RELATO 201
99 palabras
Xavier Ortells Nicolau.
Premiá de Mar, (Barcelona) – España.
99 palabras
Xavier Ortells Nicolau.
Premiá de Mar, (Barcelona) – España.
LA BELLA Y LA BESTIA
Siempre fue mi voz la que me brindó mis escasos amores y prestigios. Si atraje fue por teléfono, a oscuras, o disfrazado. La radio era mi destino natural, y fui feliz hablándole oculto al aire de la noche. Las cartas llegaban a sacas a la redacción: declaraciones de amor desesperado, súplicas, confesiones, emocionadas peticiones. Y entonces la dirección decidió acercar la radio a la gente y abrieron un enorme ventanal en el estudio que daba a la calle y todos los que acudían a conocerme rompían a llorar al ver el rostro horrendo del que salía esa voz preciosa.
Siempre fue mi voz la que me brindó mis escasos amores y prestigios. Si atraje fue por teléfono, a oscuras, o disfrazado. La radio era mi destino natural, y fui feliz hablándole oculto al aire de la noche. Las cartas llegaban a sacas a la redacción: declaraciones de amor desesperado, súplicas, confesiones, emocionadas peticiones. Y entonces la dirección decidió acercar la radio a la gente y abrieron un enorme ventanal en el estudio que daba a la calle y todos los que acudían a conocerme rompían a llorar al ver el rostro horrendo del que salía esa voz preciosa.
RELATO 202
100 palabras
Juan Benito Rodríguez Manzanares.
Valencia – España.
100 palabras
Juan Benito Rodríguez Manzanares.
Valencia – España.
PRECIOSA
Si sabéis la respuesta podéis llamar a Onda Polígono. ¡Os espera un magnífico premio!
- Hola
- Hola preciosa. ¿Desde dónde nos llamas a estas horas de la noche?
- Desde el Súper 24 Horas de la calle, Juan Benito, 12
- Esperamos que te sea leve. ¡Dinos la respuesta!
- La luna.
- Exacto. Has ganado…
- Al suelo guarra.
- ¿Qué ocurre preciosa? –El teléfono cae al suelo. Se oyen varios golpes.
Onda Polígono alertó a la policía, la cual llegó rauda salvando a ‘Preciosa’ de un brutal robo con violación.
Preciosa esa noche ganó algo más que un disco, gracias a Onda Polígono.
Si sabéis la respuesta podéis llamar a Onda Polígono. ¡Os espera un magnífico premio!
- Hola
- Hola preciosa. ¿Desde dónde nos llamas a estas horas de la noche?
- Desde el Súper 24 Horas de la calle, Juan Benito, 12
- Esperamos que te sea leve. ¡Dinos la respuesta!
- La luna.
- Exacto. Has ganado…
- Al suelo guarra.
- ¿Qué ocurre preciosa? –El teléfono cae al suelo. Se oyen varios golpes.
Onda Polígono alertó a la policía, la cual llegó rauda salvando a ‘Preciosa’ de un brutal robo con violación.
Preciosa esa noche ganó algo más que un disco, gracias a Onda Polígono.
RELATO 203
107 palabras
Susana García Micol.
Murcia - España.
107 palabras
Susana García Micol.
Murcia - España.
NOTICIAS DE LAS SEIS
Buenos días:
-Se le ha dado caza al último maltratador de la tierra, ha sido en la sierra de María, en el Sureste español.
-Según los datos de la ONU, el peligro de extinción de los niños hambrientos ya es un hecho, se calcula que quedaran tres o cuatro en todo el planeta, y se prevé que el problema desaparezca en los próximos tres meses.
-La real academia de la Lengua Española, aprobó ayer la supresión de las palabras guerra, envidia y rencor, puesto que dicen, son términos que están en desuso…
…Estas han sido las noticias de las seis, desde la 107.8, “radio Futuro”
Buenos días:
-Se le ha dado caza al último maltratador de la tierra, ha sido en la sierra de María, en el Sureste español.
-Según los datos de la ONU, el peligro de extinción de los niños hambrientos ya es un hecho, se calcula que quedaran tres o cuatro en todo el planeta, y se prevé que el problema desaparezca en los próximos tres meses.
-La real academia de la Lengua Española, aprobó ayer la supresión de las palabras guerra, envidia y rencor, puesto que dicen, son términos que están en desuso…
…Estas han sido las noticias de las seis, desde la 107.8, “radio Futuro”
RELATO 204
107 palabras
María Mateos López.
Palencia - España.
107 palabras
María Mateos López.
Palencia - España.
EL DÍA DE LA RADIO
Hoy no faltó nadie a la comida, aunque más pendientes de la pequeña radio, la única fuente de información que teníamos del exterior. Más que nunca, hoy la radio era nuestra única esperanza de poder salir del zulo en el que nos encontrábamos. Costó bastante encontrar una señal aún en emisión, pues prácticamente todos los tendidos eléctricos estaban caídos. Por fin un hombre con voz acelerada y fuerte nos daba la última hora sobre la destrucción de la que apenas unas horas antes no habíamos oído. Gracias a la radio, en este momento temblábamos bajo el suelo en un búnker a salvo del mayor huracán del país.
Hoy no faltó nadie a la comida, aunque más pendientes de la pequeña radio, la única fuente de información que teníamos del exterior. Más que nunca, hoy la radio era nuestra única esperanza de poder salir del zulo en el que nos encontrábamos. Costó bastante encontrar una señal aún en emisión, pues prácticamente todos los tendidos eléctricos estaban caídos. Por fin un hombre con voz acelerada y fuerte nos daba la última hora sobre la destrucción de la que apenas unas horas antes no habíamos oído. Gracias a la radio, en este momento temblábamos bajo el suelo en un búnker a salvo del mayor huracán del país.
RELATO 205
106 palabras
Silvia Carpena Sáez.
Madrid - España.
106 palabras
Silvia Carpena Sáez.
Madrid - España.
SSSHHH
“Es curioso cómo, a veces, un mísero segundo se hace eterno y sin embargo, en otras ocasiones, una tarde se nos pasa volando, ¿verdad?”, comentó la locutora rompiendo los retazos de ese tímido silencio.
Al otro lado del micrófono, miles de oídos ávidos de escucha prestaban atención a todas las frases que Sandra pronunciaba.
“¿Qué es más importante: un silencio o una palabra?, ¿puede un silencio transmitirnos más que un diálogo?”, continuó la locutora. “Os dejo unos minutos y pasamos al turno de llamadas”.
Sandra apagó el micro y bajó su mano derecha. El técnico de sonido lo captó y puso la canción “The sound of silence”.
“Es curioso cómo, a veces, un mísero segundo se hace eterno y sin embargo, en otras ocasiones, una tarde se nos pasa volando, ¿verdad?”, comentó la locutora rompiendo los retazos de ese tímido silencio.
Al otro lado del micrófono, miles de oídos ávidos de escucha prestaban atención a todas las frases que Sandra pronunciaba.
“¿Qué es más importante: un silencio o una palabra?, ¿puede un silencio transmitirnos más que un diálogo?”, continuó la locutora. “Os dejo unos minutos y pasamos al turno de llamadas”.
Sandra apagó el micro y bajó su mano derecha. El técnico de sonido lo captó y puso la canción “The sound of silence”.
RELATO 206
102 palabras
Lidia Beatriz Ferreyra Tello.
Córdoba - Argentina.
102 palabras
Lidia Beatriz Ferreyra Tello.
Córdoba - Argentina.
IMÁN INVEVITABLE
Noche a noche. Justo a las 21,30 comenzaba el programa radial que, especialmente los etenos soñadores, escuchaban.
-La Radio es un imán inevitable, se dijo Liz, la poeta destacada del lugar.
Resolvió llevarle al Programa uno de sus libros.
Los ojos del locutor y dueño de la emisora se encontron por vez primera con los de Liz.
José se enamoró desde el comienzo. Ella luego lo amo con alma de poesías sublimes.
Tiempo más tarde le dejó en Mesa de Entrada el libro de poemas: El Cielo la Rosa y Tú, escrito para él.
Esta ofrenda, fue el último recuerdo entre ambos.
Abordó la barcaza con ansiedad. Preguntó a qué hora saldrían. En media hora, le gritó un hombre que cargaba paquetes pesados. Vuelvo enseguida, guárdeme el lugar… se bajó, encendió un cigarrillo y caminó por el muelle hacia la calle. Mentalmente, escribió el mensaje. “Salgo de Tenaún. Llegó a las 13.00. Cargo madera. Avisarle a Juan Oyarzún que lleve carretilla. Rodolfo” Variaba el orden de las palabras mientras subía la escalera. Al otro lado del canal, Juan tomaba mate, cuando escuchó lo que Rodolfo le decía a kilómetros de agua. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Su hermano volvía a casa y el receptor se lo anunciaba.
Lágrimas sin consuelo, días grises tras una ventana empañada y a lo lejos, se oye el rumor de una canción, una melodía que sale de la radio y me devuelve a la realidad, la emisora acompaña indirectamente mi tristeza con baladas que perturban mi alma.
Recuerdos de la noche anterior, la tristeza y la impotencia de cuando te abandonan sin motivo, dejándote sin amor alguno, y volver a noches solitarias en una cama fría, besos sin amor y abrazos sin ternura. Las lágrimas empiezan a inundar mis sabanas cuando una canción alegre resuena y me saca una sonrisa.
Otra vez vuelves a alegrarme el día “Onda Polígono”.
Siempre leo grafitis en mi programa de radio semanal. Son ocurrentes, creativos. Y gustan a los oyentes. Especialmente a una. Natalia. Sus mensajes son especiales, distintos: “Hola, soy Natalia, el texto de un grafiti y finalmente su número de celular incompleto, quince-cincuenta y cinco…..sonrisa y nada mas.”
Así durante dos años.
Hoy no me llamó aún.
Raro.
Termina mi programa y estoy nervioso.
Cometo errores, reprocho al operador y para colmo se tilda la computadora.
Termino mal, con mal humor.
Junto mis cosas y voy a mi auto. Entonces una sonrisa se dibuja en mi rostro.
El grafiti frente a la radio dice:
Soy Natalia doce quince.
Cada dia, a las seis de la tarde, un repertorio de tangos me traslada setenta años atràs, para imaginar a mis abuelos bailando al son de una victrola.
Desde que tengo memoria, Don Ernesto, el vecino mas antiguo de mi barrio, sintoniza el mismo dial de una radio sempiterna y tararea sus nostalgias al compàs de esas viejas melodìas desgarradas. Y cada dia tambièn, el volùmen de su radio me recuerda que se acerca al centenario.
Faltan dos minutos para las seis de la tarde y permanezco atenta al transistor de Don Ernesto. Si no lo prende ahora, saldrè corriendo a llamar a una ambulancia.
En el frente del despacho está situada su mesa de trabajo. En la pared de la izquierda, a la altura de los ojos, se aprecia una repisa, sobre ella varias fotografías enmarcadas, varias placas y su pequeño y viejo transistor.
Hace años fue creando, con tesón e inteligencia, lo que hoy es una gran empresa ganadera.
De cuando en cuando, dirige su vista hacia aquel humilde objeto. Le llegan imágenes de sus 14 años; de todas las madrugadas en las que como zagal, con el rebaño “del amo”, con el cayado y con su transistor, iniciaba su jornada de trabajo de sol a sol.
Transgrediendo numerosas dimensiones hiperespaciales, el vehículo HX23, de procedencia L53R21, penetró en la atmósfera terrestre. Sus cinco tripulantes estaban empeñados en seguir unas apetitosas ondas de radiofrecuencia. Como producto de esa hábil persecución descubrieron una emisora de fiesta y deporte cuyas emisiones les han conmovido.
Salieron de la nave realizando extrañas danzas e imitando canciones y locutores deportivos, gesticulando con sus manos de siete dedos. Antes de aterrizar, enviaron a su planeta un informe básico con las emisoras detectadas. Ignoramos si ese informe llegará efectivamente a sus jerarcas. Al parecer, sólo desean ser invadidos por el ritmo trepidante de nuestras exóticas ondas de radio.
A ti...mi amor, que siempre me hablas sin preguntar
Que sin cuestionar mi malestar, me escuchas atenta.
Compañera de mil viajes, que aunque no te escuche
tú sigues hablándome, porque sabes que te siento,
aqui...muy cerca, y siempre estarás aqui, para consolarme
Porque a través de mi, tú también sientes...vives.
¿ Qué sería de nosotros, si nadie nos escuchara?
Tú nos traes consuelo, compañía, amistad sincera,
Nos mimas y cuidas, porque queremos escucharte.
Aprender de ti, querete y valorarte
Y cuando te pones tierna, mimosa y me enamoras,
cuando no te escucho...cuento las horas
de volver a tenerte, aqui...muy cerca...
y volver a embrujarme, con tus palabras
y volver a dormirme...con tus baladas.
Con miedo, incluso, Nuria escudriñaba detrás del aparato de radio. Las extrañas luces encendidas en su interior, que su abuelo definía como “Válvulas”, la fascinaban.
La niña, de seis años, pensaba regalar a su novio de cinco, algo especial por su cumpleaños. Aquella caja de radio antigua, estaba entre lo que ella llamaba “exclusivo”.
En su cabecita, veía el aparato como una primitiva televisión de juguete, que solo hablaba y no se veía nada. El abuelo descubrió a tiempo la “transacción”. Nuria, llora desconsolada en su habitación, justo al otro lado de la pared, donde mora su novio.
Con tan solo nueve años, apuraba a leer las instrucciones del juego de electrónica para colocar la última pieza que le hiciera salir al aire.
Probó en el viejo aparato de papá con una cinta de Luis Mariano, de las que tanto gustaban a su madre: y funcionó.
Se presentó en la cocina, donde mamá moldeaba unas empanadillas, y colocó la radio sobre la encimera. Volvió corriendo a su cuarto y desde allí pronunció las palabras mágicas: “Radio Rufo en antena. Emitiendo desde mi habitación para toda la casa. Con cariño, para mamá.”
Mientras en el salón, su verdadero hijo encendía el secador para provocar interferencias.
Unas bragas blancas. Una pequeña camiseta verde. La cara sonriente de Maribí sujetando la puerta de su habitación del hostal:
-¡Ah! Eres tú… -suelta.
Y después me planta un beso.
-¿Siempre abres así la puerta? -pregunto.
-Claro -dice-. No veas lo bien que me tratan después los empleados...
En la habitación está sonando Dust in the wind:
“… Don’t hang on,
nothing last forever but the earth and sky...”
-¿Es un cedé? -pregunto.
-Es la radio -dice ella-. No me gustan los cedés, siempre sabes cuál va a ser la próxima canción…
Yo me quedo mirándola y ella añade:
-Con la radio siempre es más emocionante…
La noche oscura , sin luna.-
Un anciano solitario , perdido en sus viejos pensamientos , tal vez sin saber donde esta su casa , espera algo que no recuerda , en un banco de esa plaza sin gente , ni siquiera luces.-
Un ruido sordo de pasos furtivos , ahogados por una música dulzona que emite una vieja radio a pilas que acompaña al viejo.-
Los pasos cesan. Ahora el ruido nítido de una tráquea segmentada por un cuchillo y al borbotón de sangre de la garganta ; la misma melodía . La noche oscura , sin luna......sin luces.-
-Vamos a una tanda comercial y perdonen amigos oyentes....no es bueno que un locutor se quede sin palabras
pero este llamado al aire ha sido un golpe emocional.
Perdón por usar este micrófono para responder un llamado personal al aire.
-Te amo amor...y me alegra oír tu llamado aunque haya participado toda la audiencia, ese viejo tema que acabamos
de escuchar vuelve a unirnos a través de la radio como ayer.
-Amigos...gracias por sintonizar esta emisora y permitirme el relato de esta lágrima que no pueden ver...
-Comerciales y volvemos.
Un día como el de hoy, pero del año 2084, el doctor Erik Larsson recibía el Premio Nobel de Física por la invención del amplificador y acelerador de las ondas hertzianas. Gracias a dicho aparato, descubrimos la existencia de un universo paralelo. Ese mismo día, a través de la emisora de radio 107.3 bis, nos enteramos de que el doctor Erik Larsson bis era galardonado con el otro Premio Nobel de Física.
Francisco era un mendigo. Su vida, entre una cosa y otra, había acabado siendo un desastre: sin empleo, abandonado por su mujer, sus hijas y sin más familia que ellas tres. En tal situación, Francisco se había echado a la calle. Un día, estando cerca de un albergue, oyó un programa de radio a través de una ventana abierta y con las pocas monedas que tenía decidió llamar. El resultado fue maravilloso: tras hablar con el locutor, varias personas respondieron ofreciéndole un puesto de trabajo o alojamiento. Con los ojos lleno de lágrimas por aquella dicha, aquel programa de radio le cambió la vida para siempre.
Es cierto que nací hace algunos años pero soy joven. Aunque tengo muchos años de experiencia sigo aprendiendo día a día.
He aprendido a dar buenas noticias, como el fin del nazismo, malas noticias como el inicio de tantas guerras, pero de lo que más he aprendido es todas las personas que me rodea. He tenido el privilegio de conocer a mucha gente, de diferentes culturas, estudios, niveles sociales y edades y eso me ha permitido ampliar mi mente y comunicarme sin prejuicios con todos. Muchas gracias por escucharme tantos cada día, gracias por participar de mi vida.
Pretendo difundir por la radio un alegato al mundo, aprovechando este concurso que está limitado a ciento siete palabras. Mas si bien poseo alguna elocuencia, con tan escasas palabras me queda muy poco por expresar. ¿Como podría abogar contra la violencia en la sociedad? ¿Como podría condenar el genocidio de aquellos pueblos sojuzgados en noches mustias de impunidad? ¿Como podría exhortar contra las guerras, para que surja un hombre nuevo lleno de esperanza, donde con un arma cargada de justicia cabalgue iluminada la razón? Ya ven, con ciento siete palabras es imposible esclarecer todas estas cosas. Pero las cosas se reivindican solas, solo basta con no olvidar.
La mano del opresor había silenciado la palabra, las emisoras radiales del país y canales televisivos habían sido intervenidas por el gobierno, el pueblo sublevado, ya ahogado, comenzaba a desorientarse por falta de información. Comenzaba a disminuir el clamor desesperado, empezaba a aparecer la apatía.
Corrió, se deslizó. Finalmente lo había conseguido, ya estaba frente a aquel micrófono.
-¡Libertad! ¡Educación! ¡La educación los despojará de la ignorancia, no serán manipulados, les proveerá tierra, sustento para sus hijos! Educación, la verdadera emancipación….el verdadero camino a la libertad. Acceso a su independencia.-
Se oyó un disparo….silencio….cayó inerte….la voz había sido callada….mas no su palabra….no su mensaje….”educación para los pueblos”.
- ¡Mamá, mi hermano me está molestando!.
- Querido, ¿puedes subirle a la radio?.
Extrañado, él, subió el volumen; mientras, de reojo, observaba a su esposa quien iba de copiloto.
- ¡Mamá!, ¡Ma…
- Un poco más.
- Pero… los niños te están hablando –respondió él, volteando a ver a sus hijos por el retrovisor.
- ¡Sú-be-le! –dijo ella.
- ¡Mamaaaaaaaaaá!.
- ¿Le aumento? –preguntó él, con una mano en el volante y otra en la radio.
Ella asintió con la cabeza y, tras varios segundos y unos cuantos decibeles más, dejó salir un suspiro.
- Suficiente, amor… es el volumen perfecto.
"A pesar de sus años, Tizona había sido trasladada a varios sitios. Aún estaba ahí, pero lo que nadie consideraba eran sus añoranzas. Echaba de menos aquel “menáge a trois” en el que sus amantes Rodrigo y Babieca le hacían feliz. Quería sentir caricias de nuevo.
Había visto el paso del tiempo medido en siglos, aunque se sentía joven y pronto empezó a contar con las nuevas tecnologías. Entró en páginas de contacto y puso un anuncio en la radio. El mensaje era este:
“Busco Caballero Andante,
Apuesto y Galante,
De Excelente Montura”
Las respuestas no se hicieron esperar. Los mensajes le llegaban a su Blackberry."
Me ensimismo con la radio. No lo puedo evitar. Si en el trabajo están hablando de temas que no me apetece oir, me pongo los cascos y dejo que el locutor me transporte a otro mundo, lejos de sus estupidas conversaciones. Si acabo de discutir con mi madre o me siento más fea que Pifio,como hoy, pongo la radio del coche a todo volumen y empiezo a cantar como una posesa.
Así que le pido comprensión, señor guardia. El que me haya saltado el stop y haya llevado por delante el retrovisor del coche patrulla no ha sido culpa mía, sino de la radio.
En una tienda me compré un micrófono. Por capricho. Mi sueño frustrado: ser un gran locutor de radio. Al regresar a casa, me encontré en la escalera con mi vecina, de la que decían, sufría fuertes depresiones. Me sentía inspirado y quise animarla con unas palabras. Y no me hizo falta ningún micrófono.
Supe que se casó.
Pensé en el poder de la palabra. A decir del famoso filósofo: es un poco de aire estremecido, que desde el principio de los tiempos, tiene el poder de creación.
Arrinconé el micrófono y pedí trabajo en una emisora.
Nació con la palabra fracaso, en letra verdana, tamaño cuatro o así, escrita detrás de la oreja; sin duda una broma del fenotipo. Iba de mal en peor, a la deriva. Su novio fue el primero en darse cuenta y llamó al programa radiofónico de la doctora Nínive. Ella los convenció para ir a su clínica y quitarse la leyenda. Pero debajo de “fracaso” llevaba escondida la palabra “killer”. Comenzó a hablar inglés perfectamente y, en la propia consulta, les clavó sendos bisturíes en la yugular a ambos, y con su sangre se escribió en la palma de la mano la dirección de la emisora.
La radionovela nos restituía las ilusiones perdidas. Sara había obtenido la radio, no quiso contarnos cómo. La encendíamos cuando todo estaba a oscuras. Una sordera de ripio nos adormecía los oídos hasta esa hora. De pronto, esas voces nos mojaban los ojos y nos arrancaban suspiros. Cuando el capítulo acababa y la música corría un telón tan dulce que parecía tejido con besos, apagábamos la radio y nos dormíamos sonriendo, con una semilla de esperanza sembrada entre las sábanas sucias y raídas. Muy pocas sobrevivimos a Auschwitz. La mayoría de nosotras se quedó dormida en las cámaras de gas soñando con el final feliz de la radionovela.
Lo primero que hice al llegar fue encender la radio. Yo sabía que no era compañía de verdad, sino unas ondas invadiendo la habitación, y que jamás había conocido ni conocería al propietario de aquella voz que visitaba cada rincón de una casa que, muy a mi pesar, había permanecido tanto tiempo cerrada. Aún no podía decidir siquiera si el tema del que hablaban me interesaría o no. Sin embargo recuerdo que hasta que no me senté en el salón, y la voz del locutor acarició mi cuerpo, no llegué a reconocer que por fin, y después de todo lo que había pasado, había vuelto a casa.
Las ocho de la mañana, espero en la cama, tienen que venir por mí. Me acompañas en el desayuno y en el camino al centro.
Pasan las horas, me olvido de quién soy, pero tu voz me trae de nuevo al mundo, regresamos a casa.
Me ducho, bueno, me duchan, me acompañan a mi habitación, te siento de nuevo, estás ahí para decirme dónde estoy.
Por la noche tus palabras me refugian, me ayudan a saber que sigo vivo.
A veces me siento un cualquiera y nadie debe sentirse así. Si mi voz aún saliera, si mi voz aún dijera... al menos ahora eres tú mi voz.
Radio reloj... ? El revolucionario que queremos en la organización política de la Revolución se forja masivamente, se crea masivamente, son cuadros revolucionarios, con el verdadero espíritu revolucionario, con la profunda convicción del verdadero revolucionario, que sabe pensar, que sabe discutir, que tiene una convicción, que tiene una disciplina, que tiene una conciencia nueva, una actitud nueva ante la vida.
¡Enrique no podemos comer tanta mierda! Al final cuando esto se caiga vamos hacer los primeros en ser linchados... ¡Vámonos de viaje!
¿Y nuestra convicción revolucionaria? ¡Escucha a Fidel!
¡Apaga el radio! Las noticias te están nublando el cerebro.
Tu voz al vuelo me arranca de los brazos del sueño para despertar mis sentidos. Bajo tu influjo, muerdo la pena de quien sufre. Deseo que caiga el telón a tanto dolor que sin embargo se esfuma bajo el agua de la ducha de un día repetido. La publicidad de un viaje a una isla caribeña me devuelve la sonrisa. Me escapo a sus playas de arena fina. Carpe Diem.
Esa noche, el locutor de radio se sorprendió al no recibir la llamada diaria en su espacio nocturno “Tú opinas”, de la mujer que, desde hacía dos años, lo tenía hipnotizado con su voz y sus comentarios tan afinados. Solo sabía de ella su nombre, África.
En varias ocasiones, había estado tentado de pedirle el número de teléfono, fuera de antena, para solicitarle una cita. Decidió que, la próxima vez que interviniera, lo haría.
Cuando salía de la emisora, un colaborador le informó que una chica había sido atropellada mortalmente minutos antes de finalizar su programa, delante de la emisora. Su nombre era África.
Todo comenzó esa mañana en que yo escuchaba un chachachá en la radio, incluso aprovechaba para bailar con la escoba mientras estaba el café pues asistía a clases de baile y no tenia con quien practicar. A continuación siguió un concurso de cantantes brasileros. Sonaba la música, me lancé como un rayo, agarré el teléfono y llamé rápidamente. En efecto, ha sido ganador de una entrada para la celebración de nuestros diez años -dijo el locutor- No me lo podía creer! En la fiesta las orquestas cubanas tocaban sin parar. Allí la vi por primera vez bailando con sus amigas, desde esa noche no nos hemos separado.
Sintonicé la voz de mi conciencia, buscando en el dial de mis sentimientos, entre la onda media de mis miedos y la frecuencia modulada de mis deseos.
Quiero encontrar una melodía de brillantes ilusiones y sueños luminosos en la oscuridad de mis noches. Un paraíso dentro del infierno de la rutina cotidiana. Todo el que busca encuentra y hallé una voz sonora que me decía: ¡Arriésgate, sé tu mismo; sintonízate en tu dial! ¡Sé un genio en el páramo de la mediocridad!
Las ondas son aliento y alimento de mi soledad acompañada. El viento de la vida transmite ondas vitales más allá del silencio de la muerte.
La radio vomitaba la sangre y los dientes de aquel pacto en la montaña. La sombra del estruendoso cacharro cubría casi de forma total la cubierta del DVD que Pablo y yo solíamos ver los domingos por la mañana, antes de que su alma fuera engullida, macerada y escupida a la salvaje tierra del desfiladero. Él, Pablo, carne infectada, era pobre por su muerte e idiota por sus merecidas circunstancias. La sexy voz del locutor me hacía creer que el cuerpo de aquel chico estaba cosido y que el barro, finalmente consiguió cicatrizar las puñaladas. Mientras, las remembranzas sonoras rebotaban, se escondían, me mataban.
Suena música en la radio. Una salsa se menea al compás de los timbales. Yo también.
Suena música en la radio. Un bolero se abraza al ritmo seductor. Yo también.
Suena música en la radio. Una marcha desfila en el día de la patria. Yo también
Suena música en la radio. Un tango llora un amor. Yo también.
Ese locutor anuncia en la radio: _ En esta ciudad falleció la escritora…
De pequeño pasaba largas horas escuchando la radio. Delante de un colador, imaginaba ser un importante locutor que llevaba al rincón más recóndito del país los últimos acontecimientos mundiales.
“Este artilugio del demonio te dará dinero”, me decía aquel viejo gruñón a quien las ondas hertzianas habían cogido por sorpresa. Tras su repentina muerte, papá declaró un rígido luto y mandó el aparato Radiola al sótano.
Años después, nostálgico, lo encontré y decidí llevarlo a reparar. He de reconocer que no me sorprendí cuando el técnico comentó que había encontrado varios fajos de billetes en su interior. Y es que ya me lo advirtió el abuelo...
Ni una canción. Eso es lo que duró nuestra despedida. Una taza de café, tres minutos y 23 segundos de ondas radiofónicas y se acabó. Hoy sigo sintonizando la misma emisora en busca de esa melodía que lleva dentro tu recuerdo.
El museo del Ejército de Toledo se mostraba esplendoroso.
Mi mujer y yo, recorríamos sus estancias y paramos en una maqueta especial.
En ese preciso instante, solo me venía a la mente mi hijo, destinado en Afganistán, del que no teníamos noticias por radio desde hacía días.
Su defensa para el destino, unas cuantas horas de simulador, según él, tan real que llevaba aprendidos los caminos, rutas reales y si fuese necesario el tiro al blanco y su destrucción. “Pero, ¿Porqué destruir? ¿No iban en ayuda humanitaria?”
Cruzamos nuestras miradas y apretamos las manos, mientras unas ligeras lagrimas se deslizaban por nuestros rostros: “¿Acaso pensábamos lo mismo?”
Me quedé prendado de tu voz. El eco de tus palabras atravesó mi tripa y sentí el aleteo de una mariposa en el estómago. Te confesé mi amor, pero tú seguiste hablando, articulando vocablos, hilvanando frases con frialdad como si entre los dos hubiese una distancia insalvable. Me acerqué. Quería besarte, deseaba que nos fundiéramos en un único ser. Tú y yo, juntos para siempre. Hasta el fin de los días. Podía notar tu aliento y entonces me dijiste que lo nuestro era imposible; yo estaba casado y tú… Tú eras una vieja radio.
De repente, Eva detuvo su mirada en la vieja radio que dormía en la estantería. Se la trajo de su casa cuando su padre murió. ¡Qué recuerdos le traía aquella radio, omnipresente en sus vidas! Recuerdos felices de su infancia, alrededor de esa radio. Y ahora estaba allí, olvidada, muda, sin vida, como ella… Eva se levantó despacio y la cogió pensando que ya no funcionaría. La manipuló y sorprendida observó que funcionaba. Esas viejas radios combinaban a la perfección belleza y fortaleza, como las mujeres de su generación. Quizá si alguien la manipulara a ella, la encendiera, se sorprendería de la vida que aún tenía dentro.
Miguel sostiene la pequeña radio en la mano derecha, mientras el pinganillo pegado a su oído izquierdo le hace más soportable las horas de insomnio. En unos minutos las noticias y constatará la hora de una madrugada más. Acaba de oír las maravillas amorosas de una viejecita cantando su amor al marido de setenta años. Cuentan sus vidas, sus amores o desamores, sus dolores o soledades. A miguel no le gusta la música. En la cama contigua su esposa duerme con respiración profunda. Una noche más de horas en vela, esperando el amanecer. A los pies el ángel que parará su corazón herido por un viejo infarto.
El teléfono ya no suena. Las personas ya no la visitan. Por un motivo o por otro sus seres queridos se han ido, dejándola tan sólo rodeada de efímeros recuerdos.
De noche, el silencio es imponente y la soledad, insoportable. Celina lo sabe. Lo sabe, pero no lo acepta. Ella tiene sus artilugios para dar pelea. Todas las noches antes de irse a dormir, enciende su pequeña radio. Su casa se inunda, por primera vez en el todo el día, de una voz humana que no es la de ella. Y ella se duerme, acompañada de su locutor favorito. Se duerme, menos sola. Se duerme, feliz.
Fue un acto reflejo. Lo vi entrar y no pude reprimirme. El transistor fue volando hasta su cabeza y la penumbra de la habitación fue cómplice de mi puntería al no permitirle ver lo que se le venía encima. Nunca he sido una persona religiosa, pero conozco bien el rito cristiano y mi último deseo no es recibir la extremaunción, si no escuchar la radio.
Cuando me tranquilicé, recordé que en el cajón de la mesita todavía debía tener un móvil, de esos antiguos, con miles de funciones inútiles que jamás ni pude ni quise utilizar, pero con radio incorporada. Todavía funcionaba. Ya podía morirme en paz.
Es mi amiga. Siempre me cuenta todo lo que pasa aquí y en cualquier lugar. Cosas buenas que escucho con interés pues de ellas se puede aprender mucho. También me informa de sucesos desgraciados que me afligen y que me hacen reflexionar y me ayudan a conocer el mundo que nos rodea y sus gentes. Otras veces me presenta a personas muy interesantes. Estas pueden ser artistas, científicos, médicos, incluso políticos, aunque a éstos no me gusta oirles, pues siempre están intentando convencerme de lo que dicen y me resultan patéticos. Y mientras me habla yo puedo estar haciendo cosas y ella no se molesta. Gracias radio.
Aún no se lo explicaba. Si en un principio perdió su empleo, luego fueron sus bienes, y hasta su autoestima. Un día acabó en la calle, con unos cuantos cartones reciclados como mantas, los restos de una botella de cerveza y una vieja radio que lo acompañaba en esa nueva etapa…
Durante el día iba por los contenedores, rebuscando cualquier tesoro hipotético que alguien hubiera rechazado. Por la noche, dormía en su rincón, siempre con la radio.
Sin embargo, el día que se le agotaron las pilas a su radio, ese día decidió ponerse a mendigar, y salvar la única ilusión que aún le quedaba.
Era la primera vez que se veían.
Uno comenzó a hablar de experimentos pioneros en Bolonia, de atardeceres inalámbricos entre Penarth y Weston, de un verano de luces y sonidos en el arsenal naval italiano de La Spezia.
El otro recordó frías infancias ya casi olvidadas en Similjan, largos viajes de juventud desde Graz a Praga, magnéticos años neoyorquinos y algún que otro affaire con un tal Edison.
Escucharon las verdades del otro y les parecieron suyas, pero ciertamente no sintonizaron...
Luego el destino repartió glorias y silencios por igual y eligió para su pequeña historia de azares y vanidades sus propios diales y sus propias frecuencias.
Tiempo atrás, pronto a embarcarme desde Tánger a Marsella encontré en el muelle una pequeña radio que, una vez encendida, emitía en un árabe incomprensible. Ya en España, me enseñó a disfrutar del gracejo castellano de Madrid y más tarde de las habaneras de la Costa Brava. Cuando me hizo conocer hermosas canzonettas a lo largo de la ribera italiana, noté se comenzaba a cubrir de un óxido nostalgioso que enrarecía su fidelidad. Hoy, nuevamente en mi tierra, por las noches me embriaga con tangos donde el bandoneón extrae su mayor queja sentimental. La miro con afecto y me aseguro: nunca se ausentó de Buenos Aires.
Decidida a dar el último paso se movió inquieta. Recordó el motivo de su visita. Golpeó la puerta.
-Adelante-
Movió el picaporte y empujó la hoja. Escucho el sonido de la radio que siempre estaba encendida. Reconoció cada lugar donde había transcurrido su infancia.
-¿Qué querés acá, vos? ¡¿No te habías ido?!- fue lo último que dijo.
El cañón del arma dio la respuesta. María se sentó tranquila junto al teléfono mientras llamaba al 911.
Luego de hablar agitada, repaso mentalmente el “estado de emoción violenta” que había estado leyendo en un libro de Derecho Penal.
Está cansado. Ahora sabe que la esperanza no es infinita. Después de tanto tiempo solo allí dentro, rodeado de paredes frías y el eco del pasado en sus recuerdos, entiende que ha llegado el final. El cañón de la pistola lo mira fijamente. Se da cuenta de que la radio sigue encendida, desprendiendo su inalterable aliento por el pequeño altavoz. No hay nadie al otro lado. Así ha sido desde que la humanidad empezó a morir. Presiona el gatillo pero no ocurre nada. Se alegra de seguir vivo pero se maldice por no estar muerto. En ese momento la radio le saluda: “Hola. ¿Hay alguien ahí?”.
Empieza a las seis, puntual como siempre. La voz del locutor danza sobre mis recuerdos como un ave mensajera. No importan las palabras, siempre son, siempre serán las mismas. Y comienza la canción. Apareces a mi lado, casi transparente, me rozas con el eco de tu perfume, invitándome a seguirte a través de tus saltos graciosos y tus giros de niña traviesa. Me dejo llevar… nos burlamos del tiempo y de las fronteras mientras la música corre a mis espaldas, casi definitiva, sólo casi. Cuando la canción termina te esfumas de repente, pero sé que volverás mañana. A las seis encenderé la radio y te esperaré.
Mientras el barco se mecía en las aguas del Atlántico, Lou se reacomodó en la silla de la solitaria sala de comunicaciones. Eran las 21 de la víspera de navidad, y ya todos dormían. En la noche fría sólo quedaban él y el Océano. Pensaba en Julie, a quien hacía tres meses no veía, cuando un extraño sonido en el receptor morse lo sobresaltó. “¿Un violín…?”
A través de la interferencia, alguien estaba tocando un villancico. Y mientras miraba el oleaje iluminado por la luna, Lou comenzó a llorar.
Esa misma noche de 1906, Reginald Fessenden realizaba desde Massachusetts la primer transmisión radiofónica pública de la historia.
Una noticia fue transmitida aquel día en mi radio:
Boletín de última hora, decía, y continuaba acerca de como estudios demuestran que las personas de mi edad no ponen suficiente atención a nada hoy en día, y medios como la radio...
...aquí completaría lo que dijo, pero siendo sinceros, me aburrí, y cambié la estación.
Emocionada entre en casa corriendo y gritando:
- ¡Madre, gané un concurso en la radio!
- ¡Convencí con argumentos muy sólidos al jurado radiofónico, de que el beso de mujer enamorada es entre todos los besos de amor el mas grande, los oyentes aturdidos ante mi forma de hablar por las ondas, no supieron que decir!
Y sin mediar palabra con su dulce sonrisa me beso en la mejilla y mirándome con la ternura de un hada a los ojos, me dijo;
- ¡Escuche todos las opiniones, pero nadie defendio el beso de amor de madre!
.....No volví a la radio.
--Para Onda Polígono -dijo el periodista acercando la grabadora a la mujer- ¿Cómo ha llegado usted a una edad tan avanzada?
--Pues, verá, hijo, he llegado a los cien años porque siempre procuré llevar una vida sana.
El periodista hizo un gesto de duda.
--Bueno, añádele unos vasitos de vino –dijo la anciana.
--¿Y ha sobrevivido treinta años a su marido?
.-Pues mira, voy a decirte lo que en verdad me ha hecho vivir tantos años. He sobrevivido tanto tiempo a mi marido porque me hice el firme propósito de no morirme hasta que se murieran todas sus amantes.
Para ti, mi radio, mi querida radio, casi tan vieja como yo. Las ondas que te alimentan y hacen que todas aquellas personas que habitan dentro de ti, hablen, opinen, rían, lloren o simplemente nos pongan al día, son las mismas de las que yo recibo vida. Tu las asimilas y proyectas, inyectando en mis venas el suero necesario para seguir aquí, postrado en mi viejo sillón, esperando lo que tenga que venir, pero sonriendo, porque me llevas a las altas cimas y profundos valles, donde yo ya no puedo ir, subido en mis pobres y cansadas piernas.
Ave, bendito invento.
Registrado. Derechos libres.-
El tercer toque del despertador es la última llamada.
Cómo un día más emprende la rutina diaria. Al llegar la noche y mientras saca a pasear a su perro se fuma un cigarro desobedeciendo a su médico.
Después le prepara la cena y se acomoda en el viejo sofá. Con deleite observa cómo se la come y enciende la radio para compartir esos momentos de tranquilidad con sus viejos amigos.
La voz del locutor consigue devolver la alegría de antaño al vetusto salón y con el perro a sus pies cae en un dulce sueño dónde los somníferos ya no tienen cabida en su recuperada vida.
Y nos vamos en directo a Arganda, aislada por las inundaciones.
- Buenas tardes Rufino… ¿cómo está la situación en el pueblo?
- …
- ¿Rufino?
- ¿qué?
- Buenas tardes, ¿que cómo se encuentran?.
- Mire usted que no le escucho… no le oigo.
- Pero Rufino…
- ¿Qué?
- ¿Que cómo está la situación ahora?.
- ¿eh?, que no le oigo…
- Pero ¡cómo no me va a oír si cada vez que le digo Rufino me contesta!.
- Nada… que no se le entiende y además, que tampoco le veo.
- ¡Pero cómo me va a ver si le estoy llamando de la radio!.
Es abril. Los Martin están reunidos junto al artefacto maravilloso que ha llegado en la mañana. Mientras oyen a la persona que habla desde una cabina muy lejana a aquella casa de suburbio, sueñan con el futuro brillante que les depara el destino. La madre imagina los rizos de los nietos que algún día tendrá. El padre saborea de antemano las utilidades que colocarán a su empresa a la cabeza del ferreteo. El hijo elucubra grandes conquistas universitarias.
Ignoran que dos años después, a esta misma hora, una banda de delincuentes pagados por una compañía rival les asesinará mientras alguien habla impasible desde una cabina lejana.
Al acostarme y apagar la luz, mi radio despertador, enciende sus brillantes números verdes. Mi mente se relaja, olvida el estrés y entra en un estado de relax extremo. Esa voz que escucho me tranquiliza, me acompaña, me reconforta.
Hace ya mucho que comenzó esa rutina nocturna, tendría yo trece años cuando mi madre aceptó un trabajo de noche para poder pagar el alquiler. Fue duro, pero en mi soledad descubrí el valor de una voz. Era cercana, cariñosa, graciosa, la adoraba. Desde entonces cada noche, enciendo la radio y escucho esa voz que me mece y me acaricia cerrando la noche con un “descansa mi pequeña”.
Fue mucho después de su puñetazo en la sede de la radio. Estaba irreconocible, espectral, había perdido su grandeza. Me saludó y evoqué su imagen de entrevistador duro, las invectivas que dedicaba a los políticos que pasaban por su programa. ¡Cuánto tiempo!, exclamó. Yo sabía que lo habían expulsado meses atrás por una crónica falsa. Le dediqué una sonrisa despectiva y me fui calle abajo, con una sensación triunfal. Él era un fracasado y yo un locutor de éxito. Más tarde, recordando su agresión, pensé que fue en aquel lejano día, a pesar de la sangre y el tumulto, cuando tenía que haberme enfrentado a mi padre.
Yo iba a trabajar como todos los días al trabajo escuchando la misma emisora de siempre, cuando después de mi canción favorita, conectó un oyente, pidiendo ayuda, hablaba de esa canción en especial que le había conectado con otra persona, solo sabía que se llamaba Sonia, habían coincidido en una fiesta en la playa y habían bailado juntos esa canción. Había sido un momento inolvidable, y ella, como aquel cuento de la cenicienta, desapareció por arte de magia y no le había dado tiempo a conseguir ningún dato más sobre ella. Cosas del destino, aquella chica era yo, y gracias a la radio, me case con él.
Escucho tu voz en soledad. Me acaricia levemente, me adormece. Siento mi sangre fluir, me da calor. Mi mano se desliza a sitios prohibidos para, contigo, encontrar mi calma. ¡Qué dulce voz! Imagino tu rostro, a mi antojo. Juntos por el bosque, tomas mi mano y la besas. Una oleada de placer me inunda. Pensamientos hostiles quieren poseer mi mente pero tú me ayudas a disiparlos. No quiero pensar ni sufrir. ¡Ahora no! Me concentro en la música que pones sólo para mí. Varios años de amor clandestino. Tú sin saberlo, yo sin atreverme a desvelártelo. La sintonía final me hace volver. Mañana te esperaré otra vez.
Como siempre, se sentó en la mesa, con el café humeante de todas las mañanas, y comenzó a remover el contenido de su taza. Sentía en su interior cierto desasosiego, cierta desilusión por un abandono premeditado de la que era difícil deshacerse y hasta zafarse. Herida en su orgullo, vilipendiada por sus circunstancias, se sentía perdida como un náufrago en alta mar; la vida, sin duda, había sido injusta con ella. Por ello, para aliviar su tristeza, puso la radio, y en ella comenzó a sonar una melodía que la alivió el alma y la hizo revivir aquellos momentos felices que ya se habían extinguido.
Faltaban dos horas para que empezara el programa. Aceleró el paso, quería llegar a casa cuanto antes, darse un baño, cenar algo y a oscuras en su habitación, tumbada en la cama escucharle, imaginarle….
No recordaba que día sintonizó la emisora y lo escuchó. Y su vida cambió, y sus noches cambiaron y dos horas en la semana se evadía de su soledad y sus penas.
Un día se atrevió a llamar pero al pasarle en directo en antena, no pudo articular palabra y él se quedo diciendo: ¿Si? ¿Quién está ahí? ¿Me escucha?.
Sus días siguen siendo todos iguales, las noches dos veces en semana no.
Eran las cuatro, estaba ansioso; aún tenía que esperar… El tiempo pasaba muy lentamente. No podía apartarme del sillón. Necesitaba que llegara el momento, necesitaba oírla ya. Necesitaba sentir ese hormigueo en mi estomago. ¿Es mucho pedir? ¡Lo necesitaba ya! Lo necesitaba tan desesperadamente como su fuese una droga. Vamos… vamos… faltaba muy poco. Las melodías que inundaban la habitación hacían que mi ansia se excitara más, o que se tranquilizara, todo dependía de la canción. Pero eso no bastaba…
¡Por fin! Su voz penetró en mis oídos como una bala .Esa mujer… Esa obsesión por oír aquella voz cada tarde… Jamás me separaré de la radio.
Marcos siempre pasaba de largo con su saxofón a cuestas pero esta vez una melodía familiar lo hizo detenerse frente al bar. Se sentó tras la barra contemplando la radio sobre el mostrador. Berta, al verlo desde el balcón de enfrente pensó: «¡la novela!». Casi de inmediato, la voz imponente del actor de radionovela irrumpió en la sala del vecino, que frunciendo el ceño alzó el volumen de su radio y arrastró sonidos con un giro del dial. «¡Vesubio, intérprete: Marcos Ferrer!», se alcanzó a escuchar instantáneamente; luego la voz se alargó, mezclándose con otras hasta sucumbir ante el anuncio: «¡Noticias, última hora!».
Aún recuerdo cuando entró en casa. Demasiado moderna, comentó mi madre; un tanto extravagante, replicó papá. Mi amigo Juan le había echado el ojo, un par de semanas antes que yo, pero al final fue mía y sólo mía. Fue casi un milagro encontrarla en un pueblo tan pequeño como el mío. Y sobre todo, poder reunir el precio que me pidieron entonces por ella. Pero no podía dejar escapar aquella radio último modelo, que me hacía soñar con ella todas las noches. Que me haría escuchar al mundo hasta el fin de sus días.
Para mí radio es un hueso que está junto al cúbito o algo que sustenta la rueda de una bicicleta; también el presente del verbo “radiar”, yo radio. Pero Radio, escrito como los nombres de los amigos, con R mayúscula, es un compañero de las noches de guardia, de los días de vigilia, de la enfermedad y de la soledad, de la noticia que te espanta o te congratula. En definitiva, Radio es aquello que, hecho de metal, tiene “almas”, algo que te llama sin cuerpo desde el fondo de una antena.
El primer día de mi cautiverio, cuando me llevaron a la selva, pude ver allí a otro de los secuestrados. Era un hombre de mediana edad que permanecía atado a un árbol, la mano que no podía proteger de la lluvia parecía muerta, la otra sostenía una radio. Esa noche escuché por primera vez ‘Las voces del secuestro’, un programa radiofónico en el que los familiares de los secuestrados envían sus mensajes. Aquel día, ingenua y esperanzada, pensaba que mi tortura acabaría pronto, sin embargo hoy he escuchado en la radio a un adolescente que dice ser mi hijo cuya voz no he podido reconocer.
Resta soledad a esas horas que decido dedicar a mi. Deja un hueco a la imaginación, pues se conforma con deleitarme los oídos, dándome la oportunidad de formar mis propias imágenes.
Hoy, pensando en eso, he decidido dedicarle unos minutos. Busco emisora. ¿Un debate?. Busco emisora. Un programa musical. Satisfecha, subo el volumen y me dedico a otras tareas, mientras mi cabeza inventa caprichosamente videoclips para cada canción. Interrumpen para dar noticias. Muertos, paro, hambre... No quiero dar imágenes a eso. Hago click y desconecto la imaginación. Enseguida vuelven las canciones.
- Venga, apaga la radio y duérmete que ya es tarde.-
Apago. Sus cálidos brazos rodean mi cintura. Dulcemente mis párpados se cierran.
Una noche más enciendo la radio, la misma locutora, la misma voz dulce que cuenta mil historias de soledad, amor y desamor.
- No estáis solos. No existe la soledad porque nosotros, tus amigos de la radio, estamos a tu lado; infinidad de oyentes están contigo…- susurra el aparato.
Yo busco entre las sábanas tu cuerpo pero no lo encuentro, en esta fría noche nadie rodea mi cintura con sus manos.
- Sí, existe la soledad.
La radio, ese aparato que antes de la televisión, ya teníamos en casa. En él escuchábamos música, noticias, y sobre todo, los domingos, el fútbol. Todos sentados en el salón le prestábamos atención para saber qué equipos ganaban.
También ahora, aun teniendo televisión, no nos olvidamos de él.
La radio, un aparato desde hace mucho tiempo, pero que no está dejado en el olvido, todavía tiene vida.
Ahora hay más emisoras que antes.
Emisoras religiosas para ancianos que no pueden asistir a Misa, la pueden escuchar. Oraciones que pueden rezar gracias a este magnífico aparato.
La radio, siempre ha sido y será.
Una pequeña interferencia, seguida de una lejana e incomprensible voz, le despertó de un profundo y nervioso sopor… alterado, agarró el deshilachado y maltrecho aparato de radio grundig y lo pegó con urgencia a la oreja… seguía sin entender ni una sola palabra… sus manos sujetaban con fuerza el objeto sonoro… perderlo sería poco menos que perder la esperanza… esperaba una señal… su labor y su deber, era no abandonar ese punto intermedio, en el que se refugiaban y transportaban noticias la resistencia… pero nadie había aparecido por allí… tan sólo, el miedo hacía acto de presencia… un miedo frío y sin cuerpo… un miedo real…
Raul decidió bajarse de la vorágine de internet y telebasura que saturaba su vida. Necesitaba recuperar aquel tiempo de felicidad que inundó su infancia, cuando era capaz de degustar el tranquilo placer de escuchar junto a su madre y su abuela la radionovela de la tarde, la emoción del partido junto a su padre y ya siendo adolescente, coger el vuelo 605 que le transportaba a un universo musical distinto.
No recordaba en que momento se alejó de las ondas pero de repente sintió la necesidad de apagar tele y ordenador, sintonizar una emisora, sentarse en el sofá con una cerveza fría y volver a ser feliz.
“Radio Quimera, son las ocho de la mañana, boletín informativo: Hoy Sábado, veintinueve de noviembre de 2014 se confirma que tras las manifestaciones pacíficas y silenciosas del pueblo Luandés, el último dictador del planeta ha abandonado el país. Todas las potencias occidentales han expresado su intención de apoyar la instauración de un sistema democrático universal y desmantelar el, hasta ahora, vigente sistema de explotación colonial y su modelo de expoliación sistemática de los recursos naturales de los países más empobrecidos, gobernados por los derrocados dictadores, dando paso así a un nuevo………”
Ayer hablé con Tomás, estaba totalmente restablecido de la depresión que casi acabó con su vida tras haber enviudado. Me contó que noche tras noche había encontrado el consuelo que necesitaba en la radio.
Cerdo mentiroso.
Por la tarde y aprovechando un descuido, me llevé su viejo receptor del dormitorio y en la impunidad de mi sótano, arranqué condensadores, diodos, bobina, batería, fusibles, relés, transformador, transistores; todo. Busqué y busqué en vano. Desolado, aparté de un manotazo el amasijo de piezas y cables que se estrelló ruidosamente contra el suelo.
No encontré nada que aliviara las largas noches de soledad que me atormentan.
Llevaba meses observándole a hurtadillas desde su posición privilegiada en la cocina, pero no había reunido el valor suficiente para hablar con él. Se despertaba sintonizando uno de esos programas de humor que comienzan casi de madrugada, seguía con las noticias y justo cuando empezaba el magazine más famoso de la radio, ahí aparecía él, guapo, esbelto, elegante y comenzaba a girar.
Ella lo miraba embelesada y subía el volumen para hacerse notar, pero era inútil. No se atrevía a declarar su amor ¡estamos en el siglo XXI! se repetía para infundirse ánimos; yo tengo circuitos impresos y no válvulas como mi abuela… ¡Exprimidor, te amo!
Esta mañana estaba fumando cuando llegó Inmaculada. Fue directo a mi radio, a apagarla a carterazos. A mí ni me saludó.
-La puta de Mariana dice que hoy llamará a su ex amor.¡¡¡Me dejarás y lo escuchará el pueblo entero!!!
Ese ex amor era yo. Salí al balcón, nerviosísimo. Cinco años esperándola. En el medio, ella se hizo famosa por su simpatía; yo, por mi melancolía barrial.
A las doce, sonó el teléfono.
-Y yo también te amo...Antes, Mariana...
Fue lo último que dije, porque no llegué a atajar el sartenazo; tampoco la sangre, y eso que la herida no sangraba desde hacía cinco años.
La primera vez que me preguntaron que emisoras de radio escucho o cual es la que más me gusta, no sabía que contestar. Ahora me invento alguna respuesta, para no quedarme sin habla, o bien respondo que me gusta toda la que hay buena música y programas interesantes. La verdad, lo que realmente me agrada del tema es intentar sintonizar alguna frecuencia desde la radio antigua de mi abuelo.
Puso la radio. Una noche más, una guardia más y a librar, por fin.
Dormir en su cama, sin uniforme, sin pijama…
Entonces paró la música moderna y la voz correcta lanzó aquel suceso horrible:
“ Se ha producido un asesinato”.
“ Se busca hombre de edad…
Se echó a temblar ya sin remedio; Todos los rasgos descritos en las ondas, coincidían con aquel individuo que le había preguntado, no muchas horas antes, si podía usar el W.C.
Fue a él sin saber lo que se encontraría:
Allí estaba el cuchillo y un rastro de pasos.
Una sombra.
Llamó a la policía antes de el fuerte grito.
El resto…
En una ocasión di con un artefacto perverso. No sería apropiado llamarlo radio, puesto que se dice que fue por él mismo que decidió qué voces transmitir y qué voces silenciar, vulnerando la democracia del éter. Pronto, otros aparatos similares lo imitaron, seducidos por el poder de censurar. De ser algunos, pasaron a millones, hasta merodear la práctica totalidad. Así surgió la dictadura del mensaje. En los arrabales del mundo una modesta radio era la única resistencia. Denunciaba la invalidez del mito de los aparatos censores y que todo era obra de los hombres. Lo sabían porque los dictadores solían confesarlo al aire en su programación habitual.
Aquella palabra salió como un chorro de aire que chocó con la membrana del PGB500 que transformó con precisión su tono emocionado y timbre agudo en una hilera de electrones que recorrieron la senda de cobre hasta entrar por una de las puertas a aquel laberinto de condensadores, bobinas y resistencias que les condujo a una misteriosa caja negra en la azotea de aquel edificio de ladrillo visto donde un árbol de metal propagó aquella voz codificada en variaciones de frecuencia por un mar de ruido en busca de cientos de bocas imantadas que devolvieron al unisono aquella palabra a su estado original.
Ha comenzado el otoño. — dijo la radio temprano en la mañana —.
Ha comenzado el otoño. — dijo el periódico, luego—.
Ha comenzado el otoño. — dijeron todos los medios informativos del país—.
Y era la primavera, pero las hojas comenzaron a caer.
El hombre de la taquilla gritó: !mataron a la reina! A un costado un hombrecillo pregunto: ¿Quién fue?, la gente que hacía fila para subirse a los juegos mecánicos salió despavorida. El rumor se regó inmediatamente de forma alarmante, nadie oyó algo pero las murmuraciones corrieron como haz de luz mañanero. El dueño del circo veía alejar sus ganancias con la gente partir. Los juegos y luces que hacían del espectáculo maravilloso se apagaron. La luna aprovechó a manifestarse. Sólo la bocina de una radio encendida que nadie se preocupó en pisotear ni apagar llamaba a la calma con una elocuente voz en el ambiente
La luz de la emisora tintineaba, como un minúsculo latido al que Juan daba vida con sus palabras.
- Recordad, amigos, atravesad el parque mudo, sentarnos en el banco humilde y recorred el riachuelo del tesón. Justad a través de 100 pasos de lizas, hasta el muro antagónico, cuya piedra negra como noche oculta, caerá revelando la llave aventurera.
- ¡Abran la puerta! – gritó una voz
- Y seguid, hasta el cielo azul. Recordadnos.
- ¡Se acabó, rojo!
Dos hombres atravesaban los Pirineos, siguiendo las instrucciones que oyeron en la radio y que costaron una vida. Todo por encontrar un futuro, lejos de los años negros.
-Le conversé… sobre el asunto, pero…
Charlie estaba INTERESADO en incorporarse a nuestro equipo.
-Pero, dice que “ya te había hablado” y que estaban de acuerdo... y por qué ahora estabas ignorando esa conversación...
-¡Mentira!- interrumpió. –Nada me ha dicho y... ¡ya no aceptaré nada!... estoy molesto porque... piensa que así logra que le trabaje gratis. Sólo en la mañana me encontré con él y... agradeció la nota que hice en mi programa, dando la bienvenida a este elemento que se incorpora a los medios...- remató Charlie.
-Entonces, el problema es entre ustedes y sólo ustedes pueden arreglarlo- concluí, decidido a no intervenir más en el asunto.
Giacomo desgranaba lentamente a causa de su grave enfermedad cada una de las notas musicales del aria. Su amigo Adami se había superado con la letra y la música no podía desmerecer tanto talento.
El príncipe cantaba conocedor de la imposibilidad de que su nombre fuera desvelado y de su boca, las notas volaban raudas hasta el pentagrama, tristes, heroicas, firmes, dramáticas...
-“¡¡¡Nessun dorma!!!”-, rogaba el personaje al autor pero Giacomo, con una sonrisa en los labios, ya se había dormido.
Dos años después, la unión radiofónica italiana transmitía desde La Scala la obra magna e inconclusa del fallecido Puccini.
Aquella mañana descubrió que la guerra ya había finalizado. Lo supo porque en la radio volvían a emitir música.
Lo anunció durante el transcurso de su último programa, mientras los agentes del Partido de la Rectitud intentaban rastrear la dirección IP del ordenador desde el cual retransmitía: tras su próxima emisión él iba a desaparecer, y luego el gobierno se desmoronaría.
Por toda Europa, millones de gentes se conectaron a la emisora de radio pirata que les había devuelto la esperanza; un disc-jockey sin rostro se había convertido en su héroe silencioso, y les había regalado los oídos con la música que el Régimen les negaba. En su alocución final, sin embargo, no les puso ningún disco; sólo habló, y les arengó para que se alzaran…
Recuerdo a mi madre sentada en su silla de enea, frente a la ventana, mientras tejía aquella colcha interminable con la radio puesta.
A veces la observaba como levantaba la vista de su labor y miraba fijamente el aparato de radio encima de la mesa camilla. Una emoción invadía su rostro y entre suspiros y canturreos volvía a su tarea.
Y me he preguntado en qué pensaba en ese momento, qué pasaba por su cabeza, tal vez imágenes de un mundo mágico de melodías, voces, anuncios, concursos…¡un mundo de sueños! ¡Qué tardes aquellas mecidas por la radio!
Noche a noche. Justo a las 21,30 comenzaba el programa radial que, especialmente los etenos soñadores, escuchaban.
-La Radio es un imán inevitable, se dijo Liz, la poeta destacada del lugar.
Resolvió llevarle al Programa uno de sus libros.
Los ojos del locutor y dueño de la emisora se encontron por vez primera con los de Liz.
José se enamoró desde el comienzo. Ella luego lo amo con alma de poesías sublimes.
Tiempo más tarde le dejó en Mesa de Entrada el libro de poemas: El Cielo la Rosa y Tú, escrito para él.
Esta ofrenda, fue el último recuerdo entre ambos.
RELATO 207
107 palabras
Cecilia Jiménez Espinoza.
Valparaíso – Chile.
EL REGRESO107 palabras
Cecilia Jiménez Espinoza.
Valparaíso – Chile.
Abordó la barcaza con ansiedad. Preguntó a qué hora saldrían. En media hora, le gritó un hombre que cargaba paquetes pesados. Vuelvo enseguida, guárdeme el lugar… se bajó, encendió un cigarrillo y caminó por el muelle hacia la calle. Mentalmente, escribió el mensaje. “Salgo de Tenaún. Llegó a las 13.00. Cargo madera. Avisarle a Juan Oyarzún que lleve carretilla. Rodolfo” Variaba el orden de las palabras mientras subía la escalera. Al otro lado del canal, Juan tomaba mate, cuando escuchó lo que Rodolfo le decía a kilómetros de agua. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Su hermano volvía a casa y el receptor se lo anunciaba.
RELATO 208
106 palabras
Sara Martín Chen.
Burguillos, (Toledo) – España.
DÍAS GRISES CON “ONDA POLÍGONO”106 palabras
Sara Martín Chen.
Burguillos, (Toledo) – España.
Lágrimas sin consuelo, días grises tras una ventana empañada y a lo lejos, se oye el rumor de una canción, una melodía que sale de la radio y me devuelve a la realidad, la emisora acompaña indirectamente mi tristeza con baladas que perturban mi alma.
Recuerdos de la noche anterior, la tristeza y la impotencia de cuando te abandonan sin motivo, dejándote sin amor alguno, y volver a noches solitarias en una cama fría, besos sin amor y abrazos sin ternura. Las lágrimas empiezan a inundar mis sabanas cuando una canción alegre resuena y me saca una sonrisa.
Otra vez vuelves a alegrarme el día “Onda Polígono”.
RELATO 209
105 palabras
Nestor Alberto Rodríguez Zappi.
Junin – Argentina.
GRAFITIS105 palabras
Nestor Alberto Rodríguez Zappi.
Junin – Argentina.
Siempre leo grafitis en mi programa de radio semanal. Son ocurrentes, creativos. Y gustan a los oyentes. Especialmente a una. Natalia. Sus mensajes son especiales, distintos: “Hola, soy Natalia, el texto de un grafiti y finalmente su número de celular incompleto, quince-cincuenta y cinco…..sonrisa y nada mas.”
Así durante dos años.
Hoy no me llamó aún.
Raro.
Termina mi programa y estoy nervioso.
Cometo errores, reprocho al operador y para colmo se tilda la computadora.
Termino mal, con mal humor.
Junto mis cosas y voy a mi auto. Entonces una sonrisa se dibuja en mi rostro.
El grafiti frente a la radio dice:
Soy Natalia doce quince.
RELATO 210
105 palabras
Maria Gabriela Erràzuriz Amenàbar.
Santiago – Chile.
LOS TANGOS DE DON ERNESTO105 palabras
Maria Gabriela Erràzuriz Amenàbar.
Santiago – Chile.
Cada dia, a las seis de la tarde, un repertorio de tangos me traslada setenta años atràs, para imaginar a mis abuelos bailando al son de una victrola.
Desde que tengo memoria, Don Ernesto, el vecino mas antiguo de mi barrio, sintoniza el mismo dial de una radio sempiterna y tararea sus nostalgias al compàs de esas viejas melodìas desgarradas. Y cada dia tambièn, el volùmen de su radio me recuerda que se acerca al centenario.
Faltan dos minutos para las seis de la tarde y permanezco atenta al transistor de Don Ernesto. Si no lo prende ahora, saldrè corriendo a llamar a una ambulancia.
RELATO 211
105 palabras
Antonio J. L. Contreras Lerín.
Toledo – España.
SU VIEJO TRANSISTOR105 palabras
Antonio J. L. Contreras Lerín.
Toledo – España.
En el frente del despacho está situada su mesa de trabajo. En la pared de la izquierda, a la altura de los ojos, se aprecia una repisa, sobre ella varias fotografías enmarcadas, varias placas y su pequeño y viejo transistor.
Hace años fue creando, con tesón e inteligencia, lo que hoy es una gran empresa ganadera.
De cuando en cuando, dirige su vista hacia aquel humilde objeto. Le llegan imágenes de sus 14 años; de todas las madrugadas en las que como zagal, con el rebaño “del amo”, con el cayado y con su transistor, iniciaba su jornada de trabajo de sol a sol.
RELATO 212
104 palabras
Marcos García Barreiro.
Marín, (Pontevedra) – España.
UN ANTENAZO SIDERAL104 palabras
Marcos García Barreiro.
Marín, (Pontevedra) – España.
Transgrediendo numerosas dimensiones hiperespaciales, el vehículo HX23, de procedencia L53R21, penetró en la atmósfera terrestre. Sus cinco tripulantes estaban empeñados en seguir unas apetitosas ondas de radiofrecuencia. Como producto de esa hábil persecución descubrieron una emisora de fiesta y deporte cuyas emisiones les han conmovido.
Salieron de la nave realizando extrañas danzas e imitando canciones y locutores deportivos, gesticulando con sus manos de siete dedos. Antes de aterrizar, enviaron a su planeta un informe básico con las emisoras detectadas. Ignoramos si ese informe llegará efectivamente a sus jerarcas. Al parecer, sólo desean ser invadidos por el ritmo trepidante de nuestras exóticas ondas de radio.
RELATO 213
98 palabras
Manuel Bernedo Tarragona.
Logroño – España.
A TI, MI DESCONOCIDA COMPAÑERA98 palabras
Manuel Bernedo Tarragona.
Logroño – España.
A ti...mi amor, que siempre me hablas sin preguntar
Que sin cuestionar mi malestar, me escuchas atenta.
Compañera de mil viajes, que aunque no te escuche
tú sigues hablándome, porque sabes que te siento,
aqui...muy cerca, y siempre estarás aqui, para consolarme
Porque a través de mi, tú también sientes...vives.
¿ Qué sería de nosotros, si nadie nos escuchara?
Tú nos traes consuelo, compañía, amistad sincera,
Nos mimas y cuidas, porque queremos escucharte.
Aprender de ti, querete y valorarte
Y cuando te pones tierna, mimosa y me enamoras,
cuando no te escucho...cuento las horas
de volver a tenerte, aqui...muy cerca...
y volver a embrujarme, con tus palabras
y volver a dormirme...con tus baladas.
RELATO 214
101 palabras
José Antonio Asenjo López.
Vitoria-Gasteiz – España.
DETRÁS DE LA RADIO.101 palabras
José Antonio Asenjo López.
Vitoria-Gasteiz – España.
Con miedo, incluso, Nuria escudriñaba detrás del aparato de radio. Las extrañas luces encendidas en su interior, que su abuelo definía como “Válvulas”, la fascinaban.
La niña, de seis años, pensaba regalar a su novio de cinco, algo especial por su cumpleaños. Aquella caja de radio antigua, estaba entre lo que ella llamaba “exclusivo”.
En su cabecita, veía el aparato como una primitiva televisión de juguete, que solo hablaba y no se veía nada. El abuelo descubrió a tiempo la “transacción”. Nuria, llora desconsolada en su habitación, justo al otro lado de la pared, donde mora su novio.
RELATO 215
107 palabras
Ricardo Cid Paz.
Ourense – España.
CELOS RADIOFÓNICOS107 palabras
Ricardo Cid Paz.
Ourense – España.
Con tan solo nueve años, apuraba a leer las instrucciones del juego de electrónica para colocar la última pieza que le hiciera salir al aire.
Probó en el viejo aparato de papá con una cinta de Luis Mariano, de las que tanto gustaban a su madre: y funcionó.
Se presentó en la cocina, donde mamá moldeaba unas empanadillas, y colocó la radio sobre la encimera. Volvió corriendo a su cuarto y desde allí pronunció las palabras mágicas: “Radio Rufo en antena. Emitiendo desde mi habitación para toda la casa. Con cariño, para mamá.”
Mientras en el salón, su verdadero hijo encendía el secador para provocar interferencias.
RELATO 216
106 palabras
Pedro Martínez Lago.
Madrid – España.
NO ME GUSTAN LOS CEDÉS 106 palabras
Pedro Martínez Lago.
Madrid – España.
Unas bragas blancas. Una pequeña camiseta verde. La cara sonriente de Maribí sujetando la puerta de su habitación del hostal:
-¡Ah! Eres tú… -suelta.
Y después me planta un beso.
-¿Siempre abres así la puerta? -pregunto.
-Claro -dice-. No veas lo bien que me tratan después los empleados...
En la habitación está sonando Dust in the wind:
“… Don’t hang on,
nothing last forever but the earth and sky...”
-¿Es un cedé? -pregunto.
-Es la radio -dice ella-. No me gustan los cedés, siempre sabes cuál va a ser la próxima canción…
Yo me quedo mirándola y ella añade:
-Con la radio siempre es más emocionante…
RELATO 217
100 palabras
Graciela Fianemi Schiavi.
Santo Tome, (Santa Fe) – Argentina.
MÚSICA DULZONA100 palabras
Graciela Fianemi Schiavi.
Santo Tome, (Santa Fe) – Argentina.
La noche oscura , sin luna.-
Un anciano solitario , perdido en sus viejos pensamientos , tal vez sin saber donde esta su casa , espera algo que no recuerda , en un banco de esa plaza sin gente , ni siquiera luces.-
Un ruido sordo de pasos furtivos , ahogados por una música dulzona que emite una vieja radio a pilas que acompaña al viejo.-
Los pasos cesan. Ahora el ruido nítido de una tráquea segmentada por un cuchillo y al borbotón de sangre de la garganta ; la misma melodía . La noche oscura , sin luna......sin luces.-
RELATO 218
90 palabras
Raul Oscar D'Alessandro Barcala.
Mar de Plata – Argentina.
COMERCIALES Y VOLVEMOS.90 palabras
Raul Oscar D'Alessandro Barcala.
Mar de Plata – Argentina.
-Vamos a una tanda comercial y perdonen amigos oyentes....no es bueno que un locutor se quede sin palabras
pero este llamado al aire ha sido un golpe emocional.
Perdón por usar este micrófono para responder un llamado personal al aire.
-Te amo amor...y me alegra oír tu llamado aunque haya participado toda la audiencia, ese viejo tema que acabamos
de escuchar vuelve a unirnos a través de la radio como ayer.
-Amigos...gracias por sintonizar esta emisora y permitirme el relato de esta lágrima que no pueden ver...
-Comerciales y volvemos.
RELATO 219
72 palabras
William Teixeira Correa.
Montevideo – Uruguay.
EFEMÉRIDES72 palabras
William Teixeira Correa.
Montevideo – Uruguay.
Un día como el de hoy, pero del año 2084, el doctor Erik Larsson recibía el Premio Nobel de Física por la invención del amplificador y acelerador de las ondas hertzianas. Gracias a dicho aparato, descubrimos la existencia de un universo paralelo. Ese mismo día, a través de la emisora de radio 107.3 bis, nos enteramos de que el doctor Erik Larsson bis era galardonado con el otro Premio Nobel de Física.
RELATO 220
106 palabras
Jesús David Martín Ponce.
Sevilla – España.
UNA ESPERANZA RADIOFÓNICA106 palabras
Jesús David Martín Ponce.
Sevilla – España.
Francisco era un mendigo. Su vida, entre una cosa y otra, había acabado siendo un desastre: sin empleo, abandonado por su mujer, sus hijas y sin más familia que ellas tres. En tal situación, Francisco se había echado a la calle. Un día, estando cerca de un albergue, oyó un programa de radio a través de una ventana abierta y con las pocas monedas que tenía decidió llamar. El resultado fue maravilloso: tras hablar con el locutor, varias personas respondieron ofreciéndole un puesto de trabajo o alojamiento. Con los ojos lleno de lágrimas por aquella dicha, aquel programa de radio le cambió la vida para siempre.
RELATO 221
98 palabras
Miriam Moreno Sevillano.
Arzúa, (A Coruña) – España.
LA RADIO, MI VIDA98 palabras
Miriam Moreno Sevillano.
Arzúa, (A Coruña) – España.
Es cierto que nací hace algunos años pero soy joven. Aunque tengo muchos años de experiencia sigo aprendiendo día a día.
He aprendido a dar buenas noticias, como el fin del nazismo, malas noticias como el inicio de tantas guerras, pero de lo que más he aprendido es todas las personas que me rodea. He tenido el privilegio de conocer a mucha gente, de diferentes culturas, estudios, niveles sociales y edades y eso me ha permitido ampliar mi mente y comunicarme sin prejuicios con todos. Muchas gracias por escucharme tantos cada día, gracias por participar de mi vida.
RELATO 222
107 palabras
Néstor Quadri.
Buenos Aires - Argentina.
UN ALEGATO POR RADIO AL MUNDO 107 palabras
Néstor Quadri.
Buenos Aires - Argentina.
Pretendo difundir por la radio un alegato al mundo, aprovechando este concurso que está limitado a ciento siete palabras. Mas si bien poseo alguna elocuencia, con tan escasas palabras me queda muy poco por expresar. ¿Como podría abogar contra la violencia en la sociedad? ¿Como podría condenar el genocidio de aquellos pueblos sojuzgados en noches mustias de impunidad? ¿Como podría exhortar contra las guerras, para que surja un hombre nuevo lleno de esperanza, donde con un arma cargada de justicia cabalgue iluminada la razón? Ya ven, con ciento siete palabras es imposible esclarecer todas estas cosas. Pero las cosas se reivindican solas, solo basta con no olvidar.
RELATO 223
107 palabras
Mery Larrinua Robles.
Miami, (Florida) - Estados Unidos.
ULTIMO MENSAJE107 palabras
Mery Larrinua Robles.
Miami, (Florida) - Estados Unidos.
La mano del opresor había silenciado la palabra, las emisoras radiales del país y canales televisivos habían sido intervenidas por el gobierno, el pueblo sublevado, ya ahogado, comenzaba a desorientarse por falta de información. Comenzaba a disminuir el clamor desesperado, empezaba a aparecer la apatía.
Corrió, se deslizó. Finalmente lo había conseguido, ya estaba frente a aquel micrófono.
-¡Libertad! ¡Educación! ¡La educación los despojará de la ignorancia, no serán manipulados, les proveerá tierra, sustento para sus hijos! Educación, la verdadera emancipación….el verdadero camino a la libertad. Acceso a su independencia.-
Se oyó un disparo….silencio….cayó inerte….la voz había sido callada….mas no su palabra….no su mensaje….”educación para los pueblos”.
RELATO 224
102 palabras
Nydia Ramírez Alcaraz.
Guadalajara, (Jalisco) - México.
LA BENDITA RADIO102 palabras
Nydia Ramírez Alcaraz.
Guadalajara, (Jalisco) - México.
- ¡Mamá, mi hermano me está molestando!.
- Querido, ¿puedes subirle a la radio?.
Extrañado, él, subió el volumen; mientras, de reojo, observaba a su esposa quien iba de copiloto.
- ¡Mamá!, ¡Ma…
- Un poco más.
- Pero… los niños te están hablando –respondió él, volteando a ver a sus hijos por el retrovisor.
- ¡Sú-be-le! –dijo ella.
- ¡Mamaaaaaaaaaá!.
- ¿Le aumento? –preguntó él, con una mano en el volante y otra en la radio.
Ella asintió con la cabeza y, tras varios segundos y unos cuantos decibeles más, dejó salir un suspiro.
- Suficiente, amor… es el volumen perfecto.
RELATO 225
106 palabras
Rubén Bustos de la Torre.
Madrid – España.
TIZONA106 palabras
Rubén Bustos de la Torre.
Madrid – España.
"A pesar de sus años, Tizona había sido trasladada a varios sitios. Aún estaba ahí, pero lo que nadie consideraba eran sus añoranzas. Echaba de menos aquel “menáge a trois” en el que sus amantes Rodrigo y Babieca le hacían feliz. Quería sentir caricias de nuevo.
Había visto el paso del tiempo medido en siglos, aunque se sentía joven y pronto empezó a contar con las nuevas tecnologías. Entró en páginas de contacto y puso un anuncio en la radio. El mensaje era este:
“Busco Caballero Andante,
Apuesto y Galante,
De Excelente Montura”
Las respuestas no se hicieron esperar. Los mensajes le llegaban a su Blackberry."
RELATO 226
104 palabras
María Sacido Romero.
Toledo - España.
¿HE SIDO YO?104 palabras
María Sacido Romero.
Toledo - España.
Me ensimismo con la radio. No lo puedo evitar. Si en el trabajo están hablando de temas que no me apetece oir, me pongo los cascos y dejo que el locutor me transporte a otro mundo, lejos de sus estupidas conversaciones. Si acabo de discutir con mi madre o me siento más fea que Pifio,como hoy, pongo la radio del coche a todo volumen y empiezo a cantar como una posesa.
Así que le pido comprensión, señor guardia. El que me haya saltado el stop y haya llevado por delante el retrovisor del coche patrulla no ha sido culpa mía, sino de la radio.
RELATO 227
96 palabras
Fernando Moreno del Olmo.
Toledo - España.
SUEÑO.96 palabras
Fernando Moreno del Olmo.
Toledo - España.
En una tienda me compré un micrófono. Por capricho. Mi sueño frustrado: ser un gran locutor de radio. Al regresar a casa, me encontré en la escalera con mi vecina, de la que decían, sufría fuertes depresiones. Me sentía inspirado y quise animarla con unas palabras. Y no me hizo falta ningún micrófono.
Supe que se casó.
Pensé en el poder de la palabra. A decir del famoso filósofo: es un poco de aire estremecido, que desde el principio de los tiempos, tiene el poder de creación.
Arrinconé el micrófono y pedí trabajo en una emisora.
RELATO 228
105 palabras
Esteban Torres Sagra.
Úbeda, (Jaén) - España.
FENOTIPO. 105 palabras
Esteban Torres Sagra.
Úbeda, (Jaén) - España.
Nació con la palabra fracaso, en letra verdana, tamaño cuatro o así, escrita detrás de la oreja; sin duda una broma del fenotipo. Iba de mal en peor, a la deriva. Su novio fue el primero en darse cuenta y llamó al programa radiofónico de la doctora Nínive. Ella los convenció para ir a su clínica y quitarse la leyenda. Pero debajo de “fracaso” llevaba escondida la palabra “killer”. Comenzó a hablar inglés perfectamente y, en la propia consulta, les clavó sendos bisturíes en la yugular a ambos, y con su sangre se escribió en la palma de la mano la dirección de la emisora.
RELATO 229
107 palabras
Isabel Ali.
Salsipuedes - Argentina .
LA RADIONOVELA 107 palabras
Isabel Ali.
Salsipuedes - Argentina .
La radionovela nos restituía las ilusiones perdidas. Sara había obtenido la radio, no quiso contarnos cómo. La encendíamos cuando todo estaba a oscuras. Una sordera de ripio nos adormecía los oídos hasta esa hora. De pronto, esas voces nos mojaban los ojos y nos arrancaban suspiros. Cuando el capítulo acababa y la música corría un telón tan dulce que parecía tejido con besos, apagábamos la radio y nos dormíamos sonriendo, con una semilla de esperanza sembrada entre las sábanas sucias y raídas. Muy pocas sobrevivimos a Auschwitz. La mayoría de nosotras se quedó dormida en las cámaras de gas soñando con el final feliz de la radionovela.
RELATO 230
107 palabras
Rafael Ruiz Pleguezuelos.
Granada – España.
LA MEDICINA DE LAS ONDAS107 palabras
Rafael Ruiz Pleguezuelos.
Granada – España.
Lo primero que hice al llegar fue encender la radio. Yo sabía que no era compañía de verdad, sino unas ondas invadiendo la habitación, y que jamás había conocido ni conocería al propietario de aquella voz que visitaba cada rincón de una casa que, muy a mi pesar, había permanecido tanto tiempo cerrada. Aún no podía decidir siquiera si el tema del que hablaban me interesaría o no. Sin embargo recuerdo que hasta que no me senté en el salón, y la voz del locutor acarició mi cuerpo, no llegué a reconocer que por fin, y después de todo lo que había pasado, había vuelto a casa.
RELATO 231
107 palabras
Raquel Domínguez Bancalero.
San Fernando, (Cádiz) - España.
MI VOZ107 palabras
Raquel Domínguez Bancalero.
San Fernando, (Cádiz) - España.
Las ocho de la mañana, espero en la cama, tienen que venir por mí. Me acompañas en el desayuno y en el camino al centro.
Pasan las horas, me olvido de quién soy, pero tu voz me trae de nuevo al mundo, regresamos a casa.
Me ducho, bueno, me duchan, me acompañan a mi habitación, te siento de nuevo, estás ahí para decirme dónde estoy.
Por la noche tus palabras me refugian, me ayudan a saber que sigo vivo.
A veces me siento un cualquiera y nadie debe sentirse así. Si mi voz aún saliera, si mi voz aún dijera... al menos ahora eres tú mi voz.
RELATO 232
99 palabras
Ediel Ayllón Baró.
Naranjal Norte, (Matanzas) – Cuba.
¿EL NUEVO REVOLUCIONARIO?99 palabras
Ediel Ayllón Baró.
Naranjal Norte, (Matanzas) – Cuba.
Radio reloj... ? El revolucionario que queremos en la organización política de la Revolución se forja masivamente, se crea masivamente, son cuadros revolucionarios, con el verdadero espíritu revolucionario, con la profunda convicción del verdadero revolucionario, que sabe pensar, que sabe discutir, que tiene una convicción, que tiene una disciplina, que tiene una conciencia nueva, una actitud nueva ante la vida.
¡Enrique no podemos comer tanta mierda! Al final cuando esto se caiga vamos hacer los primeros en ser linchados... ¡Vámonos de viaje!
¿Y nuestra convicción revolucionaria? ¡Escucha a Fidel!
¡Apaga el radio! Las noticias te están nublando el cerebro.
RELATO 233
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 234
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 235
70 palabras
Helena García Arnau.
Barcelona – España.
CADA MAÑANA70 palabras
Helena García Arnau.
Barcelona – España.
Tu voz al vuelo me arranca de los brazos del sueño para despertar mis sentidos. Bajo tu influjo, muerdo la pena de quien sufre. Deseo que caiga el telón a tanto dolor que sin embargo se esfuma bajo el agua de la ducha de un día repetido. La publicidad de un viaje a una isla caribeña me devuelve la sonrisa. Me escapo a sus playas de arena fina. Carpe Diem.
RELATO 236
104 palabras
Montserrat Gutiérrez Herrán.
Terrassa, (Barcelona) - España.
ESPACIO NOCTURNO104 palabras
Montserrat Gutiérrez Herrán.
Terrassa, (Barcelona) - España.
Esa noche, el locutor de radio se sorprendió al no recibir la llamada diaria en su espacio nocturno “Tú opinas”, de la mujer que, desde hacía dos años, lo tenía hipnotizado con su voz y sus comentarios tan afinados. Solo sabía de ella su nombre, África.
En varias ocasiones, había estado tentado de pedirle el número de teléfono, fuera de antena, para solicitarle una cita. Decidió que, la próxima vez que interviniera, lo haría.
Cuando salía de la emisora, un colaborador le informó que una chica había sido atropellada mortalmente minutos antes de finalizar su programa, delante de la emisora. Su nombre era África.
RELATO 237
107 palabras
Nelly Villegas Villegas.
Montgat, (Barcelona) - España.
SUERTE DE RADIO107 palabras
Nelly Villegas Villegas.
Montgat, (Barcelona) - España.
Todo comenzó esa mañana en que yo escuchaba un chachachá en la radio, incluso aprovechaba para bailar con la escoba mientras estaba el café pues asistía a clases de baile y no tenia con quien practicar. A continuación siguió un concurso de cantantes brasileros. Sonaba la música, me lancé como un rayo, agarré el teléfono y llamé rápidamente. En efecto, ha sido ganador de una entrada para la celebración de nuestros diez años -dijo el locutor- No me lo podía creer! En la fiesta las orquestas cubanas tocaban sin parar. Allí la vi por primera vez bailando con sus amigas, desde esa noche no nos hemos separado.
RELATO 238
107 palabras
Ángel Novillo Sánchez de Pedro.
Villacañas, (Toledo) - España.
SINTONÍZATE107 palabras
Ángel Novillo Sánchez de Pedro.
Villacañas, (Toledo) - España.
Sintonicé la voz de mi conciencia, buscando en el dial de mis sentimientos, entre la onda media de mis miedos y la frecuencia modulada de mis deseos.
Quiero encontrar una melodía de brillantes ilusiones y sueños luminosos en la oscuridad de mis noches. Un paraíso dentro del infierno de la rutina cotidiana. Todo el que busca encuentra y hallé una voz sonora que me decía: ¡Arriésgate, sé tu mismo; sintonízate en tu dial! ¡Sé un genio en el páramo de la mediocridad!
Las ondas son aliento y alimento de mi soledad acompañada. El viento de la vida transmite ondas vitales más allá del silencio de la muerte.
RELATO 239
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 240
104 palabras
Antonio Llamas Sánchez.
Huéscar, (Granada)- España.
QUIMÉRICA CURACIÓN.104 palabras
Antonio Llamas Sánchez.
Huéscar, (Granada)- España.
La radio vomitaba la sangre y los dientes de aquel pacto en la montaña. La sombra del estruendoso cacharro cubría casi de forma total la cubierta del DVD que Pablo y yo solíamos ver los domingos por la mañana, antes de que su alma fuera engullida, macerada y escupida a la salvaje tierra del desfiladero. Él, Pablo, carne infectada, era pobre por su muerte e idiota por sus merecidas circunstancias. La sexy voz del locutor me hacía creer que el cuerpo de aquel chico estaba cosido y que el barro, finalmente consiguió cicatrizar las puñaladas. Mientras, las remembranzas sonoras rebotaban, se escondían, me mataban.
RELATO 241
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 242
71 palabras
María de los Ángeles Rivas Sosa.
San Carlos de Bariloche, (Río Negro) - Argentina.
INELUDIBLE SIMBIOSIS 71 palabras
María de los Ángeles Rivas Sosa.
San Carlos de Bariloche, (Río Negro) - Argentina.
Suena música en la radio. Una salsa se menea al compás de los timbales. Yo también.
Suena música en la radio. Un bolero se abraza al ritmo seductor. Yo también.
Suena música en la radio. Una marcha desfila en el día de la patria. Yo también
Suena música en la radio. Un tango llora un amor. Yo también.
Ese locutor anuncia en la radio: _ En esta ciudad falleció la escritora…
RELATO 243
107 palabras
Joaquín Perales Bocanegra.
Granada - España.
DESTINO 107 palabras
Joaquín Perales Bocanegra.
Granada - España.
De pequeño pasaba largas horas escuchando la radio. Delante de un colador, imaginaba ser un importante locutor que llevaba al rincón más recóndito del país los últimos acontecimientos mundiales.
“Este artilugio del demonio te dará dinero”, me decía aquel viejo gruñón a quien las ondas hertzianas habían cogido por sorpresa. Tras su repentina muerte, papá declaró un rígido luto y mandó el aparato Radiola al sótano.
Años después, nostálgico, lo encontré y decidí llevarlo a reparar. He de reconocer que no me sorprendí cuando el técnico comentó que había encontrado varios fajos de billetes en su interior. Y es que ya me lo advirtió el abuelo...
RELATO 244
41 palabras
Javier Pajares Sánchez.
Madrid - España.
LA CANCIÓN DEL ADIOS41 palabras
Javier Pajares Sánchez.
Madrid - España.
Ni una canción. Eso es lo que duró nuestra despedida. Una taza de café, tres minutos y 23 segundos de ondas radiofónicas y se acabó. Hoy sigo sintonizando la misma emisora en busca de esa melodía que lleva dentro tu recuerdo.
RELATO 245
107 palabras
Pilar Bernáldez Cava.
Madrid – España.
VISITA AL ALCAZAR DE TOLEDO107 palabras
Pilar Bernáldez Cava.
Madrid – España.
El museo del Ejército de Toledo se mostraba esplendoroso.
Mi mujer y yo, recorríamos sus estancias y paramos en una maqueta especial.
En ese preciso instante, solo me venía a la mente mi hijo, destinado en Afganistán, del que no teníamos noticias por radio desde hacía días.
Su defensa para el destino, unas cuantas horas de simulador, según él, tan real que llevaba aprendidos los caminos, rutas reales y si fuese necesario el tiro al blanco y su destrucción. “Pero, ¿Porqué destruir? ¿No iban en ayuda humanitaria?”
Cruzamos nuestras miradas y apretamos las manos, mientras unas ligeras lagrimas se deslizaban por nuestros rostros: “¿Acaso pensábamos lo mismo?”
RELATO 246
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 247
94 palabras
Rubén Gozalo Ledesma.
Salamanca – España.
AMORES NO CORRESPONDIDOS 94 palabras
Rubén Gozalo Ledesma.
Salamanca – España.
Me quedé prendado de tu voz. El eco de tus palabras atravesó mi tripa y sentí el aleteo de una mariposa en el estómago. Te confesé mi amor, pero tú seguiste hablando, articulando vocablos, hilvanando frases con frialdad como si entre los dos hubiese una distancia insalvable. Me acerqué. Quería besarte, deseaba que nos fundiéramos en un único ser. Tú y yo, juntos para siempre. Hasta el fin de los días. Podía notar tu aliento y entonces me dijiste que lo nuestro era imposible; yo estaba casado y tú… Tú eras una vieja radio.
RELATO 248
107 palabras
María del Carmen Portillo Romero.
Toledo – España.
EVA107 palabras
María del Carmen Portillo Romero.
Toledo – España.
De repente, Eva detuvo su mirada en la vieja radio que dormía en la estantería. Se la trajo de su casa cuando su padre murió. ¡Qué recuerdos le traía aquella radio, omnipresente en sus vidas! Recuerdos felices de su infancia, alrededor de esa radio. Y ahora estaba allí, olvidada, muda, sin vida, como ella… Eva se levantó despacio y la cogió pensando que ya no funcionaría. La manipuló y sorprendida observó que funcionaba. Esas viejas radios combinaban a la perfección belleza y fortaleza, como las mujeres de su generación. Quizá si alguien la manipulara a ella, la encendiera, se sorprendería de la vida que aún tenía dentro.
RELATO 249
107 palabras
Juan Manuel Martín López.
Las Arenas, (Vizcaya) – España.
ESPERANDO AL ÁNGEL107 palabras
Juan Manuel Martín López.
Las Arenas, (Vizcaya) – España.
Miguel sostiene la pequeña radio en la mano derecha, mientras el pinganillo pegado a su oído izquierdo le hace más soportable las horas de insomnio. En unos minutos las noticias y constatará la hora de una madrugada más. Acaba de oír las maravillas amorosas de una viejecita cantando su amor al marido de setenta años. Cuentan sus vidas, sus amores o desamores, sus dolores o soledades. A miguel no le gusta la música. En la cama contigua su esposa duerme con respiración profunda. Una noche más de horas en vela, esperando el amanecer. A los pies el ángel que parará su corazón herido por un viejo infarto.
RELATO 250
106 palabras
Carolina Gentile.
Buenos Aires - Argentina.
LA OYENTE106 palabras
Carolina Gentile.
Buenos Aires - Argentina.
El teléfono ya no suena. Las personas ya no la visitan. Por un motivo o por otro sus seres queridos se han ido, dejándola tan sólo rodeada de efímeros recuerdos.
De noche, el silencio es imponente y la soledad, insoportable. Celina lo sabe. Lo sabe, pero no lo acepta. Ella tiene sus artilugios para dar pelea. Todas las noches antes de irse a dormir, enciende su pequeña radio. Su casa se inunda, por primera vez en el todo el día, de una voz humana que no es la de ella. Y ella se duerme, acompañada de su locutor favorito. Se duerme, menos sola. Se duerme, feliz.
RELATO 251
107 palabras
Diego Iglesias Solano.
Valencia – España.
EXTREMAUNCIÓN107 palabras
Diego Iglesias Solano.
Valencia – España.
Fue un acto reflejo. Lo vi entrar y no pude reprimirme. El transistor fue volando hasta su cabeza y la penumbra de la habitación fue cómplice de mi puntería al no permitirle ver lo que se le venía encima. Nunca he sido una persona religiosa, pero conozco bien el rito cristiano y mi último deseo no es recibir la extremaunción, si no escuchar la radio.
Cuando me tranquilicé, recordé que en el cajón de la mesita todavía debía tener un móvil, de esos antiguos, con miles de funciones inútiles que jamás ni pude ni quise utilizar, pero con radio incorporada. Todavía funcionaba. Ya podía morirme en paz.
RELATO 252 107 palabras
Silvia Vicente Manrique
Madrid - España.
UNA AMIGA COMPLACIENTESilvia Vicente Manrique
Madrid - España.
Es mi amiga. Siempre me cuenta todo lo que pasa aquí y en cualquier lugar. Cosas buenas que escucho con interés pues de ellas se puede aprender mucho. También me informa de sucesos desgraciados que me afligen y que me hacen reflexionar y me ayudan a conocer el mundo que nos rodea y sus gentes. Otras veces me presenta a personas muy interesantes. Estas pueden ser artistas, científicos, médicos, incluso políticos, aunque a éstos no me gusta oirles, pues siempre están intentando convencerme de lo que dicen y me resultan patéticos. Y mientras me habla yo puedo estar haciendo cosas y ella no se molesta. Gracias radio.
RELATO 253
105 palabras
Teresa Majeroni.
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SIN PILAS105 palabras
Teresa Majeroni.
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Aún no se lo explicaba. Si en un principio perdió su empleo, luego fueron sus bienes, y hasta su autoestima. Un día acabó en la calle, con unos cuantos cartones reciclados como mantas, los restos de una botella de cerveza y una vieja radio que lo acompañaba en esa nueva etapa…
Durante el día iba por los contenedores, rebuscando cualquier tesoro hipotético que alguien hubiera rechazado. Por la noche, dormía en su rincón, siempre con la radio.
Sin embargo, el día que se le agotaron las pilas a su radio, ese día decidió ponerse a mendigar, y salvar la única ilusión que aún le quedaba.
RELATO 254
107 palabras
Luis Miguel Helguera San José.
Valladolid – España.
GUGLIELMO MARCONI Y NICOLA TESTA107 palabras
Luis Miguel Helguera San José.
Valladolid – España.
Era la primera vez que se veían.
Uno comenzó a hablar de experimentos pioneros en Bolonia, de atardeceres inalámbricos entre Penarth y Weston, de un verano de luces y sonidos en el arsenal naval italiano de La Spezia.
El otro recordó frías infancias ya casi olvidadas en Similjan, largos viajes de juventud desde Graz a Praga, magnéticos años neoyorquinos y algún que otro affaire con un tal Edison.
Escucharon las verdades del otro y les parecieron suyas, pero ciertamente no sintonizaron...
Luego el destino repartió glorias y silencios por igual y eligió para su pequeña historia de azares y vanidades sus propios diales y sus propias frecuencias.
RELATO 255
106 palabras
Raúl Maiorano Capozzoli.
Mar del Plata - Argentina.
MI RADIO 106 palabras
Raúl Maiorano Capozzoli.
Mar del Plata - Argentina.
Tiempo atrás, pronto a embarcarme desde Tánger a Marsella encontré en el muelle una pequeña radio que, una vez encendida, emitía en un árabe incomprensible. Ya en España, me enseñó a disfrutar del gracejo castellano de Madrid y más tarde de las habaneras de la Costa Brava. Cuando me hizo conocer hermosas canzonettas a lo largo de la ribera italiana, noté se comenzaba a cubrir de un óxido nostalgioso que enrarecía su fidelidad. Hoy, nuevamente en mi tierra, por las noches me embriaga con tangos donde el bandoneón extrae su mayor queja sentimental. La miro con afecto y me aseguro: nunca se ausentó de Buenos Aires.
RELATO 256
96 palabras
Silvia Estela Mottes.
Don Bosco, (Buenos Aires) – Argentina.
SIEMPRE ES ÚTIL APRENDER96 palabras
Silvia Estela Mottes.
Don Bosco, (Buenos Aires) – Argentina.
Decidida a dar el último paso se movió inquieta. Recordó el motivo de su visita. Golpeó la puerta.
-Adelante-
Movió el picaporte y empujó la hoja. Escucho el sonido de la radio que siempre estaba encendida. Reconoció cada lugar donde había transcurrido su infancia.
-¿Qué querés acá, vos? ¡¿No te habías ido?!- fue lo último que dijo.
El cañón del arma dio la respuesta. María se sentó tranquila junto al teléfono mientras llamaba al 911.
Luego de hablar agitada, repaso mentalmente el “estado de emoción violenta” que había estado leyendo en un libro de Derecho Penal.
RELATO 257
106 palabras
David Braña Fernández.
Vigo, (Pontevedra) – España.
MIENTRAS HAY VIDA106 palabras
David Braña Fernández.
Vigo, (Pontevedra) – España.
Está cansado. Ahora sabe que la esperanza no es infinita. Después de tanto tiempo solo allí dentro, rodeado de paredes frías y el eco del pasado en sus recuerdos, entiende que ha llegado el final. El cañón de la pistola lo mira fijamente. Se da cuenta de que la radio sigue encendida, desprendiendo su inalterable aliento por el pequeño altavoz. No hay nadie al otro lado. Así ha sido desde que la humanidad empezó a morir. Presiona el gatillo pero no ocurre nada. Se alegra de seguir vivo pero se maldice por no estar muerto. En ese momento la radio le saluda: “Hola. ¿Hay alguien ahí?”.
RELATO 258
106 palabras
Carolina Jaramillo Castro.
Bogotá – Colombia.
INMORTAL106 palabras
Carolina Jaramillo Castro.
Bogotá – Colombia.
Empieza a las seis, puntual como siempre. La voz del locutor danza sobre mis recuerdos como un ave mensajera. No importan las palabras, siempre son, siempre serán las mismas. Y comienza la canción. Apareces a mi lado, casi transparente, me rozas con el eco de tu perfume, invitándome a seguirte a través de tus saltos graciosos y tus giros de niña traviesa. Me dejo llevar… nos burlamos del tiempo y de las fronteras mientras la música corre a mis espaldas, casi definitiva, sólo casi. Cuando la canción termina te esfumas de repente, pero sé que volverás mañana. A las seis encenderé la radio y te esperaré.
RELATO 259
107 palabras
Manuel Sánchez Viamonte.
La Plata – Argentina.
COMPAÑÍA107 palabras
Manuel Sánchez Viamonte.
La Plata – Argentina.
Mientras el barco se mecía en las aguas del Atlántico, Lou se reacomodó en la silla de la solitaria sala de comunicaciones. Eran las 21 de la víspera de navidad, y ya todos dormían. En la noche fría sólo quedaban él y el Océano. Pensaba en Julie, a quien hacía tres meses no veía, cuando un extraño sonido en el receptor morse lo sobresaltó. “¿Un violín…?”
A través de la interferencia, alguien estaba tocando un villancico. Y mientras miraba el oleaje iluminado por la luna, Lou comenzó a llorar.
Esa misma noche de 1906, Reginald Fessenden realizaba desde Massachusetts la primer transmisión radiofónica pública de la historia.
RELATO 260
55 palabras
Antonio César Arrieta Rodriguez.
Santa Catarina, (Nuevo León) – México.
DÉFICIT DE ATENCIÓN55 palabras
Antonio César Arrieta Rodriguez.
Santa Catarina, (Nuevo León) – México.
Una noticia fue transmitida aquel día en mi radio:
Boletín de última hora, decía, y continuaba acerca de como estudios demuestran que las personas de mi edad no ponen suficiente atención a nada hoy en día, y medios como la radio...
...aquí completaría lo que dijo, pero siendo sinceros, me aburrí, y cambié la estación.
RELATO 261
101 palabras
Benito Gonzalez Garcia.
Salamanca – España.
GANÉ UN CONCURSO EN LA RADIO101 palabras
Benito Gonzalez Garcia.
Salamanca – España.
Emocionada entre en casa corriendo y gritando:
- ¡Madre, gané un concurso en la radio!
- ¡Convencí con argumentos muy sólidos al jurado radiofónico, de que el beso de mujer enamorada es entre todos los besos de amor el mas grande, los oyentes aturdidos ante mi forma de hablar por las ondas, no supieron que decir!
Y sin mediar palabra con su dulce sonrisa me beso en la mejilla y mirándome con la ternura de un hada a los ojos, me dijo;
- ¡Escuche todos las opiniones, pero nadie defendio el beso de amor de madre!
.....No volví a la radio.
RELATO 262
103 palabras
Ricardo Márquez Pérez.
Sevilla – España.
SIN FECHA DE CADUCIDAD103 palabras
Ricardo Márquez Pérez.
Sevilla – España.
--Para Onda Polígono -dijo el periodista acercando la grabadora a la mujer- ¿Cómo ha llegado usted a una edad tan avanzada?
--Pues, verá, hijo, he llegado a los cien años porque siempre procuré llevar una vida sana.
El periodista hizo un gesto de duda.
--Bueno, añádele unos vasitos de vino –dijo la anciana.
--¿Y ha sobrevivido treinta años a su marido?
.-Pues mira, voy a decirte lo que en verdad me ha hecho vivir tantos años. He sobrevivido tanto tiempo a mi marido porque me hice el firme propósito de no morirme hasta que se murieran todas sus amantes.
RELATO 263
106 palabras
Francisco Rodríguez Borlado-Milla.
Gijón, (Asturias) – España.
MENSAJE EN LA NOCHE 106 palabras
Francisco Rodríguez Borlado-Milla.
Gijón, (Asturias) – España.
Para ti, mi radio, mi querida radio, casi tan vieja como yo. Las ondas que te alimentan y hacen que todas aquellas personas que habitan dentro de ti, hablen, opinen, rían, lloren o simplemente nos pongan al día, son las mismas de las que yo recibo vida. Tu las asimilas y proyectas, inyectando en mis venas el suero necesario para seguir aquí, postrado en mi viejo sillón, esperando lo que tenga que venir, pero sonriendo, porque me llevas a las altas cimas y profundos valles, donde yo ya no puedo ir, subido en mis pobres y cansadas piernas.
Ave, bendito invento.
Registrado. Derechos libres.-
RELATO 264
106 palabras
Mª Carmen Alonso Escalera.
Zaragoza – Espana.
LA VOZ 106 palabras
Mª Carmen Alonso Escalera.
Zaragoza – Espana.
El tercer toque del despertador es la última llamada.
Cómo un día más emprende la rutina diaria. Al llegar la noche y mientras saca a pasear a su perro se fuma un cigarro desobedeciendo a su médico.
Después le prepara la cena y se acomoda en el viejo sofá. Con deleite observa cómo se la come y enciende la radio para compartir esos momentos de tranquilidad con sus viejos amigos.
La voz del locutor consigue devolver la alegría de antaño al vetusto salón y con el perro a sus pies cae en un dulce sueño dónde los somníferos ya no tienen cabida en su recuperada vida.
RELATO 265
107 palabras
Maria del Mar Horno Garcia.
Torredonjimeno, (Jaén) - España.
OIGA LA RADIO, VER LA TELE PRODUCE MONSTRUOS 107 palabras
Maria del Mar Horno Garcia.
Torredonjimeno, (Jaén) - España.
Y nos vamos en directo a Arganda, aislada por las inundaciones.
- Buenas tardes Rufino… ¿cómo está la situación en el pueblo?
- …
- ¿Rufino?
- ¿qué?
- Buenas tardes, ¿que cómo se encuentran?.
- Mire usted que no le escucho… no le oigo.
- Pero Rufino…
- ¿Qué?
- ¿Que cómo está la situación ahora?.
- ¿eh?, que no le oigo…
- Pero ¡cómo no me va a oír si cada vez que le digo Rufino me contesta!.
- Nada… que no se le entiende y además, que tampoco le veo.
- ¡Pero cómo me va a ver si le estoy llamando de la radio!.
RELATO 266
106 palabras
Yarini Manuel Arrebola Sánchez.
La Habana - Cuba.
ENSUEÑOS DE PRIMAVERA 106 palabras
Yarini Manuel Arrebola Sánchez.
La Habana - Cuba.
Es abril. Los Martin están reunidos junto al artefacto maravilloso que ha llegado en la mañana. Mientras oyen a la persona que habla desde una cabina muy lejana a aquella casa de suburbio, sueñan con el futuro brillante que les depara el destino. La madre imagina los rizos de los nietos que algún día tendrá. El padre saborea de antemano las utilidades que colocarán a su empresa a la cabeza del ferreteo. El hijo elucubra grandes conquistas universitarias.
Ignoran que dos años después, a esta misma hora, una banda de delincuentes pagados por una compañía rival les asesinará mientras alguien habla impasible desde una cabina lejana.
RELATO 267
107 palabras
Beatriz González Les.
Madrid - España.
EL VALOR DE UNA VOZ107 palabras
Beatriz González Les.
Madrid - España.
Al acostarme y apagar la luz, mi radio despertador, enciende sus brillantes números verdes. Mi mente se relaja, olvida el estrés y entra en un estado de relax extremo. Esa voz que escucho me tranquiliza, me acompaña, me reconforta.
Hace ya mucho que comenzó esa rutina nocturna, tendría yo trece años cuando mi madre aceptó un trabajo de noche para poder pagar el alquiler. Fue duro, pero en mi soledad descubrí el valor de una voz. Era cercana, cariñosa, graciosa, la adoraba. Desde entonces cada noche, enciendo la radio y escucho esa voz que me mece y me acaricia cerrando la noche con un “descansa mi pequeña”.
RELATO 268
107 palabras
Miguel Paz Cabanas.
León – España.
EDIPO107 palabras
Miguel Paz Cabanas.
León – España.
Fue mucho después de su puñetazo en la sede de la radio. Estaba irreconocible, espectral, había perdido su grandeza. Me saludó y evoqué su imagen de entrevistador duro, las invectivas que dedicaba a los políticos que pasaban por su programa. ¡Cuánto tiempo!, exclamó. Yo sabía que lo habían expulsado meses atrás por una crónica falsa. Le dediqué una sonrisa despectiva y me fui calle abajo, con una sensación triunfal. Él era un fracasado y yo un locutor de éxito. Más tarde, recordando su agresión, pensé que fue en aquel lejano día, a pesar de la sangre y el tumulto, cuando tenía que haberme enfrentado a mi padre.
RELATO 269
107 palabras
Gema Puertas Diaz.
Villarejo de Salvanes (Madrid) –España.
HISTORIA DE UNA RADIO-UNIÓN107 palabras
Gema Puertas Diaz.
Villarejo de Salvanes (Madrid) –España.
Yo iba a trabajar como todos los días al trabajo escuchando la misma emisora de siempre, cuando después de mi canción favorita, conectó un oyente, pidiendo ayuda, hablaba de esa canción en especial que le había conectado con otra persona, solo sabía que se llamaba Sonia, habían coincidido en una fiesta en la playa y habían bailado juntos esa canción. Había sido un momento inolvidable, y ella, como aquel cuento de la cenicienta, desapareció por arte de magia y no le había dado tiempo a conseguir ningún dato más sobre ella. Cosas del destino, aquella chica era yo, y gracias a la radio, me case con él.
RELATO 270
107 palabras
Mª Lucia Novillo Montes.
Pinto, (Madrid) – España.
AMOR PLATÓNICO107 palabras
Mª Lucia Novillo Montes.
Pinto, (Madrid) – España.
Escucho tu voz en soledad. Me acaricia levemente, me adormece. Siento mi sangre fluir, me da calor. Mi mano se desliza a sitios prohibidos para, contigo, encontrar mi calma. ¡Qué dulce voz! Imagino tu rostro, a mi antojo. Juntos por el bosque, tomas mi mano y la besas. Una oleada de placer me inunda. Pensamientos hostiles quieren poseer mi mente pero tú me ayudas a disiparlos. No quiero pensar ni sufrir. ¡Ahora no! Me concentro en la música que pones sólo para mí. Varios años de amor clandestino. Tú sin saberlo, yo sin atreverme a desvelártelo. La sintonía final me hace volver. Mañana te esperaré otra vez.
RELATO 271
105 palabras
Silvia Patón Cordero.
Madrid – España.
LA MÚSICA105 palabras
Silvia Patón Cordero.
Madrid – España.
Como siempre, se sentó en la mesa, con el café humeante de todas las mañanas, y comenzó a remover el contenido de su taza. Sentía en su interior cierto desasosiego, cierta desilusión por un abandono premeditado de la que era difícil deshacerse y hasta zafarse. Herida en su orgullo, vilipendiada por sus circunstancias, se sentía perdida como un náufrago en alta mar; la vida, sin duda, había sido injusta con ella. Por ello, para aliviar su tristeza, puso la radio, y en ella comenzó a sonar una melodía que la alivió el alma y la hizo revivir aquellos momentos felices que ya se habían extinguido.
RELATO 272
107 palabras
Nuria Lucía Ortiz Tornero.
Los Barrios, (Cádiz) – España.
DOS HORAS A LA SEMANA.107 palabras
Nuria Lucía Ortiz Tornero.
Los Barrios, (Cádiz) – España.
Faltaban dos horas para que empezara el programa. Aceleró el paso, quería llegar a casa cuanto antes, darse un baño, cenar algo y a oscuras en su habitación, tumbada en la cama escucharle, imaginarle….
No recordaba que día sintonizó la emisora y lo escuchó. Y su vida cambió, y sus noches cambiaron y dos horas en la semana se evadía de su soledad y sus penas.
Un día se atrevió a llamar pero al pasarle en directo en antena, no pudo articular palabra y él se quedo diciendo: ¿Si? ¿Quién está ahí? ¿Me escucha?.
Sus días siguen siendo todos iguales, las noches dos veces en semana no.
RELATO 273
107 palabras
Rubén Aguilar Samit.
Illescas, (Toledo) - España.
LA VOZ.107 palabras
Rubén Aguilar Samit.
Illescas, (Toledo) - España.
Eran las cuatro, estaba ansioso; aún tenía que esperar… El tiempo pasaba muy lentamente. No podía apartarme del sillón. Necesitaba que llegara el momento, necesitaba oírla ya. Necesitaba sentir ese hormigueo en mi estomago. ¿Es mucho pedir? ¡Lo necesitaba ya! Lo necesitaba tan desesperadamente como su fuese una droga. Vamos… vamos… faltaba muy poco. Las melodías que inundaban la habitación hacían que mi ansia se excitara más, o que se tranquilizara, todo dependía de la canción. Pero eso no bastaba…
¡Por fin! Su voz penetró en mis oídos como una bala .Esa mujer… Esa obsesión por oír aquella voz cada tarde… Jamás me separaré de la radio.
RELATO 274
103 palabras
Enrique Pérez Rodríguez.
Artemisa –Cuba.
CONFLUENCIA103 palabras
Enrique Pérez Rodríguez.
Artemisa –Cuba.
Marcos siempre pasaba de largo con su saxofón a cuestas pero esta vez una melodía familiar lo hizo detenerse frente al bar. Se sentó tras la barra contemplando la radio sobre el mostrador. Berta, al verlo desde el balcón de enfrente pensó: «¡la novela!». Casi de inmediato, la voz imponente del actor de radionovela irrumpió en la sala del vecino, que frunciendo el ceño alzó el volumen de su radio y arrastró sonidos con un giro del dial. «¡Vesubio, intérprete: Marcos Ferrer!», se alcanzó a escuchar instantáneamente; luego la voz se alargó, mezclándose con otras hasta sucumbir ante el anuncio: «¡Noticias, última hora!».
RELATO 275
95 palabras
Rebeca Bermejo Pérez.
Logroño – España.
MI PRIMERA RADIO95 palabras
Rebeca Bermejo Pérez.
Logroño – España.
Aún recuerdo cuando entró en casa. Demasiado moderna, comentó mi madre; un tanto extravagante, replicó papá. Mi amigo Juan le había echado el ojo, un par de semanas antes que yo, pero al final fue mía y sólo mía. Fue casi un milagro encontrarla en un pueblo tan pequeño como el mío. Y sobre todo, poder reunir el precio que me pidieron entonces por ella. Pero no podía dejar escapar aquella radio último modelo, que me hacía soñar con ella todas las noches. Que me haría escuchar al mundo hasta el fin de sus días.
RELATO 276
92 palabras
José David Rodríguez Vázquez.
Málaga - España.
PARA MÍ, ES RADIO92 palabras
José David Rodríguez Vázquez.
Málaga - España.
Para mí radio es un hueso que está junto al cúbito o algo que sustenta la rueda de una bicicleta; también el presente del verbo “radiar”, yo radio. Pero Radio, escrito como los nombres de los amigos, con R mayúscula, es un compañero de las noches de guardia, de los días de vigilia, de la enfermedad y de la soledad, de la noticia que te espanta o te congratula. En definitiva, Radio es aquello que, hecho de metal, tiene “almas”, algo que te llama sin cuerpo desde el fondo de una antena.
RELATO 277
105 palabras
Olivia Aranda Fernández.
Torredonjimeno, (Jaén) – España.
LA VOZ DE LA ESPERANZA105 palabras
Olivia Aranda Fernández.
Torredonjimeno, (Jaén) – España.
El primer día de mi cautiverio, cuando me llevaron a la selva, pude ver allí a otro de los secuestrados. Era un hombre de mediana edad que permanecía atado a un árbol, la mano que no podía proteger de la lluvia parecía muerta, la otra sostenía una radio. Esa noche escuché por primera vez ‘Las voces del secuestro’, un programa radiofónico en el que los familiares de los secuestrados envían sus mensajes. Aquel día, ingenua y esperanzada, pensaba que mi tortura acabaría pronto, sin embargo hoy he escuchado en la radio a un adolescente que dice ser mi hijo cuya voz no he podido reconocer.
RELATO 278
91 palabras
Patricia Jiménez Chico.
Sotillo de la Adrada, (Ávila) – España.
SI FUERA TAN FÁCIL91 palabras
Patricia Jiménez Chico.
Sotillo de la Adrada, (Ávila) – España.
Resta soledad a esas horas que decido dedicar a mi. Deja un hueco a la imaginación, pues se conforma con deleitarme los oídos, dándome la oportunidad de formar mis propias imágenes.
Hoy, pensando en eso, he decidido dedicarle unos minutos. Busco emisora. ¿Un debate?. Busco emisora. Un programa musical. Satisfecha, subo el volumen y me dedico a otras tareas, mientras mi cabeza inventa caprichosamente videoclips para cada canción. Interrumpen para dar noticias. Muertos, paro, hambre... No quiero dar imágenes a eso. Hago click y desconecto la imaginación. Enseguida vuelven las canciones.
RELATO 279
99 palabras
María Isabel Leal Bastos.
Toledo – España.
SOLEDAD99 palabras
María Isabel Leal Bastos.
Toledo – España.
- Venga, apaga la radio y duérmete que ya es tarde.-
Apago. Sus cálidos brazos rodean mi cintura. Dulcemente mis párpados se cierran.
Una noche más enciendo la radio, la misma locutora, la misma voz dulce que cuenta mil historias de soledad, amor y desamor.
- No estáis solos. No existe la soledad porque nosotros, tus amigos de la radio, estamos a tu lado; infinidad de oyentes están contigo…- susurra el aparato.
Yo busco entre las sábanas tu cuerpo pero no lo encuentro, en esta fría noche nadie rodea mi cintura con sus manos.
- Sí, existe la soledad.
RELATO 280
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 281
102 palabras
Mª del Carmen Serrano Contento.
Toledo – España.
LA RADIO102 palabras
Mª del Carmen Serrano Contento.
Toledo – España.
La radio, ese aparato que antes de la televisión, ya teníamos en casa. En él escuchábamos música, noticias, y sobre todo, los domingos, el fútbol. Todos sentados en el salón le prestábamos atención para saber qué equipos ganaban.
También ahora, aun teniendo televisión, no nos olvidamos de él.
La radio, un aparato desde hace mucho tiempo, pero que no está dejado en el olvido, todavía tiene vida.
Ahora hay más emisoras que antes.
Emisoras religiosas para ancianos que no pueden asistir a Misa, la pueden escuchar. Oraciones que pueden rezar gracias a este magnífico aparato.
La radio, siempre ha sido y será.
RELATO 282
No admitido a concurso
No admitido a concurso
RELATO 283
106 palabras
Saúl Fernández Álvarez.
Toledo – España.
SIN NOTICIAS.106 palabras
Saúl Fernández Álvarez.
Toledo – España.
Una pequeña interferencia, seguida de una lejana e incomprensible voz, le despertó de un profundo y nervioso sopor… alterado, agarró el deshilachado y maltrecho aparato de radio grundig y lo pegó con urgencia a la oreja… seguía sin entender ni una sola palabra… sus manos sujetaban con fuerza el objeto sonoro… perderlo sería poco menos que perder la esperanza… esperaba una señal… su labor y su deber, era no abandonar ese punto intermedio, en el que se refugiaban y transportaban noticias la resistencia… pero nadie había aparecido por allí… tan sólo, el miedo hacía acto de presencia… un miedo frío y sin cuerpo… un miedo real…
RELATO 284
107 palabras
Raul Ferrer Escudero.
Madrid – España.
VOLVER A LAS ONDAS107 palabras
Raul Ferrer Escudero.
Madrid – España.
Raul decidió bajarse de la vorágine de internet y telebasura que saturaba su vida. Necesitaba recuperar aquel tiempo de felicidad que inundó su infancia, cuando era capaz de degustar el tranquilo placer de escuchar junto a su madre y su abuela la radionovela de la tarde, la emoción del partido junto a su padre y ya siendo adolescente, coger el vuelo 605 que le transportaba a un universo musical distinto.
No recordaba en que momento se alejó de las ondas pero de repente sintió la necesidad de apagar tele y ordenador, sintonizar una emisora, sentarse en el sofá con una cerveza fría y volver a ser feliz.
RELATO 285
91 palabras
Miguel Bustos Phibbs.
Olias del Rey, (Toledo) – España.
¿RADIO QUIMERA?91 palabras
Miguel Bustos Phibbs.
Olias del Rey, (Toledo) – España.
“Radio Quimera, son las ocho de la mañana, boletín informativo: Hoy Sábado, veintinueve de noviembre de 2014 se confirma que tras las manifestaciones pacíficas y silenciosas del pueblo Luandés, el último dictador del planeta ha abandonado el país. Todas las potencias occidentales han expresado su intención de apoyar la instauración de un sistema democrático universal y desmantelar el, hasta ahora, vigente sistema de explotación colonial y su modelo de expoliación sistemática de los recursos naturales de los países más empobrecidos, gobernados por los derrocados dictadores, dando paso así a un nuevo………”
RELATO 286
103 palabras
Julián Royuela Casamayor.
Cuenca - España.
LA BÚSQUEDA103 palabras
Julián Royuela Casamayor.
Cuenca - España.
Ayer hablé con Tomás, estaba totalmente restablecido de la depresión que casi acabó con su vida tras haber enviudado. Me contó que noche tras noche había encontrado el consuelo que necesitaba en la radio.
Cerdo mentiroso.
Por la tarde y aprovechando un descuido, me llevé su viejo receptor del dormitorio y en la impunidad de mi sótano, arranqué condensadores, diodos, bobina, batería, fusibles, relés, transformador, transistores; todo. Busqué y busqué en vano. Desolado, aparté de un manotazo el amasijo de piezas y cables que se estrelló ruidosamente contra el suelo.
No encontré nada que aliviara las largas noches de soledad que me atormentan.
RELATO 287
106 palabras
Oscar Ayllón Corral.
Durango, (Bizkaia) -España.
AMOR EN LAS ONDAS106 palabras
Oscar Ayllón Corral.
Durango, (Bizkaia) -España.
Llevaba meses observándole a hurtadillas desde su posición privilegiada en la cocina, pero no había reunido el valor suficiente para hablar con él. Se despertaba sintonizando uno de esos programas de humor que comienzan casi de madrugada, seguía con las noticias y justo cuando empezaba el magazine más famoso de la radio, ahí aparecía él, guapo, esbelto, elegante y comenzaba a girar.
Ella lo miraba embelesada y subía el volumen para hacerse notar, pero era inútil. No se atrevía a declarar su amor ¡estamos en el siglo XXI! se repetía para infundirse ánimos; yo tengo circuitos impresos y no válvulas como mi abuela… ¡Exprimidor, te amo!
RELATO 288
105 palabras
Lucas Nicolás Bauzá Arias.
Buenos Aires - Argentina.
A. M.105 palabras
Lucas Nicolás Bauzá Arias.
Buenos Aires - Argentina.
Esta mañana estaba fumando cuando llegó Inmaculada. Fue directo a mi radio, a apagarla a carterazos. A mí ni me saludó.
-La puta de Mariana dice que hoy llamará a su ex amor.¡¡¡Me dejarás y lo escuchará el pueblo entero!!!
Ese ex amor era yo. Salí al balcón, nerviosísimo. Cinco años esperándola. En el medio, ella se hizo famosa por su simpatía; yo, por mi melancolía barrial.
A las doce, sonó el teléfono.
-Y yo también te amo...Antes, Mariana...
Fue lo último que dije, porque no llegué a atajar el sartenazo; tampoco la sangre, y eso que la herida no sangraba desde hacía cinco años.
RELATO 289
69 palabras
Elisabeth Martínez Escala.
Barcelona – España.
ANTIGUAS RADIOS69 palabras
Elisabeth Martínez Escala.
Barcelona – España.
La primera vez que me preguntaron que emisoras de radio escucho o cual es la que más me gusta, no sabía que contestar. Ahora me invento alguna respuesta, para no quedarme sin habla, o bien respondo que me gusta toda la que hay buena música y programas interesantes. La verdad, lo que realmente me agrada del tema es intentar sintonizar alguna frecuencia desde la radio antigua de mi abuelo.
RELATO 290
107 palabras
Lola Espartero Polo.
Toledo - España.
LA SOMBRA DE LA RADIO107 palabras
Lola Espartero Polo.
Toledo - España.
Puso la radio. Una noche más, una guardia más y a librar, por fin.
Dormir en su cama, sin uniforme, sin pijama…
Entonces paró la música moderna y la voz correcta lanzó aquel suceso horrible:
“ Se ha producido un asesinato”.
“ Se busca hombre de edad…
Se echó a temblar ya sin remedio; Todos los rasgos descritos en las ondas, coincidían con aquel individuo que le había preguntado, no muchas horas antes, si podía usar el W.C.
Fue a él sin saber lo que se encontraría:
Allí estaba el cuchillo y un rastro de pasos.
Una sombra.
Llamó a la policía antes de el fuerte grito.
El resto…
RELATO 291
107 palabras
Ricardo Tejerina Ravetta.
Buenos Aires - Argentina.
LOS APARATOS CENSORES107 palabras
Ricardo Tejerina Ravetta.
Buenos Aires - Argentina.
En una ocasión di con un artefacto perverso. No sería apropiado llamarlo radio, puesto que se dice que fue por él mismo que decidió qué voces transmitir y qué voces silenciar, vulnerando la democracia del éter. Pronto, otros aparatos similares lo imitaron, seducidos por el poder de censurar. De ser algunos, pasaron a millones, hasta merodear la práctica totalidad. Así surgió la dictadura del mensaje. En los arrabales del mundo una modesta radio era la única resistencia. Denunciaba la invalidez del mito de los aparatos censores y que todo era obra de los hombres. Lo sabían porque los dictadores solían confesarlo al aire en su programación habitual.
RELATO 292
103 palabras
Raúl García.
Madrid – España.
TRANSFORMACIÓN103 palabras
Raúl García.
Madrid – España.
Aquella palabra salió como un chorro de aire que chocó con la membrana del PGB500 que transformó con precisión su tono emocionado y timbre agudo en una hilera de electrones que recorrieron la senda de cobre hasta entrar por una de las puertas a aquel laberinto de condensadores, bobinas y resistencias que les condujo a una misteriosa caja negra en la azotea de aquel edificio de ladrillo visto donde un árbol de metal propagó aquella voz codificada en variaciones de frecuencia por un mar de ruido en busca de cientos de bocas imantadas que devolvieron al unisono aquella palabra a su estado original.
RELATO 293
43 palabras
Ángel Jesús Martínez Niubó.
Sancti Spíritus – Cuba.
Y ERA LA PRIMAVERA43 palabras
Ángel Jesús Martínez Niubó.
Sancti Spíritus – Cuba.
Ha comenzado el otoño. — dijo la radio temprano en la mañana —.
Ha comenzado el otoño. — dijo el periódico, luego—.
Ha comenzado el otoño. — dijeron todos los medios informativos del país—.
Y era la primavera, pero las hojas comenzaron a caer.
RELATO 294
105 palabras
Erwin Peláez Castellanos.
Guatemala – Guatemala.
EL RUMOR105 palabras
Erwin Peláez Castellanos.
Guatemala – Guatemala.
El hombre de la taquilla gritó: !mataron a la reina! A un costado un hombrecillo pregunto: ¿Quién fue?, la gente que hacía fila para subirse a los juegos mecánicos salió despavorida. El rumor se regó inmediatamente de forma alarmante, nadie oyó algo pero las murmuraciones corrieron como haz de luz mañanero. El dueño del circo veía alejar sus ganancias con la gente partir. Los juegos y luces que hacían del espectáculo maravilloso se apagaron. La luna aprovechó a manifestarse. Sólo la bocina de una radio encendida que nadie se preocupó en pisotear ni apagar llamaba a la calma con una elocuente voz en el ambiente
RELATO 295
106 palabras
Joseba Iturrate Gil.
Zaragoza – España.
RADIO LLIURE106 palabras
Joseba Iturrate Gil.
Zaragoza – España.
La luz de la emisora tintineaba, como un minúsculo latido al que Juan daba vida con sus palabras.
- Recordad, amigos, atravesad el parque mudo, sentarnos en el banco humilde y recorred el riachuelo del tesón. Justad a través de 100 pasos de lizas, hasta el muro antagónico, cuya piedra negra como noche oculta, caerá revelando la llave aventurera.
- ¡Abran la puerta! – gritó una voz
- Y seguid, hasta el cielo azul. Recordadnos.
- ¡Se acabó, rojo!
Dos hombres atravesaban los Pirineos, siguiendo las instrucciones que oyeron en la radio y que costaron una vida. Todo por encontrar un futuro, lejos de los años negros.
RELATO 296
107 palabras
Claudio Araya Villalonga.
Illapel – Chile.
COSAS DE LA RADIO107 palabras
Claudio Araya Villalonga.
Illapel – Chile.
-Le conversé… sobre el asunto, pero…
Charlie estaba INTERESADO en incorporarse a nuestro equipo.
-Pero, dice que “ya te había hablado” y que estaban de acuerdo... y por qué ahora estabas ignorando esa conversación...
-¡Mentira!- interrumpió. –Nada me ha dicho y... ¡ya no aceptaré nada!... estoy molesto porque... piensa que así logra que le trabaje gratis. Sólo en la mañana me encontré con él y... agradeció la nota que hice en mi programa, dando la bienvenida a este elemento que se incorpora a los medios...- remató Charlie.
-Entonces, el problema es entre ustedes y sólo ustedes pueden arreglarlo- concluí, decidido a no intervenir más en el asunto.
RELATO 297
100 palabras
Ana María Jiménez Moral.
Cuenca - España.
QUE NADIE DUERMA100 palabras
Ana María Jiménez Moral.
Cuenca - España.
Giacomo desgranaba lentamente a causa de su grave enfermedad cada una de las notas musicales del aria. Su amigo Adami se había superado con la letra y la música no podía desmerecer tanto talento.
El príncipe cantaba conocedor de la imposibilidad de que su nombre fuera desvelado y de su boca, las notas volaban raudas hasta el pentagrama, tristes, heroicas, firmes, dramáticas...
-“¡¡¡Nessun dorma!!!”-, rogaba el personaje al autor pero Giacomo, con una sonrisa en los labios, ya se había dormido.
Dos años después, la unión radiofónica italiana transmitía desde La Scala la obra magna e inconclusa del fallecido Puccini.
RELATO 298
19 palabras
Jesús Urbano Sojo.
Silla, (Valencia) – España.
NUEVA EMISIÓN19 palabras
Jesús Urbano Sojo.
Silla, (Valencia) – España.
Aquella mañana descubrió que la guerra ya había finalizado. Lo supo porque en la radio volvían a emitir música.
RELATO 299
107 palabras
David Castejón Ferrer.
Barcelona – España.
EL ÚLTIMO VUELO DE DJ IN THE WIND107 palabras
David Castejón Ferrer.
Barcelona – España.
Lo anunció durante el transcurso de su último programa, mientras los agentes del Partido de la Rectitud intentaban rastrear la dirección IP del ordenador desde el cual retransmitía: tras su próxima emisión él iba a desaparecer, y luego el gobierno se desmoronaría.
Por toda Europa, millones de gentes se conectaron a la emisora de radio pirata que les había devuelto la esperanza; un disc-jockey sin rostro se había convertido en su héroe silencioso, y les había regalado los oídos con la música que el Régimen les negaba. En su alocución final, sin embargo, no les puso ningún disco; sólo habló, y les arengó para que se alzaran…
RELATO 300
97 palabras
Belén Montilla Aranda.
Málaga – España.
SINTONÍA PARA TARDES DE GANCHILLO97 palabras
Belén Montilla Aranda.
Málaga – España.
Recuerdo a mi madre sentada en su silla de enea, frente a la ventana, mientras tejía aquella colcha interminable con la radio puesta.
A veces la observaba como levantaba la vista de su labor y miraba fijamente el aparato de radio encima de la mesa camilla. Una emoción invadía su rostro y entre suspiros y canturreos volvía a su tarea.
Y me he preguntado en qué pensaba en ese momento, qué pasaba por su cabeza, tal vez imágenes de un mundo mágico de melodías, voces, anuncios, concursos…¡un mundo de sueños! ¡Qué tardes aquellas mecidas por la radio!
1 comentario:
El mejor, sin duda, el de mi Rakel.
Te quiero.
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