la joven con las manos sudorosas y el pecho palpitante sacó el teléfono del bolsillo y resopló con fuerza antes de descifrar en la pantalla a quien pertenecía la llamada. Bip, bip. Cuando sus pupilas se pusieron a ello descubrió que no era quien pensaba y dejó que el móvil siguiese sonando en el bolsillo de su pantalón hasta que la persona que la llamaba se hartara. Con la mirada triste y una lágrima deslizándose por sus ojos verdes se dirigió peligrosamente hacia las vías del tren- que ya esperaban incomodas aquel trágico incidente-. El tren ya se acercaba por la lejanía aullando su presencia, fue entonces cuando la joven se disponía a tirarse cuando sintió que unas manos fuertes la sujetaban. No tuvo tiempo de reaccionar y por lo tanto se dejo llevar; Álvaro la beso y el tiempo paró.
Laura preparó su mente y su delicado cuerpo antes de lanzarse a las vías del tren de cercanías; el cielo lloraba lágrimas saladas a causa del desconsuelo que le producía dicha joven y los transeúntes ni siquiera se fijaban en ella aunque respiraran la misma incertidumbre. De pronto el teléfono Sony Ericsson K610i de Laura sonó con fuerza; la joven con las manos sudorosas y el pecho palpitante sacó el teléfono del bolsillo y resopló con fuerza antes de descifrar en la pantalla a quien pertenecía la llamada. Bip, bip. Cuando sus pupilas se pusieron a ello descubrió que no era quien pensaba y dejó que el móvil siguiese sonando en el bolsillo de su pantalón hasta que la persona que la llamaba se hartara. Con la mirada triste y una lágrima deslizándose por sus ojos verdes se dirigió peligrosamente hacia las vías del tren- que ya esperaban incomodas aquel trágico incidente-. El tren ya se acercaba por la lejanía aullando su presencia, fue entonces cuando la joven se disponía a tirarse cuando sintió que unas manos fuertes la sujetaban. No tuvo tiempo de reaccionar y por lo tanto se dejo llevar; Álvaro la beso y el tiempo paró.
Relato 470 . 196 palabras
MARTA TORRECILLA PARRA
PRIEGO (CUENCA) - ESPAÑA
MARTA TORRECILLA PARRA
PRIEGO (CUENCA) - ESPAÑA
ALMAS "GEMELAS"
Quiero acabar con todo esto de una vez.
Está jugando conmigo.
Parece conocerme perfectamente.
Me ha seguido hasta casa, me ha arrastrado hasta aquí.
Lleva una guadaña y todo.
Cuando la miro veo en ella mis ojos, mientras ella sonríe socarronamente. Disfruta acorralándome como si fuese un ratón.
Ella avanza hacia a mí.
Tengo detrás una carretera muy transitada.
Tres coches los que me pasan por encima.
Lo último que recuerdo son los faros, el dolor y la oscuridad.
Sobrevivo.
Cuando consigo recuperarme, un policía me lleva a la cárcel.
Pregunto de qué se me acusa.
Quintuple asesinato con ensañamiento.
No pude evitar echarme a reír.
Cuando me vi encerrada me creí que todo esto iba en serio.
Les expliqué lo sucedido omitiendo el detalle de la guadaña. Por suerte, me creyeron y buscaron mi nombre y mis apellidos en los ficheros.
Me habían confundido con una asesina.
Normal.
El parecido entre nosotras era enorme, gemelas idénticas y aún seguiría en chirona si no la hubieran cogido por un delito menor y nuestras huellas no coincidían.
Me soltaron.
Con esto aprendí dos cosas: todos tenemos un gemelo y nunca se sabe qué hará con tu cara....
Quiero acabar con todo esto de una vez.
Está jugando conmigo.
Parece conocerme perfectamente.
Me ha seguido hasta casa, me ha arrastrado hasta aquí.
Lleva una guadaña y todo.
Cuando la miro veo en ella mis ojos, mientras ella sonríe socarronamente. Disfruta acorralándome como si fuese un ratón.
Ella avanza hacia a mí.
Tengo detrás una carretera muy transitada.
Tres coches los que me pasan por encima.
Lo último que recuerdo son los faros, el dolor y la oscuridad.
Sobrevivo.
Cuando consigo recuperarme, un policía me lleva a la cárcel.
Pregunto de qué se me acusa.
Quintuple asesinato con ensañamiento.
No pude evitar echarme a reír.
Cuando me vi encerrada me creí que todo esto iba en serio.
Les expliqué lo sucedido omitiendo el detalle de la guadaña. Por suerte, me creyeron y buscaron mi nombre y mis apellidos en los ficheros.
Me habían confundido con una asesina.
Normal.
El parecido entre nosotras era enorme, gemelas idénticas y aún seguiría en chirona si no la hubieran cogido por un delito menor y nuestras huellas no coincidían.
Me soltaron.
Con esto aprendí dos cosas: todos tenemos un gemelo y nunca se sabe qué hará con tu cara....
Relato 471 . 192 palabras
MARTA TORRECILLA PARRA
PRIEGO (CUENCA) - ESPAÑA
MARTA TORRECILLA PARRA
PRIEGO (CUENCA) - ESPAÑA
AMOR MORTAL
He caído en su trampa.
Siento su presencia envolviéndome, rodeándome.
Le oigo detrás de mí:
-¿Hoy no vas a atacarme?
Me sonrío. Con el rabillo del ojo veo un destello plateado en su cintura. ¿Acaso piensa acabar de una manera tradicional?
Coloca la mano bajo mi barbilla, obligándome a mirarle.
Estoy tan cerca que casi paladeo el éxito.
Desenfundamos las espadas. Su sonido rasguea el aire.
Ataca, me limito a defenderme. Me aburre este tira y afloja.
-¿Sabes que te quiero, no?
-Eso no importa. -Sólo intenta distraerme y aún así caigo en la trampa. Sólo necesita el segundo de distracción que le he regalado. Me desarma sin esfuerzo evidente. Fanfarrón.
Cuando el acero atraviesa mi pecho limpiamente hasta mi corazón no termino de creérmelo.
Nunca imaginé que esto podía pasar.
Tengo gusto a sangre en mi boca.
-Tarde o temprano uno de nosotros acabaría así.
-Felicidades.
Saqué un puñal de mi bota y lo clavé en su corazón. Antes de tocar el suelo su mirada ya era un cristal opaco de color azul.
Me acerqué hasta él y le besé.
Veía la vida escurrirse entre mis dedos.
Era libre por fin.
He caído en su trampa.
Siento su presencia envolviéndome, rodeándome.
Le oigo detrás de mí:
-¿Hoy no vas a atacarme?
Me sonrío. Con el rabillo del ojo veo un destello plateado en su cintura. ¿Acaso piensa acabar de una manera tradicional?
Coloca la mano bajo mi barbilla, obligándome a mirarle.
Estoy tan cerca que casi paladeo el éxito.
Desenfundamos las espadas. Su sonido rasguea el aire.
Ataca, me limito a defenderme. Me aburre este tira y afloja.
-¿Sabes que te quiero, no?
-Eso no importa. -Sólo intenta distraerme y aún así caigo en la trampa. Sólo necesita el segundo de distracción que le he regalado. Me desarma sin esfuerzo evidente. Fanfarrón.
Cuando el acero atraviesa mi pecho limpiamente hasta mi corazón no termino de creérmelo.
Nunca imaginé que esto podía pasar.
Tengo gusto a sangre en mi boca.
-Tarde o temprano uno de nosotros acabaría así.
-Felicidades.
Saqué un puñal de mi bota y lo clavé en su corazón. Antes de tocar el suelo su mirada ya era un cristal opaco de color azul.
Me acerqué hasta él y le besé.
Veía la vida escurrirse entre mis dedos.
Era libre por fin.
Relato 472 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 473 . 64 palabras
BRUNO DOTTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA.
BRUNO DOTTA
BUENOS AIRES - ARGENTINA.
EL CUENTO MÁS CORTO DEL MUNDO
Lo desafiaron a que escriba el cuento más corto del mundo. Pensó por un instante y lo hizo. Lo que primero salió fue el título, obviamente, este era "el cuento más corto del mundo", después lo escribió. No recuerdo textualmente lo que decía, pero en menos de dos renglones, le pedía al lector que se acercara a un espejo y se mirara en él.
Lo desafiaron a que escriba el cuento más corto del mundo. Pensó por un instante y lo hizo. Lo que primero salió fue el título, obviamente, este era "el cuento más corto del mundo", después lo escribió. No recuerdo textualmente lo que decía, pero en menos de dos renglones, le pedía al lector que se acercara a un espejo y se mirara en él.
Relato 474 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 475 . 125 palabras
Mª DEL CARMEN MAGÁN MAGANTO
TOLEDO - ESPAÑA
Mª DEL CARMEN MAGÁN MAGANTO
TOLEDO - ESPAÑA
DE LA REHABITUACIÓN Y SU EXTINCIÓN.
Cinco de la mañana. Suena el ring -acostumbrado-, es el del móvil.
Redobla un ring -asustado-, es el de la puerta.
Entre ambos han pasado dos años y el cigarro de la madrugada ya hace que lleva descapullado.
La ceguera, es ceguera: es permanente.
Dos años quemándose las yemas, si no ve el humo, no fuma.
Abre la puerta, torpe porque no ve, torpe porque son las cinco de la mañana. Es su amante:
- ¿Y el ring acostumbrado?
- Perdí el móvil, -mira las cenizas- ¿aún sigues esperándome?
Lo de siempre y ya son las seis. Pasan ocho meses y ahora tiene costumbre de un ring.
Es otro día y no hay un ring.
Un mes sin ring, y el capullo cae de nuevo al cenicero.
Cinco de la mañana. Suena el ring -acostumbrado-, es el del móvil.
Redobla un ring -asustado-, es el de la puerta.
Entre ambos han pasado dos años y el cigarro de la madrugada ya hace que lleva descapullado.
La ceguera, es ceguera: es permanente.
Dos años quemándose las yemas, si no ve el humo, no fuma.
Abre la puerta, torpe porque no ve, torpe porque son las cinco de la mañana. Es su amante:
- ¿Y el ring acostumbrado?
- Perdí el móvil, -mira las cenizas- ¿aún sigues esperándome?
Lo de siempre y ya son las seis. Pasan ocho meses y ahora tiene costumbre de un ring.
Es otro día y no hay un ring.
Un mes sin ring, y el capullo cae de nuevo al cenicero.
Relato 476 . 194 palabras
FÁTIMA ALFONSO PINTO
SALAMANCA - ESPAÑA
FÁTIMA ALFONSO PINTO
SALAMANCA - ESPAÑA
MUJER IDEAL
- Pedro, ¿cómo es tu mujer ideal?
- Mi mujer ideal es morena, con el pelo negro, ojos oscuros, labios finos; es una mujer de carácter, con ganas de aprender cosas y de viajar mucho. No importa que no sea guapa, con tal de que sea inteligente, responsable y que sea buena esposa y madre.
Un día Pedro conoció a una mujer morena, de pelo negro, ojos oscuros y labios finos. Era una mujer muy viva, alocada pero con la cabeza en su sitio. Se enamoró de ella. La convenció para que se casara con él y tuvieran hijos. Cuando ella accedió, él puso la vista en otro lado.
- Pedro, estarás contento ¿no? Tienes a tu mujer ideal.
- Pues sí. Tiene veintipocos años, no es muy viva, no conoce mundo, es bastante ingenua y un poco caprichosa. Pero está tan buena que no puedo dejar de pensar en ella. Ya hemos quedado un montón de veces. Ni siquiera sabe que estoy casado. Y mi mujer está tan loca por mí que no se va a dar cuenta de nada.
Cuando Pedro volvió a casa por la noche descubrió que su mujer se había ido con otro.
- Pedro, ¿cómo es tu mujer ideal?
- Mi mujer ideal es morena, con el pelo negro, ojos oscuros, labios finos; es una mujer de carácter, con ganas de aprender cosas y de viajar mucho. No importa que no sea guapa, con tal de que sea inteligente, responsable y que sea buena esposa y madre.
Un día Pedro conoció a una mujer morena, de pelo negro, ojos oscuros y labios finos. Era una mujer muy viva, alocada pero con la cabeza en su sitio. Se enamoró de ella. La convenció para que se casara con él y tuvieran hijos. Cuando ella accedió, él puso la vista en otro lado.
- Pedro, estarás contento ¿no? Tienes a tu mujer ideal.
- Pues sí. Tiene veintipocos años, no es muy viva, no conoce mundo, es bastante ingenua y un poco caprichosa. Pero está tan buena que no puedo dejar de pensar en ella. Ya hemos quedado un montón de veces. Ni siquiera sabe que estoy casado. Y mi mujer está tan loca por mí que no se va a dar cuenta de nada.
Cuando Pedro volvió a casa por la noche descubrió que su mujer se había ido con otro.
Relato 477 . 181 palabras
BENJAMÍN BENCOMO LUIS
LA OROTAVA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA
BENJAMÍN BENCOMO LUIS
LA OROTAVA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA
EL SECRETITO
Vengo a sentarme todas las tardes aquí, al pie del molino. Sobre esta piedra pongo mis posaderas, ayudado de mi bastón. Son muchos los años que tengo, más de los que supones. Dicen que el sol y los cambios bruscos de temperatura hacen que se curta la piel. A mi eso hace siglos que no me importa. Hace años me ha salido un lunar aquí, ves, en la comisura de la boca, que el médico del pueblo se empeña en quitarme, pero yo con mi edad ya no pongo los pies en un quirófano. Dice que si no me opero se me puede complicar y que me puedo morir de un cáncer.
Cuando el sol se esconde tras el molino me aseguro que no hay nadie alrededor y saco este paquetito de camel que tengo escondido. Mis hijas me prohibieron fumar hace años, después de aquella neumonía que casi me quita del medio. Pero lo que no me prohibieron fue caminar un poquito todas las tardes desde casa hasta lo alto de la colina. No se lo contarás a nadie ¿Verdad?
Vengo a sentarme todas las tardes aquí, al pie del molino. Sobre esta piedra pongo mis posaderas, ayudado de mi bastón. Son muchos los años que tengo, más de los que supones. Dicen que el sol y los cambios bruscos de temperatura hacen que se curta la piel. A mi eso hace siglos que no me importa. Hace años me ha salido un lunar aquí, ves, en la comisura de la boca, que el médico del pueblo se empeña en quitarme, pero yo con mi edad ya no pongo los pies en un quirófano. Dice que si no me opero se me puede complicar y que me puedo morir de un cáncer.
Cuando el sol se esconde tras el molino me aseguro que no hay nadie alrededor y saco este paquetito de camel que tengo escondido. Mis hijas me prohibieron fumar hace años, después de aquella neumonía que casi me quita del medio. Pero lo que no me prohibieron fue caminar un poquito todas las tardes desde casa hasta lo alto de la colina. No se lo contarás a nadie ¿Verdad?
Relato 478 . 150 palabras
BENJAMÍN BENCOMO LUIS
LA OROTAVA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA
BENJAMÍN BENCOMO LUIS
LA OROTAVA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA
UN MAL DÍA
Frenó su Alfa Romeo rojo en seco cuando llegó al cruce. Tenía que haber traído el GPS. Estaba completamente perdido. Ante su limpiaparabrisas se abrían tres carreteras sin ningún cartel que indicase hacia donde se dirigían.
Justo a quinientos metros de allí, siguiendo por el camino de la izquierda, se encontraba el bar que estaba buscando. Sentado en un taburete lo esperaba el empresario que le ofrecería el negocio que le haría millonario. Pero no escogió esa dirección.
La vía de la derecha lo invitaba a adentrarse en un pequeño valle. A unos diez minutos del cruce lo esperaba la mujer de su vida, con la rueda de su coche pinchada, esperándolo sin conocerlo. Pero tampoco tomo ese desvío.
Se decidió por la vía que seguía de frente, sin saber que tras la tercera curva lo esperaba un trailer sin frenos que se empotraría de lleno contra su brillante futuro.
Frenó su Alfa Romeo rojo en seco cuando llegó al cruce. Tenía que haber traído el GPS. Estaba completamente perdido. Ante su limpiaparabrisas se abrían tres carreteras sin ningún cartel que indicase hacia donde se dirigían.
Justo a quinientos metros de allí, siguiendo por el camino de la izquierda, se encontraba el bar que estaba buscando. Sentado en un taburete lo esperaba el empresario que le ofrecería el negocio que le haría millonario. Pero no escogió esa dirección.
La vía de la derecha lo invitaba a adentrarse en un pequeño valle. A unos diez minutos del cruce lo esperaba la mujer de su vida, con la rueda de su coche pinchada, esperándolo sin conocerlo. Pero tampoco tomo ese desvío.
Se decidió por la vía que seguía de frente, sin saber que tras la tercera curva lo esperaba un trailer sin frenos que se empotraría de lleno contra su brillante futuro.
Relato 479 . 146 palabras
BENJAMÍN BENCOMO LUIS
LA OROTAVA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA
BENJAMÍN BENCOMO LUIS
LA OROTAVA (SANTA CRUZ DE TENERIFE) - ESPAÑA
CUENTA ATRAS
DIEZ. Ajustado cinturón pirotécnico de seguridad. NUEVE. Comprobado sistema de propulsión. OCHO. Asignadas coordenadas y revisado monitor. SIETE. Sensor de fuselaje activado. SEIS. Los motores se ponen en marcha. CINCO. Intento ajustar la señal de radio pero no funciona.¿que carajo es esto? CUATRO. Me olvido del protocolo de ignición cuando un hilo de humo inunda la cabina. TREScientas veces hemos entrenado este despegue y nunca había fallado nada. Recuerdo a nuestros instructores indicarnos que si algo no sale según los planes mantengamos la calma y no estemos alteraDOS. El miedo se apodera de mi cuerpo. Teóricamente somos superhombres, pero UNO es de carne y hueso. Rápidamente pasa por mi mente la cuenta atrás de mi vida. Miro por última vez la redonda ventanilla. Fuera, en el mundo exterior, cae un tremendo aguaCERO.
En ese momento empieza a funcionar la radio: SUSPENDIDO DESPEGUE POR MAL TIEMPO.
DIEZ. Ajustado cinturón pirotécnico de seguridad. NUEVE. Comprobado sistema de propulsión. OCHO. Asignadas coordenadas y revisado monitor. SIETE. Sensor de fuselaje activado. SEIS. Los motores se ponen en marcha. CINCO. Intento ajustar la señal de radio pero no funciona.¿que carajo es esto? CUATRO. Me olvido del protocolo de ignición cuando un hilo de humo inunda la cabina. TREScientas veces hemos entrenado este despegue y nunca había fallado nada. Recuerdo a nuestros instructores indicarnos que si algo no sale según los planes mantengamos la calma y no estemos alteraDOS. El miedo se apodera de mi cuerpo. Teóricamente somos superhombres, pero UNO es de carne y hueso. Rápidamente pasa por mi mente la cuenta atrás de mi vida. Miro por última vez la redonda ventanilla. Fuera, en el mundo exterior, cae un tremendo aguaCERO.
En ese momento empieza a funcionar la radio: SUSPENDIDO DESPEGUE POR MAL TIEMPO.
Relato 480 . 128 palabras
LIZA GEORGINA VILLEGAS VILLALBA
CIUDAD JUÁREZ, (CHIHUAHUA) - MÉXICO.
LIZA GEORGINA VILLEGAS VILLALBA
CIUDAD JUÁREZ, (CHIHUAHUA) - MÉXICO.
EL SEMBRADOR
La tierra ya no era la misma, o quizá el sembrador ya no era el mismo.
Las semillas ya no le respondían cómo antes al viejo, ahora sus manos resecas y ajadas las echaban entre temblores y cansancio sobre una tierra desteñida que ya no las acogía anhelante. Se había cansado de sembrar esperanza y recibir miseria. Quizá las semillas podían oler su desesperación y enclaustradas, en su guarida secreta, se burlaban de él, germinando espinas en lugar de frutos y hiedras venenosas dónde florecerían capullos.
Era cómo si supieran que el sembrador ya no tenía la fuerza para arrancarlas de tajo si no crecían como era su deber.
-¡Semillas ingratas! -resopló el pobre hombre y regresó a su choza hambriento, para servirse un plato de semillas crudas.
La tierra ya no era la misma, o quizá el sembrador ya no era el mismo.
Las semillas ya no le respondían cómo antes al viejo, ahora sus manos resecas y ajadas las echaban entre temblores y cansancio sobre una tierra desteñida que ya no las acogía anhelante. Se había cansado de sembrar esperanza y recibir miseria. Quizá las semillas podían oler su desesperación y enclaustradas, en su guarida secreta, se burlaban de él, germinando espinas en lugar de frutos y hiedras venenosas dónde florecerían capullos.
Era cómo si supieran que el sembrador ya no tenía la fuerza para arrancarlas de tajo si no crecían como era su deber.
-¡Semillas ingratas! -resopló el pobre hombre y regresó a su choza hambriento, para servirse un plato de semillas crudas.
Relato 481 . 189 palabras
ANTONIO TORMO ABAD
TORRELODONES (MADRID) - ESPAÑA
ANTONIO TORMO ABAD
TORRELODONES (MADRID) - ESPAÑA
REFLEXIONES DE UNA MUJER SENSIBLE
Llevo prendidas en el escote las miradas lascivas de muchos hombres que me acechan con descaro, como si solo con asomarse a ese balcón, adonde se refugian pudorosos mis senos, les bastara para abrir el postigo de mi blusa.
Nunca me gustaron los hombres que miran con lujuria mal contenida; sin embargo, me encantan los que posan su mirada en mis ojos y con encendido afán son capaces de entreabrir el portón del goce.
A éstos me place sostenerles el persistente acecho, hasta que sin rubor se va desabrochando la abotonadura de la blusa; así?, como por encanto.
Parpadeo nada mas sentir el roce de sus manos sobre mi cuerpo, al percibir las primeras caricias.
No soporto el aturdimiento de las caderas cuando manos varoniles las abarcan con decisión de propietario.
Se confunden mis sentidos, atisbando la caricia mucho antes de sentirla, porque solo con la sutil amenaza de su inminencia, se excitan expectantes.
Me asusta mas la respuesta que la pregunta, sabiendo lo que buscan, cuando me tiene el hombre a su merced, porque antes de herirme el cuerpo me ha desquiciado el alma.
Espero que lo entiendan.
Llevo prendidas en el escote las miradas lascivas de muchos hombres que me acechan con descaro, como si solo con asomarse a ese balcón, adonde se refugian pudorosos mis senos, les bastara para abrir el postigo de mi blusa.
Nunca me gustaron los hombres que miran con lujuria mal contenida; sin embargo, me encantan los que posan su mirada en mis ojos y con encendido afán son capaces de entreabrir el portón del goce.
A éstos me place sostenerles el persistente acecho, hasta que sin rubor se va desabrochando la abotonadura de la blusa; así?, como por encanto.
Parpadeo nada mas sentir el roce de sus manos sobre mi cuerpo, al percibir las primeras caricias.
No soporto el aturdimiento de las caderas cuando manos varoniles las abarcan con decisión de propietario.
Se confunden mis sentidos, atisbando la caricia mucho antes de sentirla, porque solo con la sutil amenaza de su inminencia, se excitan expectantes.
Me asusta mas la respuesta que la pregunta, sabiendo lo que buscan, cuando me tiene el hombre a su merced, porque antes de herirme el cuerpo me ha desquiciado el alma.
Espero que lo entiendan.
Relato 482 . 189 palabras
ANTONIO TORMO ABAD
TORRELODONES (MADRID) - ESPAÑA
ANTONIO TORMO ABAD
TORRELODONES (MADRID) - ESPAÑA
PURO AZAR, BENDITO AZAR
Paseaba con un amigo, recorriendo la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, sin la incómoda compañía de la lluvia y también huérfano de apreturas, ambas compañeras inseparables de la otra Feria.
En ésta huelgan las interminables esperas para lograr la firma del privilegiado autor de turno; entre otras cosas, obviamente, porque sus autores ya no pueden firmar y cuando pudieron hacerlo no encontraron ese público entusiasta que no solo se conforma con adquirir el libro, sino que de paso compra la firma del autor, también.
Abandoné estas reflexiones porque mi amigo se había parado en una caseta, seguramente al albur de alguna intuición. Mientras él hojeaba embebido una vetusta edición, me entretengo en dejar recorrer la mirada distraída por el recinto, abigarrado de volúmenes en irregular exhibición. De repente me sobresalto, mi vista ha quedado detenida, como imantada, sobre un discreto ejemplar; más arrinconado, si cabe, que los demás.
No pude evitar emocionarme cuando identifiqué nítidamente en la tapa el nombre de su autor: Mi padre, Me llevé orgulloso el botín: un ejemplar perdido de una edición descatalogada, de la que nosotros; los hermanos, no teníamos ningún ejemplar.
Paseaba con un amigo, recorriendo la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, sin la incómoda compañía de la lluvia y también huérfano de apreturas, ambas compañeras inseparables de la otra Feria.
En ésta huelgan las interminables esperas para lograr la firma del privilegiado autor de turno; entre otras cosas, obviamente, porque sus autores ya no pueden firmar y cuando pudieron hacerlo no encontraron ese público entusiasta que no solo se conforma con adquirir el libro, sino que de paso compra la firma del autor, también.
Abandoné estas reflexiones porque mi amigo se había parado en una caseta, seguramente al albur de alguna intuición. Mientras él hojeaba embebido una vetusta edición, me entretengo en dejar recorrer la mirada distraída por el recinto, abigarrado de volúmenes en irregular exhibición. De repente me sobresalto, mi vista ha quedado detenida, como imantada, sobre un discreto ejemplar; más arrinconado, si cabe, que los demás.
No pude evitar emocionarme cuando identifiqué nítidamente en la tapa el nombre de su autor: Mi padre, Me llevé orgulloso el botín: un ejemplar perdido de una edición descatalogada, de la que nosotros; los hermanos, no teníamos ningún ejemplar.
Relato 483 . 200 palabras
ANTONIO TORMO ABAD
TORRELODONES (MADRID) - ESPAÑA
ANTONIO TORMO ABAD
TORRELODONES (MADRID) - ESPAÑA
CAMBIO DE AGENDA
Cada año por estas fechas me sobrevenía el mismo sobresalto en el momento de pasar los nombres de los amigos y gente conocida, desde la agenda vieja a esa nuevecita de pastas de piel.
Era torturador porque según avanzabas en los nombres te surgían las dudas de unos junto a las certezas de otros: ¿Vivirá, no vivirá? ¡Pena que ya no esté aquí, con lo simpático que era!
A veces, antes de anotar un nombre y ante la incertidumbre, porque te parecía que alguien?, no, pero no, no era éste, pues te acechaban dudas que no sabías como resolver. Las mas de las veces, apuntándole de nuevo y dejándolo al buen albur.
Otras te topabas de bruces con la cruda realidad, que ya apenas siquiera recordabas, del amigo o conocido fallecido.
Hoy en día esa desazón casi ha desaparecido por completo. Desde el auge que han tomado los ordenadores en nuestras vidas, ya no hace falta pasar el mal rato de dar de baja a nadie. Cada día pasamos por encima de la memoria de muchos amigos o conocidos pero como no los borramos, ni sustituimos, no hace falta, siguen ahí y ni siquiera nos molestan a fin de año.
Cada año por estas fechas me sobrevenía el mismo sobresalto en el momento de pasar los nombres de los amigos y gente conocida, desde la agenda vieja a esa nuevecita de pastas de piel.
Era torturador porque según avanzabas en los nombres te surgían las dudas de unos junto a las certezas de otros: ¿Vivirá, no vivirá? ¡Pena que ya no esté aquí, con lo simpático que era!
A veces, antes de anotar un nombre y ante la incertidumbre, porque te parecía que alguien?, no, pero no, no era éste, pues te acechaban dudas que no sabías como resolver. Las mas de las veces, apuntándole de nuevo y dejándolo al buen albur.
Otras te topabas de bruces con la cruda realidad, que ya apenas siquiera recordabas, del amigo o conocido fallecido.
Hoy en día esa desazón casi ha desaparecido por completo. Desde el auge que han tomado los ordenadores en nuestras vidas, ya no hace falta pasar el mal rato de dar de baja a nadie. Cada día pasamos por encima de la memoria de muchos amigos o conocidos pero como no los borramos, ni sustituimos, no hace falta, siguen ahí y ni siquiera nos molestan a fin de año.
Relato 484 . 199 palabras
NURIA LUCIA ORTIZ TORNERO
GUADACORTE- LOS BARRIOS (CÁDIZ) - ESPAÑA
NURIA LUCIA ORTIZ TORNERO
GUADACORTE- LOS BARRIOS (CÁDIZ) - ESPAÑA
SUSTO
Estaba oscuro, hacía frío, algo me había despertado, un ruido en la planta baja. Silencio. Pasaron unos segundos, volví a oírlo, ahora era ahora continuo, el miedo se apoderó de mí, el corazón me latía a cien. Me acerqué de puntillas a la puerta? no cabía duda, alguien había entrado en casa. El miedo me paralizaba, no sabía que hacer, pensé en llamar, pedir auxilio pero el teléfono estaba abajo. Pasaron minutos, respiré hondo, a oscuras busqué a tientas algo con que defenderme y abrí la puerta sin hacer ruido. Me asomé desde la escalera, había luz, el ruido ahora era nítido. Bajé descalza uno a uno los escalones con una percha en la mano. A cada paso el ruido era más claro. Ví una sombra proyectada en la pared del salón. Era un hombre?alto, de pronto noté que venía hacia mí?.. el grito que salió de mi garganta aún hoy lo recuerdo, luego llanto y ? entonces recordé que era la noche del cinco de enero y que mi marido ponía los regalos bajo el árbol de navidad ?.. aún recuerdo su cara de sorpresa, así fue como conseguí mi regalo de reyes a las dos de la madrugada..
Estaba oscuro, hacía frío, algo me había despertado, un ruido en la planta baja. Silencio. Pasaron unos segundos, volví a oírlo, ahora era ahora continuo, el miedo se apoderó de mí, el corazón me latía a cien. Me acerqué de puntillas a la puerta? no cabía duda, alguien había entrado en casa. El miedo me paralizaba, no sabía que hacer, pensé en llamar, pedir auxilio pero el teléfono estaba abajo. Pasaron minutos, respiré hondo, a oscuras busqué a tientas algo con que defenderme y abrí la puerta sin hacer ruido. Me asomé desde la escalera, había luz, el ruido ahora era nítido. Bajé descalza uno a uno los escalones con una percha en la mano. A cada paso el ruido era más claro. Ví una sombra proyectada en la pared del salón. Era un hombre?alto, de pronto noté que venía hacia mí?.. el grito que salió de mi garganta aún hoy lo recuerdo, luego llanto y ? entonces recordé que era la noche del cinco de enero y que mi marido ponía los regalos bajo el árbol de navidad ?.. aún recuerdo su cara de sorpresa, así fue como conseguí mi regalo de reyes a las dos de la madrugada..
Relato 485 . 140 palabras
NURIA LUCIA ORTIZ TORNERO
GUADACORTE- LOS BARRIOS (CÁDIZ) - ESPAÑA
NURIA LUCIA ORTIZ TORNERO
GUADACORTE- LOS BARRIOS (CÁDIZ) - ESPAÑA
¡¡SORPRESA!!
Estaba deseando llegar a casa. Tras un largo y cansado día de trabajo ansiaba una buena ducha, una cena rápida y dormir. Al meter la llave en la cerradura noté algo extraño- juraría que esa misma mañana la había girado dos veces-., Abrí, al darle al interruptor la luz no encendió -vaya encima apagón- adiós cena pues tenía placa vitro cerámica, ni microondas, ni tostador, y adiós ducha pues el calentador era eléctrico. A tientas crucé el salón, me pareció tropezar con algo desconocido, el pánico se apoderó de mí, había alguien en mi casa- le daré lo que quiera grité- silencio?por favor no me haga nada? silencio?, de pronto se encendió la luz y?, al menos veinte personas en mi salón? risas??, entonces recordé que era el día de mi cumpleaños y mis amigos me hacían fiesta sorpresa.
Estaba deseando llegar a casa. Tras un largo y cansado día de trabajo ansiaba una buena ducha, una cena rápida y dormir. Al meter la llave en la cerradura noté algo extraño- juraría que esa misma mañana la había girado dos veces-., Abrí, al darle al interruptor la luz no encendió -vaya encima apagón- adiós cena pues tenía placa vitro cerámica, ni microondas, ni tostador, y adiós ducha pues el calentador era eléctrico. A tientas crucé el salón, me pareció tropezar con algo desconocido, el pánico se apoderó de mí, había alguien en mi casa- le daré lo que quiera grité- silencio?por favor no me haga nada? silencio?, de pronto se encendió la luz y?, al menos veinte personas en mi salón? risas??, entonces recordé que era el día de mi cumpleaños y mis amigos me hacían fiesta sorpresa.
Relato 486 . 194 palabras
NURIA LUCIA ORTIZ TORNERO
GUADACORTE- LOS BARRIOS (CÁDIZ) - ESPAÑA
NURIA LUCIA ORTIZ TORNERO
GUADACORTE- LOS BARRIOS (CÁDIZ) - ESPAÑA
ANUNCIO
No sé que poner? tal y como se está poniendo todo es lo que me queda por intentar?veo oscuridad por las amplias ventanas, miro los cuadros de mis antepasados? me obligo a concentrarme, a ver? salgo de noche, visto siempre traje, no como apenas, soy bastante ansioso. No bebo, no me gusta el ajo, odio los cubiertos de plata, el sol me estropea la piel, mi mentalidad es clásica, y siempre sueño con volar? Por el contrario soy bastante rápido, no tengo que trabajar y heredé una buena casa. Y empiezo a escribir:
Hombre de edad indeterminada, de aspecto eternamente joven, de buena dentadura, elegante, educado, fuerte, seductor, sensual, delgado de piel pálida, gasta poco, le gusta viajar , posee hacienda , busca señorita sana, de buen ver, cariñosa, que prefiera salir de noche, para compartir aficiones , y casarse para siempre pero nunca por la iglesia y que sus noches sean más agradables, de buen corazón y grupo sanguíneo igual al mío (por si alguna vez hiciera falta), para que no haya rechazo.
Abstenerse religiosas, muy delgadas y coquetas?
Mis datos son: Vlad, de Transilvania, las interesadas dejar sus señas en este periódico. Prometo contestar.
No sé que poner? tal y como se está poniendo todo es lo que me queda por intentar?veo oscuridad por las amplias ventanas, miro los cuadros de mis antepasados? me obligo a concentrarme, a ver? salgo de noche, visto siempre traje, no como apenas, soy bastante ansioso. No bebo, no me gusta el ajo, odio los cubiertos de plata, el sol me estropea la piel, mi mentalidad es clásica, y siempre sueño con volar? Por el contrario soy bastante rápido, no tengo que trabajar y heredé una buena casa. Y empiezo a escribir:
Hombre de edad indeterminada, de aspecto eternamente joven, de buena dentadura, elegante, educado, fuerte, seductor, sensual, delgado de piel pálida, gasta poco, le gusta viajar , posee hacienda , busca señorita sana, de buen ver, cariñosa, que prefiera salir de noche, para compartir aficiones , y casarse para siempre pero nunca por la iglesia y que sus noches sean más agradables, de buen corazón y grupo sanguíneo igual al mío (por si alguna vez hiciera falta), para que no haya rechazo.
Abstenerse religiosas, muy delgadas y coquetas?
Mis datos son: Vlad, de Transilvania, las interesadas dejar sus señas en este periódico. Prometo contestar.
Relato 487 . 191 palabras
MARIA ESPERANZA OLIVARES LIZCANO
TOLEDO - ESPAÑA
MARIA ESPERANZA OLIVARES LIZCANO
TOLEDO - ESPAÑA
REFLEXIÓN
Se va acercando el día, y no tengo la más mínima ilusión. Es un día tan igual a otros... el hecho de cumplir un año más no lo diferencia del resto. Los mismos horarios, la misma rutina, el mismo ajetreo, apuntes, libros, proyectos... las mismas ilusiones de cada año, que quedan encadenadas en un reloj, esperando a que el paso del tiempo las libere, y encuentren la oportunidad que esperan para hacerse realidad. Otra vez esperando a soñar despierta. En fin, si consiguiéramos cumplir todo aquello que anhelamos nuestra vida no seria más que un pasaje de película en blanco y negro, sin el color de las emociones que dibuja una ilusión aunque sea a largo plazo.
¿Es la madurez la que ha colapsado mi capacidad de sentir en un día que se supone para la mayoría especial, o es la sensatez de la edad la que ha dado paso a vislumbrar la realidad monótona del día a día?.
Sea lo que sea, me conformo con poder seguir cumpliendo, ya que en el paso del tiempo, se alberga la fuente de la sabiduría, y yo no me resisto a seguir aprendiendo...
Se va acercando el día, y no tengo la más mínima ilusión. Es un día tan igual a otros... el hecho de cumplir un año más no lo diferencia del resto. Los mismos horarios, la misma rutina, el mismo ajetreo, apuntes, libros, proyectos... las mismas ilusiones de cada año, que quedan encadenadas en un reloj, esperando a que el paso del tiempo las libere, y encuentren la oportunidad que esperan para hacerse realidad. Otra vez esperando a soñar despierta. En fin, si consiguiéramos cumplir todo aquello que anhelamos nuestra vida no seria más que un pasaje de película en blanco y negro, sin el color de las emociones que dibuja una ilusión aunque sea a largo plazo.
¿Es la madurez la que ha colapsado mi capacidad de sentir en un día que se supone para la mayoría especial, o es la sensatez de la edad la que ha dado paso a vislumbrar la realidad monótona del día a día?.
Sea lo que sea, me conformo con poder seguir cumpliendo, ya que en el paso del tiempo, se alberga la fuente de la sabiduría, y yo no me resisto a seguir aprendiendo...
Relato 488 .
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
No admitido a concurso por incumplimiento de las bases. 2a). máximo 200 palabras.
Relato 489 . 35 palabras
RAMÓN LARA GÓMEZ
MORELIA, (MICHOACÁN) - MÉXICO
RAMÓN LARA GÓMEZ
MORELIA, (MICHOACÁN) - MÉXICO
INFANCIA
Me cuentan que el Gobierno Municipal, cambió las bancas, la herrería y las baldosas del jardín. Pero lo que más me duele, es que mutilaron el árbol torcido donde yo me andaba por las ramas.
Me cuentan que el Gobierno Municipal, cambió las bancas, la herrería y las baldosas del jardín. Pero lo que más me duele, es que mutilaron el árbol torcido donde yo me andaba por las ramas.
Relato 490 . 144 palabras
RAMÓN LARA GÓMEZ
MORELIA, (MICHOACÁN) - MÉXICO
RAMÓN LARA GÓMEZ
MORELIA, (MICHOACÁN) - MÉXICO
MONUMENTO VIVIENTE
"Durante meses has trabajado con empeño en inmortalizar mi rostro, de forma clara y precisa, en contraste con el oscuro de mi cuarto y del paisaje yermo. Me has enmarcado al frente de las diminutas montañas de un lugar sin nombre en donde habitan los dioses de la desolación. Siempre has deseado llegar ahí, Leonardo Divino, sumergirte en mis aguas, azules y profundas, pero no lo has logrado o mejor dicho yo no te he dejado llegar. La realidad está tan lejana que me preocupa verte sufrir. Te acongojas Leonardo, cuando no encuentras los tonos ni la brecha corta para seguir mis pasos. No puedes adelantarte.
Sólo puedo decirte que al final de los tiempos yo sobreviviré a ti."
Cierro el libro de Genios Universales de la Pintura y me pregunto si esto estaría pensando la Mona Lisa, tras su sonrisa disfrazada de ingenuidad.
"Durante meses has trabajado con empeño en inmortalizar mi rostro, de forma clara y precisa, en contraste con el oscuro de mi cuarto y del paisaje yermo. Me has enmarcado al frente de las diminutas montañas de un lugar sin nombre en donde habitan los dioses de la desolación. Siempre has deseado llegar ahí, Leonardo Divino, sumergirte en mis aguas, azules y profundas, pero no lo has logrado o mejor dicho yo no te he dejado llegar. La realidad está tan lejana que me preocupa verte sufrir. Te acongojas Leonardo, cuando no encuentras los tonos ni la brecha corta para seguir mis pasos. No puedes adelantarte.
Sólo puedo decirte que al final de los tiempos yo sobreviviré a ti."
Cierro el libro de Genios Universales de la Pintura y me pregunto si esto estaría pensando la Mona Lisa, tras su sonrisa disfrazada de ingenuidad.
Relato 491 . 121 palabras
SHIRLY MARIEL CATZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA
SHIRLY MARIEL CATZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA
REBELDÍA
-Tenés que ser más alto. Y más flaco. Y más lindo.
Se sorprendió de las quejas; siempre lo había apoyado amorosamente, siempre lo había acompañado en todos sus sueños. Lo que menos quería después de un interminable día de trabajo era tener que escuchar esas absurdas exigencias.
-Tenés que tener más plata. Y un trabajo mejor. Sos muy pobre.
Le tenía tanta bronca que empezó a pegarle. Golpes secos que la dejaban tirada en el suelo. Pero la costumbre y la inmensidad de una cama sin ella hacían que finalmente se durmieran abrazados, muy juntos.
- Sos un pobre tipo y un fracasado. Sos un perdedor, un donnadie.
Podría haberse resignado a escucharla, pero decidió que era mejor cambiar de almohada.
-Tenés que ser más alto. Y más flaco. Y más lindo.
Se sorprendió de las quejas; siempre lo había apoyado amorosamente, siempre lo había acompañado en todos sus sueños. Lo que menos quería después de un interminable día de trabajo era tener que escuchar esas absurdas exigencias.
-Tenés que tener más plata. Y un trabajo mejor. Sos muy pobre.
Le tenía tanta bronca que empezó a pegarle. Golpes secos que la dejaban tirada en el suelo. Pero la costumbre y la inmensidad de una cama sin ella hacían que finalmente se durmieran abrazados, muy juntos.
- Sos un pobre tipo y un fracasado. Sos un perdedor, un donnadie.
Podría haberse resignado a escucharla, pero decidió que era mejor cambiar de almohada.
Relato 492 . 170 palabras
SHIRLY MARIEL CATZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA
SHIRLY MARIEL CATZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA
DE CRONOPIOS Y DE FAMAS
A un fama la esposa le pidió que vaya a hacer las compras. Mientras caminaba repetía una obsesiva lista mental para no olvidarse de nada.
Del otro lado venía un cronopio también de compras. Se acordaba sólo de los rabanitos porque le resultaba una palabra graciosa.
El fama y el cronopio se chocaron y los dos se corrieron a la derecha para dejar pasar al otro. El fama se asustó pensando que querían robarle y apretó bien fuerte su billetera. Luego se corrieron ambos para la izquierda. El cronopio se rió, le encantaba cuando pasaba eso.
El primero se fue puteando al gobierno por hacer las veredas tan angostas. El segundo se fue cantando sin darse cuenta de que se le había caído la billetera.
El fama llegó a su casa con todo lo que su esposa le había pedido y comieron quejándose del país y del mundo.
El cronopio llegó a su casa sin comida y sin billetera. En lugar de cenar se besaron. "¡Rabanitos!" gritó, y ambos rieron.
A un fama la esposa le pidió que vaya a hacer las compras. Mientras caminaba repetía una obsesiva lista mental para no olvidarse de nada.
Del otro lado venía un cronopio también de compras. Se acordaba sólo de los rabanitos porque le resultaba una palabra graciosa.
El fama y el cronopio se chocaron y los dos se corrieron a la derecha para dejar pasar al otro. El fama se asustó pensando que querían robarle y apretó bien fuerte su billetera. Luego se corrieron ambos para la izquierda. El cronopio se rió, le encantaba cuando pasaba eso.
El primero se fue puteando al gobierno por hacer las veredas tan angostas. El segundo se fue cantando sin darse cuenta de que se le había caído la billetera.
El fama llegó a su casa con todo lo que su esposa le había pedido y comieron quejándose del país y del mundo.
El cronopio llegó a su casa sin comida y sin billetera. En lugar de cenar se besaron. "¡Rabanitos!" gritó, y ambos rieron.
Relato 493 . 186 palabras
SHIRLY MARIEL CATZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA
SHIRLY MARIEL CATZ
BUENOS AIRES - ARGENTINA
LLUVIA
Un día decidí que yo me enamoraría cuando lloviera. Rechacé a hombres valiosos que se me declararon en días soleados, y corté con un noviecito porque tenía la supersticiosa sensación de que cuando estaba con él nunca llovía.
Ese día sí llovía, furiosamente. Traté de no mojarme el pelo porque debía llegar a una fiesta pero me rendí por último a lo inevitable, a esa lluvia furiosa que caía sobre mí como lágrimas gigantescas de un dios lejano.
Disculpe que le moje el asiento, es que ésta lluvia? y el taxista y su sonrisa cómplice (es que la lluvia tiene ese no sé qué de complicidad entre extraños, cierta cosa de destino inevitable y compartido).
Lo miré disimuladamente por el espejo retrovisor, tal vez algo en su mirada lluviosa, en una sonrisa tímida que me obligó a acercarme a su oído y susurrarle un inesperado lo amo.
Me miró como a un enigma indescifrable, y se acercó a besarme, casi? pero de pronto dejó de llover, y no pude más que salir del taxi con cierta vergüenza.
Sabía que lo extrañaría el próximo día de lluvia.
Un día decidí que yo me enamoraría cuando lloviera. Rechacé a hombres valiosos que se me declararon en días soleados, y corté con un noviecito porque tenía la supersticiosa sensación de que cuando estaba con él nunca llovía.
Ese día sí llovía, furiosamente. Traté de no mojarme el pelo porque debía llegar a una fiesta pero me rendí por último a lo inevitable, a esa lluvia furiosa que caía sobre mí como lágrimas gigantescas de un dios lejano.
Disculpe que le moje el asiento, es que ésta lluvia? y el taxista y su sonrisa cómplice (es que la lluvia tiene ese no sé qué de complicidad entre extraños, cierta cosa de destino inevitable y compartido).
Lo miré disimuladamente por el espejo retrovisor, tal vez algo en su mirada lluviosa, en una sonrisa tímida que me obligó a acercarme a su oído y susurrarle un inesperado lo amo.
Me miró como a un enigma indescifrable, y se acercó a besarme, casi? pero de pronto dejó de llover, y no pude más que salir del taxi con cierta vergüenza.
Sabía que lo extrañaría el próximo día de lluvia.
Relato 494 . 91 palabras
JORGE OMAR
RAFAEL CALZADA. (BUENOS AIRES) - ARGENTINA
JORGE OMAR
RAFAEL CALZADA. (BUENOS AIRES) - ARGENTINA
ALCANCES DE LA DIGNIDAD
Un golpe irrumpe en el silencio de la madrugada. La ventana cruje en el momento que la empujan los dos desconocidos. Se me acercan y enseñan una pistola, como si la sorpresa de sus presencias no fuera suficiente para entender que mi vida está en peligro. Azorados, se detienen ante el cuento que estoy escribiendo. Es sobre dos delincuentes que maltratan a sus víctimas. Le echan una ojeada, y con desasosiego menean la cabeza. Luego, de un disparo, destrozan la computadora.
Sin mirarme, ofendidos, se retiraron en silencio por la puerta.
Un golpe irrumpe en el silencio de la madrugada. La ventana cruje en el momento que la empujan los dos desconocidos. Se me acercan y enseñan una pistola, como si la sorpresa de sus presencias no fuera suficiente para entender que mi vida está en peligro. Azorados, se detienen ante el cuento que estoy escribiendo. Es sobre dos delincuentes que maltratan a sus víctimas. Le echan una ojeada, y con desasosiego menean la cabeza. Luego, de un disparo, destrozan la computadora.
Sin mirarme, ofendidos, se retiraron en silencio por la puerta.
Relato 495 . 198 palabras
MARCELO LEITES MARTÍNEZ
MONTEVIDEO - URUGUAY
MARCELO LEITES MARTÍNEZ
MONTEVIDEO - URUGUAY
JAMÁS TE DIRÉ ADIÓS
Me desperté sobresaltado. Cuando pude entender donde me encontraba y que a mi alrededor todo era calmo tome una bocanada de aire y me repuse del mal sueño; Creí que ella ya se había ido y yo simplemente por distracción o destino no me había despedido. Ella que era todo lo que yo siempre quise estaba regresando al país en donde tiene su vida, sus estudios, sus libros.
En su estancia de 6 meses compartíamos la Biblioteca. Fue allí donde la conocí. Ella llegó para investigar algunos rasgos culturales de la ciudad y finalizar su tesis de grado. Tuve la suerte que aceptara tomar un café, que se repitieron hasta que por fin la invité a recorrer la ciudad. Traté de introducirla en nuestra cultura de una forma más práctica que los libros. Y durante éste tiempo fui feliz.
Son las 3.25 de la mañana. La hora de su partida se acerca y el pedazo de músculo dentro de mi pecho, que ahora galopa más rápido está de luto. Por la tristeza de su partida y la incertidumbre de volverla a ver. Mañana comienza la cuenta regresiva, que tal vez arroje tras el pasar del tiempo números infinitos.
Me desperté sobresaltado. Cuando pude entender donde me encontraba y que a mi alrededor todo era calmo tome una bocanada de aire y me repuse del mal sueño; Creí que ella ya se había ido y yo simplemente por distracción o destino no me había despedido. Ella que era todo lo que yo siempre quise estaba regresando al país en donde tiene su vida, sus estudios, sus libros.
En su estancia de 6 meses compartíamos la Biblioteca. Fue allí donde la conocí. Ella llegó para investigar algunos rasgos culturales de la ciudad y finalizar su tesis de grado. Tuve la suerte que aceptara tomar un café, que se repitieron hasta que por fin la invité a recorrer la ciudad. Traté de introducirla en nuestra cultura de una forma más práctica que los libros. Y durante éste tiempo fui feliz.
Son las 3.25 de la mañana. La hora de su partida se acerca y el pedazo de músculo dentro de mi pecho, que ahora galopa más rápido está de luto. Por la tristeza de su partida y la incertidumbre de volverla a ver. Mañana comienza la cuenta regresiva, que tal vez arroje tras el pasar del tiempo números infinitos.
Relato 496 . 113 palabras
JOAQUIN AROZAMENA SAIZ
MAJADAHONDA (MADRID) - ESPAÑA
JOAQUIN AROZAMENA SAIZ
MAJADAHONDA (MADRID) - ESPAÑA
EL PREMIO RAFLES
Ni la policía ni los periodistas se enteraron de quien, como y para qué se había convocado el premio Rafles en memoria de aquel legendario ladrón de manos de seda. Aunque no hubo publicidad, concurrieron muchos: estafadores informáticos, falsificadores, genios del fraude fiscal y de la estafa Ponzi, recalificadores urbanos?a la final llegaron tres?los accesits fueron para quien le quitó la sonrisa a la Gioconda y para el que hizo desaparecer el cero de todas las mesas de ruleta de Montecarlo. Del logro del primer premio los primeros en enterarnos fuimos los astrónomos del Monte Palomar y el Roque de los muchachos. Fue un ladrón de joyas. Saturno se había quedado sin anillos.
Ni la policía ni los periodistas se enteraron de quien, como y para qué se había convocado el premio Rafles en memoria de aquel legendario ladrón de manos de seda. Aunque no hubo publicidad, concurrieron muchos: estafadores informáticos, falsificadores, genios del fraude fiscal y de la estafa Ponzi, recalificadores urbanos?a la final llegaron tres?los accesits fueron para quien le quitó la sonrisa a la Gioconda y para el que hizo desaparecer el cero de todas las mesas de ruleta de Montecarlo. Del logro del primer premio los primeros en enterarnos fuimos los astrónomos del Monte Palomar y el Roque de los muchachos. Fue un ladrón de joyas. Saturno se había quedado sin anillos.
Relato 497 . 23 palabras
JOAQUIN AROZAMENA SAIZ
MAJADAHONDA (MADRID) - ESPAÑA
JOAQUIN AROZAMENA SAIZ
MAJADAHONDA (MADRID) - ESPAÑA
FELICIDAD
El hombre feliz no tenía camisa. La mujer feliz tampoco.
Cuando remataron su felicidad, se las volvieron a poner y tomaron el autobús.
El hombre feliz no tenía camisa. La mujer feliz tampoco.
Cuando remataron su felicidad, se las volvieron a poner y tomaron el autobús.
Relato 498 . 62 palabras
JOAQUIN AROZAMENA SAIZ
MAJADAHONDA (MADRID) - ESPAÑA
JOAQUIN AROZAMENA SAIZ
MAJADAHONDA (MADRID) - ESPAÑA
COSECHA
Por fin iban a tener una buena cosecha. Había terminado la gran crisis del agua, la sequía maldita. Tenian que construir carros para que el beneficio no se lo llevasen los intermediarios. El gran terrateniente vio la ocasión de abrir nuevos mercados y además de carros empezó a preparar un barco. Bajo la lluvia, Noé y su gente se convirtieron en armadores.
Por fin iban a tener una buena cosecha. Había terminado la gran crisis del agua, la sequía maldita. Tenian que construir carros para que el beneficio no se lo llevasen los intermediarios. El gran terrateniente vio la ocasión de abrir nuevos mercados y además de carros empezó a preparar un barco. Bajo la lluvia, Noé y su gente se convirtieron en armadores.
Relato 499 . 182 palabras
JOSÉ NÚÑEZ
QUEREÑO (ORENSE) - ESPAÑA
JOSÉ NÚÑEZ
QUEREÑO (ORENSE) - ESPAÑA
LA BAMBA*
Madre estaba chapada a la antigua y tenía pavor a las tormentas, pues las consideraba seres sobrenaturales. Pero, en vez de invocar a Santa Bárbara, acudía inmediatamente a hacer sonar la vieja bamba que ella misma había colgado en el granero y a la que le suponía incalculables poderes. En cuanto la oscuridad del sol y la luz amarillenta presagiaban tormenta, madre comenzaba a aporrearla para ahuyentar su maleficio y vencer el miedo.
Una tarde, se echó a llover de repente y con gran violencia. Parecía que el cielo estuviera moliendo todos sus cristales y que no fuera a parar nunca. A madre la sorprendió distraída y el intenso aguacero no le permitió acudir a tiempo al granero. Sin embargo, en cuanto las nubes hubieron descargado sus reservas, se aplacaron los estruendos, se apagaron los relámpagos y fue amainando poco a poco la tormenta.
Aquella misma tarde, madre vendió aquel maldito trasto al chatarrero, porque la había tenido engañada durante tanto tiempo.
*Bamba: Campana de construcción artesanal y muy tosca, a cuyo sonido se le atribuían los poderes de ahuyentar las tormentas.
Madre estaba chapada a la antigua y tenía pavor a las tormentas, pues las consideraba seres sobrenaturales. Pero, en vez de invocar a Santa Bárbara, acudía inmediatamente a hacer sonar la vieja bamba que ella misma había colgado en el granero y a la que le suponía incalculables poderes. En cuanto la oscuridad del sol y la luz amarillenta presagiaban tormenta, madre comenzaba a aporrearla para ahuyentar su maleficio y vencer el miedo.
Una tarde, se echó a llover de repente y con gran violencia. Parecía que el cielo estuviera moliendo todos sus cristales y que no fuera a parar nunca. A madre la sorprendió distraída y el intenso aguacero no le permitió acudir a tiempo al granero. Sin embargo, en cuanto las nubes hubieron descargado sus reservas, se aplacaron los estruendos, se apagaron los relámpagos y fue amainando poco a poco la tormenta.
Aquella misma tarde, madre vendió aquel maldito trasto al chatarrero, porque la había tenido engañada durante tanto tiempo.
*Bamba: Campana de construcción artesanal y muy tosca, a cuyo sonido se le atribuían los poderes de ahuyentar las tormentas.
Relato 500 . 194 palabras
JULIÁN ROYUELA CASAMAYOR
GUADALAJARA - ESPAÑA
JULIÁN ROYUELA CASAMAYOR
GUADALAJARA - ESPAÑA
GRIS OSCURO TIRANDO A NEGRO.
Amanece gris y sombría la mañana del tres de mayo.
Paquillo cuenta sólo 12 años pero jamás olvidará lo acaecido durante el día anterior. Participó como uno más durante toda la jornada llevando a cada cañón la pólvora necesaria para descargar sus bramidos de muerte y destrucción, estos, faltos de metralla, disparaban sólo balas contra las tropas invasoras. Todavía tiene la cara tiznada de negro y costras de pólvora pegada a las mejillas que junto con la sangre seca que presenta en casi todo su menudo cuerpo, en su gran mayoría ajena, y la ropa rasgada a la altura de codos y rodillas, le confieren un aspecto de mendigo veterano a pesar de su corta edad.
Ha observado el horror y la muerte en toda su crueldad, cientos de heridos, muchos de ellos mutilados y deformes y decenas de muertos en la sublevación del cuartel de artillería que capitaneaban los también fallecidos Daoiz y Velarde, pero también ha comprobado de cerca el valor y el orgullo de una nación.
Escapó milagrosamente de la carnicería y lo sabe, ahora sólo quiere volver a ser un niño y abrazar a su madre con todas sus fuerzas.
Amanece gris y sombría la mañana del tres de mayo.
Paquillo cuenta sólo 12 años pero jamás olvidará lo acaecido durante el día anterior. Participó como uno más durante toda la jornada llevando a cada cañón la pólvora necesaria para descargar sus bramidos de muerte y destrucción, estos, faltos de metralla, disparaban sólo balas contra las tropas invasoras. Todavía tiene la cara tiznada de negro y costras de pólvora pegada a las mejillas que junto con la sangre seca que presenta en casi todo su menudo cuerpo, en su gran mayoría ajena, y la ropa rasgada a la altura de codos y rodillas, le confieren un aspecto de mendigo veterano a pesar de su corta edad.
Ha observado el horror y la muerte en toda su crueldad, cientos de heridos, muchos de ellos mutilados y deformes y decenas de muertos en la sublevación del cuartel de artillería que capitaneaban los también fallecidos Daoiz y Velarde, pero también ha comprobado de cerca el valor y el orgullo de una nación.
Escapó milagrosamente de la carnicería y lo sabe, ahora sólo quiere volver a ser un niño y abrazar a su madre con todas sus fuerzas.
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